La formaci¨®n de los docentes, la asignatura pendiente para combatir el acoso escolar
Los planes de convivencia son obligatorios, pero faltan los recursos adecuados para prevenir y hacer frente a un problema que ha crecido en las redes sociales
Por su aspecto f¨ªsico. Por ser diferente. Por las cosas que dicen o hacen. Por no relacionarse ¡°bien¡± con los dem¨¢s. Por lo que les gusta. Por ser de otro pa¨ªs, cultura, raza o religi¨®n. Por sus notas e incluso por su higiene: estos son hoy los principales motivos detr¨¢s del bullying, seg¨²n las conclusiones del III Informe de Prevenci¨®n del Acoso Escolar en Centros Educativos de la Fundaci¨®n ANAR. El mayor uso de los dispositivos digitales ha provocado adem¨¢s un crecimiento considerable del ciberacoso en plataformas como WhatsApp, Instagram o TikTok, hasta el punto de suponer el 22,6 % (frente al 0,2 % de 2018-2019) de unas agresiones que pueden tener su origen tanto en otros menores como en adultos, a trav¨¦s de delitos como el chid grooming (ganarse la confianza del ni?o con el fin ¨²ltimo de intimidarlo y conseguir un favor sexual): un fen¨®meno sobre cuya peligrosidad ha advertido incluso la propia Fiscal¨ªa General del Estado en la memoria de 2020 presentada el pasado 6 de septiembre.
¡°En la era de las nuevas tecnolog¨ªas, no podemos hablar de la existencia de un acoso puramente offline, sino que el que se inicia en las aulas o en los centros escolares a nivel presencial, contin¨²a en las redes¡±, sostiene Antonia Mart¨ª Arias, directora del M¨¢ster Universitario en Acoso Escolar y Mediaci¨®n de VIU. Se trata de un tipo de agresi¨®n que ocurre fuera del horario lectivo y en redes sociales a las que el centro educativo no tiene acceso, por lo que el control de las familias se antoja fundamental: ¡°Los menores hacen uso de su propio terminal de tel¨¦fono a los 12 a?os de media y sin apenas supervisi¨®n parental. Formar parte de distintos grupos de WhatsApp es muy habitual a esta edad, y es ah¨ª donde en muchas ocasiones se perpetra de nuevo el acoso¡±, a?ade.
¡°A menudo, el problema es que las familias se enteran del asunto cuando el acosado lo cuenta, pero la familia del acosador en muchos casos no ten¨ªa ni idea. Los padres han de poder ver todo lo que haya en las redes sociales de un menor de edad, y los centros y profesores han de tener una formaci¨®n adecuada. La intervenci¨®n temprana es fundamental¡±, se?ala Esteban ?lvarez, presidente de la Asociaci¨®n de Directores de Institutos P¨²blicos de Madrid (ADIMAD). Una necesidad que contrasta con la poca disponibilidad de los padres a la hora de implicarse en la cultura escolar en Espa?a, seg¨²n Mart¨ª Arias: ¡°Cuando en un colegio se organizan jornadas para la prevenci¨®n de la violencia (o de otras tem¨¢ticas), son muy pocos los progenitores que asisten, por incompatibilidad de horarios o dificultades para conciliar¡±. De acuerdo con la ONG Bullying Sin Fronteras, uno de cada tres ni?os y adolescentes de Espa?a y Am¨¦rica Latina sufrieron ciberacoso durante los meses de confinamiento, entre marzo y finales de mayo de 2020.
Ausencia de formaci¨®n reglada
Uno de los mayores obst¨¢culos a los que nos enfrentamos es, precisamente, la inexistencia de una formaci¨®n reglada para todos los docentes, lo que hace que la preparaci¨®n de cada uno dependa, en gran medida, de la iniciativa (o falta de ella) de su propio centro o de que los profesores decidan formarse por su cuenta, a trav¨¦s de alg¨²n curso ofrecido por un CEP (centro de formaci¨®n del profesorado) o completando un m¨¢ster especializado en acoso y mediaci¨®n. ¡°Se necesita m¨¢s concienciaci¨®n y formaci¨®n. Faltan, sobre todo, recursos humanos, porque el profesorado est¨¢ muy asfixiado para poder atender todas las problem¨¢ticas que surgen a diario en un centro¡±, sostiene Soledad Serrano, vicedirectora del CEP Priego-Montilla en C¨®rdoba. ¡°Por cada caso de ciberacoso que se detecta, hay otros muchos que el profesorado no llega a conocer, y por eso la prevenci¨®n es fundamental¡±.
