Los petroleros toman el relevo a los portacontenedores como reyes del oc¨¦ano
La invasi¨®n de Ucrania est¨¢ inflando las cuentas de las empresas que transportan crudo y combustible

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¡°La guerra nos beneficia¡±, dice Peter Kolding, vicepresidente de la firma de transporte de petr¨®leo danesa Hafnia. La frase suena cruda en la planta alta de un hotel de Singapur rodeado de rascacielos, tan cerca del puerto donde flotan centenares de embarcaciones que basta asomarse a la ventana para contemplarlas. La confesi¨®n es tan inc¨®moda como real. ¡°As¨ª ha sido hist¨®ricamente. Las disrupciones nos van bien. Mira la Guerra de Irak¡±, completa. Lo que ocurri¨® entonces y lo que ocurre ahora es, resumido, que las empresas de transporte de petr¨®leo est¨¢n ganando toneladas de dinero. Toman as¨ª el relevo de las firmas de buques portacontenedores, las grandes beneficiadas en 2021 y 2022 por los problemas en las cadenas de suministro generados por la pandemia, que ven ahora hundirse los fletes que cobran por el fin de la congesti¨®n en los puertos, y ceden el testigo en el ciclo alcista.
Detr¨¢s de ese auge de las tarifas que perciben los petroleros, notorio desde el pasado verano, est¨¢ la subida del precio del crudo en los mercados internacionales y los trastornos provocados por la invasi¨®n, que ha obligado a utilizar rutas mar¨ªtimas diferentes para evitar las zonas de conflicto. Adem¨¢s, las duras sanciones occidentales contra Mosc¨² han empujado a muchos pa¨ªses a buscar alternativas al combustible ruso en Oriente Medio, Asia y EE UU, aunque eso suponga tener que traerlo desde destinos mucho m¨¢s lejanos. M¨¢s tiempo en el agua portando carga y m¨¢s uso de la flota significan m¨¢s rentabilidad.
Desde el sector apuntan a que hay otros factores ajenos al conflicto desatado por Vlad¨ªmir Putin que tambi¨¦n est¨¢n influyendo. Existe una fuerte demanda de pa¨ªses que han cerrado refiner¨ªas en los ¨²ltimos a?os, sobre todo Australia, Nueva Zelanda y Sud¨¢frica. Hay retrasos en las descargas en Am¨¦rica Latina debido al aumento de las importaciones, principalmente de EE UU. La cartera de pedidos de nuevos petroleros est¨¢ en m¨ªnimos hist¨®ricos pese a que la flota est¨¢ muy envejecida, en parte porque mientras se aprueban regulaciones ambientales m¨¢s estrictas, se desconoce a¨²n cu¨¢l ser¨¢ el combustible verde que se impondr¨¢ en el mar.
Hay proyectos e inversiones en metanol y amoniaco, pero nadie descarta que finalmente se generalice el uso de otro distinto, y la incertidumbre es m¨¢xima. ¡°No podemos construir los barcos bas¨¢ndonos en especulaciones¡±, dicen desde la danesa Hafnia. El dilema del huevo y la gallina lo impregna todo: ?deben ser los propietarios de los barcos los que los construyan adaptados a un determinado combustible verde, o en cambio los fabricantes de estos carburantes han de tener lista antes la demanda necesaria? En un escenario repleto de dudas y con pocas certezas, la l¨®gica del mercado es implacable: si no salen de los astilleros nuevos buques, la oferta se reduce, y las tarifas repuntan.
Los inversores se han subido a bordo sin pens¨¢rselo. Algunas de las principales compa?¨ªas del sector, como Euronav, DHT, Scorpio o Teekay acumulan subidas en Bolsa de entre el 75% y casi el 300% en solo un a?o. Aunque su tama?o no es comparable al de los gigantes de los portacontenedores, todo lo que flote y sea capaz de llevar petr¨®leo se ha convertido en una m¨¢quina de generar efectivo, por eso est¨¢n tardando m¨¢s en ser achatarradas, y se apuran al l¨ªmite embarcaciones muy antiguas o se venden a precios impensables hace no tanto.
En ese entorno tan favorable, las empresas invierten cada vez m¨¢s en datos que les digan d¨®nde deben colocar sus piezas para maximizar sus ingresos: el algoritmo usa informaci¨®n hist¨®rica para predecir d¨®nde es m¨¢s probable que haya demanda, y tiene en cuenta las tormentas y el estado de la mar para recomendar el camino m¨¢s r¨¢pido. ¡°Los contenedores tienen rutas y horarios fijos. En los petroleros sucede m¨¢s como con un coche Uber. Deben estar en el lugar correcto a la hora correcta, y desde ah¨ª iremos donde el cliente nos diga¡±, compara el dan¨¦s Kristian Jasper, director en Maersk Tankers. Sus precios son igual de cambiantes, a otra escala. ¡°Un mes te est¨¢n pagando 10.000 d¨®lares diarios por un barco y al siguiente 50.000 por el mismo¡å.
El directivo dirige las operaciones desde Singapur, donde este diario ha viajado invitado por Danish Shipping, la organizaci¨®n que agrupa a las empresas danesas due?as de barcos. Sobre su amplia presencia en Asia, Jasper es claro. ¡°En este c¨ªrculo tenemos la mitad de la poblaci¨®n global y m¨¢s de la mitad de la demanda de energ¨ªa¡±, dice se?alando un mapa donde Asia queda encerrada por la circunferencia.
La lucrativa campa?a militar rusa tiene una cara m¨¢s negativa para los petroleros. Si sus barcos atraviesan el Mar Negro deben pagar m¨¢s a las aseguradoras. Y deben ser m¨¢s cuidadosos al comprobar de d¨®nde proviene el petr¨®leo que van a transportar y a qui¨¦n se lo entregan para no incumplir las sanciones contra Rusia. Maersk Tankers explica que cuenta con un equipo de cinco personas dedicadas a la labor de evitar cruzar l¨ªneas rojas, pero sea por un error o por intentar saltarse el embargo internacional, no siempre lo consigue: la semana pasada el Gobierno espa?ol prohibi¨® la entrada de uno de sus buques, el Maersk Magellan, al puerto de Tarragona por ir cargado de hidrocarburos rusos.
Peter Kolding, de Hafnia, se?ala que burlar las sanciones no es imposible, m¨¢xime cuando algunas potencias est¨¢n aprovechando la crisis para comprar crudo a Mosc¨² con descuento. ¡°La India puede refinar el crudo ruso y enviarlo a Europa convertido en producto propio. No puedes comprarlo y reexportarlo directamente, pero cuando lo transformas el origen inicial se pierde¡±.
Nadie se atreve a aventurar cu¨¢nto durar¨¢ este ciclo virtuoso. Posiblemente, el final de la guerra reducir¨ªa instant¨¢neamente las tarifas, pero por ahora esa posibilidad no se vislumbra a corto plazo. Y aun cuando los tambores de guerra dejen paso a la paz, los mandamases del sector no esperan que todo vuelva a la normalidad. ¡°La demanda europea nunca va a ser como antes porque se est¨¢n volviendo m¨¢s independientes de Rusia¡±. Eso quiere decir, por ahora, m¨¢s petroleros en el mar y m¨¢s dinero en la caja.
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