Espa?a empieza a dejar atr¨¢s la temporalidad cr¨®nica: la tasa de eventuales cae del 25% al 17,9% en un a?o
La proporci¨®n de temporales es la m¨¢s baja de este siglo, pero sigue por encima de la media europea. La eventualidad es de solo el 14,8% en el sector privado, pero del 30,18% en la Administraci¨®n
Fernando (nombre ficticio) trabaja descargando maletas en el aeropuerto de Madrid-Barajas. En 2016 firm¨® su primer contrato, de car¨¢cter temporal. Despu¨¦s ha estampado su firma en otros muchos con la misma empresa, siempre eventuales. En septiembre de 2022, por primera vez en sus 33 a?os de vida por aquel entonces, firm¨® uno indefinido. ¡°Es de fijo discontinuo, pero no he parado de trabajar desde que empec¨¦. Es mucho mejor que estar de temporal, te sientes mucho m¨¢s seguro. Para la pensi¨®n, el paro, esas cosas¡±, afirma este madrile?o, que prefiere no revelar su nombre real para no complicar el tr¨¢nsito a fijo al uso.
Fernando es uno de los cientos de miles de trabajadores para los que 2022 ha supuesto un cambio radical en su situaci¨®n laboral. Si por algo se caracteriza el ¨²ltimo curso es por la ca¨ªda en la tasa de temporalidad: ha pasado del 25,4% en el ¨²ltimo trimestre de 2021 al 17,9% en el mismo periodo de 2022, seg¨²n los datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) publicados este jueves. Es una ca¨ªda de 7,5 puntos que se produce inmediatamente despu¨¦s de la aprobaci¨®n de la reforma laboral. Este nuevo marco normativo, acordado entre sindicatos, empresarios y Gobierno, limita los escenarios en los que se puede dar la contrataci¨®n temporal, lo que ha impulsado la indefinida.
Para empezar, cabe preguntarse por qu¨¦ la tasa de temporalidad era tan alta en Espa?a, muy por encima de la de otros pa¨ªses europeos. ¡°En la reforma laboral de 1984 se descausaliz¨® la contrataci¨®n temporal. Hasta ese momento apenas se recurr¨ªa a ese tipo de contratos, casi todos eran indefinidos. Pero desde el cambio de mediados de los 80 apenas hab¨ªa que dar razones para usar contratos temporales. Se reintrodujo la causalidad, pero con el volumen de contratos temporales era una quimera¡±, se?ala el economista y profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Marcel Jansen. Explica que el uso de estos contratos alcanzaba picos en los a?os de mayor crecimiento y decrec¨ªa en las crisis, precisamente porque eran los trabajadores cuyo despido resultaba m¨¢s barato.
Jon Bernat Zubiri, profesor de Econom¨ªa en la Facultad de Relaciones Laborales de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, apunta que el an¨¢lisis casu¨ªstico sol¨ªa pasar por la desindustrializaci¨®n que empez¨® en los 80 o la terciarizaci¨®n del empleo en Espa?a, con peores salarios y m¨¢s inestables. Pero cree que la reciente ca¨ªda de la temporalidad demuestra que la raz¨®n era, como tambi¨¦n apunta Jansen, las reglas de juego: ¡°Al final ha resultado que la cuesti¨®n normativa era m¨¢s importante de lo que se esperaba, ya que la reforma laboral de Yolanda Diaz, con la desaparici¨®n de los contratos por obra o servicio y la limitaci¨®n de los eventuales por causas de la producci¨®n, ha obligado a las empresas a hacer contratos indefinidos¡±.
Desde entonces, explica Luis Zarapuz, miembro del Gabinete Econ¨®mico de CC OO, las sucesivas reformas laborales no acotaron la temporalidad, sino que incluso la flexibilizaron. ¡°Se part¨ªa de la base de que mejor un mal empleo que un no empleo, as¨ª que cuanto m¨¢s se precarizase, mejor. Las reformas fueron instrumentos en momentos de crisis para mejorar el dato de paro. Y s¨ª, mejoraba, pero a costa de empeorar cada vez m¨¢s las condiciones de los trabajadores. Esta es la primera vez que una reforma laboral cambia ese enfoque¡±. ¡°Ahora¡±, contin¨²a Zarapuz, ¡°se han cerrado puertas a la contrataci¨®n temporal y se han ido al cauce que les correspond¨ªa, la contrataci¨®n indefinida¡±.
Aunque la temporalidad ha mejorado much¨ªsimo, Espa?a sigue lejos de la media de la Uni¨®n Europea (14,4%) y de pa¨ªses como Alemania (12,4%) o B¨¦lgica (9,1%). ¡°Esto no ha hecho m¨¢s que empezar. Falta otro a?o de estabilizaci¨®n del empleo para equipararnos a los est¨¢ndares europeos¡±, a?ade Zubiri. Jansen tiene menos claro que la ca¨ªda persista de forma sostenida: ¡°A bote pronto dir¨ªa que la temporalidad seguir¨¢ bajando, pero no mucho m¨¢s. Las restricciones a la contrataci¨®n temporal son efectivas desde hace nueve meses¡±.
