El turismo se muere de ¨¦xito: ning¨²n destino en el mundo encuentra la f¨®rmula para evitar la masificaci¨®n
?msterdam aplica una moratoria hotelera, Nueva York proh¨ªbe alquileres de Airbnb y Venecia cobra cinco euros a los que no pernocten. Nada funciona
El turismo descontrolado que ha surgido tras la pandemia se ha convertido en un problema global que se reproduce con la misma intensidad en Espa?a que en otros grandes destinos como Roma, Venecia, ?msterdam, Par¨ªs o Nueva York. Tasas, restricciones a los cruceros, moratorias hoteleras o la prohibici¨®n de plataformas de alquiler de pisos como Airbnb son algunas de las medidas aplicadas. Todas con escaso ¨¦xito, por ahora. Solo algunos destinos en el mundo han logrado corregir parcialmente esos problemas con medidas dr¨¢sticas e impopulares. Jap¨®n fue pionera al eliminar toda la oferta ilegal en Airbnb bajo la amenaza de acabar con su negocio en 2018. Y But¨¢n, un pa¨ªs con una superficie inferior a la de Extremadura, impuso una tasa prohibitiva de 200 d¨®lares por turista y d¨ªa, que rebaj¨® a principios de este a?o a 100 d¨®lares, para frenar la llegada masiva de viajeros. El peque?o reino del Himalaya se ha convertido en la ¨²nica excepci¨®n global al turismo masivo, mientras Jap¨®n estudia nuevas medidas porque se ha encontrado con un fen¨®meno imprevisto: la debilidad del yen ha atra¨ªdo una oleada de turistas que previsiblemente superar¨¢ los 32 millones de visitantes de 2019, su r¨¦cord hasta la fecha.
La pregunta parece obvia: ?Se puede frenar el turismo? ?Qu¨¦ pueden hacer los grandes destinos para corregir la masificaci¨®n? En Espa?a, Baleares lo ha intentado todo. Y casi todo ha sido en vano. Fue la primera autonom¨ªa que implant¨® en 2016 una ecotasa, cuyo importe var¨ªa de uno a cuatro euros por d¨ªa; tambi¨¦n fue pionera a la hora de congelar en 2022 el n¨²mero de plazas de alojamiento tanto en hoteles como en viviendas; innov¨® al prohibir el alquiler tur¨ªstico en edificios plurifamiliares, y tambi¨¦n es la ¨²nica comunidad donde un ayuntamiento, el de Palma, ha firmado un acuerdo con la patronal mundial de cruceros (CLIA) para limitar la llegada de estas embarcaciones al puerto de la ciudad. Ahora solo pueden atracar tres embarcaciones por d¨ªa, de las cuales ¨²nicamente una puede tener capacidad para m¨¢s de 5.000 pasajeros.
Pero, pese a estas medidas, entre enero y abril la llegada de turistas ha marcado un m¨¢ximo hist¨®rico. En esos cuatro meses se han rozado los dos millones de viajeros, casi 205.000 m¨¢s que en el mismo periodo de 2019. La plataforma Menys Turisme M¨¦s Vida ha convocado una manifestaci¨®n contra la masificaci¨®n tur¨ªstica en Palma el pr¨®ximo 21 de julio. Jaume Pujol, portavoz de la organizaci¨®n, cree que a corto plazo es necesario imponer l¨ªmites a los flujos tur¨ªsticos. ¡°La plataforma apuesta por regular el n¨²mero de vuelos tur¨ªsticos que reciben los aeropuertos, restringir a¨²n m¨¢s las llegadas de cruceros, limitar a los extranjeros la adquisici¨®n de viviendas y limitar la llegada de veh¨ªculos¡±, explica.
Los pisos vacacionales est¨¢n en el punto de mira de los destinos, de la industria tur¨ªstica e incluso de los colectivos sociales. Todos los culpabilizan por un modelo que prioriza el crecimiento descontrolado y que ha restado derechos a la poblaci¨®n. ¡°Es necesario poner l¨ªmites. En Canarias se ha pasado de 5.000 a 53.000 viviendas de uso tur¨ªstico en tan solo un a?o¡±, recalca Eugenio Reyes, portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acci¨®n, una de las organizaciones m¨¢s activas en las protestas que vivi¨® el archipi¨¦lago a finales de abril. Reyes concentra las cr¨ªticas en los nuevos propietarios y gestores de los activos: ¡°El turismo en Canarias tiene 100 a?os de historia y nunca ha generado problemas de convivencia con los vecinos. El conflicto ha surgido con la irrupci¨®n de fondos buitre que hacen miles de viviendas de 21 metros cuadrados que por su tama?o no est¨¢n dirigidas a la poblaci¨®n residente, sino a los turistas¡±, denuncia.
