Pr¨®xima parada, ?un impuesto global a los superricos?
Desde ricos herederos que piden pagar m¨¢s al fisco a propuestas en foros multilaterales, el debate gana peso en la agenda
Marlene Engelhorn tiene poco m¨¢s de 30 a?os, es heredera de la fortuna milmillonaria de la multinacional BASF y, al igual que un nutrido ramillete de superricos de distintas procedencias, se plant¨® en enero en el Foro de Davos pidiendo a los l¨ªderes pol¨ªticos pagar m¨¢s impuestos para combatir la desigualdad. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiri¨® dise?ar una tasa temporal a las rentas m¨¢s altas para financiar los costes de la pandemia. Brasil, que ocupa la presidencia temporal del G20, aspira a cerrar este verano una declaraci¨®n conjunta sobre un tributo m¨ªnimo a los m¨¢s acaudalados. Y la mayor econom¨ªa del mundo, EE UU, donde las subidas fiscales no suelen ser bienvenidas, acaba de proponer que se grave m¨¢s a los mayores patrimonios. ?Mera coincidencia o el inicio de una revoluci¨®n fiscal para que los m¨¢s ricos del globo tributen m¨¢s?
Nunca antes tantas voces y tan distintas hab¨ªan puesto a la vez el foco en los impuestos a las grandes fortunas, que aspiran a convertirse en uno de los temas calientes del debate internacional en un contexto de creciente desigualdad y en el que los pa¨ªses necesitan m¨¢s recursos para hacer frente a retos may¨²sculos: la enorme deuda acumulada con la pandemia, la transici¨®n ecol¨®gica, la digitalizaci¨®n o el envejecimiento.
¡°Los muy ricos deben pagar m¨¢s impuestos por muchas razones. Hemos visto a los cinco hombres m¨¢s ricos del mundo duplicar su fortuna desde 2020, mientras que 5.000 millones de pobres han disminuido su riqueza¡±, zanja Rebeca Gowland, directora internacional de Patriotic Millionaires, una asociaci¨®n fundada en 2010 en EE UU a ra¨ªz de una carta que 60 millonarios enviaron al entonces presidente, Barack Obama, para que subiera los impuestos a las mayores fortunas. Ahora re¨²ne a m¨¢s de 300 personas. ¡°El sistema econ¨®mico actual est¨¢ dise?ado para beneficiar a un n¨²mero muy peque?o de personas muy ricas. Los trabajadores pagan tasas impositivas mucho m¨¢s elevadas¡±.
Los datos no faltan y son muy elocuentes. El n¨²mero de multimillonarios es exiguo, unas 2.700 personas, pero su fortuna es abrumadora y no para de engordar. Creci¨® un 7% entre 2022 y 2023, hasta superar los 12 billones de d¨®lares, casi 10 veces el PIB espa?ol, seg¨²n el ¨²ltimo Informe sobre Ambiciones Multimillonarias del banco suizo UBS. La mayor¨ªa de ellos residen en EE UU. Otro dato llamativo es que los nuevos superricos han alcanzado este estatus m¨¢s por herencia que por iniciativa empresarial. Es decir, por cuna y no por su trabajo. Hace tres d¨¦cadas, en 1995, hab¨ªa tan solo 377 contribuyentes considerados multimillonarios, que acumulaban menos de un bill¨®n.
Este peque?o pero poderoso grupo de personas no solo va acumulando m¨¢s patrimonio, tambi¨¦n mejora sus estrategias para rebajar su factura con la hacienda p¨²blica. De acuerdo con el informe Evasi¨®n Fiscal Global 2024 del Observatorio Fiscal de la UE, los megarricos ¡ªes decir, con patrimonios superiores a los 1.000 millones de d¨®lares¡ª pagan un porcentaje irrisorio de impuestos personales como el IRPF en comparaci¨®n con su fortuna: un tipo efectivo de entre un 0% y un 0,5%.
