Los desencuentros m¨¢s sonados entre Calvi?o y D¨ªaz
La ¡®prohibici¨®n del despido¡¯ en pandemia, el alcance de la ¡®ley Rider¡¯ o la derogaci¨®n de la reforma laboral son algunos asuntos que han abierto cismas entre la ministra de Econom¨ªa y la de Trabajo


¡°Todo lo que haces me irrita y cuando no est¨¢s me irrita imaginar lo que har¨¢s cuando vengas¡±. Esta es una de las frases que resume muy bien la comedia de 1968 La extra?a pareja, en la que sus protagonistas, Felix Ungar (Jack Lemmon) y Oscar Madison (Walter Matthau) son dos divorciados con caracteres diametralmente opuestos que deciden compartir piso y gastos y comprueban, a base de conflictos diarios (contados con mucho humor), lo dif¨ªcil que es la convivencia con formas tan distintas de afrontar la vida. Sin llegar probablemente a ese nivel de ¡°irritaci¨®n¡±, la relaci¨®n entre Lemmon y Matthau en esta cinta bien podr¨ªa encontrar su reflejo en el mismo Consejo de Ministros del Gobierno de Espa?a y sus protagonistas ser¨ªan dos de sus vicepresidentas: la primera y ministra de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o; y la segunda y ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz.
En este caso, los desencuentros no vienen tan marcados por su forma de ser como por su manera de aproximarse a la pol¨ªtica econ¨®mica, as¨ª como por los diferentes compa?eros de viaje escogidos por ambas para dise?ar las distintas normas que marcaron la pasada legislatura, y las que compondr¨¢n la nueva. D¨ªaz es una abogada laboralista marcadamente de izquierdas, que suele encontrar casi siempre el apoyo de los sindicatos y viceversa en las numerosas negociaciones sobre las que ha construido su marca de la casa: sacar las leyes adelante siempre primero con el di¨¢logo social. Mientras que Calvi?o es una reputada tecn¨®crata curtida en Bruselas que vela por la ortodoxia y se pone tambi¨¦n, de vez en cuando, en los zapatos de los empresarios, que suelen alinearse, a su vez, con ella cuando surgen las discrepancias con Trabajo.
La legislatura no ha hecho m¨¢s que arrancar y las dos vicepresidentas ya han protagonizado una pol¨¦mica sobre la reforma del subsidio de desempleo. Pero la historia de roces entre ambas es larga. Ya en la pandemia, los primeros choques llegaron con el alcance de una de las primeras m¨¢s pol¨¦micas medidas promovidas por D¨ªaz que fue la denominada ¡°prohibici¨®n de despedir¡±, que imped¨ªa al empresario rescindir los contratos ampar¨¢ndose en la crisis generada por la covid. Acto seguido, las numerosas pr¨®rrogas de los expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE) tambi¨¦n generaron cierta inquietud en Econom¨ªa, donde defend¨ªan desde el primer momento un recorte gradual de estas ayudas. En este escenario, el departamento de Calvi?o tambi¨¦n descafein¨® el subsidio extraordinario para 250.000 parados que perdieron sus ayudas en el estado de alarma, una medida reiteradamente reclamada por los sindicatos que finalmente sentenciaron que esta ayuda llegaba ¡°tarde y mal¡±.
Poco despu¨¦s, el dise?o y aprobaci¨®n de la denominada ley Rider, que regula el empleo en las plataformas digitales, tambi¨¦n abri¨® un cisma entre las dos vicepresidentas. El problema en esta ocasi¨®n era el alcance de esta regulaci¨®n, que Trabajo quer¨ªa extender a todo tipo de plataformas y Econom¨ªa limit¨® al colectivo de repartidores.
Pero la reforma laboral fue quiz¨¢s la pol¨¦mica m¨¢s sonada, sobre todo, porque en un momento de la negociaci¨®n Calvi?o reivindic¨® su papel en la redacci¨®n de esta norma, junto a otros ministerios como el de Hacienda, Seguridad Social o Educaci¨®n, frente a lo que consideraba un protagonismo excesivo de Trabajo en las conversaciones con patronal y sindicatos. Las diferencias en esta materia surgieron desde el principio. La intenci¨®n de D¨ªaz de derogar la reforma que hizo en 2012 el anterior Gobierno del PP de Mariano Rajoy, fue mitigada desde el primer momento por parte de Econom¨ªa, que reescribi¨® muchos de los puntos que defendi¨® el Gobierno.
Sin embargo, la titular de Trabajo consigui¨® revertir algunas de las cuestiones de la reforma del PP que m¨¢s mermaban el poder de los sindicatos. As¨ª D¨ªaz recuper¨® la ultraactividad de los convenios colectivos (que su vigencia no se agote hasta que haya un nuevo acuerdo pactado); y consigui¨® que la prioridad aplicativa volviera a recaer en los convenios sectoriales en lugar de los de empresa. No logr¨®, por el contrario, fijar un porcentaje m¨¢ximo de contratos temporales en las empresas, aunque el dise?o final de la reforma ha logrado ¡ªsin esa obligatoriedad que rechazaba Calvi?o¡ª reducir la tasa de temporalidad del sector privado al 14%.
Las distintas subidas del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) en la pasada legislatura y, sobre todo, la de 2023 presionada por la crisis inflacionista, ha sido otra batalla librada entre ambas vicepresidentas. La negociaci¨®n para subir esta renta evidenci¨® que Calvi?o se aliaba con las tesis patronales, dispuestas a subir el SMI un 4%, pero finalmente en esto gan¨® claramente D¨ªaz, logrando un incremento del 8%.
Tambi¨¦n ha habido otras pol¨¦micas que han saltado a la esfera p¨²blica, como cuando en pleno azote de la crisis de la inflaci¨®n, la vicepresidenta segunda quiso limitar el precio de los productos b¨¢sicos de la cesta de la compra o meses despu¨¦s, congelar las hipotecas variables. Ambas iniciativas fueron frenadas desde Econom¨ªa. Finalmente, otra medida que s¨ª consigui¨® aprobar la ministra de Trabajo y que rechaz¨® p¨²blicamente su compa?era de gabinete fue la baja laboral de nueva creaci¨®n por menstruaciones dolorosas, que la ministra de Econom¨ªa consider¨® que pod¨ªa ¡°estigmatizar¡± a las mujeres frente a los hombres en el mercado laboral.
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