Cu¨¢nto ganan los que negocian cu¨¢nto ganamos
Antonio Garamendi ingresa 400.000 euros al a?o, casi cinco veces el salario de la ministra de Empleo y siete veces el de los l¨ªderes sindicales. La mayor¨ªa de dirigentes patronales auton¨®micos no cobra
En Espa?a se habla mucho de salarios ¨²ltimamente por varios motivos. El principal es la devaluaci¨®n del poder adquisitivo de la clase trabajadora por la inflaci¨®n: creci¨® un 8,4% en 2022, frente al 2,78% que aumentaron los salarios regidos por convenios. Esta ca¨ªda en el poder de compra fue el empuj¨®n definitivo al Gobierno para aprobar el reciente incremento del 8% del salario m¨ªnimo, hasta los 1.080 euros brutos al mes. En la negociaci¨®n sobre esa subida apenas particip¨® la parte empresarial, dirigida por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, cuyo sueldo trascendi¨® la semana pasada en las p¨¢ginas de este peri¨®dico: cerca de 400.000 euros brutos al a?o. Es una retribuci¨®n mucho mayor que la del resto de actores principales del di¨¢logo social: la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, ingresa 84.601 euros brutos anuales; el l¨ªder de CC OO, Unai Sordo, 55.530; y el de UGT, Pepe ?lvarez, 48.800.
El sueldo de Garamendi ha suscitado muchas cr¨ªticas en los ¨²ltimos d¨ªas. Una de las m¨¢s contundentes fue la del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez: ¡°Pido responsabilidad a la patronal. No se puede estar reclamando sacrificios salariales a los de abajo mientras hay un fest¨ªn para los de arriba. Y hay muchos trabajadores y empresarios aut¨®nomos que van a entender lo que digo. En este pa¨ªs no puede haber dobles varas de medir¡±. Tampoco se qued¨® atr¨¢s la ministra de Trabajo: ¡°Creo que en la vida hay que ser coherente. Y seguramente con un salario de 400.000 euros tendr¨¢ [Garamendi] la perspectiva suficiente para ver que a los trabajadores y las trabajadoras les tienen que subir el salario las grandes empresas, que est¨¢n teniendo enormes beneficios. Hago un llamamiento a la CEOE¡±.
Tambi¨¦n ha trascendido alguna cr¨ªtica aislada desde el mundo empresarial. El presidente de la Confederaci¨®n de Empresarios de Pontevedra (CEP), Jorge Cebreiros, afirm¨® este martes que no le parece ¡°sensible¡± que la CEOE pague a su presidente ese salario y apunt¨® que esa situaci¨®n puede traducirse ¡°en lo que est¨¢ pasando¡±, es decir, en ¡°ataques¡± a la clase empresarial. Garamendi se defendi¨® de esos comentarios del l¨ªder empresarial gallego con la siguiente comparaci¨®n: ¡°Perdona que haga el ejemplo, pero esto es como cuando hay una violaci¨®n y dicen que la chica iba en minifalda. Perd¨®n, no. No acepto pulpo como animal de compa?¨ªa¡±. El presidente de la patronal se disculp¨® m¨¢s tarde y admiti¨® que ¡°posiblemente¡± no era el ejemplo ¡°m¨¢s claro¡±.
El salario de Garamendi contrasta con el r¨¦gimen contributivo de los 17 principales l¨ªderes patronales auton¨®micos. De estos, 13 no tienen salario asignado por su cargo, seg¨²n han explicado estas asociaciones empresariales a EL PA?S (salvo las de Cantabria y Castilla-La Mancha, que no han contestado a este peri¨®dico, pero s¨ª a la agencia EFE). Son empresarios que compatibilizan las tareas derivadas de dirigir estos organismos con sus propias compa?¨ªas.
S¨ª hay una retribuci¨®n espec¨ªfica para el presidente en la Confederaci¨®n Empresarial de Madrid, de 139.956 euros brutos anuales en 2021 (la patronal no especifica el salario actual). Tambi¨¦n percibe un sueldo por su posici¨®n el presidente de la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa, pero esta entidad prefiere no detallarlo: ¡°Es un acuerdo privado¡±. La Confederaci¨®n Canaria de Empresarios y la Federaci¨®n de Empresas de La Rioja son las ¨²nicas, de las 17 consultadas, que no explican a este peri¨®dico si sus dirigentes cobran o no. ¡°Preferimos no hacer declaraciones¡±, dicen en el archipi¨¦lago.
As¨ª, el salario de Garamendi contrasta con la ausencia del mismo para la mayor¨ªa de patronos auton¨®micos y multiplica casi por tres el del jefe de la asociaci¨®n madrile?a. En la comparaci¨®n con los l¨ªderes sindicales o con la ministra de Trabajo, el desfase es a¨²n mayor: multiplica casi por cinco el de D¨ªaz y por siete el de los jefes de las centrales.
En la negociaci¨®n colectiva provincial o auton¨®mica, por la parte de los empleados hay trabajadores o liberados sindicales cuyas retribuciones est¨¢n en l¨ªnea con las de sus compa?eros de plantilla.
A la cabeza en desigualdad
Salarios altos como el de Garamendi y otros altos directivos no son un asunto menor en Espa?a, un pa¨ªs caracterizado por la desigualdad por razones de renta. La brecha entre los que m¨¢s ganan y los que menos es mayor que en los pa¨ªses del entorno. ¡°Uno de los problemas sociales y econ¨®micos m¨¢s importantes de Espa?a es el alto nivel de desigualdad en la distribuci¨®n de ingresos, sensiblemente mayor que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos¡±, indican Olga Cant¨®, catedr¨¢tica de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico en la Universidad de Alcal¨¢, y Luis Ayala, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la UNED, en el informe de la Fundaci¨®n La Caixa Radiograf¨ªa de medio siglo de desigualdad en Espa?a.