Ejemplos hay muchos. Cuando la pandemia a¨²n daba coletazos, en verano de 2021, salieron a la luz las declaraciones de la renta de las 25 personas m¨¢s ricas de EE UU, como Elon Musk, Bill Gates o Michael Bloomberg. Seg¨²n esta informaci¨®n, difundida por red de periodistas ProPublica, los grandes magnates del pa¨ªs soportan un tipo efectivo m¨¢s bajo que la clase trabajadora.
Buena parte de esta paradoja radica, muy sencillamente, en que el sistema lo permite. La riqueza, entendida como propiedades, acciones, empresas, tiene un mejor tratamiento fiscal que la renta del trabajo. En EE UU y en Espa?a. Los m¨¢s acaudalados tambi¨¦n son grandes consumidores de servicios de ingenier¨ªa fiscal: estructuran sus patrimonios para que generen poca renta e ingresos sujetos a impuestos, por ejemplo a trav¨¦s de instrumentos como las sociedades patrimoniales.
El ministro franc¨¦s de Finanzas, Bruno Le Maire, lo dej¨® muy claro en la reuni¨®n con sus hom¨®logos del G20 que acaba de celebrarse en Sao Paulo. ¡°Los m¨¢s ricos pueden evitar pagar el mismo nivel de impuestos que otros menos ricos. Queremos impedirlo¡±, dijo. Y lanz¨® una declaraci¨®n de intenciones: ¡°Queremos que Europa haga avanzar esta idea de una imposici¨®n m¨ªnima para los individuos lo m¨¢s r¨¢pido posible, y Francia estar¨¢ a la vanguardia¡±.
Su equivalente brasile?o, Fernando Haddad, inst¨® en la misma tribuna a actuar ¡°juntos¡± para limitar la evasi¨®n y elusi¨®n fiscal de los megarricos y crear un tributo global a las grandes fortunas, en l¨ªnea con el impuesto m¨ªnimo a las multinacionales consensuado entre m¨¢s de 140 pa¨ªses bajo el liderazgo de la OCDE (Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos).
¡°Hay una sensibilidad cada vez mayor sobre este asunto¡±, reconoce Pascal Saint-Amans, analista en el centro de estudios Bruegel y m¨¢ximo conocedor de las negociaciones multilaterales en materia tributaria. Las vivi¨® en primera mano durante a?os: fue director del Centro de Administraci¨®n y Pol¨ªtica Fiscal de la OCDE cuando se sell¨® el acuerdo sobre la tributaci¨®n de las multinacionales, cargo que abandon¨® tras alcanzarse el pacto. Quiz¨¢s por eso, por haber estado entre las bambalinas, es cauto sobre la posibilidad de seguir el mismo camino con los milmillonarios: ¡°Personalmente, creo que no hay posibilidad de ver un impuesto m¨ªnimo global para los ricos en el corto plazo¡±.
Los pa¨ªses son demasiado diferentes, los hay con impuestos altos y con tributaci¨®n casi inexistente, justifica. ¡°Sin embargo, debe haber una v¨ªa para luchar contra la competencia fiscal de los ricos, que son m¨¢s m¨®viles [tienen m¨¢s facilidad para cambiar de residencia] que el resto de la poblaci¨®n. La OCDE, por ejemplo, podr¨ªa empezar a trabajar para abordar las pr¨¢cticas fiscales nocivas. A largo plazo, podr¨ªa haber margen para aumentar la cooperaci¨®n. No olvidemos que el fin del secreto bancario ya se produjo, lo que permiti¨® a los pa¨ªses gravar mejor el capital¡±, matiza.
