La inflaci¨®n se ceba con las bravas del chiringuito
El alza de precios de los alimentos, en especial el aceite, golpea el bolsillo de los veraneantes
La inflaci¨®n ha supuesto que para muchos este sea un verano de bocadillo en la playa. La escalada de los precios ha llegado a la mesa del chiringuito. La cifra que consta en el tique es m¨¢s abultada sobre todo por tres razones: una, la subida de los alimentos todav¨ªa es de dos d¨ªgitos; dos, la ocupaci¨®n tur¨ªstica est¨¢ siendo elevada en pr¨¢cticamente toda la costa, y tres, parte de las empresas de ocio y turismo han aprovechado la bonanza para subir precios y recuperar parte de las p¨¦rdidas que pusieron sus negocios contra las cuerdas durante la pandemia.
EL PA?S ha visitado algunos bares de playa de Barcelona, Valencia y M¨¢laga para ver si han subido los precios y conocer sus razones. Y lo ha hecho examinando el precio de varios de los productos m¨¢s solicitados en un bar de playa: la cerveza, unos calamares o unas sardinas. Todos coinciden: las materias primas que usan se han disparado. Lo avala el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE): la cerveza rubia es un 13,5% m¨¢s cara que el a?o pasado, y la sin alcohol, un 10,7%. Si se quiere optar por una artesana, la factura ya se eleva un 17%. La comida tambi¨¦n es m¨¢s cara. El INE pone especial ¨¦nfasis en uno de los ingredientes esenciales en un chiringuito de playa: el aceite de oliva. Ha subido casi un 40% respecto al a?o pasado.
La sepia estuvo a punto de salir de la carta de Mares, un chiringuito en primera l¨ªnea de playa en el l¨ªmite de los t¨¦rminos municipales de Benic¨¤ssim y Castell¨®n. ¡°Est¨¢ car¨ªsima¡±, lamenta el gerente del establecimiento, Mart¨ªn Robles. Sin embargo, al final decidi¨® mantenerla porque es uno de los entrantes que m¨¢s se pide. Sigue, pero por cuatro euros m¨¢s de lo que se pagaba el a?o pasado. La inflaci¨®n ha supuesto una subida de entre el 15% y el 20% de los precios de compra para este local, ubicado en una esquina privilegiada por la que corre la brisa del mar y apenas a 20 metros de la arena. ¡°Se ha notado, sobre todo, en la comida¡±, asegura Robles, que explica que con los proveedores de bebida se cierran acuerdos, incluso bianuales, con lo que pueden sostener los precios. As¨ª, la cerveza de barril se sirve por los mismos 2,5 euros que se serv¨ªa el a?o pasado.
Las f¨®rmulas con las que han repercutido esa subida en los clientes ha sido variada: en algunos productos han aumentado el precio, sin m¨¢s, como la sepia que, en cualquier caso, se sirve en una raci¨®n suficientemente generosa como para compartir; en otros, apenas se subido entre 50 c¨¦ntimos y un euro, pero se ha reducido un poco la cantidad; otros, como unos flamenquines adquiridos en Andaluc¨ªa que serv¨ªan el a?o pasado, directamente, han dejado de ofrecerse. Adem¨¢s, han buscado otras v¨ªas para sostener los precios y, por ejemplo, ahora elaboran ellos mismos la salsa kimchi con la que sirven las distintivas patatas bravas, rebozadas adem¨¢s de quicos, cuando antes la compraban.
¡°No es que hayan subido solo los productos, tambi¨¦n han subido mucho servicios como la luz que, para nosotros, es fundamental por las c¨¢maras de refrigerado y congelaci¨®n¡±, se?ala Robles. Sin embargo, entre todas las subidas, este hostelero destaca dos: las de las bolsas de snacks individuales y los helados. Casi le ruboriza el precio de venta al p¨²blico, pero explica que es imposible ofrecerlos m¨¢s baratos.
