Google afronta desde este martes en EE UU el juicio por monopolio m¨¢s importante en dos d¨¦cadas
Un juzgado de Washington analiza si la tecnol¨®gica abus¨® de su posici¨®n de dominio en las b¨²squedas por internet
Google y Apple son fieros competidores. Sin embargo, cuando alguien est¨¢ navegando en su iPhone o su Mac con Safari, el explorador de Apple, y hace una b¨²squeda, acaba por defecto en los resultados de Google, en virtud de un multimillonario acuerdo entre los dos gigantes. Acuerdos como ese ser¨¢n analizados desde este martes en el juicio por monopolio m¨¢s importante de la era de internet. El Departamento de Justicia acusa a Google...
Google y Apple son fieros competidores. Sin embargo, cuando alguien est¨¢ navegando en su iPhone o su Mac con Safari, el explorador de Apple, y hace una b¨²squeda, acaba por defecto en los resultados de Google, en virtud de un multimillonario acuerdo entre los dos gigantes. Acuerdos como ese ser¨¢n analizados desde este martes en el juicio por monopolio m¨¢s importante de la era de internet. El Departamento de Justicia acusa a Google de abusar de su posici¨®n dominante en los servicios de b¨²squeda. La empresa considera que se est¨¢ castigando su ¨¦xito. Un juez federal de Washington dictar¨¢ sentencia.
Google, integrada en Alphabet, es una empresa de programadores, ingenieros y comerciales, pero este es tambi¨¦n el momento de los abogados, propios y externos. La compa?¨ªa acaba de alcanzar un principio de acuerdo para evitar un juicio por pr¨¢cticas monopol¨ªsticas en la tienda de aplicaciones de Android. Recibi¨® otra demanda por presunto abuso de dominio en el mercado de la publicidad digital y afronta ahora un juicio por los servicios de b¨²squeda cuyas consecuencias son imprevisibles y que puede servir de precedente en otros casos contra los gigantes de internet.
El Departamento de Justicia, al presentar su demanda, compar¨® el caso con el de AT&T de 1974, que llev¨® a la partici¨®n del gigante telef¨®nico una d¨¦cada despu¨¦s, y con el de Microsoft de 1998, en el mercado de los ordenadores personales, sobre todo por abusar de la posici¨®n de dominio de su sistema operativo Windows para imponer su navegador Explorer. El juez decidi¨® inicialmente la ruptura de Microsoft, aunque se libr¨® de ello gracias a un recurso y el caso se cerr¨® con un acuerdo con el Gobierno.
Que el juicio que empieza este martes contra Google pase con todas las de la ley a la lista de casos hist¨®ricos depender¨¢ en buena media de cu¨¢l sea su desenlace. La demanda del Departamento de Justicia reclama que se decrete que Google actu¨® ilegalmente, que se obligue a la compa?¨ªa a cesar en sus supuestas pr¨¢cticas de abuso de posici¨®n dominante y que se adopten las medidas estructurales necesarias para reparar cualquier da?o anticompetitivo. Tambi¨¦n pide que se adopte ¡°cualquier otra medida preliminar o permanente necesaria y adecuada para restablecer las condiciones de competencia en los mercados afectados por la conducta il¨ªcita de Google¡± y cualquier otra decisi¨®n que el juez considere adecuada.
El margen de maniobra es enorme. El juez Amit P. Mehta, nombrado en 2014 por Barack Obama, dictar¨¢ veredicto, aunque su sentencia ser¨¢ recurrible en un tribunal de apelaciones y, potencialmente, en el Supremo. De momento, el juicio est¨¢ programado durante 10 semanas y desfilar¨¢n por el tribunal decenas y decenas de testigos. Entre ellos estar¨¢ probablemente Sundar Pichai, el jefe de Alphabet, donde se integra ahora Google.
Seg¨²n el Departamento de Justicia, Google ha mantenido y abusado deliberadamente de su poder monopol¨ªstico (acapara el 90% de las b¨²squedas en EE UU) mediante acuerdos de distribuci¨®n anticompetitivos y excluyentes que bloquean las posiciones predeterminadas de b¨²squeda en navegadores, dispositivos m¨®viles, ordenadores y otros dispositivos, as¨ª como con otras restricciones. ¡°Hace dos d¨¦cadas, Google se convirti¨® en la ni?a bonita de Silicon Valley como empresa emergente con una forma innovadora de buscar en la incipiente internet. Ese Google hace tiempo que desapareci¨®. El Google de hoy es un guardi¨¢n monopol¨ªstico de internet y una de las empresas m¨¢s ricas del planeta¡±, arranca la acusaci¨®n original.