El Ayuntamiento de Barcelona aprob¨® una moratoria hotelera en 2017, a¨²n en vigor, que se sum¨® a la que desde 2014 pesa sobre las licencias de pisos tur¨ªsticos. No ha bastado: la semana pasada anunci¨® su intenci¨®n de acabar con todas las viviendas vacaciones en cinco a?os. Este viernes aumentaba la apuesta: la ciudad subir¨¢ de 3,25 a 4 euros (el m¨¢ximo posible) la tasa tur¨ªstica para todas las modalidades de alojamiento. Solo PP y Vox (seis concejales de 41) votaron en contra.
Repudio internacional
El rechazo a los pisos tur¨ªsticos en Espa?a es equiparable a la situaci¨®n que viven destinos internacionales como Roma o Nueva York. La capital italiana se ha convertido en una jungla de alquileres vacacionales, con 15.000 pisos autorizados, m¨¢s los que act¨²an al margen de la ley. ¡°El centro hist¨®rico vive una situaci¨®n dram¨¢tica, y esto se debe a que el Gobierno no nos permite bloquear nuevas aperturas en el sector extrahotelero, que siguen creciendo desmesuradamente¡±, ha clamado el concejal de turismo Alessandro Onorato en declaraciones al diario La Repubblica.
Nueva York sigui¨® los pasos de Jap¨®n y prohibi¨® el alquiler tur¨ªstico en septiembre de 2023. Desde esa fecha, el negocio de los hoteles neoyorquinos va viento en popa y la Gran Manzana ha disfrutado de la mayor ocupaci¨®n hotelera de los 25 principales mercados de Estados Unidos, con un 86,6% del total de la ocupaci¨®n. Ese r¨¦cord se alcanz¨® en diciembre, cuando la tarifa media diaria aument¨® casi un 11%, hasta los 393 d¨®lares, seg¨²n el portal Travel Weekly. Al veto al alquiler tur¨ªstico se ha unido la desaparici¨®n de 16.500 habitaciones por la conversi¨®n de uno de cada cinco hoteles de la ciudad en albergues para migrantes. La presi¨®n tur¨ªstica y la presi¨®n migratoria han convertido la b¨²squeda de alojamiento asequible en una tarea ardua y onerosa: el m¨ªnimo para una habitaci¨®n correcta, sin m¨¢s, supera los 300 d¨®lares la noche.
¡°Las consecuencias de las medidas que se han tomado en ciudades como Nueva York ya se est¨¢n viendo y son totalmente contraproducentes¡±, critica Adolfo Mer¨¢s, presidente de Madrid Aloja, asociaci¨®n que aglutina a 300 gestores con una cartera de 4.500 viviendas de uso tur¨ªstico en la capital. ¡°El inter¨¦s tur¨ªstico por la ciudad sigue intacto, lo ¨²nico que se ha conseguido es que el precio de las plazas hoteleras se dispare y que la demanda de vivienda tur¨ªstica se desplace a otros n¨²cleos urbanos cercanos, como New Jersey. De esta manera, se ha priorizado un tipo de turismo con mayor poder adquisitivo, eliminado de la ecuaci¨®n al turismo familiar¡±, agrega. La tendencia restrictiva que ahora abandera Barcelona, sostiene Mer¨¢s, profundiza un ¡°sentimiento de indefensi¨®n¡± para el sector. ¡°Nos hace pensar que acabaremos convirti¨¦ndonos en una ciudad como Nueva York, con precios desorbitados en manos de grandes grupos hoteleros, desincentivando el turismo familiar y dejando solo la oportunidad de viajar a las grandes fortunas¡±, asegura.
Pero acceder a un alquiler asequible en muchas de estas ciudades se ha convertido en una quimera. Y en las protestas que han surgido recientemente en Espa?a contra la turistificaci¨®n, desde las de Canarias hasta la de M¨¢laga, este mismo s¨¢bado, la vivienda ha sido un elemento central. ¡°Estamos intentando evitar desde hace siete a?os el levantamiento ciudadano que hemos visto en los ¨²ltimos meses y que ha sido provocado por las viviendas de uso tur¨ªstico, que han tenido un crecimiento insostenible e inaguantable para el residente¡±, recalca Jos¨¦ Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. Este lobby representa a empresas como Meli¨¢, Riu, NH o Iberostar, y presentar¨¢ un informe completo el pr¨®ximo mi¨¦rcoles con propuestas de actuaci¨®n para frenar ese rechazo.
