El precio medio del alquiler se come un 40% del salario m¨ªnimo en Espa?a
La tasa de esfuerzo media para familias que viven del SMI supera el l¨ªmite recomendado en una veintena de capitales: ¡°Me encantar¨ªa irme a algo m¨¢s barato, pero no existe¡°, dice una mujer que ve esfumarse el 45% de los ingresos de su familia al pagar la casa
Mercedes cobr¨® en enero unos 1.050 euros brutos, cerca de los 1.134 euros brutos en 14 pagas en los que el Gobierno ha establecido el salario m¨ªnimo para 2024. ¡°En mi contrato pone que trabajo 30 horas, por las que gano unos 823 euros. Pero con las horas extra llego m¨¢s o menos al SMI¡±, explica. El mayor gasto al que hace frente cada mes es el alquiler de su vivienda en Madrid: 650 euros por un piso de 32 metros cuadrados. ¡°Mi pareja trabaja en limpieza y gana unos 400 euros, sola ser¨ªa a¨²n m¨¢s dif¨ªcil¡±, agrega. As¨ª, pagar la casa consume el 45% de los ingresos de la pareja (un 62% si viviera sola). El porcentaje se sit¨²a muy por encima del m¨¢ximo que recomiendan los expertos, un 30%, que es la referencia que toma la Ley por el Derecho a la Vivienda aprobada el pasado mayo. Pero el caso de Mercedes no es, ni mucho menos, una excepci¨®n. Espa?a encabeza las estad¨ªsticas europeas de inquilinos de bajos ingresos que viven asfixiados por las rentas. Y los precios medios que se ofrecen en los portales inmobiliarios superan el 30% del salario m¨ªnimo interprofesional en m¨¢s de 20 provincias, seg¨²n c¨¢lculos de EL PA?S. De hecho, un arrendamiento medio en Espa?a se comer¨ªa m¨¢s del 40% del SMI, pero en las capitales con mayor tensi¨®n ese porcentaje alcanza el 70%.
Ese es el caso de Barcelona, la ciudad con los alquileres m¨¢s caros de Espa?a. Los c¨¢lculos se han hecho a partir de los precios medios que ofrecen Idealista y Fotocasa, los dos mayores portales inmobiliarios. El SMI en 14 pagas se ha prorrateado entre los 12 meses del a?o (1.323 euros brutos); y se ha tomado como hip¨®tesis que una persona sola trate de alquilar un piso de 45 metros cuadrados. Si en el hogar entran dos salarios m¨ªnimos (es decir, 2.646 euros brutos al mes), se ha considerado entonces que arrienden un piso de unos 80 metros cuadrados al tratarse de una unidad familiar mayor. Eso alivia la situaci¨®n, pero no demasiado. La media para Espa?a seguir¨ªa superando el 30%, un porcentaje que se duplica en el caso de Barcelona.
Tras la capital catalana, San Sebasti¨¢n y Madrid son las ciudades m¨¢s caras. Aqu¨ª hay m¨¢s divergencia de precio entre portales, pero el resultado final es muy parecido: imposible alquilar nada con el salario m¨ªnimo, a menos que se haga un esfuerzo sobrehumano. El porcentaje para una persona sola se acerca o supera el 60%. Y para una pareja supone tener que destinar m¨¢s de la mitad de sus ingresos a la renta mensual. En total, 18 capitales espa?olas (Alicante, Barcelona, Bilbao, C¨¢diz, San Sebasti¨¢n, Girona, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, M¨¢laga, Palma, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Segovia, Sevilla, Tarragona, Valencia y Vitoria) tienen unos precios medios de alquiler que obligan a un inquilino de bajos ingresos a superar la tasa de esfuerzo recomendada del 30%. Otras cuatro (A Coru?a, Granada, Melilla y Zaragoza) viven esa situaci¨®n en el caso de hogares unipersonales, pero al alquilar en pareja se podr¨ªa bajar el porcentaje del 30%. Y en otras tres (Burgos, Oviedo y Toledo) afloran situaciones de sobresfuerzo, pero solo con los datos de alguno de los dos portales. En conjunto, y sin tener en cuenta sus ¨¢reas metropolitanas, en esas ciudades vive m¨¢s de un 25% de la poblaci¨®n espa?ola.