La demanda fue presentada en octubre de 2020, bajo la presidencia de Donald Trump, y a ella se adhirieron desde el principio varios Estados republicanos. Luego el caso se consolid¨® con las demandas de otros Estados. En tres a?os se ha tomado declaraci¨®n a unos 150 testigos y el sumario supera los cinco millones de folios. Google consigui¨® el mes pasado que se desestimasen algunas de las acusaciones, las relativas a su gesti¨®n del sistema operativo Android, a sus relaciones con los fabricantes de m¨®viles que los usan y a la promoci¨®n del buscador en el propio asistente de Google. Pero la esencia del caso sigue en pie.
Google ha adelantado algunos argumentos de lo que ser¨¢ su defensa en un post publicado este fin de semana por Kent Walker, su presidente de Asuntos Globales, con el t¨ªtulo de La gente usa Google porque es ¨²til. ¡°Como hemos dicho desde el principio, esta demanda est¨¢ profundamente viciada¡±, sostiene. ¡°Tenemos previsto demostrar en el juicio que nuestros acuerdos de distribuci¨®n de b¨²squedas reflejan las elecciones de navegadores y fabricantes de dispositivos basadas en la calidad de nuestros servicios y las preferencias de los consumidores. Facilitar que la gente obtenga los productos que desea beneficia a los consumidores y est¨¢ respaldado por la legislaci¨®n antimonopolio estadounidense. En resumen, la gente no utiliza Google porque tenga que hacerlo, sino porque quiere¡±.
La compa?¨ªa argumenta que hay m¨¢s formas que nunca de buscar informaci¨®n: ¡°Puedes buscar recomendaciones en TikTok, Reddit o Instagram, encontrar m¨²sica y podcasts en Spotify, hacer una pregunta a ChatGPT o comprar en Amazon. De hecho, m¨¢s del 60% de los estadounidenses empiezan a buscar productos en Amazon¡±, dice su ejecutivo.
En cuanto a la presencia de Google como buscador predeterminado en Safari, Google muestra unos v¨ªdeos que muestran lo sencillo que es cambiar de buscador (dos clics en el Safari de escritorio y cuatro en el iPhone, por ejemplo). Indica que los creadores de los buscadores pelean por conseguir ser la herramienta predeterminada y que Google compite duro por ese puesto. Adem¨¢s, Walker se?ala que los directivos de Apple han dicho que eligen Google porque es ¡°el mejor¡±. ¡°Es importante destacar que nuestros acuerdos con los navegadores no son exclusivos¡±, subraya, pues Bing y Yahoo! tambi¨¦n pagan a Apple para aparecer en Safari, por ejemplo. ¡°Pagar a los fabricantes de dispositivos y a las operadoras por la promoci¨®n adicional de servicios como Chrome y Search¡±, sostiene, es ¡°similar a como un supermercado podr¨ªa cobrar a una marca de cereales por promocionar sus productos a la vista en una estanter¨ªa o al final de un pasillo¡±.
El Departamento de Justicia, sin embargo, sostiene que ¡°los actos anticompetitivos de Google han tenido efectos perjudiciales para la competencia, los anunciantes y los consumidores¡±. El fiscal general, Merrick Garland, anunci¨® en enero pasado otra demanda contra Google, en este caso por supuesto abuso de posici¨®n dominante en el mercado de la publicidad digital. No se espera que ese caso vaya a juicio como m¨ªnimo hasta el a?o pr¨®ximo. En esa demanda, el Gobierno ped¨ªa expresamente que se divida su negocio en ese ¨¢mbito mediante desinversiones para fomentar la competencia.
En la Uni¨®n Europea, Google ha recibido las tres multas m¨¢s altas de la historia. Los jueces respaldaron hace un a?o una multa r¨¦cord de 4.125 millones a la empresa por pr¨¢cticas anticompetitivas en los servicios de b¨²squeda (un caso similar al que ahora se va a juzgar en Washington, pero centrado en el sistema operativo Android). Tambi¨¦n ratificaron en noviembre de 2021 otra de 2.400 millones por privilegiar sus productos en las b¨²squedas (esa parte ha quedado fuera del actual litigio). Adem¨¢s, la Comisi¨®n tambi¨¦n impuso en marzo de 2019 otra multa de casi 1.500 millones por sus abusos en el mercado de la publicidad digital. M¨¢s de 8.000 millones en total.
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