L¨ªmites a los cruceros
Junto a los apartamentos vacacionales, el otro gran sector bajo el dedo acusador de la masificaci¨®n es el de los cruceros. Venecia los ha reducido a la m¨ªnima expresi¨®n, Palma solo acepta tres al d¨ªa y Barcelona, el principal puerto en Europa, trata de reducir las llegadas. ¡°La resoluci¨®n del conflicto entre turistas y vecinos depende de muchos factores. En Venecia, por ejemplo, hab¨ªa muchos cruceristas hace cinco a?os y ahora han quedado reducidos a la m¨ªnima expresi¨®n por las restricciones. Pese a haber casi desaparecido, la situaci¨®n de congesti¨®n tur¨ªstica ha empeorado¡±, destaca Afredo Serrano, director de la Asociaci¨®n Internacional de L¨ªneas de Cruceros en Espa?a (CLIA, por sus siglas en ingl¨¦s). ¡°Culpar a los cruceros del turismo masivo es un error, porque no representan m¨¢s del 4% de los viajeros¡±, enfatiza.
Precisamente, Venecia ha implementado una de las medidas m¨¢s novedosas para reducir la llegada de turistas, que consiste en aplicar una tasa de 5 euros que deber¨¢n pagar los visitantes de un d¨ªa, es decir, los que no pernoctan en la ciudad. El proyecto est¨¢ en fase de ensayo hasta mediados de julio, aunque en los primeros ocho d¨ªas en vigor ya se super¨® la recaudaci¨®n prevista para los tres primeros meses de prueba (723.000 euros), lo que sugiere que el objetivo de reducir las entradas no se ha alcanzado seg¨²n lo esperado.
?msterdam, en cambio, ha apostado por un enfoque m¨¢s integral con la puesta en marcha de un centenar de medidas dispuestas para lograr, dicen los portavoces del consistorio, una urbe ¡°habitable, limpia y sostenible¡± sin culpar a los viajeros. En el caso de los hoteles, solo podr¨¢ construirse uno nuevo si antes cierra otro, pero los que ya est¨¢n aprobados en planes anteriores (unos 20) seguir¨¢n adelante. En el caso de los cruceros, la terminal de pasajeros tendr¨¢ un solo puesto de atraque, y a partir de 2027 los barcos deber¨¢n usar energ¨ªa el¨¦ctrica en tierra. Para 2035 est¨¢ previsto el traslado de la terminal a un punto m¨¢s alejado del centro. El Ayuntamiento se ha comprometido a analizar las consecuencias financieras de estas decisiones.
Pese a los esfuerzos, las pernoctaciones anuales de turistas la capital de los Pa¨ªses Bajos sumaron 20,6 millones en 2023. El ayuntamiento se hab¨ªa comprometido a no pasar de los 20 millones en una ciudad con 935.000 habitantes. La tarifa tur¨ªstica asciende a 12,45 euros por noche (sin IVA) en toda clase de alojamientos, frente a un promedio de 2,34 euros en el conjunto del pa¨ªs. Lo que llegan en barco pagan 14 euros.
Par¨ªs, por su posici¨®n, no se preocupa por los cruceros. Pero la ciudad m¨¢s visitada del mundo no se libra de los problemas para gestionar las avalanchas de turistas. La alcald¨ªa anunci¨® la pasada semana que prohibir¨¢ el acceso de los autobuses tur¨ªsticos, incluidos los el¨¦ctricos, a la zona de tr¨¢fico limitado que estrenar¨¢ el pr¨®ximo octubre. Aunque ese veto para acceder al centro de la capital francesa se podr¨¢ levantar en casos excepcionales, por ejemplo si los veh¨ªculos se dirigen al aparcamiento del Louvre. Los codazos y la aglomeraci¨®n alrededor de la Monna Lisa, una imagen casi tan ic¨®nica como la propia obra de Leonardo Da Vinci, tienen el futuro garantizado.
Con informaci¨®n de Luc¨ªa Boh¨®rquez (Palma de Mallorca), Dani Cordero (Barcelona), Guillermo Vega (Las Palmas de Gran Canaria), Lorena Pacho (Roma), Isabel Ferrer (La Haya) y Mar¨ªa Antonia S¨¢nchez-Vallejo (Nueva York)
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