Es importante recordar que hablar de ciberacoso no es simplemente referirse a un cambio de entorno para las agresiones. Para Jos¨¦ Antonio Luengo, profesor de la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela y psic¨®logo cl¨ªnico de la Unidad de Convivencia y contra el Acoso Escolar de la Comunidad de Madrid, este ¡°representa una variante especialmente inquietante y devastadora por su viralidad, expresividad y ocupaci¨®n de cualquier espacio, no solo el f¨ªsico¡±; aspecto en el que coincide Leticia Cardenal, presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA): ¡°Antes, si sufr¨ªas un problema de falta de convivencia en el centro educativo, sab¨ªas que a las dos de la tarde te ibas a casa y que pod¨ªas estar m¨¢s tranquilo hasta el d¨ªa siguiente. Ahora, con las redes, no es as¨ª, porque el acosador puede estar 24 horas haci¨¦ndotelo pasar mal. Y luego, adem¨¢s, una imagen o un texto que se difunde por las redes puede hacerse viral en minutos¡±.
¡°El profesorado necesita herramientas, y no basta con hacer una vez un curso en el CEP. En vez de beneficiar solo a quienes toman la iniciativa, deber¨ªa ser obligatorio para todos los docentes de cada centro, de manera que acuda un profesional y de formaci¨®n a todos¡±, reivindica Cardenal. ¡°La formaci¨®n, tal y como est¨¢ ahora, no es muy ¨²til. En Cantabria, por ejemplo, donde hay unos 9.000 profesores alrededor de la escuela p¨²blica, a un curso del centro de formaci¨®n del profesorado igual van, como mucho, 300. Entonces no podemos decir que nuestros docentes se est¨¢n formados en acoso o en convivencia en positivo¡±.
M¨¢s all¨¢ de esas formaciones espec¨ªficas, existen tambi¨¦n otras opciones de posgrado: m¨¢steres que abarcan no solo los diferentes tipos de acoso y los protocolos de actuaci¨®n, sino tambi¨¦n aspectos relacionados con la atenci¨®n temprana, la psicolog¨ªa infantil, el ciberacoso o la intervenci¨®n socioeducativa en situaciones de maltrato infantil, que pueden ser caldo de cultivo para futuros casos de acoso escolar. Programas que pueden estar incluso dirigidos especialmente a los profesores, como el ya mencionado m¨¢ster en acoso y mediaci¨®n de VIU, en el que los docentes ¡°se forman en mediaci¨®n escolar como medida de prevenci¨®n de violencia en las aulas; se les dota de herramientas de comunicaci¨®n con los padres y en la forma adecuada de aplicar los distintos protocolos¡±, cuenta Miguel ?ngel Mart¨ª, inspector de educaci¨®n y colaborador docente del mismo.
Formaci¨®n previa a la funci¨®n docente
La soluci¨®n, apuntan los expertos, pasa por modificar la formaci¨®n que reciben los profesores con anterioridad al inicio de su profesi¨®n docente, ya sea a trav¨¦s de los planes de estudio de Magisterio o en el m¨¢ster de Secundaria, en los que ¡°las Administraciones deber¨ªan incorporar una mayor presencia de objetivos y contenidos expl¨ªcitamente relacionados con la promoci¨®n de la igualdad, la convivencia y la prevenci¨®n y resoluci¨®n pac¨ªfica de los conflictos, especialmente aquellos que atentan contra los grupos de alumnado m¨¢s vulnerable¡±, reclama Mart¨ª.
Mientras tanto, los centros y docentes que quieren dar un paso m¨¢s en la lucha contra el acoso escolar tienen diversos programas a su alcance. En Andaluc¨ªa, por ejemplo, existe CONRED, una iniciativa con la que se trabaja a lo largo del curso a trav¨¦s de distintos m¨®dulos con los que se forma al profesorado y se les da herramientas, estrategias y recursos; o con programas de educaci¨®n emocional. ¡°Un modelo que est¨¢ siendo utilizado cada vez m¨¢s en nuestros centros [y en otras comunidades como Madrid] es la Mediaci¨®n entre Iguales, que es muy efectiva. Se forma a parte del profesorado del centro y estos forman al alumno mediador¡±, se?ala Serrano. ¡°Hay m¨¦todos muy interesantes que est¨¢n dando resultados muy buenos all¨ª donde se est¨¢n testando, pero que no se est¨¢n llevando a los centros¡±, a?ade Pablo Duchement, ingeniero inform¨¢tico y perito judicial experto en delitos en redes sociales perpetrados por y contra menores. ¡°El m¨¦todo KiVa funciona muy bien en Finlandia (y aqu¨ª se aplica en varias comunidades aut¨®nomas), y tambi¨¦n hay otros m¨¦todos espa?oles de prevenci¨®n y reacci¨®n, como el AVE, de la Universidad de Alicante¡±: un m¨¦todo con el que se trabaja la tolerancia cero y se utilizan herramientas como el sociograma, que permite identificar v¨ªctimas no reconocidas de la violencia a trav¨¦s de una serie de preguntas que les hacen a los alumnos.
