La loter¨ªa de las renovables dibuja un nuevo futuro para la industria en Espa?a
Los centros de datos han sido los primeros en llegar, al calor de los bajos precios de la luz y la buena conectividad. El resto de actividades electrointensivas podr¨ªan acudir m¨¢s adelante
Espa?a qued¨® al margen de la primera revoluci¨®n industrial y lleg¨® tarde a la segunda. Un decalaje que ha arrastrado durante d¨¦cadas y que explica, en gran medida, la brecha de renta con los pa¨ªses m¨¢s ricos de Europa. Hoy, a caballo entre la tercera y la cuarta revoluci¨®n industrial, la suerte le sonr¨ªe: con uno de los menores costes de la electricidad del Viejo Continente, tiene una oportunidad de oro no solo para frenar su temida desindustrializaci¨®n sino para atraer actividades que hoy optan por otros pa¨ªses. La media docena de expertos consultados por este diario coinciden en que la mano es buena, con cartas envidiables. Pero, lejos de caer en triunfalismos antes de tiempo, a¨²n ha de jugarlas bien.
La semana pasada, Amazon se descolg¨® con una inversi¨®n de casi 16.000 millones de euros en una gran red de centros de datos en Zaragoza y en Huesca. Una actividad cuestionada por su elevado uso del agua y en plena huida de algunos de sus actuales hubs continentales (?msterdam y Dubl¨ªn), donde no tiene ni energ¨ªa ni red. Amazon ha visto en Arag¨®n un lugar ideal para echar ra¨ªces: electricidad renovable, tanto solar como e¨®lica, a borbotones; grandes extensiones de terreno disponible; mano de obra cualificada y con sueldos m¨¢s bajos que en los pa¨ªses m¨¢s ricos de Europa; y cercan¨ªa a Francia, desde donde poder conectarse con el resto de la UE. El anuncio es de los que quitan el hipo. Y, tambi¨¦n, una suerte de avanzadilla de lo que est¨¢ por venir.
¡°Estamos muy bien posicionados: nos favorecen tanto las renovables como el cambio de paradigma geopol¨ªtico. Es una gran oportunidad, pero no se va a materializar sola¡±, matiza Natalia Collado, economista de EsadeEcPol especializada en energ¨ªa y mercados regulados. ¡°Hay otros pa¨ªses que han cuidado m¨¢s su industria desde siempre, ofreciendo precios artificialmente bajos a los grandes consumidores electrointensivos. Ahora eso se le ha dado la vuelta, pero tenemos que asegurarnos de que vienen las industrias que queremos: que aporten valor a?adido e innovaci¨®n¡±, explica.
Ventaja competitiva
Los centros de datos y las f¨¢bricas de bater¨ªas ¡ªcomo la de Volkswagen en Sagunto (Valencia)¡ª han sido los primeros sectores en posar sus ojos sobre la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, en gran medida porque son industrias de nuevo cu?o y en permanente expansi¨®n, en las que no hay costes de deslocalizaci¨®n: no se trata de cerrar una planta, sino de abrir nuevas instalaciones.
Sin embargo, si todo discurre por el camino previsto, pronto ser¨¢n otros los sectores que den prioridad a Espa?a en sus planes europeos. ¡°Son solo el primer ¨¢mbito en el que se ve que nos ha tocado la loter¨ªa. Pero es solo el preludio de lo que est¨¢ por venir¡±, sintetiza Daniel P¨¦rez, autor de Superpotencia renovable (Arpa Editores, 2023). ¡°Estamos asistiendo, quiz¨¢ sin darnos cuenta, a un cambio estructural: a partir de ahora, Espa?a pasa a tener una ventaja competitiva que antes no ten¨ªa¡±.
Esta idea, que ya ha empezado a cuajar en algunos entornos especializados, a¨²n no es generalizada. ¡°Todav¨ªa no se nos ve como el para¨ªso energ¨¦tico europeo que somos¡±, desliza P¨¦rez, que reclama un mayor esfuerzo de las autoridades por ¡°vender¡± esta idea en el exterior: ¡°Si queremos sacarle partido, hace falta explicaci¨®n, relato y pedagog¨ªa. Toda pol¨ªtica de captaci¨®n de inversiones deber¨ªa llevar en portada una imagen de un parque fotovoltaico¡±. Los contratos industriales de luz a largo plazo son ya un 40% m¨¢s econ¨®micos en Espa?a que en el resto de la UE.
¡°Nos est¨¢n llamando, sobre todo, cementeras y centros de datos¡±, desliza Pl¨¢cido Ostos, de LevelTen Energy, una de las mayores plataformas de acuerdos bilaterales de energ¨ªa del mundo y, por tanto, un muy buen term¨®metro de lo que se cuece en el sector. ¡°No nos deber¨ªa sorprender tanto el reciente anuncio de Amazon: lo que m¨¢s mira una industria electrointensiva es la expectativa de precio medio [de la luz]. Y Espa?a tiene unas circunstancias de sol, de viento y de orograf¨ªa para gestionar el agua que le permiten tener una electricidad recurrentemente barata. Antes o despu¨¦s, eso se notar¨¢ en las inversiones¡±.
