Llenar el dep¨®sito y hacer la compra: las petroleras ya venden m¨¢s pan que nadie en Espa?a
Las estaciones de servicio mutan de simples gasolineras a supermercados. El coche el¨¦ctrico acelera el tr¨¢nsito hacia modelos de negocio mucho menos dependientes de la venta de carburantes
En las gasolineras ya no solo se llena el dep¨®sito del coche, sino tambi¨¦n la despensa. La aparici¨®n de nuevos rivales en la comercializaci¨®n de carburantes ¡ªcomo son las cadenas de bajo coste¡ª y, sobre todo, la expectativa cada vez m¨¢s cierta de un futuro en el que los combustibles f¨®siles tendr¨¢n un protagonismo residual est¨¢n empujando a las principales petroleras a reinventar sus estaciones de servicio. Parte del camino ya est¨¢ recorrido. Repsol es el mayor vendedor de pan de Espa?a: 14 millones de barras y boller¨ªa al a?o, seg¨²n los datos de la propia compa?¨ªa, a lo que hay que sumar siete millones de caf¨¦s. Y un pu?ado de establecimientos de Cepsa ganan hoy m¨¢s dinero con la venta de productos no petroleros que con los carburantes. Una tendencia a¨²n incipiente en Espa?a, pero que nadie en el sector duda de que ir¨¢ a m¨¢s en los pr¨®ximos a?os: la propia empresa calcula que estas ventas m¨¢s del 50% de los beneficios de sus gasolineras en 2030. Como tarde.
La estampa esta semana de una estaci¨®n de servicio Repsol en Arturo Soria (Madrid) es esclarecedora. La mayor¨ªa de los clientes pasa por aqu¨ª para repostar. Pero son muchos, cada vez m¨¢s, los que aprovechan la visita para comprar todo tipo de alimentos, servirse un caf¨¦ a cualquier hora, comprar la prensa del d¨ªa, recoger un pedido online y, ahora que se acercan las fechas navide?as, hasta comprar la loter¨ªa. ¡°Es m¨¢s r¨¢pido que ir a un supermercado¡±, comenta Jos¨¦ Luis Marcos, de 71 a?os, antes de arrancar su turismo blanco. Las grandes petroleras han recurrido a nuevas estrategias para que los surtidores vayan, poco a poco, convirti¨¦ndose en las nuevas tiendas de barrio y todo apunta a que la t¨¢ctica est¨¢ funcionando.
¡°Tener una amplia red de estaciones de servicio, 3.300 en toda Espa?a, nos hace llegar a sitios donde otros no pueden¡±, apunta un portavoz de Repsol. Reconoce que la reconversi¨®n de gasolineras en tiendas casi generalistas tiene mucho que ver con la transici¨®n energ¨¦tica, que har¨¢ que los combustibles f¨®siles ¡ªlos principales causantes del cambio clim¨¢tico¡ª sean historia en la mayor parte del parque m¨®vil espa?ol en unas d¨¦cadas. Pero, consultada por este diario, la compa?¨ªa no proporciona datos sobre cu¨¢nto aportan ya las ventas no petroleras al negocio total de sus gasolineras.
¡°Estamos entrando en una d¨¦cada en la que la carga el¨¦ctrica va a ser mayoritaria en los coches ligeros¡±, recuerda por tel¨¦fono Pierre-Yves Sachet, director de Mobility & New Commerce de Cepsa. ¡°Y eso va a hacer que los conductores pasen de estar solo unos minutos en la estaci¨®n de servicio para repostar a estar como m¨ªnimo 15 o 20 minutos por carga. Son muchos minutos y, para nosotros, son una oportunidad: de ah¨ª que estemos repensando la l¨ªnea de productos de conveniencia y de comida, haci¨¦ndola mucho m¨¢s amplia¡±. Una senda que tambi¨¦n est¨¢n recorriendo ¡ªaunque a menor ritmo¡ª BP y Galp, tercera y cuarta mayor red de puntos de repostaje de Espa?a.
