Los reyes de los chips: as¨ª son las tecnol¨®gicas que hacen funcionar el mundo
La taiwanesa TSMC, la surcoreana Samsung y la estadounidense Nvidia est¨¢n entre los l¨ªderes de un sector estrat¨¦gico donde se entrecruzan intereses comerciales y geopol¨ªticos
Sin ellos, las lavadoras no centrifugar¨ªan, los coches no arrancar¨ªan, los drones no volar¨ªan, y los m¨®viles, ordenadores y videoconsolas, como otras muchas m¨¢quinas, ni siquiera se encender¨ªan. Los chips est¨¢n por todas partes, pero la mayor¨ªa de sus empresas, a diferencia de tecnol¨®gicas c¨¦lebres como Facebook, Amazon, Apple o Google, son desconocidas para el gran p¨²blico. Las entra?as de los dispositivos son un universo microsc¨®pico y cambiante donde la competici¨®n se libra en nan¨®metros de menor tama?o que un virus, y m¨¢s peque?o significa m¨¢s avanzado.
Durante d¨¦cadas, Occidente ha delegado en Asia su fabricaci¨®n, aprovechando la eficiencia de las cadenas de suministro de la globalizaci¨®n para comprarlos a bajo precio. La pandemia, con sus cierres de f¨¢bricas y cuellos de botella, y las crecientes tensiones geopol¨ªticas en Taiw¨¢n, la gran potencia del sector, han cambiado el paradigma: por muy caro que sea, Europa y EE UU quieren relocalizar parte de la producci¨®n para reducir su dependencia de Asia. Estas son algunas de las empresas que dominan los semiconductores, a las que ir¨¢n a parar muchos de los subsidios gubernamentales para recuperar autonom¨ªa en un ¨¢mbito estrat¨¦gico tanto en el campo civil como en el militar.
TSMC, el gigante taiwan¨¦s
La Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, conocida por sus siglas TSMC, fabrica la mayor parte de chips avanzados que se utilizan hoy en el mundo ¡ªtiene alrededor del 56% de cuota global¡ª. Vale en Bolsa 500.000 millones de euros, lo que la sit¨²a como la d¨¦cima mayor empresa cotizada del planeta. Su fundador, Morris Chang, se form¨® en Harvard, el MIT y Stanford, las universidades de ¨¦lite estadounidenses, y convirti¨® Taiw¨¢n en el epicentro de un ecosistema sin parang¨®n en otras latitudes, en parte gracias a que su Gobierno tuvo la visi¨®n de apoyarlo con sustanciosas rebajas fiscales antes de que se hiciera evidente la importancia que estos dispositivos iban a tener. La tecnolog¨ªa punta de los chips pas¨® as¨ª a ser algo como un proyecto de pa¨ªs para Taiw¨¢n, que despuntar¨ªa en los a?os 90.
La sofisticaci¨®n de sus plantas no ha sido igualada ni por China ni por EE UU. Hasta el punto de que en su reciente libro Chip War, el historiador estadounidense Chris Miller advierte de que un solo misil chino contra la f¨¢brica m¨¢s avanzada de TSMC ¡°podr¨ªa f¨¢cilmente causar cientos de miles de millones de d¨®lares en p¨¦rdidas¡± por los retrasos en la producci¨®n de tel¨¦fonos, centros de datos, autom¨®viles y redes de telecomunicaciones. La expansi¨®n de la firma fuera de Taiw¨¢n est¨¢ en marcha. TSMC est¨¢ construyendo una f¨¢brica en Phoenix (Arizona), en la que gastar¨¢ 37.000 millones de euros, una de las mayores inversiones de la historia de EE UU. La idea es que de all¨ª salgan microprocesadores de tres y cuatro nan¨®metros para los iPhones de Apple, uno de sus principales clientes. Tambi¨¦n estudia abrir otra en Sajonia (Alemania), con un gasto estimado de 10.000 millones de euros.