En el a?o 1975 el padre de Jes¨²s Jim¨¦nez sufri¨® un accidente laboral. Con el dinero que recibi¨® construy¨® una peque?a cocina en una casita en primera l¨ªnea de playa del barrio de El Palo, en M¨¢laga. As¨ª naci¨® El Zagal, uno de los chiringuitos con m¨¢s solera de la ciudad donde estos d¨ªas la actividad es ¡°muy intensa¡±. ¡°En la playa se ve menos gente que el a?o pasado, pero estamos trabajando m¨¢s¡±, cuenta Jim¨¦nez. En su carta pr¨¢cticamente todos los platos han subido su precio 50 c¨¦ntimos respecto al a?o pasado, aunque hay otros que lo han hecho 90 c¨¦ntimos, como los boquerones al lim¨®n. ¡°El aceite, los cereales, la harina¡ todo est¨¢ m¨¢s caro¡±, se excusa. Jim¨¦nez cuenta sorprendido que la clientela gasta con m¨¢s facilidad este a?o cuando se sienta en sus mesas desplegadas por el paseo mar¨ªtimo, cerca de las hamacas que tambi¨¦n gestiona el negocio. ¡°Hay m¨¢s gente que pide botellas de vino o pescados a la brasa y las cuentas son m¨¢s grandes¡±, destaca.
La competencia del espeto
Manuel Villafaina, presidente de la Asociaci¨®n de Empresarios de Playa de M¨¢laga, afirma que el aumento de los precios representa entre el 8% y el 11% respecto al a?o pasado. ¡°Todo ha subido una barbaridad: luz, gas, materias primas¡ todo¡±, subraya el empresario, que cree que el tique medio por persona se sit¨²a entre 20 y 30 euros en la Costa del Sol este verano, mientras que en 2022 variaba entre 25 y 40 euros. ¡°El a?o pasado hab¨ªa m¨¢s alegr¨ªa en el gasto, la gente anda m¨¢s comedida¡±, dice Villafaina, que cree que la ca¨ªda del gasto la compensa la gran cantidad de turistas en la Costa del Sol. ¡°Hay much¨ªsima gente¡±, subraya. Y los chiringuitos son uno de sus destinos favoritos.
En El Zagal la ca?a de cerveza alcanza los dos euros ¡ªfrente al 1,80 del verano de 2022¡ª y el espeto de sardinas ha bajado su precio: de 4 a 3,50 euros. Es un fen¨®meno muy local de esta zona de El Palo y Pedregalejo: este pescado hecho a la brasa sirve de reclamo y los restaurantes compiten entre s¨ª en precio. Es lo que ofrece el chiringuito Merlo, donde cualquier d¨ªa de verano hay una cola para sentarse en una de sus mesas. ¡°Esto no para¡±, dice su espetero, Iv¨¢n, sudando copiosamente por el calor y las brasas frente a una decena de ca?as repletas de sardinas. En el resto de la ciudad, el precio medio var¨ªa alrededor de los cinco o seis euros, aunque en lugares como Trocadero Casa de Botes, el espeto alcanza los 15 euros.
A ocho ¡ªcon diez hermosas sardinas¡ª se venden como rosquillas en el restaurante La Mar Bonita, en la playa de La Carihuela, en Torremolinos. Es el ¨²nico producto que ha mantenido el precio respecto al a?o pasado en este chiringuito con seis a?os de historia, mesas en la arena y un Solete Repsol. Miguel Le¨®n, su propietario, premiado como mejor espetero de M¨¢laga en 2019 y 2021, explica que el resto de platos han subido entre 50 c¨¦ntimos ¡ªcomo el de patatas fritas, de 6 euros en 2022 a 6,5 euros en 2023, o un euro, como los calamares fritos ¡ªde 14 a 15 euros¡ª y la lubina a la brasa ¡ªde 22 a 23 euros¡ª. La ca?a de cerveza ha pasado de 2,20 a 2,50.
¡°La clientela habitual rara vez comenta la subida, pero hab¨ªa que ajustar ante el aumento de las materias primas¡±, asegura Le¨®n, que se?ala que en internet s¨ª se encuentra rese?as que hablan del restaurante por su buen producto y servicio, pero con la coletilla final de ¡°demasiado caro¡±. Le¨®n destaca igualmente que el sector esperaba m¨¢s turistas en julio y que agosto tampoco se desarrolla como se esperaba. ¡°Quiz¨¢ influyen el aumento de los precios y el tema de las hipotecas, que tambi¨¦n han subido¡±, cuenta el restaurador, que destaca que tambi¨¦n se encuentra con una clientela nueva que llega huyendo de los precios de Marbella. All¨ª los espetos var¨ªan mucho de precio seg¨²n la zona, pero rondan los 12 o 13 euros, seg¨²n las cartas de chiringuitos como Kala Kalua o Playa Nini.
