El aceite pierde mercados en el exterior por los elevados precios
Las ventas cayeron m¨¢s del 40% el mercado interior y en la exportaci¨®n en competencia con otros aceites m¨¢s baratos de los pa¨ªses de la cuenca mediterr¨¢nea
La demanda de aceite de oliva registr¨® esta campa?a una ca¨ªda hist¨®rica, tanto en el mercado interior como en las exportaciones, como consecuencia de la fuerte subida de los precios por la baja cosecha pasada y los interrogantes sobre actual. Los precios, en un momento de crisis en el consumo, est¨¢n atenazando y marginando las ventas en el mercado interior. En el exterior pierde igualmente posiciones en competencia con las producciones m¨¢s baratas, fundamentalmente de graneles de otros pa¨ªses del Mediterr¨¢neo.
Seg¨²n los datos manejados por la patronal de las industrias Anierac, las ventas de aceite de oliva en el mercado interior han registrado una permanente l¨ªnea de ajustes en los ¨²ltimos a?os, hasta situarse en solo unas 340.000 toneladas frente a cifras que llegaron a las 590.000 toneladas y entre 520.000 y 540.000 toneladas en los a?os pasados. El precio se asocia a esa bajada del consumo, argumento que no se comparte desde el sector productor por su escaso peso en los gastos de los hogares o en la restauraci¨®n. La ca¨ªda de la demanda se ha registrado especialmente en la restauraci¨®n en beneficio fundamentalmente del girasol, cuyas ventas tambi¨¦n han sufrido un descenso del 10% desde octubre a julio en relaci¨®n con el mismo periodo del a?o anterior, seg¨²n datos de los envasadores.
En el caso de los mercados exteriores, las cifras de la patronal Asoliva se?alan un descenso desde una media de 1,1 millones de toneladas a solamente unas 680.000 toneladas, con una ca¨ªda entre un 40% y un 45%, y de solo el 25% en Estados Unidos. El sector, tanto en envasados como en graneles, se enfrenta a la competencia fundamentalmente de otros pa¨ªses de la cuenca mediterr¨¢nea. En unos casos se trata de otros productores comunitarios como Grecia, con una producci¨®n oficial no muy cre¨ªble de unas 330.000 toneladas o ltalia, con las dudas hist¨®ricas de si el aceite que comercializa es mayoritariamente de origen espa?ol. Pero la mayor competencia del aceite espa?ol en el mundo se halla en las producciones de terceros pa¨ªses como T¨²nez, con unas 240.000 toneladas, otras 280.000 toneladas de Turqu¨ªa, 150.000 toneladas de Marruecos o las 135.000 toneladas de Siria.
Fuertes oscilaciones
Para la venta del aceite espa?ol en el exterior, hoy el sector se?ala los precios como principal problema, ligado a la venta masiva de graneles, especialmente desde la cuenca mediterr¨¢nea a precios bajos, lo que supone un h¨¢ndicap para los industriales espa?oles a la hora de abrir o consolidar mercados. Otra dificultad a?adida para los industriales son las fuertes oscilaciones de los precios en funci¨®n de cada campa?a, cuando el consumidor lo que demanda es una cierta estabilidad para seguir comprando el producto.
Esta campa?a se inici¨® el pasado mes de octubre con unas existencias de 454.000 toneladas a las que se sum¨® una cosecha a la baja de unas 670.000 toneladas y unas importaciones de menos de 200.000 toneladas. La pr¨®xima campa?a se iniciar¨¢ con unas existencias cifradas por los industriales en unas 240.000 toneladas y una cosecha igualmente a la baja que podr¨ªa mejorar con las lluvias pasadas y las que se esperan para las pr¨®ximas semanas. Con ello, para los m¨¢s optimistas, la cosecha se podr¨ªa enderezar ligeramente para llegar a las 800.000 toneladas y lograr progresivamente una cierta normalizaci¨®n del mercado. Esta campa?a, a la falta de lluvias en momentos claves para el cultivo, se ha sumado la escasez de agua para riego. Sobre una superficie olivar total de 2,7 millones de hect¨¢reas, el regad¨ªo supone ya unas 870.000 hect¨¢reas. Esa cifra de producci¨®n estar¨ªa, en todo caso, muy lejos de la media de 1,4 millones de toneladas y techos de m¨¢s de los dos millones de toneladas.
Objetivo de toda la cadena es que el aceite de oliva no se convierta en un producto de lujo para los hogares en un momento en el que ya se ha reducido su consumo por parte de la restauraci¨®n en beneficio de otras grasas vegetales.
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