La inflaci¨®n repunta al 6,1% y acelera por segundo mes consecutivo
Los altos precios de los alimentos y el encarecimiento de la tarifa el¨¦ctrica hacen mella en su evoluci¨®n. La inflaci¨®n subyacente sube al 7,7%, r¨¦cord desde que hay registros
La curva de la inflaci¨®n no ser¨¢ una ola que rompa desde el pico a la orilla con la misma velocidad a la que se elev¨®, y la trayectoria hacia niveles m¨¢s normales se presenta plagada de altibajos. En febrero, los precios subieron un 6,1%, dos d¨¦cimas por encima del 5,9% de enero, seg¨²n datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Contin¨²a as¨ª la tendencia al alza iniciada con el cambio de a?o, cuando se trunc¨® una racha favorable de cinco meses, coincidiendo con el fin de la bonificaci¨®n a los conductores para comprar combustible m¨¢s barato en las gasolineras.
Un a?o despu¨¦s del comienzo de la guerra en Ucrania, los peores presagios sobre el potencial del conflicto para calentar los precios se han hecho realidad, incluidas subidas a un ritmo de doble d¨ªgito el pasado verano que no se hab¨ªan visto en casi cuatro d¨¦cadas. Sin embargo, la dura respuesta de los bancos centrales subiendo los tipos de inter¨¦s para enfriar la econom¨ªa, y la ca¨ªda de las cotizaciones de la electricidad y el gas natural, favorecidas por el auge de las energ¨ªas renovables, la menor demanda, y unas temperaturas m¨¢s altas de lo habitual este invierno, han contribuido a suavizar el impacto. En febrero, algunos de esos factores fueron menos evidentes: hizo m¨¢s fr¨ªo y sopl¨® menos viento, por lo que los precios el¨¦ctricos aumentaron frente al mes pasado.
Ese hecho, sumado a la dificultad para hacer retroceder el empuje de los alimentos, dado que en enero y febrero muchos proveedores actualizan precios, han provocado que la inflaci¨®n vuelva a crecer a tasas muy poco habituales para este mes: es el mayor aumento de la tasa mensual en febrero en 45 a?os (desde 1978). ¡°Esta evoluci¨®n es debida a que los precios de la electricidad suben este mes, frente al descenso registrado en febrero de 2022, y a que los alimentos y bebidas no alcoh¨®licas aumentan m¨¢s que en febrero del a?o pasado¡±, resume el INE. En dos semanas, cuando aparezca el dato definitivo, aportar¨¢ m¨¢s detalles. Los carburantes, en cambio, retrocedieron respecto al a?o pasado pese al fin del descuento de 20 c¨¦ntimos a los conductores particulares. Igual que el transporte de pasajeros.
La inflaci¨®n subyacente, que excluye la energ¨ªa y los alimentos frescos, los elementos m¨¢s vol¨¢tiles, no trae buenas noticias, y avanz¨® al 7,7%, dos d¨¦cimas m¨¢s que en enero. Marca as¨ª un nuevo r¨¦cord desde el inicio de la serie en 1986, lo que hace pensar en la persistencia de los altos precios. A¨²n se desconoce qu¨¦ partidas la han impulsado en mayor medida en febrero. En enero fueron, seg¨²n el INE, las prendas de vestir, el calzado, los servicios de telefon¨ªa y el tabaco.
Para ?ngel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, es un momento de cambio. ¡°La guerra ha causado el mayor shock energ¨¦tico desde las crisis del petr¨®leo en los a?os setenta, lo que llev¨® a la inflaci¨®n a los niveles r¨¦cord que vimos en 2022. Ahora mismo estamos en una fase de transici¨®n, donde los precios de la energ¨ªa no son ya los que dominan la inflaci¨®n, sino los alimentos y la inflaci¨®n subyacente¡±.
La inflaci¨®n est¨¢ hoy por debajo del umbral con el que comenz¨® la guerra (7,6% a cierre de febrero de 2022), pero ocupa todav¨ªa el lugar m¨¢s alto en la lista de preocupaciones econ¨®micas de inversores, gobiernos y bancos centrales. Por el golpe para los hogares de los altos precios de los alimentos, que sufren su propia crisis en los costes de producci¨®n, con fertilizantes, semillas o lubricantes a¨²n disparados. Y porque est¨¢ siendo m¨¢s persistente de lo que todos esperaban en un primer momento: en el caso de Espa?a, lleva 23 meses por encima del 2% recomendado por el BCE, y aun as¨ª su tasa es la m¨¢s baja de entre sus socios, empatada con la de Luxemburgo ¡ªen la zona euro marc¨® el 8,6% en enero¡ª.
Las repercusiones del fen¨®meno han sido y son numerosas: desde la evidente p¨¦rdida de poder adquisitivo, especialmente da?ina para las familias de menos recursos, que dedican un mayor porcentaje de sus ingresos a comprar alimentos, hasta paradas de actividad en la industria electrointensiva por la p¨¦rdida de rentabilidad o aumentos en la recaudaci¨®n tributaria, y tambi¨¦n en el gasto p¨²blico, para compensar a pensionistas, funcionarios o colectivos vulnerables por el aumento del coste de la vida.
