La falsa pol¨¦mica de los fijos discontinuos
Por error o mala fe, algunas fuentes est¨¢n deslizando la idea de que la transformaci¨®n de los contratos temporales en indefinidos se realiza, casi exclusivamente, a trav¨¦s de esta modalidad contractual
El contrato indefinido fijo discontinuo se ha convertido en un protagonista tan involuntario como injustificado en el debate sobre los efectos de la reforma laboral de 2021.
Comencemos con los datos. La Encuesta de poblaci¨®n activa (EPA), que se realiza con criterios homologados por Eurostat, es la estad¨ªstica b¨¢sica para el conocimiento del mercado de trabajo. La EPA cifra en 17.371.500 las personas que trabajaron como asalariadas en el ¨²ltimo trimestre de 2022, de las que 594.200, apenas el 3,4%, ten¨ªan un contrato de duraci¨®n indefinida discontinua.
Esta es la dimensi¨®n real de los fijos discontinuos en Espa?a: poco m¨¢s de 3 de cada 100 asalariados; un peso sin la entidad necesaria para explicar la profunda transformaci¨®n del empleo que se ha producido en el primer a?o de aplicaci¨®n de la reforma laboral. Recordemos adem¨¢s el contexto. En el a?o 2022 el empleo indefinido tuvo un crecimiento extraordinario en Espa?a: en un solo a?o aument¨® en 1.591.000 personas, m¨¢s que en Alemania, Italia y Francia juntas.
Por error o mala fe, algunas fuentes est¨¢n deslizando la idea de que la transformaci¨®n de los contratos temporales en indefinidos se realiza, casi exclusivamente, a trav¨¦s de fijos discontinuos, lo que estar¨ªa provocando un desorbitado incremento de esta modalidad contractual.
La realidad es que el 86% de ese aumento del empleo en 2022 responde a contratos indefinidos ordinarios y solo el 14% indefinidos fijos discontinuos.
Parece evidente que la mayor¨ªa del empleo temporal se est¨¢ transformando en indefinido ordinario y solo en las actividades estacionales tiene m¨¢s relevancia el indefinido fijo discontinuo.
En concreto, los datos de Seguridad Social muestran que dos de cada tres nuevos fijos discontinuos en 2022 se concentran en hosteler¨ªa, educaci¨®n, comercio, agricultura y empresas de trabajo temporal (ETT).
Todos los datos utilizados hasta aqu¨ª est¨¢n disponibles en las p¨¢ginas web del INE, Eurostat y la Seguridad Social. Para el an¨¢lisis de los fijos discontinuos en los periodos de inactividad es necesario utilizar los microdatos de la EPA. Datos que nos dicen que en el cuarto trimestre de 2022 hab¨ªa 45.200 personas en paro y 70.500 personas inactivas, que hab¨ªan trabajado antes como fijas discontinuas.
Este es sin duda un dato muy significativo, porque la mayor¨ªa de los fijos discontinuos en situaci¨®n de inactividad no buscan trabajo, por una raz¨®n fundamental: porque ya lo tienen. Est¨¢n esperando a que empiece el curso escolar o la temporada tur¨ªstica para reincorporarse a su empresa, a su puesto de trabajo, en el que tienen sus derechos laborales consolidados.
Esta es la raz¨®n por la que la EPA, desde siempre, solo contabiliza como parados a los fijos discontinuos en periodo de inactividad cuando cumplen con la condici¨®n b¨¢sica para ello: buscar empleo de forma activa.
Por si se entiende mejor: un fijo discontinuo en periodo de actividad figura como ocupado en la EPA y como afiliado en la Seguridad Social. Cuando est¨¢ en periodo de inactividad, la EPA lo contabiliza como parado si busca empleo o inactivo si no lo hace, porque est¨¢ esperando a que su empleador lo vuelva a llamar.
Esta figura contractual es la respuesta m¨¢s adecuada para hacer compatible la estacionalidad productiva de determinados sectores con la estabilidad laboral. Es un contrato indefinido a todos los efectos, que da estabilidad y seguridad a las personas asalariadas, que genera los mismos derechos que un indefinido ordinario en la antig¨¹edad, las vacaciones, la protecci¨®n frente al despido o a la carrera profesional dentro de la empresa.
El Bolet¨ªn Oficial del Estado no puede cambiar las temporadas tur¨ªsticas ni los ciclos de la agricultura, pero s¨ª puede y debe garantizar los derechos laborales de las personas que trabajan en estos sectores, empezando por el derecho a un contrato estable. Hemos pasado de los contratos temporales precarios de antes a los contratos indefinidos y con derechos de ahora.
Por ¨²ltimo, es posible entender la utilizaci¨®n partidaria del ruido en el debate pol¨ªtico, pero no deja de sorprender que algunos analistas, en lugar de poner el foco en entender el extraordinario comportamiento de nuestro mercado de trabajo en los tres ¨²ltimos a?os, parezcan obsesionados por la casilla en la que se registra a los fijos discontinuos en periodo de inactividad en los servicios de empleo de las comunidades aut¨®nomas.
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