El fin de las mascarillas: negocios entre la reconversi¨®n o el cierre
¡°Si no tienes un cliente que consuma diariamente, como residencias u hospitales, ya no tienes ninguna opci¨®n¡±, dice la directora de una empresa que fabrica cubrebocas
Desde este mi¨¦rcoles la mascarilla deja de ser obligatoria en el transporte p¨²blico. Este elemento, que irrumpi¨® en la vida de los ciudadanos el 21 de mayo de 2020 como una de las principales barreras contra el covid, comienza a ser cada vez m¨¢s anecd¨®tico. Es una buena noticia que ha llegado de la mano de las vacunas y de la remisi¨®n del virus. Mientras tanto, los fabricantes y vendedores de mascarillas que hab¨ªan visto su negocio despegar a ra¨ªz de la pandemia se encuentran en un momento cr¨ªtico, ya que las ventas han ca¨ªdo dr¨¢sticamente. ¡°Si no tienes un cliente que consuma diariamente, como residencias u hospitales, ya no tienes ninguna opci¨®n¡±, lamenta Bel¨¦n Fern¨¢ndez, directora de la empresa asturiana Fortia, que lleg¨® a producir en los momentos de mayor demanda, alrededor de 180.000 mascarillas al d¨ªa.
Basta un paseo por los locales de algunas tiendas madrile?as para ver que estos comercios no pasan por su mejor momento. Algunas, como un peque?o establecimiento en la plaza de Manuel Becerra, han sustituido las mascarillas del escaparate por velas arom¨¢ticas. ¡°Las mascarillas no se venden ya¡±, apunta una empleada que no quiere dar su nombre. Otras, como la tienda que ocupaba un amplio local en la estaci¨®n de cercan¨ªas de Delicias, han cerrado, y en la puerta solo se puede encontrar el cartel que anuncia el pr¨®ximo negocio que ocupar¨¢ ese espacio.
Fern¨¢ndez cuenta que ¡°es imposible de recuperar ahora mismo¡± la inversi¨®n inicial ¡ªde un mill¨®n de euros¡ª que se requiri¨® para poner en marcha la f¨¢brica de Fortia. En marzo del a?o pasado a¨²n conservaban una plantilla de 32 personas, con capacidad de producir al d¨ªa 35.000 mascarillas del tipo FFP2 y 150.000 quir¨²rgicas. La ca¨ªda m¨¢s fuerte de las ventas la sufrieron, seg¨²n la directora, en el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado. Actualmente, solo cuentan con cuatro empleados, ya que trabajan ¨²nicamente bajo demanda. Desde Fortia afirman que no se han planteado reorientarse hacia otro tipo de producci¨®n y tratan de no sumarse a las dos de cada tres empresas del sector que ya han cerrado desde el verano de 2022, seg¨²n los datos la Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes de Mascarillas, Batas y EPIS (OESP).
En Castell¨®n, la empresa Airnatech est¨¢ en pleno proceso de reconversi¨®n. El consejero delegado, Javier Llorent, cuenta que fund¨® la empresa con un grupo de amigos al principio de la pandemia. Tras experimentar las dificultades de comprar en un mercado internacional sometido a la especulaci¨®n, decidieron comenzar a fabricar mascarillas en la Comunidad Valenciana. ¡°El primer golpe fue cuando hubo una gran cantidad de mascarillas de importaci¨®n que se vend¨ªan por debajo de los precios de coste espa?oles¡±, apunta. Poseen cuatro patentes de filtros y siguen produciendo cubrebocas, pero su modelo de negocio est¨¢ cambiando hacia la producci¨®n de suplementos alimenticios.
¡°Un fabricante de mascarillas es un productor, no un especulador¡±, sentencia Juan Francisco S¨¢nchez Gordo, presidente de la patronal de los fabricantes (OESP). El empresario, que tambi¨¦n regenta la empresa de producci¨®n de material sanitario PI Medical, defiende que en el sector no han tratado de lucrarse con la pandemia, sino que han trabajado para cubrir una necesidad cuando en Espa?a no hab¨ªa mascarillas. ¡°Ning¨²n productor ten¨ªa en mente pegar el pelotazo porque son inversiones que se tarda varios a?os en amortizar¡±, sentencia. S¨¢nchez pide separar la figura de los fabricantes de la de los especuladores que trataban de llevarse comisiones con la venta de un bien escaso en los momentos iniciales de la crisis del covid. Este comportamiento llev¨® al Gobierno a limitar el precio de las mascarillas para contener su encarecimiento durante los periodos m¨¢s cr¨ªticos de la pandemia.
En marzo de 2020, Espa?a atravesaba un periodo cr¨ªtico de escasez de material sanitario. No solo se necesitaban cubrebocas, tambi¨¦n batas, trajes EPI y guantes, pero la producci¨®n nacional era casi inexistente en ese momento. El presidente de PI Medical, una de las factor¨ªas que arranc¨® en ese momento, indica que tras poner en funcionamiento la f¨¢brica llegaron a colocar en el mercado alrededor de 20 millones de mascarillas al mes. Tres a?os m¨¢s tarde, la venta de este producto ya se restringe, casi exclusivamente, a algunos sectores especializados (como el sanitario), a ciertas industrias y a talleres d¨®nde se trabaja con aerosoles. Para el p¨²blico en general, solo ser¨¢ obligatoria en centros de salud y farmacias.
En Lugo, la empresa VP Mascarillas replica la historia de Fortia. Ha pasado de contar con 30 empleados a quedarse ¨²nicamente con cinco. ¡°Seguramente tengamos que reducir en breve¡±, apunta el director de la empresa, Eduardo V¨¢zquez. El empresario afirma que desde las administraciones ¡°no se premia la fabricaci¨®n nacional¡±.
El presidente de la patronal de los fabricantes tambi¨¦n lamenta que el producto nacional no se priorice en las licitaciones. Pide un mayor control a la hora de conceder contratos p¨²blicos de compra para, por ejemplo, hospitales. ¡°El ¨²nico criterio que valora la Administraci¨®n es el precio, ni la calidad, ni el cumplimiento de las propias normativas europeas en materia laboral y de sostenibilidad¡±, apunta. Se?ala adem¨¢s que deber¨ªa garantizarse una capacidad de producci¨®n m¨ªnima para poder responder en caso de que se produzca una emergencia sanitaria como la de 2020. ¡°Deber¨ªamos preguntarnos si queremos depender de Asia en un tema de salud p¨²blica como este¡±, sentencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.