N¨®minas en el m¨ªnimo legal: cinco trabajadores cuentan c¨®mo es vivir cobrando el SMI
El Gobierno aprueba aumentar el salario m¨ªnimo hasta los 1.080 euros. ¡°Llegas a no quedar con nadie para no gastar. O paseas, que es gratis, o te quedas en casa metido todo el d¨ªa¡±
¡°La calidad de vida est¨¢ en los detalles¡±. En aquellas cosas que se hacen ¡ªo se dejan de hacer¡ª despu¨¦s de descontar los gastos fijos y el tiempo de trabajo. Los protagonistas de estas historias cobran el salario m¨ªnimo interprofesional (SMI), es decir, la retribuci¨®n m¨ªnima legal que un trabajador puede recibir por una jornada completa de trabajo en Espa?a. La frase con la que arranca este reportaje la pronuncia Iris Ballesteros, madrile?a de 41 a?os que trabaja en el sector de la comida r¨¢pida. Su salario es de 1.000 euros al mes, aunque ¡°algunos meses es menos, porque los contratos son por horas trabajadas¡±, apunta. Desde este martes 14 de febrero, el salario m¨ªnimo sube un 8% hasta los 1.080 euros mensuales en 14 pagas despu¨¦s de que el Consejo de Ministros haya aprobado el aumento para alcanzar su compromiso de elevar la retribuci¨®n m¨ªnima hasta el 60% del salario medio, seg¨²n aconseja la Carta Social Europea.
En el caso de las personas que trabajan por horas, la nueva norma recoge que el salario base no podr¨¢ ser inferior a 8,45 euros al mes, una cifra que ya incluye la parte proporcional de domingos y festivos, pagas extraordinarias y vacaciones. Ballesteros lleva cinco a?os en una conocida cadena de comida r¨¢pida, en la planta donde se hacen las masas que sirven de base a las pizzas. Siempre ha trabajado con horarios y tiempos variables seg¨²n el mes. En referencia a la subida de 80 euros del SMI, apunta que ¡°cualquier aumento, por peque?o que sea, se nota¡±. Si su sueldo se aproximara al salario medio de Espa?a ¡ªactualmente en torno a los 1.600 euros netos¡ª Ballesteros, que reside con sus padres, se plantear¨ªa comprarse una casa con su pareja, pero por ahora ¡°es imposible¡±, pues ambos trabajan con condiciones similares.
Seg¨²n estimaciones de UGT y CC OO, la agricultura y el sector servicios son las ramas profesionales que m¨¢s sufren los bajos salarios. Cora Valiente (46 a?os) es camarera en Madrid, trabaja en una cadena de cafeter¨ªas a jornada completa y con la nueva subida su salario queda equiparado al SMI. Cuenta que invierte el 60% de sus ingresos en el alquiler de su casa, que comparte con su hermano. Ni siquiera se plantea una hipoteca: ¡°Un piso, adem¨¢s de pagar la hipoteca, hay que mantenerlo¡±, y con un salario poco superior a 1.000 euros afirma que no le es posible. Valiente comenta que cuando los gastos suben se permite solo lo imprescindible. ¡°Llegas a no quedar con nadie para no gastar. O paseas, que es gratis, o te quedas metido en casa todo el d¨ªa¡±, concluye. Puntualiza que su salario es ligeramente superior a los 1.080 euros debido a los complementos salariales, por lo que teme que su n¨®mina no sufrir¨¢ ning¨²n cambio, sino que la subida de su salario base se compensar¨¢ descontando de los complementos. ¡°De no ser por las subidas no podr¨ªamos ni respirar¡±, se?ala.
Laura S¨¢nchez (43 a?os) tambi¨¦n trabaja en el sector servicios. Es nutricionista en el hospital de Murcia y su salario se rige por el convenio de hosteler¨ªa: cobra el SMI por 40 horas semanales. ¡°Afortunadamente, no tengo hipoteca y mi marido cobra m¨¢s¡±, destaca. Sobre el incremento de las prestaciones base, afirma: ¡°Las subidas son peque?as, no se notan mucho, pero hay que ir avanzando aunque sea poco a poco¡±. S¨¢nchez lleva 18 a?os trabajando en el mismo hospital, 14 de ellos con el convenio regulador caducado. Para ella, una ocupaci¨®n como la hosteler¨ªa deber¨ªa tener salarios m¨¢s altos. ¡°Al final no habr¨¢ nadie que quiera trabajar en esto¡±, apunta.
El incremento salarial que se pone en marcha este martes tiene efecto retroactivo, es decir, se deber¨¢ abonar contando desde el 1 de enero. Para la nutricionista esto es ¡°muy positivo¡± y supone un extra que ¡°se agradece mucho¡±. En 2022, la inflaci¨®n fue del 8,4%, muy por encima del crecimiento de los salarios (de un 2,78%).
A finales de 2018, la retribuci¨®n m¨ªnima era de 735,90 euros mensuales. A partir de este martes ser¨¢ de 1.080 euros. Javier L¨®pez sabe bien lo que es organizar su d¨ªa a d¨ªa con el salario m¨ªnimo porque lleva cobr¨¢ndolo varios a?os. Cuenta que 80 euros m¨¢s al mes cubrir¨ªan, en parte, los gastos de desplazamiento a su trabajo ¡ªde 30 euros semanales¡ª. Este sevillano de 49 a?os lleva seis trabajando como administrativo en una empresa de consultor¨ªa. Actualmente, tiene una n¨®mina de 1.000 euros, que se queda en algo m¨¢s al tener las pagas prorrateadas. Con la pensi¨®n de su mujer, en su casa entran mensualmente 1.600 euros, con los que viven ellos y sus dos hijos.
Como en muchos otros casos, L¨®pez explica que se recorta el gasto de aquello que no es imprescindible: ¡°Cuando los precios no estaban tan disparados nos pod¨ªamos plantear, por ejemplo, celebrar nuestro aniversario. Ahora¡ dif¨ªcilmente¡±. Cuando el presupuesto es bajo, tomarse un caf¨¦ deja de ser un acto improvisado y se convierte en una variable de la que recortar: ¡°Si la factura de la luz llega disparada, pues tienes que quitarte de tomar el caf¨¦¡±, se?ala.
En el caso de los j¨®venes, emanciparse supone un reto cuando el salario es bajo. Sandra Casado tiene 23 a?os y es veterinaria en Le¨®n. Su sueldo, con todos los complementos, ronda los 1.100 euros. ¡°Independizarme es algo que veo bastante imposible¡±, apunta. De acuerdo con los sindicatos, el perfil m¨¢s habitual de persona que cobra el salario base es una mujer de entre 16 y 34 a?os, con un contrato temporal.
Seg¨²n un informe de CC OO, entre los m¨¢s j¨®venes los salarios tampoco alcanzan grandes cifras. El documento apunta que casi el 31% de los que tienen entre 16 y 24 a?os y trabajan a jornada completa se ver¨¢n beneficiados por la subida. Siguen los j¨®venes entre 25 y 34 a?os, con casi un 15% de incidencia. Casado cuenta que su trabajo la obliga a desplazarse en coche, lo que le supone 200 euros fijos de gasto mensual en gasolina. La joven vive en el hogar familiar, pero cuenta que con lo que le queda de n¨®mina no puede plantearse un alquiler y tampoco ahorrar, salvo con la ayuda de sus padres.
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