¡°En la gran mayor¨ªa de los centros se realizan actividades de sensibilizaci¨®n, y muchos de ellos cuentan con equipos de convivencia. La educaci¨®n en valores se intenta transmitir en todas las materias, pero no es suficiente¡±, denuncia ?lvarez. ¡°Si este asunto es realmente importante para las autoridades educativas, debe estar regulado como una parte m¨¢s del trabajo docente, con su dedicaci¨®n horaria correspondiente, su organizaci¨®n y una metodolog¨ªa adecuada. Queda mucho por hacer, y es necesario un di¨¢logo con las asociaciones de padres y madres, los sindicatos, las direcciones de los centros, especialistas en la materia y autoridades educativas para dise?ar un plan realista de prevenci¨®n y resoluci¨®n del problema¡±.
Son muchas las cosas que, a juicio de ADIMAD, podr¨ªan hacerse: ¡°En los centros, se deber¨ªan reforzar los departamentos de orientaci¨®n, cumpliendo la legislaci¨®n europea que establece un orientador por cada 400 alumnos (en vez de uno para cada 800); dotar a los centros de un profesor de Servicios T¨¦cnicos a la Comunidad que se encargue, entre otras cosas, de la prevenci¨®n y detecci¨®n de posibles casos; y crear en la estructura org¨¢nica de los centros equipos de convivencia en los que el coordinador tenga la misma dedicaci¨®n que un jefe de departamento¡±: dos horas lectivas a la semana, que el resto de profesores lo haga en horas complementarias no lectivas de permanencia en el centro, y que incluyan a alumnos mediadores a partir de 3? de la ESO. Y, desde la Consejer¨ªa, ¡°reforzar el equipo de apoyo (que actualmente cuenta con tres personas para atender a 1.500 centros de todo Madrid), integrar al coordinador de convivencia en los ¨®rganos de coordinaci¨®n del centro; y elaborar un programa de prevenci¨®n (actividades de formaci¨®n y sensibilizaci¨®n, talleres de convivencia, coloquios y charlas...) dotado de los medios presupuestarios adecuados¡±.
Causas y consecuencias del acoso escolar
No hay una sola causa que explique la aparici¨®n de los casos de acoso escolar, sino que incluyen aspectos relacionados con las circunstancias familiares o con la propia personalidad de los estudiantes. As¨ª, ¡°la mayor¨ªa de los agresores comparten factores como una comunicaci¨®n [intrafamiliar] basada en la cr¨ªtica y la falta de afecto, el distanciamiento afectivo en la crianza o una excesiva permisividad, mientras que ser testigos de violencia conyugal implica que los adolescentes normalizan formas agresivas en la resoluci¨®n de conflictos¡±, explica Mart¨ª. En lo que respecta a los adolescentes, se?ala como factores de riesgo una baja autoestima, la impulsividad, un pobre control de la ira o la sintomatolog¨ªa depresiva como catalizadores de situaciones de violencia, ¡°un hecho que provoca que muchos menores y adolescentes abandonen de forma precipitada el sistema escolar, o que entren en din¨¢micas de conflictos constantes con el centro educativo¡±.
Las consecuencias, por otra parte, depender¨¢n de aspectos como la edad de la v¨ªctima cuando se produce la situaci¨®n de acoso; sus caracter¨ªsticas psicol¨®gicas y personales; el apoyo social con el que cuenta; la naturaleza o tipolog¨ªa del acoso y el da?o infligido o el tiempo en que se mantiene esta vivencia sin que se implementen medidas de apoyo y atenci¨®n. ¡°De modo concluyente, podemos afirmar que los casos de acoso grave pueden devastar el desarrollo saludable de la personalidad, socavando la dignidad y la confianza en el mundo en que se ubican; colapsan la autoestima y el autoconcepto y propician la emergencia de trastornos de salud mental tales como los trastornos del estado de ¨¢nimo o el estr¨¦s postraum¨¢tico¡±, concluye Luengo.
FORMACI?N EL PA?S en Twitter y Facebook
Suscr¨ªbase a la newsletter de Formaci¨®n de EL PA?S
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.