Samsung, mucho m¨¢s que tel¨¦fonos
Conocida por ser uno de los grandes rivales de Apple en la batalla por el trono de los tel¨¦fonos inteligentes, Samsung est¨¢ tambi¨¦n entre los mayores fabricantes de chips del planeta, con un 17% de cuota de mercado. Y la firma surcoreana quiere m¨¢s. Tiene un ambicioso plan a largo plazo: de la mano del Gobierno planea invertir m¨¢s de 200.000 millones de euros en los pr¨®ximos 20 a?os para que la industria de semiconductores del pa¨ªs asi¨¢tico d¨¦ un salto cualitativo.
El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol es consciente de que hay una intensa competici¨®n en marcha, no solo por los semiconductores, sino tambi¨¦n por el coche el¨¦ctrico, las bater¨ªas, los nuevos combustibles verdes y en general, la digitalizaci¨®n y la transici¨®n ecol¨®gica, por lo que no ha dudado en apoyar a la compa?¨ªa de bandera del pa¨ªs. ¡°El campo de batalla econ¨®mico, que comenz¨® recientemente con los chips, se ha expandido... Los Estados est¨¢n brindando subsidios y apoyo fiscal a gran escala¡±, dijo en marzo. Samsung, con una capitalizaci¨®n burs¨¢til de unos 330.000 millones de euros, ocupa el puesto 21 en la clasificaci¨®n global de cotizadas.
Nvidia: el poder de la inteligencia artificial
Ninguna compa?¨ªa del sector est¨¢ viviendo un 2023 m¨¢s dulce que la estadounidense Nvidia. El bum de la inteligencia artificial ¡ªaplicaciones como ChatGPT usan sus chips¡ª ha propulsado los resultados de la empresa, fundada hace 30 a?os, hasta elevarla al exclusivo club de las que superan el bill¨®n de d¨®lares de valoraci¨®n, donde solo la acompa?an Apple, Microsoft, la petrolera Saudi Aramco, Alphabet y Amazon. Lo primero que llama la atenci¨®n de la firma es su nombre. Los tres fundadores empezaron a llamarla NV, iniciales de next version, o pr¨®xima versi¨®n. Pero para el nombre definitivo quer¨ªan algo distinto, as¨ª que buscaron palabras que empezasen con las letras nv y encontraron la palabra latina invidia a la que suprimieron la primera letra.
El tiempo ha convertido la denominaci¨®n en una elecci¨®n apropiada: la revalorizaci¨®n de sus t¨ªtulos, superior al 170% en lo que va de a?o, la ha aupado a la sexta plaza de las cotizadas mundiales, colocando a sus accionistas entre los m¨¢s envidiados. Su previsi¨®n de ingresos para el segundo trimestre de 2023, de unos 11.000 millones de d¨®lares, pulveriz¨® las previsiones de 7.150 millones de los analistas en Wall Street. Y si el porvenir de la inteligencia artificial es tan halag¨¹e?o como auguran los expertos, su potencial de crecimiento es todav¨ªa may¨²sculo, lo que viendo su nivel actual quiere decir que aspira incluso a convertirse un d¨ªa en la mayor empresa del mundo.
ASML: el caso de ¨¦xito europeo
En Europa se fabrica solo el 8% de los chips mundiales, pese a que el continente consume el 20%, pero en la laber¨ªntica cadena de suministro de un chip hay espacio para otras muchas labores, desde el dise?o al encapsulado. En esa compleja distribuci¨®n de tareas, que implica continuos saltos de un pa¨ªs a otro, hay una empresa sin la que el sector tendr¨ªa muchas dificultades para operar. Tiene un nombre poco atractivo de cuatro letras, ASML ¡ªotra sigla, esta de Advanced Semiconductor Materials Lithography¡ª, es holandesa, y de sus plantas salen la pr¨¢ctica totalidad de las m¨¢quinas de litograf¨ªa ultravioleta extrema, empleadas para imprimir transistores casi tan peque?os como el di¨¢metro de un cromosoma humano en l¨¢minas de silicio. Sin ellas, los chips de ¨²ltima generaci¨®n son imposibles de fabricar. Se puede decir que son los que fabrican para los fabricantes. Y eso se paga: ASML es la segunda mayor empresa europea con 270.000 millones de valor en Bolsa, solo por detr¨¢s del conglomerado franc¨¦s del lujo LVMH, y muy por encima de la espa?ola Inditex.