Buscando ofertas
Silvia Capo lleva m¨¢s de 20 a?os al frente de Ba?os Virgen del Carmen, en honor a la patrona del mar. Es la tercera generaci¨®n a cargo de este chiringuito familiar creado en 1928 en la costa de Montgat, localidad de 12.000 habitantes al norte de Barcelona. Afirma que los precios de su carta no tienen ¡°nada que ver¡± con los de 2019 y mucho menos desde que comenz¨® la guerra en Ucrania. ¡°Los ¨²ltimos veranos han sido brutales¡±, explica Capo, quien sondea a sus proveedores desde enero antes de comenzar la temporada (de abril a septiembre). Asegura que mira ofertas m¨¢s que nunca para conseguir posibles descuentos y mantener los precios de su carta respecto al a?o pasado, sin mermar la calidad de sus productos: ¡°Tengo que jugar con los m¨¢rgenes y ver de d¨®nde estiro. Me busco mucho la vida d¨ªa a d¨ªa, pero no quiero sangrar a la gente a pie de playa. La gente tiene muchas ganas de salir y desconectar. Es una batalla continua que desgasta mucho¡±.
Entre su amplia gama de bocadillos, ensaladas y tapas, una de sus prioridades es mantener asequible la ca?a de cerveza de acompa?amiento (1,30 euros). Para sus frituras de hortalizas y pescados, su aceite de girasol ha crecido respecto a 2022 un 26% aproximadamente (de 1,70 euros el litro a 2,30). Para sus patatas bravas (4,70 euros), por ejemplo, usa una variedad agria especial para fritura, con un incremento anual medio del 25% tambi¨¦n (de 0,90 c¨¦ntimos el kilo a 1,20). Sus sardinas a la plancha con ajo y perejil, una de las estrellas de su carta (8,50), tienen un proveedor espec¨ªfico que se las lleva frescas cada d¨ªa ¡°a la puerta de casa¡±, capturadas en poblaciones cercanas como Arenys de Mar. Admite que esto conlleva un precio algo m¨¢s elevado que el de mercado, pero a¨²n as¨ª tambi¨¦n ha notado un 20% m¨¢s de coste anual (de unos 6,5 euros el kilo en 2022 a 8), pero insiste en que depende mucho de ¨¦pocas como en Sant Joan. En sus calamares a la andaluza (8,10) ha notado una proporci¨®n similar, aunque no tanto en las harinas para rebozarlos.
En la misma playa de Montgat, la encargada del chiringuito Takuara, Georgina Grau, relata c¨®mo han sufrido tambi¨¦n el aumento de varias materias primas como el aceite y el pescado. Si el a?o pasado sus calamares a la romana costaban 9 euros en su carta, este verano ha aumentado un 36% (hasta 14). T
ambi¨¦n se ha visto afectada la copa de cerveza en menor medida: ha pasado de 2,50 euros a 2,80 (un 10% m¨¢s). Indica que uno de los pocos productos que han podido mantener han sido las bravas, a 6,90 euros: ¡°Ya las tuvimos que subir el a?o pasado. Pero no podemos cambiarlo porque es un cl¨¢sico esencial de nuestra carta¡±, explica Grau.
En la misma localidad, el encargado del Emporium, Juan Schwemm, admite que en el ¨²ltimo a?o ¡°subi¨® todo en general¡±. Tambi¨¦n se?ala otros aspectos m¨¢s all¨¢ de las materias primas, como los consumibles de papeler¨ªa y servilletas, con un aumento medio del 10%. Han mantenido el mismo precio de su copa de cerveza (2,9 euros) gracias a que son un grupo hostelero con varios locales que puede negociar buenos precios. Sin embargo, han aumentado el precio de sus calamares a la andaluza de 12 a 13,2 euros (un 10%), y el de sus sardinas del Maresme de 11,6 a 12 euros. Las bravas s¨ª han podido resistir la inflaci¨®n, a 7,8 euros, a pesar de que gastan ¡°mucho aceite¡±.
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