Una de las grandes contradicciones en la aplicaci¨®n de la reforma laboral es que, a pesar de ser una pol¨ªtica p¨²blica, est¨¢ mejorando mucho m¨¢s la tasa de temporalidad en las empresas privadas (del 23,94% en 2021 al 14,8% en 2022) que la de las Administraciones (30,96% al 30,18%). ¡°Todo empleador, sea p¨²blico o privado, busca la modalidad contractual m¨¢s barata y que le d¨¦ m¨¢s margen de actuaci¨®n. La reforma laboral ha cerrado puertas al contrato de obra y servicio, pero este no era el m¨¢s com¨²n entre los temporales del sector p¨²blico. Hay otras f¨®rmulas, como las interinidades o los contratos de sustituci¨®n, que se mantienen¡±, explica Zarapuz. El Gobierno ha lanzado ofertas de empleo r¨¦cord y fomenta la estabilizaci¨®n de trabajadores eventuales, pero de momento estas medidas no tienen traslaci¨®n a los datos.
Lo que tampoco ha cambiado la reforma laboral es la diferencia entre la tasa de temporalidad de hombres y mujeres: ha ca¨ªdo unos seis puntos tanto para ellos (de 18,63% en 2021 a 12,66% en 2022), como para ellas (24,48% a 18,17%). Este par¨¢metro tambi¨¦n ha decrecido para todos los tramos de edad, pero no con la misma contundencia: de 25 a 29 a?os ha pasado del 42,47% al 25,69%, mientras que de 50 a 59 a?os ha ca¨ªdo del 13,72% al 8,68%. La situaci¨®n de los j¨®venes, a¨²n hoy las principales v¨ªctimas de la temporalidad, ha mejorado sustancialmente.
Por territorios tambi¨¦n hay cambios rese?ables. La comunidad en la que m¨¢s ha ca¨ªdo la temporalidad es Andaluc¨ªa, 10,7 puntos, aunque era la que ten¨ªa una tasa m¨¢s alta en 2021 (34,13%). Tambi¨¦n ha bajado considerablemente en Canarias (del 31,46% en 2021 al 21,29% en 2022) y en Murcia (del 29,59% al 19,73%). La autonom¨ªa en la que menos ha decrecido es Extremadura (del 31,54% al 26,82%), lo que la convierte en el territorio con el mayor guarismo.
Fijos discontinuos
Uno de los efectos de la reforma que m¨¢s debate p¨²blico ha suscitado es el alza de los fijos discontinuos. No es una figura nueva, existe en el marco laboral espa?ol desde los a?os 80, pero esta modalidad se est¨¢ utilizando m¨¢s que nunca en actividades estacionales. Zubiri cree que este tipo de contrataci¨®n es ¡°mucho mejor en t¨¦rminos de sueldo, derechos y posibilidades de recontrataci¨®n que los anteriores contratos por obra o servicio¡±. Jansen es m¨¢s cr¨ªtico con esta f¨®rmula: ¡°Se centra mucho el discurso en que implican una manipulaci¨®n de los datos y eso no pasa, no es real. Sin embargo, s¨ª creo que esta reforma abre en exceso la mano a la f¨®rmula del fijo discontinuo. Se est¨¢ utilizando para contratos que podr¨ªan ser indefinidos continuos¡±. Jansen cree que para el empresario es muy barato mandar al trabajador a la inactividad y que urge regular este asunto en la negociaci¨®n colectiva, as¨ª como corregir los incentivos de las empresas para garantizar que los periodos de inactividad no se extienden m¨¢s all¨¢ de lo necesario. Cabe destacar que en esos periodos el trabajador queda en un momento de espera asegurada, es decir, tiene la convicci¨®n de que volver¨¢ a su puesto de trabajo. Y si no, las condiciones de la rescisi¨®n son las mismas que para cualquier otro trabajador fijo.
Tanto Zubiri como Jansen destacan que ya sea como fijo discontinuo o como indefinido al uso, como explicaba Fernando, el trabajador del aeropuerto de Barajas, estas f¨®rmulas dan m¨¢s certezas al trabajador. El profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid aporta varios argumentos: ¡°Cuando eres indefinido, tu protecci¨®n judicial es mayor. Por ejemplo, una mujer embarazada con contrato temporal, si no se lo renuevan, no pasa nada. Si es indefinida, el despido ser¨ªa nulo. Adem¨¢s, el contrato temporal por defecto termina, mientras que el indefinido da la tranquilidad de que lo normal es que progrese. Y, por ¨²ltimo, los contratos temporales dificultan el acceso a cr¨¦ditos hipotecarios, al contrario que los indefinidos¡±.
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