Una opini¨®n hasta cierto punto compartida por la economista estadounidense Kimberly Clausing, catedr¨¢tica de la UCLA y miembro del Instituto Peterson de Econom¨ªa Internacional: ¡°Creo que es un buen punto de partida tener esta conversaci¨®n y comprender por qu¨¦ es deseable gravar a quienes est¨¢n en la cima, al menos a un nivel m¨ªnimo. Y otro punto de partida puede ser Europa. Porque existe una enorme movilidad, pero los derechos impositivos se fijan principalmente a nivel del Estado naci¨®n. Podr¨ªa dar el ejemplo y generar consenso. Pero creo que es m¨¢s dif¨ªcil reunir a 140 pa¨ªses y decir ¡®todos vamos a acordar una determinada tasa m¨ªnima¡¯¡±.
Alega que la distribuci¨®n de la renta y de la riqueza es distinta en cada pa¨ªs. ¡°No tiene sentido que Suecia y Estados Unidos adopten la misma tasa marginal, porque los problemas econ¨®micos subyacentes son muy diferentes, a pesar de que ambos son pa¨ªses ricos. Entonces, se puede empezar con el intercambio de informaci¨®n, garantizar que los pa¨ªses hagan cumplir sus propias leyes, construir una especie de argumento intelectual o consenso de que el sistema tributario juega un rol crucial¡±, a?ade.
Uno de los grandes generadores de consenso o, al menos, informaci¨®n sobre la materia, a trav¨¦s de su actividad acad¨¦mica e investigadora, es el economista franc¨¦s Gabriel Zucman. Profesor en la Universidad de Berkeley, de la Paris School of Economics y director del Observatorio Fiscal de la UE, acaba de presentar en el G20 de los ministros de Finanzas su propuesta de un impuesto m¨ªnimo a los mayores patrimonios. La iniciativa, detallada en el informe Evasi¨®n Fiscal Global del que es coautor, permitir¨ªa seg¨²n sus c¨¢lculos recaudar 250.000 millones de d¨®lares adicionales al a?o a escala global.
Impuesto sobre el patrimonio
Espa?a no es tierra de grandes fortunas comparado con los pa¨ªses vecinos: solo ten¨ªa a 24 multimillonarios en 2023, seg¨²n los datos de UBS, que acumulaban un patrimonio conjunto de 129.000 millones de d¨®lares. En Alemania eran 109 contribuyentes, con 496.000 millones en total, frente a los 34 de Francia, que sin embargo concentraban una riqueza muy elevada: 501.000 millones de d¨®lares. Pese a estos n¨²meros, Espa?a es el ¨²nico miembro de la UE que grava la riqueza en su totalidad a trav¨¦s no de uno, sino de dos tributos: el de patrimonio, auton¨®mico, y el de grandes fortunas, estatal y con car¨¢cter temporal, pero que el Gobierno quiere convertir en permanente. En el entorno europeo, solo Suiza y Noruega cuentan con figuras parecidas.
¡°La mayor¨ªa de los pa¨ªses ha eliminado el impuesto sobre el patrimonio en los ¨²ltimos a?os [uno de los casos m¨¢s recientes es el de Francia] porque tiene un efecto negativo sobre la inversi¨®n y recauda muy poco. Es una figura obsoleta y supone una doble imposici¨®n: grava activos que ya han tributado, por ejemplo, en renta o sucesiones y donaciones¡±, argumenta Cristina Enache, economista del think tank Tax Foundation. Considera que, aunque haya un debate abierto sobre la imposici¨®n fiscal a las grandes fortunas a nivel internacional, ¡°no se pueden poner puertas al campo¡±: ¡°El tema ha aparecido en la agenda, pero no le veo ning¨²n recorrido¡±.
Que el impuesto espa?ol sobre el patrimonio espa?ol sea obsoleto e ingrese muy poco es un hecho compartido por economistas de todos los bandos. Tampoco el nuevo tributo a las grandes fortunas ha supuesto saltos cualitativos: calca el dise?o de su hom¨®logo auton¨®mico, salvo por el hecho de que el umbral a partir del cual se exige es m¨¢s elevado, tres millones de euros. No obstante, hay un amplio consenso sobre el mantenimiento del impuesto a las herencias y, a la vez, sobre la necesidad de remodelar en profundidad la imposici¨®n sobre la riqueza, una conclusi¨®n reflejada en el Libro Blanco para la reforma fiscal.