Su trascendencia la ha colocado en una posici¨®n inc¨®moda en el frente geopol¨ªtico. Estados Unidos no solo ha impuesto restricciones a las exportaciones de sus empresas de chips a China para evitar que el gigante asi¨¢tico acceda a tecnolog¨ªa punta con la que hacerle competencia. Tambi¨¦n ha presionado a pa¨ªses socios como Jap¨®n y Holanda para que sus compa?¨ªas hagan lo propio, y ah¨ª el nombre de ASML no tard¨® en emerger. El Gobierno holand¨¦s anunci¨® restricciones a la exportaci¨®n de la tecnolog¨ªa para semiconductores ¡°m¨¢s avanzada¡±. La firma obtiene un 15% de sus ingresos de los env¨ªos a China, por lo que est¨¢ por ver c¨®mo afecta a sus resultados la decisi¨®n.
El fuego cruzado entre potencias ha tenido otros efectos para ASML, algunos m¨¢s propios de una pel¨ªcula de esp¨ªas. El pasado febrero denunci¨® que uno de sus empleados en China rob¨® informaci¨®n sobre su tecnolog¨ªa, lo que alienta la inquietud sobre c¨®mo preservar la propiedad intelectual en una atm¨®sfera de alta tensi¨®n. En una entrevista con el Financial Times hace tres meses, el jefe de la empresa, Peter Wennink, comparaba el momento de los semiconductores con la crisis del crudo de 1973. ¡°El petr¨®leo siempre estuvo ah¨ª, hasta que dej¨® de estarlo, y era un producto estrat¨¦gico. Adelante r¨¢pido la cinta hasta 2020 y sucede lo mismo con los chips¡±.
Intel: un pionero de Silicon Valley en horas bajas
De Intel suele decirse que fue la que puso el silicio al hoy archiconocido Valle del Silicio, o en su denominaci¨®n m¨¢s famosa, Silicon Valley, por ser el material con el que se fabrican los chips. La empresa es probablemente la m¨¢s conocida de la lista, pero tambi¨¦n la que peor ha evolucionado. La tecnol¨®gica cuenta en su web el momento de su gestaci¨®n. Gordon Moore pas¨® por la casa de Bob Noyce mientras este cortaba el c¨¦sped, y de esa conversaci¨®n tan aparentemente coloquial nacer¨ªa Intel poco despu¨¦s, en julio de 1968. De esa ¨¦poca es la famosa ley enunciada por Moore, en la que afirma que el n¨²mero de transistores de un chip, y con ¨¦l su poder de computaci¨®n, se duplica cada dos a?os, mientras que su precio baja.
Intel naveg¨® a la cabeza de la innovaci¨®n durante sus primeras d¨¦cadas, pero en la ¨²ltima ha ido reculando: pas¨® de liderar el mercado inform¨¢tico con sus procesadores a quedarse rezagada por no entrar en el mercado de la telefon¨ªa m¨®vil. Y ha ido perdiendo puestos entre la flor y nata del sector: los anuncios de Google y Facebook pasaron a generar m¨¢s ingresos que esos chips tan complejos y sofisticados en los que trabaja, con lo que se vio superada por una nueva oleada de magos de Silicon Valley.
El 15 de febrero Pat Gelsinger aterriz¨® en la empresa como nuevo consejero delegado para frenar esa inevitable decadencia en la que parec¨ªa sumida Intel. Los anuncios fueron grandilocuentes: inversiones multimillonarias ¡ªcercanas a 20.000 millones de euros¡ª para construir dos f¨¢bricas de chips en el centro de Ohio. Y el entorno muy favorable, con el Gobierno de Joe Biden lanzando un plan de m¨¢s de 250.000 millones de euros para ganar autonom¨ªa en el estrat¨¦gico sector de los semiconductores. Sin embargo, la firma que un d¨ªa encabez¨® la revoluci¨®n tecnol¨®gica sigue siendo percibida como m¨¢s lenta en adaptarse a los cambios: no se ha subido al tren de los chips para la inteligencia artificial, y Apple ha anunciado d¨ªas atr¨¢s que deja de utilizar definitivamente sus procesadores para fabricarlos por s¨ª misma, dejando un agujero importante en sus cuentas.
