La paz social, un regalo pol¨ªtico para el Gobierno en plena campa?a
S¨¢nchez y D¨ªaz llevan meses alentando este acuerdo, pero parec¨ªa que la patronal no dar¨ªa aire al Ejecutivo con un pacto decisivo
Durante los primeros a?os de la coalici¨®n, el Partido Popular presion¨® cada vez con m¨¢s intensidad a la patronal, poniendo incluso en cuesti¨®n la figura de su l¨ªder, Antonio Garamendi, por los sucesivos acuerdos que firmaba con el Gobierno y los sindicatos. Uno tras otro, esos 13 acuerdos eran una desautorizaci¨®n evidente a la pol¨ªtica de Pablo Casado, que insist¨ªa en que Pedro S¨¢nchez no es de fiar y no se pod¨ªa hacer ning¨²n pacto con ¨¦l porque estaba llevando a Espa?a al desastre econ¨®mico. Garamendi, muy presionado por los sectores m¨¢s conservadores dentro y fuera de la patronal, especialmente en algunos medios de comunicaci¨®n, se defend¨ªa: ¡°nosotros no hacemos pol¨ªtica, hacemos acuerdos si son buenos para el pa¨ªs¡±. Y as¨ª el l¨ªder de la patronal desfil¨® por La Moncloa para un pacto de pensiones, apoy¨® la primera subida del salario m¨ªnimo, pact¨® los acuerdos de los ERTE que ayudaron a mantener el tejido productivo durante la pandemia, cerr¨® pactos de teletrabajo o de los trabajadores de las plataformas, y por ¨²ltimo lleg¨® al c¨¦nit de esa pol¨ªtica con el acuerdo de la reforma laboral. El PP, indignado con esta actitud de Garamendi, boicote¨® ese pacto, vot¨® en contra en el Congreso y maniobr¨® para intentar tumbarla con dos tr¨¢nsfugas de UPN, aunque la operaci¨®n sali¨® mal por el error de un diputado del PP.
Desde la llegada de Alberto N¨²?ez Feij¨®o al frente del PP, hace poco m¨¢s de un a?o, el Gobierno estaba convencido de que la patronal estaba cambiando el rumbo y Garamendi ya no ten¨ªa espacio pol¨ªtico para m¨¢s acuerdos con el Gobierno. De hecho la patronal rechaz¨® con contundencia la ¨²ltima subida del salario m¨ªnimo a 1.080 euros. Garamendi fue endureciendo los discursos contra el Gobierno sobre todo desde el giro a la izquierda de S¨¢nchez en el debate sobre el estado de la naci¨®n del pasado julio que le llev¨® a promover un impuesto extraordinario a la banca, otro a las grandes energ¨¦ticas y uno m¨¢s a las grandes fortunas.
Pero sobre todo, la patronal rechazaba el acuerdo salarial con los sindicatos que el Gobierno le ped¨ªa una y otra vez. Tanto Pedro S¨¢nchez como Yolanda D¨ªaz han insistido en decenas de ocasiones, cada vez con tono m¨¢s duro, en pedir a la patronal que pacte con los sindicatos una subida salarial. El Gobierno fracas¨® en su intento de promover un pacto de rentas, y las reuniones que se hicieron para buscarlo no fructificaron.
Cuando todo parec¨ªa perdido, los sindicatos han aumentado sus amenazas de movilizaciones y huelgas, y la patronal finalmente ha decidido cerrar un acuerdo antes de arriesgarse a unos meses de conflictividad que pudieran perjudicar la buena marcha de las empresas, que est¨¢n logrando beneficios r¨¦cord en muchos sectores. Obviamente, la patronal ha pactado pensando en sus intereses, y no en los del Ejecutivo, pero indirectamente le ha hecho un regalo pol¨ªtico muy valioso en plena campa?a de las auton¨®micas y municipales, donde el Gobierno quiere centrar todo en la recuperaci¨®n econ¨®mica y el PP en una batalla a campo abierto para ¡°derogar el sanchismo¡±.
Para el Gobierno, el acuerdo y la paz social que implica es un gran b¨¢lsamo en plena campa?a electoral. De hecho la cuesti¨®n de la paz social es uno de los asuntos fundamentales de los discursos de S¨¢nchez, que no para de explicar que con su Gobierno se est¨¢ logrando reformas muy importantes como la laboral o la de pensiones con acuerdos, sin ajustes y sin gente en la calle como en Francia. Desde Alicante, el presidente del Gobierno se ha mostrado euf¨®rico. ¡°?Por qu¨¦ en Espa?a hay m¨¢s paz social que en la mayor parte de los pa¨ªses de la UE? Porque hay un Gobierno que recuper¨® el di¨¢logo social. Gracias a la reforma laboral y al compromiso de sindicatos y empresarios vivimos una legislatura de reformas y paz social. Cada mes hay un buen dato de empleo y una mala noticia para la derecha. Espa?a avanza, la derecha rabia¡±, ha insistido. ¡°Las organizaciones sindicales y patronales vuelven a estar a la altura de nuestro pa¨ªs¡±, ha resumido en twitter la vicepresidenta segunda, Yolanda D¨ªaz. Mientras, el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, respaldaba el acuerdo, pero trataba de alejar por completo al Gobierno de ¨¦l, para intentar que no se lleve ning¨²n r¨¦dito. ¡°Pese a la desidia del Gobierno que renunci¨® a un pacto de rentas, empresarios y sindicatos s¨ª han actuado con responsabilidad¡±, ha se?alado.
El Ejecutivo no ha estado en la negociaci¨®n, y esto probablemente sea fundamental para que se haya podido firmar, porque Garamendi habr¨ªa tenido mucha m¨¢s presi¨®n pol¨ªtica si necesitaba rubricar el pacto con S¨¢nchez, pero obviamente estaba informado y lo alentaba por detr¨¢s. No es, por tanto, un m¨¦rito del Gobierno, sino un acuerdo entre los agentes sociales, pero tiene consecuencias pol¨ªticas claras y beneficia sin duda el discurso del Ejecutivo en campa?a y perjudica al del PP, que insiste en plantear un escenario de gran caos econ¨®mico incompatible con un pacto como este.
El Gobierno est¨¢ euf¨®rico por un acuerdo largamente esperado. Este pacto cierra el c¨ªrculo en una semana en la que se han registrado datos de empleo hist¨®ricos, con 20,6 millones de afiliados a la seguridad social. El Ejecutivo cree que la marcha de la econom¨ªa, que a¨²n ser¨¢ mejor cuando llegue el verano y una temporada tur¨ªstica que se augura hist¨®rica, ha desactivado por completo la estrategia del PP, que pensaba llegar al poder como en 2011, con un hundimiento de la econom¨ªa. Y esta es la campa?a que tienen dise?ada desde el Gobierno: reivindicar su gesti¨®n, los logros econ¨®micos y la paz social que ha dominado la legislatura. Y en ese contexto, el acuerdo salarial llega en el mejor momento posible para el PSOE y Unidas Podemos, que se juegan en tres semanas todo su poder auton¨®mico y local y con ¨¦l la posibilidad o no de mantener una mayor¨ªa tras las elecciones generales a finales de a?o.
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