Espa?a es el quinto pa¨ªs con peores cifras de desigualdad de los Veintisiete de la UE. Solo arroja mejores cifras que Bulgaria, Lituania, Letonia y Rumania y est¨¢ lej¨ªsimos de los menos desiguales, Eslovaquia y Eslovenia, a la cabeza en distribuci¨®n equitativa de la riqueza. ¡°Existe cierto consenso en que las principales razones que explican este problema son la estructura productiva ¡ªcon un menor peso de las ramas de alta tecnolog¨ªa que en los pa¨ªses europeos de mayor renta¡ª, el alto nivel de desempleo, la notable incidencia del trabajo de bajos salarios y el reducido tama?o del sistema de impuestos y prestaciones monetarias¡±, a?ade el informe de Cant¨® y Ayala.
Manuel Hidalgo, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide, incide en m¨¢s razones: ¡°La diferencia principal no es que ganemos menos por hora, sino una menor intensidad laboral. Es decir, en Espa?a las altas tasas de temporalidad y parcialidad hacen que al final del a?o las retribuciones sean sensiblemente menores que si nos quedamos en el dato de cu¨¢nto se paga por hora¡±.
Una tendencia de cuatro d¨¦cadas
Borja Barragu¨¦, profesor de la UNED y director del centro de estudios Future Policy Lab, cree que salarios ¡°como el de Garamendi, y tantos otros de altos directivos de grandes empresas¡±, son pruebas de una din¨¢mica imperante: ¡°La norma es que la mayor parte de la poblaci¨®n cada vez tenga menos y la otra, cada vez m¨¢s. Es lo que viene pasando en los ¨²ltimos 40 a?os. Hubo un tiempo en que la industria mov¨ªa el crecimiento de las sociedades, un sector en el que las relaciones de poder est¨¢n m¨¢s igualadas (gracias a la fuerza de los sindicatos) y hay menores diferencias salariales. Sin embargo, ahora es el sector servicios el que determina el crecimiento en las sociedades occidentales¡±.
La atomizaci¨®n en estos centros de trabajo, con la consecuente p¨¦rdida de poder de las plantillas, la automatizaci¨®n de muchas tareas y la deslocalizaci¨®n son otros factores que han empeorado las condiciones salariales en la base. ¡°Si la inteligencia artificial viene para sustituir a¨²n m¨¢s mano de obra por m¨¢quinas y algoritmos, se acentuar¨¢ la tendencia hacia la desigualdad¡±, abunda Barragu¨¦.
Hidalgo, que alude a factores similares para explicar el aumento de la brecha salarial, enfatiza que esta misma din¨¢mica ¡°preocupante¡± no solo se da en Espa?a: ¡°Vemos en otros muchos pa¨ªses c¨®mo aumenta la retribuci¨®n de los de arriba y cada vez hay menos para los dem¨¢s. Esto lo vemos en la paradoja de los beneficios empresariales, que generan mejores retribuciones para los consejeros delegados, pero no para los trabajadores¡±.
Y mientras la brecha se ensancha, opina Barragu¨¦, m¨¢s se resquebraja la fe en la meritocracia: ¡°La idea original es que la meritocracia justifica los salarios, que seg¨²n tus habilidades productivas ganas m¨¢s o menos. Sin embargo, cada vez est¨¢ m¨¢s claro que esto es un mito, que los que tienen salarios tan altos no son tan extraordinarios, tan productivos¡±. Cree que cada vez hay una mayor conciencia al respecto: ¡°Solo hay que ver series como The White Lotus o Succession, que levantan el velo de la meritocracia. La historia que siempre hemos tendido a pensar es que se cobra un past¨®n excelente porque se trabaja much¨ªsimo, pero el paso del tiempo nos muestra que esto no es as¨ª. Que puedes trabajar much¨ªsimo y nunca acceder a ello y, adem¨¢s, algunos lo consiguen sin apenas esforzarse¡±.
¡°Lo que me sorprende es que no haya movilizaci¨®n¡±
Hidalgo coincide al se?alar la percepci¨®n colectiva. ¡°Lo que me sorprende es que no haya movilizaci¨®n. Es verdad que los sindicatos han perdido mucho poder en los ¨²ltimos a?os, pero me sorprende que no reaccionen m¨¢s ante la p¨¦rdida de poder adquisitivo. Es un problema estructural que no solo afecta a Espa?a: los sindicatos est¨¢n perdiendo influencia en todos sitios¡±, a?ade.
Por otro lado, Barragu¨¦ cree que el an¨¢lisis de la meritocracia var¨ªa si la esfera es p¨²blica o privada: ¡°Se asume que la meritocracia funciona en lo privado, que si cobran eso es porque lo generan y lo merecen, pero luego se desconf¨ªa de lo p¨²blico. El que gana mucho en la Administraci¨®n se ve como un jeta¡±. ¡°Cuando los sueldos son tan distintos en una empresa o incluso en sociedad¡±, contin¨²a, ¡°el mensaje que se transmite es que unos pocos generan valor, los que mandan y se llevan la mayor parte del pastel, y los que menos ganan son sustituibles, incluso por m¨¢quinas¡±. Ante esta pinza, el economista de la UNED apuesta por la intervenci¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas: ¡°Los gobiernos deben actuar para que el cambio tecnol¨®gico, entre otras tendencias, no generen a¨²n m¨¢s desigualdad¡±.
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