Salce Elvira: la infatigable lucha por el empleo digno
Fallece una de las dirigentes del sindicalismo de clase que trajo las libertades democr¨¢ticas y los derechos laborales a nuestro pa¨ªs
Ha fallecido Salce Elvira (Tendilla, Guadalajara, 75 a?os). Y me gustar¨ªa que su vida no fuera an¨®nima, quisiera que aquellos que no la conocieron sepan que fue una de las dirigentes del sindicalismo de clase que trajo las libertades democr¨¢ticas y los derechos laborales a nuestro pa¨ªs. Era, adem¨¢s, una amiga y compa?era de luchas, penalidades y esperanzas.
Su historia es la de esas personas que nunca lo tuvieron f¨¢cil. Naci¨® en un pueblo de Guadalajara, Tendilla, y con 13 a?os se qued¨® hu¨¦rfana de padre junto con su hermana peque?a. Salce ha sido un ejemplo de c¨®mo el car¨¢cter se sobrepone al destino. Una mujer de mediados del siglo pasado en aquella sociedad patriarcal rompi¨® el determinismo social y ser¨ªa protagonista de la historia de Espa?a.
Feminista por los hechos, ten¨ªa claro que la aut¨¦ntica libertad es la independencia econ¨®mica. Empez¨® a trabajar con diecis¨¦is a?os en Madrid, luego ingres¨® en una gran empresa, Cenemesa, posteriormente Westinghouse. Su primer compromiso fue con los cristianos de base, particip¨® activamente en las clandestinas comisiones obreras en los a?os sesenta y entr¨® en el PCE. Eran tiempos en los que la resistencia a la dictadura ten¨ªa coste y peligro. Recuerdo que compartimos detenci¨®n y procesamiento en los estertores del Tribunal de Orden P¨²blico por la huelga general del 12 de noviembre de 1976.
Pronto empez¨® a tener responsabilidades en el sindicato del Metal y en la Uni¨®n de Madrid de CC OO. Por su capacidad de trabajo fue elegida en los a?os ochenta Secretaria Confederal de Empleo y representaba a CC OO en el Consejo General del INEM y en foros internacionales. Presente en todos los procesos de negociaci¨®n con la patronal CEOE y con los gobiernos de turno, destacaba por su competencia t¨¦cnica y su firmeza en las negociaciones. Siempre defendiendo un empleo estable y con derechos que permitiera vivir con dignidad, siempre luchando contra un mar de precariedad que impide hacer pie a los trabajadores y los hace bracear desesperadamente para sobrevivir.
Particip¨® activamente en la organizaci¨®n de la huelga general del 14-D de 1988 y en la defensa de la unidad de acci¨®n con la UGT. Durante y despu¨¦s de la crisis de CC OO del VI Congreso confederal (1996) por el modelo sindical, Salce Elvira fue una de las dirigentes principales del sector cr¨ªtico del sindicato junto con Marcelino Camacho. Por ello, y por defender algo tan obvio como que el sindicalismo de clase es presi¨®n y negociaci¨®n, sufrir¨ªa la marginaci¨®n desde la direcci¨®n oficial de entonces.
La crisis interna, la retirada de toda responsabilidad del sindicato y la denegaci¨®n de la prestaci¨®n de desempleo (su f¨¢brica ya estaba cerrada), la obligaron a reinventarse. A pesar de ser una de las personas que m¨¢s sab¨ªan de mercado de trabajo en Espa?a, no atendi¨® a ning¨²n canto de sirena de puerta giratoria. Qu¨¦ buena ministra de Trabajo habr¨ªa sido si hubiera tenido la oportunidad. Licenciada en Historia, aprob¨® las oposiciones de secundaria y dio clases de Formaci¨®n y Orientaci¨®n Laboral en varios institutos de Madrid.
Tras los cambios en el IX Congreso de CC OO, Salce fue responsable de Ciencia e Investigaci¨®n, impulsora de la Ley de Ciencia y representante en el Consejo Econ¨®mico y Social. Militante durante muchos a?os de Izquierda Unida, desde la crisis de IU Madrid de 2015 no ten¨ªa afiliaci¨®n pol¨ªtica, pero segu¨ªa participando activamente en las entidades vecinales del barrio de El Pilar y en toda manifestaci¨®n por una buena causa.
Tenaz, con gran capacidad de liderazgo, ten¨ªa un car¨¢cter fuerte, no exento de una ternura que intentaba disimular con su actitud cr¨ªtica. Leal con sus ideas y con sus amigos, era muy generosa en la entrega, sin presumir ni buscar beneficio propio. Era, por ello, muy dura con el oportunismo y el inter¨¦s personal en pol¨ªtica o sindicalismo. Personificaba la mejor ¨¦tica de clase, un espejo inc¨®modo para la mediocridad.
El compromiso de Salce no fue un fogonazo, dur¨® toda su vida como resultado de la fuerza de las convicciones y de la integridad moral. Si las personas se ponen a prueba en las situaciones dif¨ªciles, qu¨¦ grande y qu¨¦ digna ante la enfermedad. En los ¨²ltimos meses de hospital ha estado pendiente de los dem¨¢s, generosa con todos y agradecida a los sanitarios que la han atendido en el hospital de La Paz. Acept¨® su final con la calma y la tranquilidad de quien ha cumplido con la vida. Ahora, al perderla, nos ayudar¨¢ el recuerdo de su inquebrantable voluntad de resistir y no claudicar. A pesar de las derrotas, no se rindi¨® porque siempre luch¨® contra el desorden del sistema. Este es su legado. Hasta siempre, amiga, nos vemos all¨¢ arriba.
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