Las dificultades para trasladar a la cesta de la compra el abaratamiento que s¨ª se detecta ¡ªcon baches puntuales¡ª en electricidad y gas ha llevado al Gobierno a buscar soluciones urgentes. El 31 de enero autoriz¨® el pago de 300 millones en ayudas a los agricultores para hacer frente al alza de los fertilizantes, y desde comienzos de ese mes est¨¢ vigente una rebaja del IVA de algunos alimentos b¨¢sicos que si bien ha conseguido moderar ligeramente la velocidad a la que se encarecen, a¨²n est¨¢ lejos de resolver el problema. Pese a que el Gobierno considera que estos ya han tocado techo, su descenso hasta cotas normales puede tardar.
Javier Ib¨¢?ez de Aldecoa, economista de CaixaBank Research, opina que el IPC de los alimentos ¡°no presentara un recorrido al alza por mucho m¨¢s tiempo, aunque los ¨²ltimos datos no han sido del todo alentadores¡±. M¨¢s optimista se muestra sobre los precios energ¨¦ticos. ¡°Al fin estamos viviendo un periodo de cierta estabilidad, que esperamos que se mantenga en los pr¨®ximos meses, por lo que la energ¨ªa continuar¨¢ restando a la inflaci¨®n general¡±.
La ca¨ªda de los precios de la energ¨ªa est¨¢ llamada a abonar pr¨®ximamente el terreno de las buenas noticias. El gas natural est¨¢ m¨¢s barato que nunca desde que comenz¨® la crisis energ¨¦tica. Baj¨® de la barrera de los 50 euros el megavatio hora en el ¨ªndice TTF, de referencia en Europa, y se deprecia m¨¢s de un 35% en lo que va de a?o. Adem¨¢s, la congesti¨®n en las cadenas de suministro pr¨¢cticamente ha desaparecido, lo cual ha servido para abaratar el coste del transporte mar¨ªtimo, vital para el comercio global. Y el precio del petr¨®leo permanece m¨¢s o menos estable. La reapertura china tras poner fin a su restrictiva pol¨ªtica de covid cero, que ha animado sus perspectivas de crecimiento para 2023, hac¨ªa temer un repunte de los precios del crudo y otras materias primas por la mayor demanda desde el gigante asi¨¢tico, pero de momento no ha tenido gran incidencia, m¨¢s all¨¢ de subidas en los mercados de metales como el cobre, el zinc y el esta?o.
Presi¨®n al BCE
El a?o no ha comenzado bien ni para Espa?a ni para la vecina Francia, donde este martes se conoci¨® que la inflaci¨®n tambi¨¦n aceler¨® ¡ªal 7,2%¡ª impulsada por los precios desbocados de los alimentos. Estos datos a?aden presi¨®n al BCE para seguir subiendo los tipos de inter¨¦s, pero la tendencia de fondo es favorable: Bruselas calcula una inflaci¨®n media para Espa?a en 2023 del 4,4%, inferior a la actual, y el FMI rebaja esa cifra al 3,7%. Aun as¨ª, toda previsi¨®n entra?a cautelas. Como recog¨ªa una reciente presentaci¨®n de la subgobernadora del Banco de Espa?a, Margarita Delgado, las inc¨®gnitas son todav¨ªa muchas. ¡°?Los efectos de los descensos en el precio de la energ¨ªa se materializar¨¢n en la misma intensidad y velocidad que lo hicieron en el pasado cuando se encarecieron? ?Cu¨¢ntas presiones alcistas a¨²n quedan por reflejarse en la inflaci¨®n subyacente? ?Tendr¨¢n los efectos del descenso de precios de la energ¨ªa impacto ya en la inflaci¨®n subyacente de 2023?¡±, se preguntaba en un acto la semana pasada con empresarios aragoneses.
Hay otros riesgos: los incrementos salariales se han mantenido contenidos hasta ahora, pero las autoridades monetarias siguen vigilando su evoluci¨®n para evitar un c¨ªrculo vicioso de sueldos y precios; las subidas de tipos para atajar la inflaci¨®n han disparado el eur¨ªbor, lo que est¨¢ aumentando la proporci¨®n de hogares que anticipa dificultades para hacer frente a los pagos hipotecarios; y se han esfumado los colchones de ahorro construidos durante la pandemia, que han servido para mantener a flote el consumo en tiempos dif¨ªciles.
El denominado efecto base incidir¨¢ en los n¨²meros por venir. Al haberse producido un brusco incremento de los precios en marzo del a?o pasado, primer mes completo de guerra, es m¨¢s complicado que en marzo de este a?o se replique el fen¨®meno con tanta intensidad, porque la inflaci¨®n anual compara lo sucedido este a?o con el pasado. ?ngel Talavera augura una gran incidencia de los repuntes del petr¨®leo y la electricidad el ejercicio pasado al hacer la comparativa con 2023. ¡°Vamos a ver unos meses de volatilidad porque los precios de la energ¨ªa hace un a?o se movieron de tal manera que afectar¨¢ al c¨¢lculo anual de la inflaci¨®n. Despu¨¦s de esto, la cuesti¨®n es si podremos bajar la inflaci¨®n subyacente, que suele ser mucho m¨¢s pegajosa, aunque hasta ahora casi toda la subida viene causada a¨²n por la repercusi¨®n del gran incremento de costes, no vemos apenas se?ales de una inflaci¨®n impulsada por demanda excesiva, excepto en sectores muy concretos, por ejemplo el turismo y la restauraci¨®n durante la temporada de verano¡±.
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