Las alianzas con grandes nombres del sector de la distribuci¨®n est¨¢n siendo clave. La estaci¨®n de Repsol de la calle Arturo Soria ¡ªque cuenta con un Supercor abierto las 24 horas¡ª mantiene un acuerdo con Starbucks para vender sus caf¨¦s in situ. Tambi¨¦n con Amazon, para que los pedidos lleguen a unos casilleros contiguos a los surtidores. ¡°Los he llegado a usar hasta 20 veces en este a?o¡±, admite Pablo Rodr¨ªguez, de 36 a?os, que, sin siquiera apagar el coche, se baja para recoger un paquete de las taquillas azules. ¡°Es un disfraz de Halloween para mi hijo¡±, desvela mientras rasga impaciente el envoltorio.
Juan Delibes, de 67 a?os, es uno de los que cada ma?ana acude a comprar un par de barras de pan a la gasolinera que, como ¨¦l mismo reconoce, se ha convertido en un nuevo bazar en el barrio: ¡°Me pilla de paso mientras paseo al perro. Aunque cuando deseo m¨¢s calidad, camino un poco m¨¢s hasta una panader¨ªa de verdad¡±, relata mientras desata a su mascota, un perro delgado y marr¨®n que se mantiene obediente en un rinc¨®n y que parece haberse acostumbrado al vaiv¨¦n de los coches.
Con todo, la mayor¨ªa de los clientes coincide en que los precios en estas tiendas son m¨¢s altos que en los supermercados tradicionales. ¡°F¨ªjate: la botella de agua m¨¢s peque?a cuesta un euro¡±, comenta una clienta que sale con una revista y un peri¨®dico bajo el brazo. Un envase de leche de un litro cuesta, en promedio, unos 10 c¨¦ntimos m¨¢s de media que en las cadenas generalistas, seg¨²n ha podido comprobar este diario. Un paquete de tres latas de at¨²n en aceite de oliva, unos 50 c¨¦ntimos m¨¢s. Y una docena de huevos camperos, hasta un euro extra.
Dos atributos, sin embargo, suman puntos a favor de estos establecimientos: la inmediatez y la cercan¨ªa. ¡°Vengo dos veces por semana porque es m¨¢s r¨¢pido; evitas hacer las colas y abre todo el tiempo¡±, relata Gonzalo S¨¢enz, de 30 a?os. Son las nueve de la noche de un domingo y a¨²n quedan algunos supermercados abiertos, pero ¨¦l acaba de comprar algunos embutidos.
Si Repsol est¨¢ aliada ¡ªdesde 2017¡ª con El Corte Ingl¨¦s en m¨¢s de medio millar de estaciones de servicio, su principal competidora (Cepsa) camina de la mano de Carrefour desde hace una d¨¦cada. En el s¨²per 24 horas que el gigante franc¨¦s de la distribuci¨®n tiene dentro de la estaci¨®n de servicio de Campo de las Naciones, la estanter¨ªa del pan luce casi vac¨ªa, pese a que la barra cuesta casi pr¨¢cticamente el doble que en otros establecimientos cercanos. De otra gasolinera Cepsa, en la madrile?a calle de Agastia, Fabi¨¢n Calder¨®n, de 37 a?os, sale apresurado camino al trabajo. ¡°Todos los d¨ªas paso a las ocho para comprar la loter¨ªa. Es el ¨²nico lugar que la vende por aqu¨ª cerca¡±, detalla sin detenerse. ¡°Este fin de semana gan¨¦ 250 euros¡±, sonr¨ªe.
En la estaci¨®n de servicio de Arturo Soria no hay personal que se ocupe de los autom¨®viles que se enfilan en los tres surtidores; cada cliente debe bajarse a pagar por adelantado en caja. Esto permite a los empleados ofrecer nuevos servicios y promociones, que se han convertido en una constante en este negocio: ¡°Con Waylet [el programa de puntos de Repsol, otra l¨ªnea de negocio que est¨¢ fomentando la petrolera] puedes ganar millas para viajar en avi¨®n o recibir descuentos de hasta cinco c¨¦ntimos por litro de combustible¡±, explica de memoria la dependienta, Sandy Acosta. ¡°Es una manera de fidelizar a los clientes¡±, a?ade a continuaci¨®n. Lamenta, eso s¨ª, que ¡°muchos vayan con prisa¡±: ¡°No podemos explicarles bien de qu¨¦ se trata¡±. A un costado, se ofrecen art¨ªculos escolares: mochilas y bol¨ªgrafos con el cl¨¢sico descuento de semanas despu¨¦s del regreso a las aulas. No solo es la compra del d¨ªa: la vuelta al cole ahora tambi¨¦n sucede entre surtidores.
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