El mercado negro de las citas se extiende por la Administraci¨®n
Las dificultades para hacer tr¨¢mites y la inacci¨®n de los organismos p¨²blicos ante el fraude impulsan un negocio de miles de euros
Tratar con la Administraci¨®n se ha convertido en un negocio. Las citas previas son desde hace a?os objeto de mercadeo, pero la inacci¨®n de los organismos p¨²blicos ha favorecido que el fraude se extienda a m¨¢s de una decena de tr¨¢mites, desde recoger la tarjeta de extranjero a renovar el carn¨¦ de conducir. Sin huecos suficientes para atender a todos los que lo requieren, el mercado negro de citas tiene a miles de ciudadanos como potenciales clientes. El negocio est¨¢ desatado con los tr¨¢mites relacionados con Extranjer¨ªa, pero tambi¨¦n con la Seguridad Social. Conseguir que un funcionario te reciba para revisar la pensi¨®n se cotiza a 50 euros, lograr la cita para pedir asilo llega a 200 euros. Es un negocio clandestino a medias: la Administraci¨®n sabe perfectamente que existe y cualquiera tiene acceso a los intermediarios a trav¨¦s de WhatsApp o Wallapop. Adem¨¢s de quien se aprovecha de las fallas del sistema para lucrarse, no sobran los que, adem¨¢s, estafan a los m¨¢s necesitados. ¡°Son mafias que se han dado cuenta de que si est¨¢n todo el rato buscando citas y las cogen, despu¨¦s van a sacar un rendimiento econ¨®mico muy alto porque la gente est¨¢ desesperada¡±, alerta Irene Ram¨ªrez, abogada especializada en Extranjer¨ªa.
Aunque ya no es exclusivo de ellos, quienes llevan m¨¢s a?os lidiando con intermediarios que venden citas ilegalmente son los extranjeros. En Espa?a hay 5,5 millones de ciudadanos de pa¨ªses de fuera de la UE, seg¨²n el INE, y todos ellos necesitan tr¨¢mites y citas de forma recurrente para mantener en orden sus papeles. El sistema est¨¢ corrompido hace tiempo, la Administraci¨®n lo sabe, pero ni ofrece citas suficientes que hagan innecesario el negocio de las mafias, ni ha impuesto cortafuegos de forma generalizada que impidan la aparici¨®n de un mercado negro.
Los precios est¨¢n ahora disparados, sobre todo en provincias como Madrid y Barcelona, donde hay m¨¢s peticiones. En general, faltan recursos para atender la demanda creciente, pero hay periodos en los que la situaci¨®n se agrava. Hace un par de a?os, por ejemplo, fue la pandemia, y, ahora, la guerra de Ucrania. La tramitaci¨®n expr¨¦s de los documentos de casi 170.000 refugiados ha sido un hito del que Espa?a se enorgullece, pero al mismo tiempo ha supuesto dedicar a polic¨ªas de las Brigadas de Extranjer¨ªa exclusivamente a este tr¨¢mite y relegar otros.
La cita m¨¢s preciada es para los que quieren pedir asilo en Espa?a. En Madrid, por ejemplo, se ofrecen unas 4.000 citas al mes para hacerlo, pero no resultan suficientes y se venden como churros por 200 euros. Anyelina, una colombiana de 30 a?os, est¨¢ dispuesta a pagarlos para que su hermano pueda obtener la preciada cita. Hace un a?o ella tambi¨¦n tuvo que pagar, aunque el coste no superaba los 60 euros. ¡°Normalmente, casi todos llegamos desubicados y para nosotros el tiempo es oro¡±, explica. ¡°Me pasaba el d¨ªa en la p¨¢gina intentando conseguir una cita y era imposible. Al final pagu¨¦¡±. A Anyelina le enfada pagar ese dinero por un tr¨¢mite que es gratis, pero ese paso es tan importante para poder trabajar o para abrir una cuenta bancaria que no hay muchas m¨¢s opciones.
Anyelina est¨¢ enfadada, lo considera un abuso. ¡°Yo tengo que trabajar 12 horas, sin poder dormir, cuidando a una se?ora para ganarme 50 euros¡ Y estos pendejos se tardan tres minutos en sacar una cita y cobran 200 euros. No s¨¦ c¨®mo lo hacen, pero son una mafia. ?Se creen que la plata llueve del cielo?¡±. Y la lucha de Anyelina con la Administraci¨®n no acaba ah¨ª. Su novio, que necesita canjear su carn¨¦ de conducir en la DGT, tampoco consigue cita. Lleva ya 80 euros invertidos en comprar la vez en la oficina de Tr¨¢fico. ¡°En un a?o, la ¨²nica cita que he conseguido sin pagar ha sido para empadronarme¡±, reclama.
El modus operandi se ha ido adaptando en los ¨²ltimos a?os, pero, en esencia, es el mismo. Los compradores de turnos piden el n¨²mero de identificaci¨®n de extranjero, el nombre completo, la nacionalidad, un correo electr¨®nico y la provincia en la que quiere hacerse el tr¨¢mite. Cuando la p¨¢gina web libera las citas previas, ya hay un ej¨¦rcito de gestores, abogados, locutorios y aprovechadores en general dispuestos a acaparar el mayor n¨²mero posible de turnos que ya les han encargado previamente. La cita se paga una vez que est¨¢ confirmada, en persona, por transferencia, mediante ingreso bancario o por Bizum. ¡°Garantizado 100%¡±, ¡°si me recomiendan es por algo¡±, ¡°entre m¨¢s r¨¢pido me pases los datos, m¨¢s r¨¢pido me pongo a ello¡±, anima un intermediario ante las dudas planteadas por EL PA?S.
