Draghi pide financiar con deuda com¨²n el plan para reindustrializar Europa y recuperar competitividad
El expresidente del BCE aconseja crear un nuevo fondo que logre movilizar hasta 800.000 millones al a?o en inversiones para recuperar el terreno perdido con EE UU y China
Europa necesita un plan que vuelva a convertirla en una potencia industrial, ahora adaptada el siglo XXI. Pero eso es muy caro, precisa inversiones ingentes y Mario Draghi, expresidente del BCE y exprimer ministro italiano, apuesta por una ¡°emisi¨®n de deuda com¨²n, que financie proyectos de inversi¨®n conjuntos¡±. No se trata de sacar todo el dinero necesario, porque el sector privado tiene que desempe?ar el papel principal como tractor de inversiones. Y porque la cantidad de recursos p¨²blicos que el italiano pide movilizar es ingente: ¡°Un m¨ªnimo de inversi¨®n anual adicional de 750.000 a 800.000 millones de euros, equivalente al 4,4%-4,7% del PIB¡±, datos que cuadruplican la envergadura del plan Marshall. Esta es una de las recomendaciones que figuran en el informe Competitividad de la UE: mirando hacia el futuro, el trabajo presentado este lunes en Bruselas, que ha sido elaborado por Mario Draghi por encargo de la Comisi¨®n Europea para buscar un recetario con el que acortar la brecha de productividad y renta del Viejo Continente. Los recursos, como ha razonado el propio Draghi durante la presentaci¨®n del documento de casi 400 p¨¢ginas, ¡°son un instrumento¡±, porque el objetivo final es impulsar la productividad de la industria y que las empresas europeas sean competitivas, es decir, recuperar el terreno perdido en la revoluci¨®n tecnol¨®gica y la transici¨®n energ¨¦tica en marcha con Estados Unidos y China.
Quien salvara el euro en 2012 con solo una frase ¡ª¡°Whatever it takes [cueste lo que cueste]¡±¡ª como m¨¢xima autoridad monetaria de la zona, trufa su esperado informe con afirmaciones que ilustran hasta qu¨¦ punto Europa ha perdido varios trenes en los ¨²ltimos a?os: ¡°Solo cuatro de las 50 mayores empresas tecnol¨®gicas del mundo son europeas¡±. ¡°Cerca del 30% de los unicornios [empresas tecnol¨®gicas j¨®venes que aumentan de valor hasta superar los 1.000 millones] acaban en Estados Unidos¡±, ha cuantificado. Para dar la vuelta a esta ralentizaci¨®n del crecimiento econ¨®mico en la UE, de la que dice, ¡°se ha hablado mucho desde hace a?os, pero no como se hace ahora¡±, empieza planteando una nueva estrategia industrial en un documento que ha presentado en la sede de la Comisi¨®n Europea en una sala de prensa much¨ªsimo m¨¢s concurrida de lo habitual, clara muestra de la expectaci¨®n que ha levantado el trabajo del italiano y su equipo.
El diagn¨®stico de lo que le pasa a la econom¨ªa europea e, incluso, de bastantes de las soluciones que lanza Draghi en su informe, que es ¡°granular y concreto¡±, pueden encontrarse en otros papeles elaborados por los servicios t¨¦cnicos del Ejecutivo europeo u otros ¨®rganos (p¨²blicos y privados). Tal vez estos trabajos sean menos amplios o menos concretos, pero iban en la misma l¨ªnea. En cambio, el valor a?adido de este informe estaba en sus propuestas sobre la financiaci¨®n de las inversiones. No en vano su autor es Draghi, que ha sido, sobre todo, un financiero. El italiano ha sido primer ministro de su pa¨ªs hasta hace solo dos a?os. Pero si por algo es recordado el autor del documento divulgado este lunes es por su legado como presidente del BCE, cumbre de una carrera en la que ha pasado por el Tesoro transalpino ¡ªdonde pilot¨® las privatizaciones italianas de los a?os noventa¡ª por Goldman Sachs como vicepresidente global del gran banco de inversi¨®n y en la que ha sido gobernador del Banco de Italia.
Por esto, por ser Draghi quien es, tiene valor su propuesta de financiaci¨®n de ese m¨ªnimo de inversi¨®n adicional de 800.000 millones por a?o. Para ilustrar que la mayor parte de ese dinero debe llegar del sector privado, deja caer un dato: tradicionalmente en Europea el 80% de la inversi¨®n viene de las empresas, de los bancos, de los ahorros. Pero eso no quiere decir que el presupuesto p¨²blico no deba jugar papel alguno. Lo tiene y es importante. Se?ala que ¡°el presupuesto de la UE debe reformarse para aumentar su orientaci¨®n y eficacia¡±, para, entre otras cosas, ¡°aprovechar mejor sus efectos en apoyo de la inversi¨®n privada¡±. ¡°Los recursos financieros de la UE deben reorientarse hacia proyectos y objetivos estrat¨¦gicos acordados conjuntamente, en los que la UE aporte el mayor valor a?adido¡±, explica. Y para aumentar ese dinero, el ex banquero central propone, ¡°por ¨²ltimo, avanzar hacia la emisi¨®n de activos [de deuda comunes] para sufragar proyectos de inversi¨®n conjuntos entre los Estados miembros y contribuir a la integraci¨®n de los mercados de capitales¡±. ¡°Si se dan las condiciones, la UE deber¨ªa seguir emitiendo, como hace con el Fondo de Recuperaci¨®n, instrumentos de deuda comunes¡±.
