El Gobierno de Starmer anuncia que cambiar¨¢ el modo de medir la deuda p¨²blica para asegurar m¨¢s inversi¨®n
La ministra de Econom¨ªa, Rachel Reeves, anuncia la decisi¨®n una semana antes de la presentaci¨®n de sus primeros presupuestos, para calmar a los mercados
Los tormentosos cincuenta d¨ªas de la ex primera ministra Liz Truss al frente del Gobierno brit¨¢nico sirvieron de vacuna al Partido Laborista, que pudo experimentar en cabeza ajena lo f¨¢cil que es poner nerviosos a los mercados con unos presupuestos mal pensados y peor anticipados. La nueva ministra de Econom¨ªa, Rachel Reeves, que presentar¨¢ el 30 de octubre sus primeras cuentas, ha confirmado este jueves que cambiar¨¢ el modo de calcular la deuda p¨²blica para poder mantener sus promesas de rigor y responsabilidad fiscal y a la vez garantizar las inversiones en infraestructuras y servicios p¨²blicos que el Reino Unido necesita como el respirar.
El anuncio no ha pillado a nadie por sorpresa. Responde a una maniobra lenta y met¨®dica de Reeves, que trabaj¨® unos a?os en el departamento de Estudios del Banco de Inglaterra, en cuyas manos ha dejado el primer ministro Starmer el tim¨®n econ¨®mico del pa¨ªs. La ministra revel¨® a finales de julio, apenas unas semanas despu¨¦s de que el Partido Laborista ganara las elecciones, un supuesto agujero en las cuentas p¨²blicas de m¨¢s de 26.000 millones de euros, heredado de los anteriores gobiernos conservadores. A partir de ah¨ª, para irritaci¨®n de los sindicatos y las bases del partido, se fueron sucediendo advertencias de futuros recortes para ajustar las cuentas. Se trataba, explicaba la ministra y confirmaba Starmer, de tomar cuanto antes las decisiones dolorosas, para asegurar m¨¢s tarde inversiones y crecimiento a largo plazo.
A continuaci¨®n llegaron las sugerencias de que el pr¨®ximo presupuesto incluir¨ªa subidas en la parte de las cotizaciones a la Seguridad Social (National Insurance) que pagan las empresas. Y un aumento del impuesto sobre las Ganancias del Capital para el caso de que se vendieran las acciones. El Gobierno insist¨ªa: la mayor carga fiscal recaer¨ªa sobre los hombros de los m¨¢s ricos, y no habr¨ªa subida de impuestos para las ¡°clases trabajadoras¡±.
Y durante todas estas semanas se lanzaron constantes globos sonda a los medios sobre un supuesto cambio en las reglas con las que se mide la deuda p¨²blica. Starmer y Reeves se han comprometido a mantener la norma que impuso ya hace m¨¢s de dos d¨¦cadas el ministro laborista de Econom¨ªa, Gordon Brown, y que han mantenido posteriores gobiernos conservadores: reducir el porcentaje de la deuda respecto al PIB al final del mandato de cinco a?os.
Muchos expertos hab¨ªan cuestionado una norma tan r¨ªgida como imprecisa ¡ªplanear a tan largo plazo llevaba a errores de c¨¢lculo¡ª que ataba de pies y manos al Gobierno. Para poder lograr algo de espacio extra, Reeves ha decidido finalmente seguir las recomendaciones de muchos centros de pensamiento econ¨®mico, y utilizar para la medici¨®n de la deuda la llamada PSNFL (Public Sector Net Financial Liabilities, Obligaciones Financieras Netas del Sector P¨²blico). Con este criterio, el Gobierno puede incluir en su contabilidad nacional activos que en el momento carecen de liquidez, pero la tendr¨¢n en el futuro, como los pr¨¦stamos para matr¨ªculas universitarias (cerca de 24.000 millones de euros al a?o), las participaciones p¨²blicas para rescatar bancos durante la crisis financiera o los pr¨¦stamos del Banco de Inglaterra a instituciones financieras bajo su programa de Term Funding Scheme.
Con la nueva f¨®rmula para medir la deuda, Reeves podr¨ªa obtener un colch¨®n de casi 60.000 millones de euros extras para poder realizar la inversi¨®n p¨²blica prometida en el programa electoral con el que gan¨® las elecciones el Partido Laborista el pasado 4 de julio. Reeves se ha comprometido a no gastar todo ese dinero, e imponer unos ¡°guardarra¨ªles¡± a sus nuevas reglas fiscales que aseguren ciertas reservas para evitar sustos futuros.
¡°Las nuevas normas fiscales, y los guardarra¨ªles que voy a imponer a su alrededor, nos ayudar¨¢n a construir la d¨¦cada de renovaci¨®n nacional que hemos prometido, a la vez que proporcionamos la estabilidad necesaria para apoyar la inversi¨®n¡±, ha escrito la ministra en una tribuna para el diario Financial Times.
Esa estabilidad responde en parte a la segunda regla prometida por Reeves: el Gobierno, asegura, solo realizar¨¢ el gasto corriente que se pueda financiar con los ingresos de los impuestos, nunca con deuda p¨²blica.
La ministra ha confirmado su compromiso en Washington, donde ha acudido a la reuni¨®n anual del Fondo Monetario Internacional. ¡°Lograremos que la proporci¨®n de la deuda respecto al PIB baje durante este periodo parlamentario, pero con los cambios introducidos liberaremos dinero para invertir en las cosas que aseguren un retorno a largo plazo para nuestro pa¨ªs y para los contribuyentes¡±, ha dicho en la capital estadounidense.
La tasa de rendimiento, o yield, de los bonos de deuda p¨²blica brit¨¢nicos a 10 a?os ha subido hasta seis puntos porcentuales durante este jueves, como respuesta al anuncio de Reeves, aunque ha vuelto a bajar ligeramente al final de la jornada. Es decir, la posibilidad de pedir dinero prestado se ha encarecido para el Gobierno del Reino Unido, al menos moment¨¢neamente.
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