Aunque se suela hablar de impuesto a los millonarios o sobre el patrimonio a secas, la realidad es m¨¢s compleja. Hay distintas dimensiones de la riqueza ¡ªpropiedades inmobiliarias, cuentas bancarias, sociedades, acciones, dividendos, herencias, donaciones...¡ª y por ende diferentes caminos para exigir a los m¨¢s acaudalados una contribuci¨®n mayor. De hecho, aunque Francia haya eliminado el equivalente al impuesto sobre el patrimonio, s¨ª ha mantenido una tributaci¨®n especial para determinados activos, al igual que otros pa¨ªses.
La propuesta de Zucman y su equipo pasa por establecer un impuesto m¨ªnimo a nivel global del 2% solo para los milmillonarios. Ese se calcular¨ªa sobre su fortuna ya que, defiende, es la medida que mejor define la capacidad econ¨®mica del colectivo ¡ªy no la renta¡ª. ¡°Est¨¢ en l¨ªnea con lo que se ha hecho en la imposici¨®n fiscal las multinacionales. Hay un acuerdo internacional sobre un impuesto m¨ªnimo global del 15% que se aplica en la UE desde el 1 de enero de este a?o. El siguiente paso es hacer lo mismo con las personas muy ricas¡±, se?al¨® en una reciente entrevista con EL PA?S. Y, si no se llega a un acuerdo, insta a que cada pa¨ªs avance de manera unilateral.
De la misma idea es Abdul Muheet Chowdhary, del South Centre Tax Initiative, organizaci¨®n que representa a los pa¨ªses en desarrollo. ¡°La cooperaci¨®n internacional y las soluciones unilaterales son complementarias¡±, expone. ¡°Los pa¨ªses deber¨ªan considerar de inmediato la implementaci¨®n de soluciones unilaterales porque en la actualidad es lo factible. No existe una soluci¨®n internacional ya preparada y desarrollarla llevar¨¢ tiempo. Sin embargo, est¨¢ claro que las soluciones unilaterales no son suficientes¡±, porque existe el riesgo de que las grandes fortunas trasladen su residencia.
Existe tambi¨¦n una sensaci¨®n de que hay un momentum. La reforma de la fiscalidad societaria ha llegado a una suerte de fin de ciclo con la implementaci¨®n del tipo m¨ªnimo del 15%. Aunque se siga trabajando en la otra pata del acuerdo de la OCDE, el llamado pilar uno ¡ªgravar a parte de los beneficios de las mayores multinacionales¡ª, ya se da por muerto porque EE UU y China, donde residen la mayor¨ªa de estas sociedades, no lo aplicar¨¢n. Por otro lado, el Sur del mundo est¨¢ pidiendo tener m¨¢s voz en el debate fiscal internacional, y lo est¨¢ haciendo a trav¨¦s de un nuevo canal: las Naciones Unidas. El pasado noviembre, el bloque de las econom¨ªas en desarrollo se impuso para negociar un nuevo marco fiscal global en el seno del organismo.
¡°En el futuro inmediato, la reforma podr¨ªa ser promovida por aquellos pa¨ªses que tienen m¨¢s que ganar con ese impuesto, donde residen los multimillonarios: EE UU y Europa¡±, lanza Chowdhary, quien tambi¨¦n representa el South Centre en el subcomit¨¦ de impuestos sobre el patrimonio de la ONU. Reconoce, sin embargo, que las pocas figuras nacionales que hasta ahora han gravado las grandes fortunas no han logrado grandes avances en justicia fiscal. ¡°Pero el hecho de que no haya sucedido en el pasado no significa que no pueda suceder en el futuro. Los impuestos a la riqueza tienen un gran potencial y, si est¨¢n bien dise?ados, pueden reducir la desigualdad y mejorar la redistribuci¨®n¡±.
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