Su valor burs¨¢til, 120.000 millones de euros, es ocho veces inferior al de Nvidia, cuando hace menos de un lustro la superaba. Y su desembarco en Alemania est¨¢ en el aire despu¨¦s de que haya pedido m¨¢s ayudas p¨²blicas a cambio de construir su f¨¢brica en Magdeburgo. El presidente espa?ol, Pedro S¨¢nchez, est¨¢ entre los que ha tanteado a Gelsinger. Ocurri¨® en el Foro de Davos del a?o pasado, pero a¨²n no hay noticias de inversiones de estas empresas en Espa?a, que dispone de 12.250 millones en subsidios para quien d¨¦ el paso.
Micron: la v¨ªctima del veto chino
No est¨¢ entre las empresas dominadoras del sector, aunque su tama?o, 72.000 millones de euros de valor en Bolsa, no es nada desde?able, pero el de Micron ha sido uno de los nombres m¨¢s pronunciados en los ¨²ltimos tiempos. Para encontrar el motivo hay que volver a mencionar a China. El regulador del ciberespacio de ese pa¨ªs anunci¨® el pasado 22 de mayo que Micron no ha superado sus pruebas de seguridad, y prohibi¨® a los operadores de infraestructuras clave comprar sus productos. Micron vende mucho en China, que supone el 11% de sus ingresos, y el gesto de Pek¨ªn es un modo de decir que no quiere tantos chips estadounidenses. El duelo de potencias tiene as¨ª su traslado una vez m¨¢s al mundo corporativo, alentando la incertidumbre tanto en las compa?¨ªas chinas con intereses en EE UU ¡ªcaso de TikTok o Huawei¡ª como al contrario.
SMIC: la gran esperanza china
La gran baza china para desarrollar su propio ecosistema se llama Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC). La empresa est¨¢ en el punto de mira de Washington, que en 2020 limit¨® las exportaciones de herramientas para la fabricaci¨®n de semiconductores avanzados a la compa?¨ªa tras concluir que existe un ¡°riesgo inaceptable¡± de que sus productos puedan ser utilizados con fines militares. Es decir, teme que los chips de SMIC acaben en las tripas de las armas utilizadas, por ejemplo, en una futura invasi¨®n de Taiw¨¢n, por lo que no quiere que las compa?¨ªas occidentales contribuyan en modo alguno a proporcionarle tecnolog¨ªa. Eso deja a SMIC en una posici¨®n dif¨ªcil. Nada m¨¢s conocerse el veto, sus acciones cayeron, pero luego han ido recuper¨¢ndose, y su valor ronda los 30.000 millones de euros, lejos de sus competidoras.
AMD y Qualcomm, los aspirantes
Una prueba de la fortaleza del sector es la densidad de empresas de gran tama?o que operan en ¨¦l. AMD (casi 200.000 millones de valor en Bolsa) y Qualcomm (123.000 millones) est¨¢n entre los principales nombres. Sus trayectorias, sin embargo, distan de ser similares. La primera ha protagonizado una de las mayores resurrecciones de la Am¨¦rica corporativa al pasar de rozar la bancarrota y valer 60 veces menos que Intel hace una d¨¦cada a generar algunos de los chips m¨¢s utilizados, superar a Intel y revalorizarse casi un 5.000% en Wall Street bajo el liderazgo de la directiva de origen taiwan¨¦s Lisa Su, CEO desde 2014. La segunda, a la que suele identificarse con Apple, de la que es uno de sus grandes proveedores, vive, como le ha sucedido a Intel, un momento de incertidumbre ante la m¨¢s que probable posibilidad de que la compa?¨ªa de la manzana empiece a fabricar por s¨ª misma los chips 5G que necesita para los iPhones que lance en 2024.
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