Retraso fiscal y atraso social
Existen fallos en nuestro sistema fiscal que evitan obtener los recursos necesarios para sostener el Estado de bienestar que se desea
La pr¨®rroga presupuestaria es una mala noticia para afrontar los asuntos sociales pendientes. El aumento de recursos que se pensaba dedicar a vivienda, dependencia y becas tendr¨¢ que esperar hasta los Presupuestos de 2025. Es cierto que la pr¨®rroga no debe achacarse solo al Gobierno que contra viento y marea trata de racionalizar la diversidad de conflictos que acumula el pa¨ªs.
La cuesti¨®n de fondo es el retraso hist¨®rico de nuestro sistema fiscal para proporcionar los recursos necesarios para sostener el Estado de bienestar que queremos. Una deficiencia causada por la resistencia de los grandes contribuyentes. Una situaci¨®n que se ve agravada por las dificultades para hacer efectivo el pacto fiscal global de la OCDE que persigue que las multinacionales contribuyan al sostenimiento del gasto p¨²blico.
Para comprender este retraso resulta de gran utilidad el libro Los ricos no pagan IRPF, de Carlos Cruzado y Jos¨¦ M. Mollinedo, t¨¦cnicos del Ministerio de Hacienda, con una dilatada experiencia en la divulgaci¨®n de los problemas fiscales a trav¨¦s de Gestha (Sindicato de T¨¦cnicos del Ministerio de Hacienda). El libro tiene la virtud de explicar los fallos de nuestro sistema fiscal por unos expertos que lo conocen desde dentro.
La reforma fiscal que aval¨® los primeros pasos de la democracia qued¨® pronto descafeinada por la resistencia de los grandes contribuyentes. ¡°El sistema tributario de la democracia¡±, se?alan los autores, ¡°sigui¨® siendo regresivo, por el peso de la tributaci¨®n indirecta (IVA e impuestos especiales) y porque la tributaci¨®n directa sigui¨® recayendo b¨¢sicamente sobre los asalariados, b¨¢sicamente por la sesgada facilidad del fraude fiscal¡±.
Las reformas posteriores, aunque han tratado de hacer efectivos los principios de generalidad, igualdad y progresividad, establecidos en la Constituci¨®n, no han tenido ¡°el resultado m¨¢s deseable¡±. Los buenos prop¨®sitos aparecen en numerosas normas, como en la Ley de Prevenci¨®n del Fraude de 2021, que indica que ¡°se deben concentrar esfuerzos en el control de los y las contribuyentes con grandes patrimonios, as¨ª como sus entornos societarios y familiares¡±.
No obstante, para los autores, los resultados organizativos no han sido suficientes. A su juicio, ¡°es necesario el aumento de las competencias y responsabilidades de los t¨¦cnicos de Hacienda, para evitar que en la pr¨®xima d¨¦cada el 75% de las actuaciones se sigan centrando en el control del IRPF de particulares y aut¨®nomos para descubrir una deuda media inferior a los mil euros. Mientras el control de impuesto de sociedades sigue siendo un aut¨¦ntico erial¡±. Recuerdan que su recaudaci¨®n sigue siendo un 42% a la de 2007.
El texto pone al descubierto la necesidad de equiparar la presi¨®n fiscal y el gasto social. Nos faltan 38.000 millones de euros de ingresos fiscales para equipararnos a la media europea. El sistema ha permitido numerosos agujeros, desde ¡°un aguinaldo a los banqueros¡± en 2008, la benevolencia del actual C¨®digo Penal, a relevantes p¨¦rdidas por la econom¨ªa sumergida y los para¨ªsos fiscales. La advertencia es clara. El retraso fiscal que padecemos provoca un atraso social.
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