El mapa de los mercados m¨¢s calientes est¨¢ claro: grandes ciudades y provincias de costa, especialmente en el arco mediterr¨¢neo. Pero no se trata solo de un problema de las capitales. Los expertos suelen usar una met¨¢fora cuando hablan de los precios de la vivienda: una mancha de aceite que se extiende del centro a la periferia. Y esta es la experiencia de Mercedes, quien a sus 32 a?os vive en uno de los barrios m¨¢s baratos de la capital de Espa?a, Carabanchel. ¡°Me encantar¨ªa irme a algo m¨¢s barato, pero es que no existe. He mirado en Algete o Legan¨¦s y no encuentro nada. Algunos incluso pensar¨¢n que me ha tocado la loter¨ªa con este piso de 650 euros, pero tiene muchos problemas de humedades¡±.
En Barcelona, Miriam, una camarera de piso de 50 a?os, afronta un dilema parecido: ¡°Mi trabajo est¨¢ aqu¨ª, y con lo que me gastar¨ªa en transporte, tiempo y en todo lo que tienes que pagar al cambiar de casa, no me compensa¡±, relata al tel¨¦fono. Gana unos 900 euros, lo mismo que su pareja, pero los estira hasta unos 1.000 haciendo horas extra. El alquiler devora cada mes un 42% de sus ingresos. ¡°Pagamos 800 euros por un piso muy peque?ito, un bajo de 50 metros en la zona de Gr¨¤cia. En 2019 pagaba 700 euros, pero me ha ido subiendo¡±, explica.
La situaci¨®n que relatan estas dos mujeres es parecida a la que enfrenta una parte de los 2,5 millones de trabajadores que cobran el salario m¨ªnimo en Espa?a. Y, sin conocer sus circunstancias concretas, H¨¦ctor Sim¨®n, quien dirige la C¨¢tedra Unesco de Vivienda en la Universitat Rovira i Virgili, es capaz de describirlas. ¡°Para las familias con menos recursos es muy complicado acceder a una hipoteca¡±, se?ala, ¡°y cuando la ¨²nica alternativa es el alquiler, eso provoca una burbuja que arrastramos desde 2016 y que se ceba sobre todo en las ciudades, que es donde se generan las oportunidades laborales¡±. Para Sim¨®n, ¡°la situaci¨®n actual deriva de 15 a?os de una pol¨ªtica de vivienda err¨¢tica¡±. Pero lo que realmente le preocupa es que a trav¨¦s de estas situaciones ¡°el acceso a la vivienda se precariza¡±, y mucha gente vive en casas que no re¨²nen condiciones de habitabilidad o donde conviven varios n¨²cleos familiares que no pueden pagarse un piso entero.
Carlos Sus¨ªas, presidente de la Red Europea contra la Pobreza en Espa?a, destaca las dificultades que afrontan aquellos a quienes el alquiler les consume porciones tan altas de sus ingresos. ¡°Todo es m¨¢s dif¨ªcil para alguien que paga tanto alquiler, mucho m¨¢s que para el que tiene un piso familiar o posibilidades de comprarlo. Es un tema estructural, el traspaso patrimonial condiciona todo¡±, dice. Y H¨¦ctor Sim¨®n insiste en un concepto recurrente en los an¨¢lisis que hacen desde la c¨¢tedra de la Unesco: la evoluci¨®n de Espa?a hacia ¡°una sociedad de ricos propietarios y pobres inquilinos¡±.
Subida del SMI y de los precios
El Gobierno presume frecuentemente de que, desde 2018, el salario m¨ªnimo se ha incrementado en un 54%. La situaci¨®n para sus perceptores ha mejorado indudablemente. Pero para quienes alquilan casa, las rentas se han comido sin duda una buena parte de ese incremento. Entre enero de 2018 y enero de este a?o, el ¨²ltimo dato disponible en Idealista, el precio medio de arrendamiento ha crecido en Espa?a un 33%. En esos datos se basan los sindicatos de inquilinos para reivindicar los controles de precios. ¡°De poco sirve subir el SMI si no se controla de ninguna forma el precio del alquiler¡±, se?ala Enric Aragon¨¨s, del Sindicat de Llogateres de Catalunya. ¡°La gente necesita un techo y quiere quedarse en su casa y en su barrio, por tanto, hace los equilibrios posibles e incluso los imposibles para poder pagar el alquiler¡±, a?ade.