Precios... y geopol¨ªtica
El giro reciente en la br¨²jula de los precios de la luz ha sido radical. No solo por la coyuntura actual ¡ªcon valores cero, e incluso negativos¡ª cada vez m¨¢s recurrentes, sino por el punto de partida: hace solo unos a?os, como recuerda la analista s¨¦nior de Rystad Energy Pratheeksha Ramdas, el mercado el¨¦ctrico espa?ol era uno de los m¨¢s caros del Viejo Continente. Hoy, con las renovables cubriendo las dos terceras partes de la demanda, que se dice pronto, Espa?a compite con los pa¨ªses escandinavos por ver qui¨¦n tiene la electricidad m¨¢s barata. Con el sol como hecho diferencial: una misma instalaci¨®n fotovoltaica genera el doble de horas en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica que en Alemania.
A esta coyuntura favorable ayuda, tambi¨¦n, el cambio en las din¨¢micas geopol¨ªticas. El furor por el libre comercio y las importaciones baratas e indiscriminadas en los noventa y en la primera d¨¦cada de este siglo ha dado paso a una realidad completamente distinta, en la que los grandes bloques econ¨®micos pugnan por integrar m¨¢s y m¨¢s producci¨®n industrial en su territorio o, al menos, en el de pa¨ªses amigos. ¡°Si la UE, como ya ha hecho Estados Unidos, empieza a favorecer de verdad el made in Europe, Espa?a puede convertirse en uno de los grandes beneficiados por las relocalizaciones¡±, proyecta Alejandro Labanda, director de Transici¨®n Ecol¨®gica de la consultora BeBartlet. ¡°Las decisiones que tome la nueva Comisi¨®n Europea [la que salga de las urnas el 9 de junio] van a ser clave¡±, advierte.
Dentro de esas potenciales deslocalizaciones, Espa?a tiene ¡ªde nuevo¡ª que saber jugar sus bazas. ¡°Tenemos que mostrar nuestros atributos: que aqu¨ª, adem¨¢s de barata, la electricidad es renovable y no f¨®sil. Eso, con cada vez m¨¢s empresas buscando deslocalizarse en lugares con energ¨ªa verde para incluirlo en sus informes de sostenibilidad, vale mucho¡±, sostiene Gonzalo Escribano, investigador principal y director del programa de Energ¨ªa y Cambio Clim¨¢tico del Real Instituto Elcano. Con un recordatorio: ¡°Est¨¢ muy bien embarcarnos en la carrera por atraer nuevas industrias, pero tambi¨¦n hay que acelerar en la descarbonizaci¨®n de las que ya est¨¢n: fertilizantes, cer¨¢mica, refiner¨ªa, autom¨®vil...¡±. Solo electrificando usos industriales y dom¨¦sticos (coche el¨¦ctrico, aerotermia...), Espa?a se quitar¨ªa de un plumazo un ingente volumen de emisiones de CO? y, tambi¨¦n, miles de millones de euros de importaciones de petr¨®leo y gas natural.
El problema de la red
Son, sin embargo, varios los debes en el horizonte. ¡°Espa?a tiene que invertir m¨¢s en red y en tecnolog¨ªas de almacenamiento, para evitar los vertidos, y reforzar su capacidad de interconexi¨®n para convertirse en exportador de energ¨ªa¡±, recuerda Ramdas, de Rystad Energy. Un punto, este ¨²ltimo, que no depende tanto de Espa?a ¡ªque lleva a?os pidiendo un refuerzo en el cable de la red¡ª sino de Francia que, pese al salvavidas que le arroj¨® Espa?a en 2022, tiene el grueso de su parque nuclear fuera de juego.
La red es, en cambio, el gran cuello de botella de esta nueva era energ¨¦tica e industrial. Aunque el sector lleva a?os reclamando m¨¢s atenci¨®n sobre este punto ¡ªuna visi¨®n parcialmente interesada, ya que una parte importante del negocio de las grandes el¨¦ctricas descansa sobre la distribuci¨®n¡ª, el runr¨²n ya ha llegado a los centros de decisi¨®n.
Este mismo mi¨¦rcoles, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, afirmaba ser ¡°muy consciente¡± de que la red el¨¦ctrica no est¨¢ siendo capaz de suministrar la potencia que la industria necesita. Sus palabras no ven¨ªan de la nada: respond¨ªan a una pregunta parlamentaria del PNV, el partido mayoritario en el Ejecutivo vasco, una de las comunidades m¨¢s industrializadas de Espa?a y en la que estos problemas se dejan sentir desde hace meses.
?Centros de datos o industria?
Que los centros de datos est¨¦n siendo los primeros en llegar tiene sentido se mire por donde se mire. ¡°Un solo correo de 10 kilobytes consume hasta 0,074 microvatios de electricidad, imagina cu¨¢nto necesitar¨¢ la inteligencia artificial¡±, ilustraba esta misma semana la analista de Energy Intelligence Amena Bakr. De ah¨ª que, en clave europea, Espa?a parta con varios cuerpos de ventaja.
El auge inversor en centros de datos ¡ªcon potencial para crear ecosistemas tecnol¨®gicos a su alrededor¡ª se topa, en cambio, con una realidad un tanto inc¨®moda: si no se produce un salto cualitativo en la red, antes o despu¨¦s habr¨¢ que priorizar unos sectores sobre otros a la hora de otorgar permisos de acceso a la demanda. ¡°Hoy por hoy, el bien escaso es la red el¨¦ctrica. Y, puestos a elegir, entre un centro de datos y una industria manufacturera, prefiero una f¨¢brica, que trae m¨¢s mano de obra¡±, opina P¨¦rez, que remata con un aviso a navegantes: ¡°Ser¨ªa una pena copar la red el¨¦ctrica con centros de datos, evitando as¨ª que vinieran otras industrias¡±.
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