La tensi¨®n en Taiw¨¢n amenaza la cadena global de suministros
El bloqueo mar¨ªtimo y a¨¦reo de China a la isla pone en riesgo la distribuci¨®n de chips. La crisis preocupa a un Occidente muy vulnerable a nuevos repuntes inflacionistas
El made in Taiwan fue, durante los a?os ochenta y noventa, sin¨®nimo de juguetes a precios asequibles para muchos hogares occidentales. Pero esa percepci¨®n hace tiempo que es err¨®nea: la isla asi¨¢tica, con 23 millones de habitantes, es un enclave tecnol¨®gico ahora mismo insustituible por ser el gran productor mundial de chips, imprescindibles para el funcionamiento de coches, electrodom¨¦sticos, c¨¢maras, m¨®viles, ordenadores, sat¨¦lites, drones, misiles y un sinf¨ªn de art¨ªculos de uso tanto civil como militar.
China, agraviada por la visita a la isla de la presidenta de la C¨¢mara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, no ignora esa baza: sus maniobras militares, que Taip¨¦i asegura que equivalen a un ¡°bloqueo mar¨ªtimo y a¨¦reo¡±, amenazan con disparar a¨²n m¨¢s la inflaci¨®n en Occidente. El conflicto a?ade tensi¨®n a unas cadenas de suministros exhaustas, que apenas acaban de recuperarse de la crisis pand¨¦mica, en lo que podr¨ªa convertirse en un ensayo general de futuras represalias de asfixia econ¨®mica.
La dependencia de la isla es tan grande que en febrero el comisario europeo Thierry Breton lanzaba una hip¨®tesis inquietante: ¡°Si Taiw¨¢n no pudiera exportar m¨¢s, casi todas las f¨¢bricas del mundo se detendr¨ªan en tres semanas¡±. La frase puede parecer exagerada, pero en todo caso es indicativa de que si el choque con Rusia ha acelerado la b¨²squeda de la independencia energ¨¦tica en Europa, el conflicto en Taiw¨¢n avivar¨¢ un proceso ya en marcha tanto en el Viejo Continente como en Estados Unidos: el de instalar nuevas f¨¢bricas en suelo propio para reducir las compras de microprocesadores asi¨¢ticos.
El problema de ese acercamiento de la producci¨®n es doble. No es barato ¡ªmontar una f¨¢brica cuesta entre unos 5.000 millones y 20.000 millones de euros, dependiendo de lo puntera que sea su tecnolog¨ªa, sin contar su mantenimiento¡ª. Ni r¨¢pido: desde que se concibe hasta que entra en actividad pueden transcurrir al menos dos a?os. El laboratorio de ideas Eurointelligence avisa: ¡°Occidente tiene la capacidad de producir versiones de alta gama de semiconductores, pero no son los que alimentan los dispositivos electr¨®nicos baratos o los bienes electr¨®nicos duraderos que compramos principalmente en las tiendas¡±.
Aunque los resultados no ser¨¢n inmediatos, la carrera est¨¢ lanzada. El Congreso estadounidense aprob¨® la semana pasada la ley que permite destinar 52.700 millones de d¨®lares (51.760 millones de euros) en subsidios a la industria de semiconductores para competir con China, que tiene su propio plan, denominado Made in China, para crecer en ese segmento. Mientras, Bruselas calcula que movilizar¨¢ 43.000 millones de euros en inversi¨®n p¨²blica y privada. Espa?a planea dedicar 12.000 millones a dicha industria aprovechando los fondos de recuperaci¨®n europeos.
Las carencias actuales hacen que cualquier interrupci¨®n en el comercio pueda afectar a las muchas compa?¨ªas que importan semiconductores. Seg¨²n TrendForce, Taiw¨¢n produce el 64% de los chips globales, la gran mayor¨ªa de los cuales salen de una sola empresa: TSMC. El poder de esta firma, que solo en el segundo trimestre de este a?o ingres¨® 18.600 millones de d¨®lares, es tan colosal como desconocido para el gran p¨²blico. Por eso, en su controvertido viaje, Pelosi se reuni¨®, entre otros, con Mark Liu, presidente de la empresa, que tiene a Apple entre sus clientes preferentes.
El ejecutivo anticip¨® esta semana en una entrevista con la CNN qu¨¦ suceder¨ªa con sus plantas de producci¨®n ante una posibilidad mucho m¨¢s aterradora: la de una eventual invasi¨®n china. ¡°Nadie puede controlar TSMC por la fuerza. Una invasi¨®n impedir¨ªa operar a nuestras f¨¢bricas¡±, advert¨ªa. El directivo argumenta que unas instalaciones tan sofisticadas como las suyas no funcionar¨ªan sin conexi¨®n en tiempo real con Europa, Jap¨®n y Estados Unidos Y tampoco podr¨ªa seguir adelante si se cortara la llegada de repuestos, productos qu¨ªmicos y software de ingenier¨ªa.
