La campa?a cerealista comienza con producci¨®n bajo m¨ªnimos, precios hundidos y costes disparados

El pasado s¨¢bado comenz¨® oficialmente la campa?a cerealista de este a?o. Y lo ha hecho golpeada tanto por la sequ¨ªa como por la situaci¨®n de los mercados exteriores. Las producciones estar¨¢n bajo m¨ªnimos; los costes de producci¨®n, disparados por el precio del abono y de la energ¨ªa, que se han duplicado hasta unos 3.500 millones de euros; y los precios en origen, bajos como consecuencia de las buenas cosechas en el resto de la Uni¨®n Europea, Brasil o Estados Unidos. El resultado: n¨²meros rojos en una campa?a negra para los cientos de miles de explotaciones cerealistas. En estas circunstancias, todo hace indicar que la cosecha estar¨¢ en los puertos y en los principales puntos de acceso por v¨ªa terrestre desde otros pa¨ªses comunitarios. En total, podr¨ªa alcanzarse la cifra r¨¦cord de 30 millones de toneladas importadas.

Frente al incremento de los costes de producci¨®n, el Gobierno dio una ayuda de 300 millones de euros para repartir entre un cuarto de mill¨®n de agricultores profesionales para compensar la subida de los fertilizantes, y tiene en cartera otros 277 para repartir entre los agricultores y cinco para los apicultores por los efectos de la sequ¨ªa. A esta cifra, se a?aden los 81 millones acodados en las ¨²ltimas fechas por Bruselas procedentes del fondo de gesti¨®n de crisis. Las ayudas a los ganaderos de carne y de leche ascendieron, por su parte, a 355 millones, lo que suma un total de m¨¢s de 1.000 millones en ayudas directas, junto a otras medidas fiscales.

Los datos iniciales sobre las primeras siegas en las provincias del sur confirman las previsiones negativas derivadas de la sequ¨ªa, con unos rendimientos de los m¨¢s bajos de los ¨²ltimos a?os. La sequ¨ªa se ha llevado por delante las producciones de cereal y de paja en la mitad meridional de la Pen¨ªnsula, mientras en la mitad septentrional las lluvias han llegado tarde para la mayor parte de las zonas. Los resultados, seg¨²n los datos de las organizaciones agrarias, las cooperativas y los almacenistas sit¨²an la cosecha entre los ocho y los diez millones de toneladas, pr¨¢cticamente la mitad de los 18 millones de la cosecha anterior, que ya fue la m¨¢s baja de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Y lejos, tambi¨¦n, de los 11,2 millones de toneladas de 1995, el a?o en que se bati¨® el ¨²ltimo r¨¦cord negativo.

Desde las cooperativas agroalimentarias, la cosecha total se estima en unos diez millones de toneladas, frente a los 17.68 millones de toneladas de la campa?a anterior. El trigo blando caer¨ªa de algo m¨¢s de cinco millones a unos tres millones de toneladas; el trigo duro, de 0,6 a 0,25 millones de toneladas; la cebada, de 6,57 a 3,9 millones; el ma¨ªz, de 3,8 a 2,2 millones de toneladas; la avena, de 662.000 a 123.000 toneladas; el centeno, de 181.000 a 32.000 toneladas; y el triticale de 572.000 a 108.000 toneladas.

Ca¨ªda de los rendimientos

Seg¨²n el responsable de cereales de las cooperativas agroalimentarias, Antonio Cat¨®n, la sequ¨ªa ha supuesto el hundimiento de los rendimientos por hect¨¢rea para el conjunto de los cereales, pasando de los 3.000 kilos a unos 1700. En el caso del trigo blando, la reducci¨®n habr¨ªa sido de 2.670 a unos 1.700 kilos; el trigo duro ha pasado de 2.140 a 1.180; y la cebada de, 2.740 a 1.600, con grandes diferencias por zonas. Mientras en la mitad norte hay zonas con m¨¢s de 2.500 kilos por hect¨¢rea, en la mitad sur dominan las superficies con menos de 600 kilos. Ante esta situaci¨®n de bajas cosechas y fuerte subida de los costes, Cat¨®n se?ala la necesidad de una mayor unidad de los agricultores a la hora de adquirir los medios de producci¨®n y ¡ªespecialmente¡ª los abonos.

La asociaci¨®n sectorial Asaja cree que la cosecha de cereales de invierno ¡ªuna categor¨ªa que excluye el ma¨ªz¡ª rondar¨¢ los cinco millones de toneladas: 2,12 millones de trigo blando, 216.000 toneladas de trigo duro, 2,4 millones de toneladas de cebada, 123.000 toneladas de avena, 31.000 toneladas de centeno y 103.000 toneladas de triticale. Muy lejos de los nueve millones de toneladas de la campa?a anterior.

COAG, por su parte, tambi¨¦n estima la producci¨®n de cereales de invierno en superficies de secano en cinco millones de toneladas. UPA es algo m¨¢s optimista, y atisba unos siete millones gracias a las lluvias ca¨ªdas en las ¨²ltimas semanas en la mitad norte. Los almacenistas de cereales, por ¨²ltimo, creen que se llegar¨¢ a los ocho millones.

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