Catalu?a es la ¨²nica comunidad dispuesta, hasta el momento, a aplicar los l¨ªmites de rentas que prev¨¦ la ley de vivienda. En Barcelona, la capital m¨¢s tensionada, aplicar el precio medio que recoge el nuevo sistema de referencia de precios de alquiler que ha presentado el Ministerio de Vivienda aliviar¨ªa a muchos inquilinos. Pero ser¨ªa insuficiente para los que cobran el salario m¨ªnimo: con el precio medio de ese ¨ªndice, el esfuerzo para una persona con SMI ser¨ªa del 43%, y para una familia de dos, del 38%. Sus¨ªas defiende que la pol¨ªtica m¨¢s transformadora para rebajar los precios ser¨ªa un amplio volumen de alquiler p¨²blico no enajenable.
Hay ocasiones en las que, aunque el alquiler no consume una porci¨®n muy alta del sueldo, refleja igualmente las dificultades de aquellos con menores retribuciones. Es el caso de Fernanda, una trabajadora del hogar interna en Madrid que tiene 58 a?os. ¡°Duermo casi todos los d¨ªas en la casa en la que trabajo, pero los s¨¢bados los tengo libres¡±, cuenta. ¡°Por dormir en el sal¨®n de un piso compartido y tener all¨ª algunas de mis cosas, pago 250 euros al mes. Y no estoy ni 24 horas¡±. Esto es el 23% de los 1.080 euros brutos que gana mensualmente. Echando c¨¢lculos, est¨¢ valorando la posibilidad de pernoctar en un hostal cada s¨¢bado o quedarse en la casa donde trabaja.
Los precios de la vivienda son un problema particularmente punzante para los j¨®venes: del total de trabajadores de 16 a 24 a?os, el 27% cobra el salario m¨ªnimo. Seg¨²n datos del Observatorio de la Emancipaci¨®n, el sueldo medio de los j¨®venes en Espa?a se sit¨²a en 1.005 euros netos al mes. Y el precio medio de un arrendamiento, en 944 euros. ¡°Esto es insostenible. Con estos salarios y estos alquileres es dificil¨ªsimo que los j¨®venes se independicen. Cada vez vemos m¨¢s j¨®venes en las colas del hambre¡±, denuncia Juan Antonio B¨¢ez, vicepresidente del Consejo de la Juventud de Espa?a.
Espa?a es uno de los pa¨ªses de la OCDE donde los trabajadores han perdido m¨¢s poder adquisitivo durante la crisis de precios de los ¨²ltimos a?os. Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la UE, calcula la tasa de hogares sobrecargados por los gastos de vivienda y Espa?a ocup¨® en 2022 la tercera posici¨®n, tras Rumania (l¨ªder de la clasificaci¨®n) y Pa¨ªses Bajos (donde la situaci¨®n se ha deteriorado r¨¢pidamente en los ¨²ltimos a?os). En suma, cuatro de cada diez inquilinos destinan al menos un 40% de los ingresos del hogar a pagar la renta y los gastos comunes de la vivienda (suministros b¨¢sicos, tasas de basuras u otros impuestos, reparaciones habituales...). La situaci¨®n hab¨ªa mejorado mucho entre 2017 y 2020, pero con la pandemia se deterior¨® enormemente.
Para Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad Pompeu Fabra e investigador del IVIE, esta estad¨ªstica europea es muy significativa. Por un lado, porque muestra que las personas que viven en otros reg¨ªmenes de tenencia (propietarios con o sin hipoteca, y arrendamientos sociales o pisos cedidos) apenas experimentan situaciones de sobrecarga. Por otro, porque al a?adir la variable de ingresos de los hogares, se observa que ¡°todo el problema se concreta en el alquiler a precio de mercado y en los quintiles primero y segundo¡±. Es decir, en el 40% de los hogares con inquilinos con ingresos m¨¢s bajos. ¡°Toda esa gente tendr¨ªa que estar en el alquiler social, que es el parque que nos falta porque en Espa?a tenemos un 1,2% y la media europea es del 9%¡±, diagnostica el experto. Pero tambi¨¦n insiste en que los problemas de accesibilidad a la vivienda no son exclusivos de Espa?a, lo que relaciona con ¡°legislaciones urban¨ªsticas complej¨ªsimas¡± que buscan proteger los intereses de los propietarios (el grueso de votantes) con ¡°¨¢reas metropolitanas muy poco densas¡±. Es decir, que no se genera oferta de alquiler aumentando la edificabilidad donde la gente quiere realmente vivir.
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