Los de la austeridad pelear¨¢n duro
Los halcones demuestran otra vez ignorar en qu¨¦ consiste la equidad, el enfoque igualitario: en tratar de modo igual a los iguales; y desigualmente a los desiguales
En el ¨²ltimo Ecofin, Nadia Calvi?o puso ¡°una pica en Flandes¡±, por emplear la expresi¨®n con que titula su imprescindible libro europeo el embajador Javier Elorza. Consigui¨® ordenar la f¨¦rrea discusi¨®n sobre la reforma del Pacto de Estabilidad. Es decir, si resucitamos la ruinosa austeridad (una amenaza), nos enfocamos hacia la seriedad fiscal (lo deseable) o nos relajamos en la laxitud (improbable).
Ordenar la agenda en la UE es clave, porque permite modularla. Y el mapa de cuatro prioridades acordado por unanimidad es sensato: 1) clarificar el reparto de tareas en la toma de decisiones de forma reglada (excluye el arbitrismo) pero con ¡°flexibilidad¡± (favorece el arbitraje de la Comisi¨®n); 2) recurrir la deuda de forma suficiente, seg¨²n baremos (¡°salvaguardas¡±) comunes; 3) preservar el espacio fiscal para inversiones, con incentivos a las reformas; y 4) implicar a los miembros en los procesos de ajuste, que debiera ser fino.
El lenguaje de esa agenda no es a¨²n determinante, pero de entrada se evita el deslizamiento que pretend¨ªan los halcones. Sobre todo en el asunto de las ¡°salvaguardas comunes¡±. F¨ªjense en el tono utilizado por el jefe del ala dura, el liberal alem¨¢n Christian Lindner, que encabez¨® el manifiesto (15 de junio) de los 11 gobiernos (7 de ellos del Este) partidarios del retorno al austeritarismo causante de la cat¨¢strofe social posterior a la Gran Recesi¨®n de 2008.
En ese texto, abrupto pero menos hiriente que sus declaraciones, los halcones no alud¨ªan a las ¡°salvaguardas comunes¡± gen¨¦ricas. Propon¨ªan a la brava ¡°reglas claras y comprensibles¡± (seud¨®nimo de num¨¦ricas) ¡°igualmente aplicables a todos¡± los socios.
La traducci¨®n aritm¨¦tica de esa propuesta es la rebaja de un 1% anual en el nivel de deuda de todos los pa¨ªses endeudados. Un cors¨¦ implacablemente uniforme para situaciones distintas, generadas de forma diferente, manejadas de modos diversos y que exigen esfuerzos dis¨ªmiles.
Esta propuesta es bastante adolescente: ya demasiados cors¨¦s num¨¦ricos tienen los Veintisiete con el primitivo tope del 3% al d¨¦ficit sobre el PIB y del 60% a la deuda. Pero adem¨¢s es muy ruda, pues pretende exactamente lo contrario de lo que en apariencia defiende, un trato equitativo, igualitario, para cada uno de los Veintisiete.
Los halcones demuestran otra vez ignorar en qu¨¦ consiste la equidad, el enfoque igualitario: en tratar de modo igual a los iguales; y desigualmente a los desiguales.
Es mucho m¨¢s solvente un sistema de ¡°salvaguardas comunes¡±, como menciona el acuerdo de la agenda: pero de cuant¨ªas anuales diversas (en vez de id¨¦nticas o ¡°igualmente aplicables a todos¡±), pactadas entre la Comisi¨®n y cada Gobierno, al modo en que se gestionan los fondos Next Generation-EU, seg¨²n propone Bruselas. El ministro alem¨¢n seguir¨¢ peleando por el restri?imiento fiscal. Pero solo le apoyan pa¨ªses-liliput. Y ni siquiera Holanda.
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