Aqu¨ª se adentra en terreno pantanoso y divisivo entre los Estados miembros. Lo sabe Draghi y lo sabe Von der Leyen, que ha marcado distancias con este planteamiento cuando se le ha preguntado si comparte la idea de financiar proyectos comunes con deuda compartida: ¡°Si es una prioridad europea, entonces tiene que ser financiada con dinero com¨²n europeo. Hay dos caminos para hacerlo: m¨¢s aportaciones de los Estados o nuevos recursos propios¡±. Traducci¨®n: la alemana no cree que haya llegado el momento de abrir un debate en el que ella, mejor que nadie, sabe que en su pa¨ªs (como en Holanda) va a encontrar much¨ªsimas resistencias.
Ya en abril, Draghi, en su primer discurso sobre el asunto, dio pistas por d¨®nde iba su informe. Iba a recomendar un ¡°cambio radical¡± sobre lo hecho hasta ahora para afrontar crisis y desaf¨ªos. Lo es en un doble sentido: en primer lugar, no habla de reformas estructurales que, en realidad, apuestan por recortar derechos laborales y sociales como v¨ªa para ganar competitividad (a trav¨¦s de precios m¨¢s baratos). De hecho, defiende con contundencia el modelo social europeo. Le dedica un apartado que arranca con una frase muy expl¨ªcita: ¡°Aunque la UE debe aspirar a acercarse al ejemplo de EE UU en cuanto a crecimiento de la productividad e innovaci¨®n, tiene que hacerlo sin los inconvenientes del modelo social estadounidense¡±. En segundo lugar, su apuesta se?ala un camino que pasa como v¨ªa para la industria para impulsar la productividad, el valor a?adido. La pandemia de la covid-19 desnud¨® los graves riesgos que tambi¨¦n para la econom¨ªa ten¨ªan d¨¦cadas de deslocalizaciones y globalizaci¨®n desigual, algo que ahora afronta el sector fabril m¨¢s emblem¨¢tico del continente: el autom¨®vil.
As¨ª que el financiero apuesta por la industria. Puede parecer una receta vieja, m¨¢s de siglos anteriores que del XXI, pero no lo es. Si la econom¨ªa china avanza a pasos agigantados hasta convertirse en una amenaza para las grandes potencias de las centurias anteriores, es por sus coches el¨¦ctricos, sus paneles solares, sus aerogeneradores, que le est¨¢n acercando a un sorpasso sobre Estados Unidos que merecer¨¢ el calificativo de hist¨®rico si llega.
La industria de la que habla Draghi ¡ªtambi¨¦n la Comisi¨®n Europea¡ª pasa por una tecnolog¨ªa limpia, por reducir las emisiones de carbono, por la inteligencia artificial, por cerrar la brecha en investigaci¨®n e innovaci¨®n que la UE tiene con Estados Unidos y China, por la formaci¨®n de los trabajadores.
Relanzar la industria europea empieza por reducir los precios de la energ¨ªa, m¨¢s cara en Europa que en otras ¨¢reas del mundo. ¡°La inversi¨®n en infraestructuras es lenta y sub¨®ptima, tanto para las renovables como para las redes. Las normas del mercado impiden a las industrias y los hogares aprovechar todas las ventajas de la energ¨ªa limpia en sus facturas¡±, apunta, se?alando hacia elementos que ha apuntado en el pasado, como la necesidad de modernizar las redes de transporte (tendidos el¨¦ctricos, ductos de materias primas) y a que los precios de la energ¨ªa nuclear y renovable siguen muy ligados ¡ªpor la regulaci¨®n legal¡ª a la volatilidad de los combustibles f¨®siles. Eso, especialmente las redes, requiere de inversi¨®n, como tambi¨¦n la recualificaci¨®n constante de la mano de obra.
Draghi no escapa a uno de los mantras que informe tras informe se repiten en la capital comunitaria: la profundizaci¨®n en el mercado ¨²nico como herramienta para impulsar la econom¨ªa. Es expl¨ªcito en eso, pero no le dedica un cap¨ªtulo espec¨ªfico. Incluso apunta al motivo: hubo un informe hace apenas tres meses, el del tambi¨¦n ex primer ministro italiano Enrico Letta, que ya lanza sus propuestas para avanzar en esta l¨ªnea. Pero que no haya un apartado espec¨ªfico, no quiere decir que lo olvide. Enfatiza una vez tras otra la importancia de la uni¨®n del mercado de capital, a cuya falta achaca ¡°una raz¨®n clave¡± de la baja financiaci¨®n en Europa frente a Estados Unidos.
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