En el caso de la Seguridad Social, el servicio es algo diferente y se parece m¨¢s a una subcontrataci¨®n. Aqu¨ª los vendedores se ofrecen a permanecer el tiempo necesario frente al ordenador, refrescando las p¨¢ginas en las que se publican las citas continuamente a cambio de dinero. Los precios son algo inferiores tambi¨¦n: entre 15 y 50 euros. Una b¨²squeda r¨¢pida en la web oficial evidencia que las citas son escasas, pero que existen. Sin embargo, no siempre se localizan en las oficinas m¨¢s cercanas al domicilio del demandante. Algo que supone un alivio y un problema al mismo tiempo. ¡°Con la f¨®rmula del distrito ¨²nico que se ha implementado en Madrid ¡ªque permite obtener una cita en cualquier oficina de la provincia ¡ª, se extienden las posibilidades de que una persona encuentre un hueco disponible¡±, explica una fuente del departamento que dirige Jos¨¦ Luis Escriv¨¢.
La Seguridad Social registr¨® 670.000 peticiones de citas previas en los primeros d¨ªas de marzo, de las cuales el 1,12% fueron solicitadas a trav¨¦s de un software automatizado (robot), la ¨²nica modalidad fraudulenta de la que se ha realizado un seguimiento. ¡°Se est¨¢n tomando medidas para intentar evitarlos o reducirlos a la m¨ªnima expresi¨®n, por ello son objeto de tratamiento y an¨¢lisis por parte de los equipos de seguridad de la Seguridad Social¡±, se?ala una fuente ministerial. A pesar de esta realidad, ¡°la posibilidad de reventa es muy reducida y su impacto ciertamente limitado¡±, defiende.
Control y organizaci¨®n
Durante la pandemia, las oficinas de empleo colapsaron con la tramitaci¨®n de los Expedientes de Regulaci¨®n Temporal de Empleo (ERTE). No estaban preparadas para trabajar en remoto, y antes del cierre de los locales por el coronavirus, no exist¨ªa el sistema de cita previa. ¡°Ahora, en general, el sistema de citas funciona de manera adecuada en toda Espa?a en la actualidad¡±, se?ala una fuente del Ministerio de Trabajo, del que depende el SEPE. Adem¨¢s, asegura que la asignaci¨®n de citas se ha centralizado ¡°lo que permite un mejor control y organizaci¨®n¡±, y que la ¡°presolicitud ¡ªun mecanismo con el que se puede solicitar cualquier prestaci¨®n y subsidio e incluso hacer cualquier tr¨¢mite sin necesidad de ir a la oficina¡ª, descongestiona la cita previa, sobre todo en momentos puntuales de picos de demanda¡±. Sin embargo, en opini¨®n de Manuel Galdeano, la falta de personal p¨²blico sigue siendo un problema para hacer frente ¡°a una mayor carga de trabajo¡±. En su informe anual, el Defensor del Pueblo se?ala el ¡°elevado n¨²mero de quejas¡± ante la dificultad para obtener cita en la mayor¨ªa de provincias.
El sistema de cita previa ya ven¨ªa emple¨¢ndose en la Agencia Tributaria, y que le ha permitido impermeabilizarse ante la aparici¨®n de este mercado alternativo. ¡°Lo que hemos hecho es tratar de limpiar al m¨¢ximo la interfaz del servicio de cita de la p¨¢gina web para poder ofrecer un servicio m¨¢s r¨¢pido, que requiera de menos pasos y que sea m¨¢s resolutivo¡±, indica una fuente de la Agencia. De hecho, en el organismo que depende del Ministerio de Hacienda no tienen constancia de que haya existido un bazar paralelo en el que se ofrezcan estos turnos.
La falta de citas y el mercado negro que se ha creado gracias a ello favorece tambi¨¦n el enga?o, m¨¢s all¨¢ del fraude. Kevin Tafur, otro colombiano de 30 a?os, huy¨® de su pa¨ªs en agosto del a?o pasado. Despu¨¦s de un mes intentando sacar una cita sin resultado, acab¨® pagando 180 euros para pedir asilo en Madrid. ¡°El hombre con el que contact¨¦ me escribi¨® a las tres semanas me dijo que ya la ten¨ªa y me mand¨® una captura de pantalla. Le hice el env¨ªo del dinero y el d¨ªa de la cita me present¨¦ en la comisar¨ªa, pero mi nombre no estaba en ninguna parte. Cuando fui a mirar nuestro chat ya no estaba la captura, ni nuestros mensajes y su n¨²mero no estaba operativo. Me hab¨ªa enga?ado. Me pas¨® por tonto, pero estaba pasando por una situaci¨®n dura, estaba trabajando por d¨ªas, no ten¨ªa por d¨®nde quedarme, mi cabeza estaba colapsada¡¡±.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.