Sami Na?r y el sentido de Europa

Unos meses antes de la actual crisis varios informes (Draghi, Letta y Rodr¨ªguez -Pose) ya hab¨ªan puesto al descubierto el retroceso econ¨®mico europeo en el contexto internacional hasta el punto de que pon¨ªan en cuesti¨®n la existencia de la propia Uni¨®n. Sus propuestas, sin embargo, no han logrado articular la respuesta pol¨ªtica y econ¨®mica de la envergadura necesaria que requiere la magnitud del desaf¨ªo actual.

Las embestidas de los plut¨®cratas estadounidenses podr¨ªan, sin embargo, tener un efecto revulsivo mayor para que los responsables pol¨ªticos europeos asumieran sus responsabilidades. La historia muestra que los progresos hacia la integraci¨®n como la conveniencia de endeudamiento com¨²n solo llegaron tras la crisis de la pandemia.

En las actuales circunstancias resulta extraordinariamente oportuno el llamamiento que realiza el profesor Sami Na?r en Europa encadenada, (Galaxia Gutenberg). Desde una ¨®ptica decididamente europe¨ªsta, el pol¨ªtico y pensador franc¨¦s de origen argelino, considera que los males europeos tienen sus ra¨ªces en la fuerte influencia del neoliberalismo que en Europa se materializ¨® con el Acta ?nica de 1986.

Na?r aboga expl¨ªcitamente por ¡°una uni¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de Europa¡±. Cree que ¡°la Uni¨®n Europea s¨®lo tiene una funci¨®n hist¨®rica, que es la de servir a los pueblos europeos y mejorar su condici¨®n social y pol¨ªtica¡±. Piensa que ¡°sin una identidad pol¨ªtica com¨²n, Europa seguir¨¢ siendo lo que hoy es: una maquinaria que apenas disimula las duras, y a menudo inaplicables, relaciones de poder y de dominaci¨®n entre las naciones que la constituyen, pero tambi¨¦n su debilidad de conjunto frente al mundo exterior¡±.

Cree que Europa ¡°ya no tiene br¨²jula, no sabe a donde va, ni siquiera es consciente de que necesita reencontrar su sentido, una identidad centrada en el porvenir. Y recuerda que ¡°precisamente fue la b¨²squeda del sentido lo que impuls¨® a los fundadores a construir el conjunto europeo¡±. Por ello considera que Europa necesita ¡°encontrar una nueva inspiraci¨®n que sustente la voz comprometida e irrevocable de una Europa democr¨¢tica, solidaria y social, porque sin una uni¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, las fortalezas de la civilizaci¨®n europea ser¨¢n aplastadas por las garras de las grandes potencias del siglo XXI¡±.

Ante la gravedad de los acontecimientos actuales es evidente que Europa no podr¨¢ seguir eludiendo sus responsabilidades ante conflictos que afectan a los valores que propugna y son su raz¨®n de ser. Deber¨¢ tomar partido. Algunos de sus dirigentes lo hicieron ejemplarmente. Cuando el pasado noviembre el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, propuso suspender el di¨¢logo pol¨ªtico con Israel por las violaciones de los derechos humanos en Gaza no fue respaldado. Hay muchos movimientos emergentes, verdes, alternativos, sociales que aspiran a otra Uni¨®n y a otras alianzas con los pa¨ªses emergentes m¨¢s fiables con las que Europa deber¨¢ entenderse.