Los empleados de McDonald¡¯s se van de fiesta en Barcelona con un concierto privado de Dua Lipa y The Killers
El gigante de las hamburgueser¨ªas congrega a 14.000 trabajadores de todo el mundo para su convenci¨®n que celebra cada dos a?os, que cerrar¨¢ en el Palau Sant Jordi con espect¨¢culos musicales.
Si alguien ten¨ªa alguna duda de que el gigante de la comida r¨¢pida McDonald¡¯s es un grupo transnacional, solo ten¨ªa que acudir a las puertas de la convenci¨®n que el grupo de las hamburguesas celebra desde este lunes -y hasta el jueves- en Barcelona. Parec¨ªa la inauguraci¨®n de unos Juegos Ol¨ªmpicos: austr¨ªacos, suizos, italianos, espa?oles, filipinos... muchos de ellos ataviados con una chaqueta que defin¨ªa claramente su nacionalidad y el caracter¨ªstico logotipo de la marca grabado en alg¨²n lugar. Los espa?oles, medio discreta junto a la bandera nacional en el pecho de su chaleco azul oscuro; los filipinos, de grandes dimensiones y en dorado a la espalda de una colorida chaqueta. Hab¨ªa incluso quien calzaba zapatillas blancas con la letra amarilla en los laterales y el I¡¯mlovin¡¯it que caracteriza a la compa?¨ªa impreso en la parte posterior, complementada incluso con unos calcetines ilustrados con una hamburguesa.
Eran los proleg¨®menos del Worldwide¡¯24, la convenci¨®n global que el grupo celebra cada dos a?os y que, hasta ahora, siempre se hab¨ªa celebrado en Estados Unidos. Se prev¨¦ la participaci¨®n de unos 14.000 trabajadores, franquiciados y proveedores procedentes de todo el globo, en lo que parece mitad un acto de trabajo y mitad una gran demostraci¨®n de fuerza festiva. Los cuatro d¨ªas de feria finalizar¨¢n con un concierto en el Palau Sant Jordi con la actuaci¨®n de Dua Lipa y The Killers. Siempre ha sido un acto a lo grande y esta vez no lo iba a ser menos. Cuando se ha celebrado en Orlando, el grupo consegu¨ªa cerrar en exclusiva el parque de atracciones de Disney World y en otros lugares (Las Vegas, Chicago o Hawaii) eran tambi¨¦n habituales los conciertos de estrellas del momento.
Una pareja de austr¨ªacos esperan a la puerta mientras que sus tres hijos ¡ªtambi¨¦n bien caracterizados por la prenda nacional¡ª juegan en la explanada que da acceso al Worldwide¡¯24. ¡°Es medio fiesta y medio trabajo¡±, admit¨ªa un mexicano que trabaja en un proveedor que opera en Sudam¨¦rica, que llegaba al recinto ferial con toda la parsimonia del mundo. En su caso, no hab¨ªa chaqueta nacional, una cuesti¨®n reservada para los franquiciados. Estos d¨ªas no espera hacer negocio, pero s¨ª una toma de contacto con algunos de sus clientes regionales, que los tendr¨¢ concentrados en Barcelona, lo que supone un ahorro de tiempo y de traslados. Es su primera convenci¨®n global y cuando es preguntado si asistir¨¢ al concierto del Sant Jordi, no duda: ¡°S¨ª, claro, hay que aprovechar¡±. Lo mismo dec¨ªa otro novato, un holand¨¦s que trabaja en una empresa de seguridad alimentaria que quiere ampliar su agenda de contactos: ¡°Creo que todo el mundo est¨¢ muy entusiasmado con que se haga aqu¨ª, especialmente en Barcelona, que es una gran ciudad para conocer a gente¡±.
Los medios de comunicaci¨®n no pueden acceder al interior de las instalaciones: ¡°?C¨®mo? ?Prensa? No, no, es un acto privado¡±, respond¨ªa una chica estadounidense que atend¨ªa en un puesto de informaci¨®n. Pero los veteranos del evento explicaban qu¨¦ se podr¨¢ ver estos d¨ªas de puertas adentro. ¡°Al final es como una feria, pero solo de McDonald¡¯s¡±, se?alaba un franquiciado espa?ol que acud¨ªa junto a su mujer. Si el grupo se puede permitir un gran evento como este es por sus 23.540 millones de euros de ganancias y sus m¨¢s de 40.000 restaurantes repartidos por todo el mundo. Las calles que daban al recinto eran un avispero de autocares y furgonetas del que no paraban de bajar personas, como si se tratara de otro de los grandes salones que se celebran en la ciudad.
Habr¨¢ conferencias para explicar los avances en los ¨²ltimos a?os de esa gran hamburgueser¨ªa y cu¨¢les son sus nuevos objetivos. No faltar¨¢n dos o tres simulaciones de restaurantes donde los asistentes podr¨¢n testear productos y evaluarlos. ¡°Mira, aqu¨ª un franquiciado como yo puede ver las novedades de planchas para hacer las hamburguesas, o de freidoras, o los programas de gesti¨®n de la plantilla. Es verdad que McDonald¡¯s tiene un sistema cerrado, pero aqu¨ª se presentan los dos o tres modelos que est¨¢n homologados por el grupo, o que se adaptan a las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas de cada pa¨ªs¡±, explicaba un espa?ol que arrastra ya m¨¢s de 30 a?os en el grupo y que, como el resto de franquiciados, tuvo que pasar por la Universidad de la Hamburguesa, el sistema de entrenamiento del grupo para sus franquiciados. ¡°Yo tengo un m¨¢ster de IESE, pero obligatoriamente tuve que hacerlo y durante un a?o tuve que pasar por todos los pasos de un restaurante, desde barrer a fre¨ªr patatas. Y luego poner dinero, claro¡±, explicaba. Durante estos cuatro d¨ªas ten¨ªa intenci¨®n de acudir a algunas charlas sobre gesti¨®n financiera y otras cuestiones.
Un empresario chino admite tener ¡°grandes expectativas¡± para conocer a gente y elevar su negocio ¨Cacompa?a sus palabras con una mano que planea de forma ascendente¡ª, dice mientras fuma un cigarrillo antes de entrar en las instalaciones. A unas decenas de metros llaman la atenci¨®n los gritos y los abrazos de dos italianas que se acaban de reencontrar. El gesto, m¨¢s vehemente que el de dos estadounidenses unos minutos antes, da muestra de cierto sentido familiar entre algunos de los presentes. ¡°La secta¡±, lo hab¨ªa definido antes en tono de broma otra persona.
En una hamburgueser¨ªa pr¨®xima al recinto ferial, una empleada aseguraba que se ven¨ªan d¨ªas de mucho trabajo y de ampliaci¨®n de plantilla. Dos responsables que no acostumbran a estar apostados en la puerta admit¨ªan que algunos trabajadores tendr¨¢n que hacer alguna hora m¨¢s, pero que nada especial.
Un buen despliegue de efectivos de los Mossos d¡¯Esquadra hac¨ªa prever alguna manifestaci¨®n, que no se ha producido. Para la tarde de este lunes se prev¨¦ una peque?a protesta: el reparto de confeti para lanzarlo a las puertas de los restaurantes de la marca. Esos papeles llevan impresos diferentes mensajes, entre los que se encuentran algunos efectos que se vinculan con la restauraci¨®n fast food (obesidad, generaci¨®n de basura, deforestaci¨®n) o el gran negocio que una compa?¨ªa como McDonald¡¯s representa para fondos de inversi¨®n.
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