Poner TSMC bajo dominio chino es un anhelo para una parte de las ¨¦lites de ese pa¨ªs. El 30 de mayo, Wenling Chen, economista principal del Centro de Intercambios Econ¨®micos Internacionales de China, intervino as¨ª en un foro online: ¡°Debemos apoderarnos de corporaciones que pertenecen leg¨ªtimamente a China, como TSMC, especialmente cuando hablamos de producci¨®n y cadenas de suministro¡±.
La batalla tecnol¨®gica se libra en torno a min¨²sculos dispositivos, como explica Sonia Contera, catedr¨¢tica de F¨ªsica en la Universidad de Oxford y autora del libro Nano comes to life. ¡°La alianza de las democracias tecnol¨®gicas en Asia (Jap¨®n, Corea del Sur y Taiw¨¢n) para proteger la producci¨®n es fuerte. TSMC est¨¢ ya montando plantas en Jap¨®n y EE UU para chips de cinco nan¨®metros. La fabricaci¨®n de estos chips tan avanzados requiere una pericia y un conocimiento que no se pueden improvisar, como ha aprendido la china SMIC, que lleva a?os intentando fabricarlos sin ¨¦xito. Las alarmas saltaron hace un par de semanas, cuando aparecieron evidencias de que SMIC ha llegado a fabricar chips de siete nan¨®metros, indicando que China empieza a encontrar el camino de su independencia¡±.
Aunque el gigante asi¨¢tico importa todav¨ªa muchos de los chips que necesita, la industria all¨ª est¨¢ creciendo m¨¢s r¨¢pido que en ning¨²n otro lugar: seg¨²n Bloomberg, 19 de las 20 empresas del sector que m¨¢s han crecido en promedio en el ¨²ltimo a?o son chinas.
Incertidumbre en el mar
La otra posible v¨ªa de contagio econ¨®mico de la crisis es el mar, por donde circulan la mayor¨ªa de las mercanc¨ªas globales. El estrecho de Taiw¨¢n es muy transitado por los grandes buques portacontenedores y las embarcaciones de m¨¢s tonelaje. El Ministerio de Transporte taiwan¨¦s alert¨® el jueves de que los barcos que lleguen o salgan de Taiw¨¢n tendr¨¢n que sortear las zonas en las que el ej¨¦rcito chino est¨¢ realizando sus pr¨¢cticas, una situaci¨®n que, de prolongarse en el tiempo, podr¨ªa tener un impacto por retrasos y cambios de rutas.
Consultadas por este diario, la naviera alemana Hapag-Lloyd y la danesa Maersk, entre las cinco mayores firmas de transporte de contenedores del mundo, aseguran que no hay grandes alteraciones. ¡°Todos los puertos en China continental y Taiw¨¢n est¨¢n operando con normalidad, incluida la operaci¨®n de la terminal, el atraque de embarcaciones y el servicio de salida¡±, indican fuentes de la firma n¨®rdica. Estas compa?¨ªas se han beneficiado tras la pandemia del alza del precio de los contenedores por los colapsos en los puertos ante la fuerte recuperaci¨®n de la demanda (sobre todo en Estados Unidos), lo que se suma a la falta de trabajadores para descargar y de camioneros para transportar por los contagios, m¨¢s le?a para el fuego de la inflaci¨®n.
Si las incidencias en Taiw¨¢n se multiplican, ese escenario de repunte del precio de contenedores y del transporte mar¨ªtimo en general se repetir¨ªa. Por ahora, hay algunos percances. Seg¨²n la informaci¨®n recabada por Lloyd¡¯s List Intelligence, apenas un par de nav¨ªos circulaban el viernes alrededor de las ¨¢reas en las que est¨¢n teniendo lugar los ejercicios militares, en comparaci¨®n con la media de 240 barcos diarios que navegaban por esas aguas la semana pasada. La cifra es todav¨ªa peque?a en relaci¨®n con las decenas de miles de buques que surten de mercanc¨ªas asi¨¢ticas a Occidente, y a otros que hacen el trayecto inverso para llevar sobre todo combustible o materias primas.
La escalada llega en un momento ya de por s¨ª turbulento para la actividad, pues convive con el temor a que un corte de gas ruso provoque una recesi¨®n en Europa este invierno. A la hora de pensar en comparaciones sobre cu¨¢l de los dos puntos calientes tiene m¨¢s potencial de hacer da?o, los analistas de Goldman Sachs son claros. ¡°Cualquier posible sanci¨®n directa o indirecta a China debido a conflictos geopol¨ªticos tendr¨ªa repercusiones considerablemente mayores para la econom¨ªa global que en el caso de Rusia¡±, dice un informe del banco de inversi¨®n estadounidense.
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