El arte, una innovadora herramienta educativa y de transformaci¨®n social
M¨¢s all¨¢ de su valor est¨¦tico, disciplinas como la pintura, el cine o la fotograf¨ªa se usan ya como m¨¦todo pedag¨®gico, terap¨¦utico y de inclusi¨®n o transformaci¨®n social
A la enigm¨¢tica sonrisa de La Gioconda, el famoso retrato que Leonardo Da Vinci pintara de Lisa Gherardini, se le han dedicado escritos, interminables debates y hasta canciones y pel¨ªculas. Pero pocos saben que, de hecho, se trata del cuadro que m¨¢s enfermedades tiene diagnosticadas. Del lipoma que esconde su mano derecha a un posible hipotiroidismo, ¡°una contractura muscular facial que se ve en la comisura bucal y en la ceja izquierda; una posible par¨¢lisis; una cicatriz en el labio y una evidente alopecia, ya que aparece con muy poco pelo y no tiene cejas ni pesta?as¡±, cuenta la doctora Francisca Ruiz Mata, profesora titular de la Escuela de Enfermer¨ªa Gimbernat, adscrita a la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Junto con la doctora Lidia Fern¨¢ndez Donaire, son las responsables de un proyecto educativo que ha convertido a los personajes de pintores como Vel¨¢zquez, Goya o Da Vinci en pacientes ficticios para formar a las futuras enfermeras.
?Por qu¨¦ el arte? ¡°Porque incrementa la satisfacci¨®n de los estudiantes, posee un rasgo l¨²dico que hace que los alumnos est¨¦n m¨¢s atentos y estimula el pensamiento creativo, muy importante en Enfermer¨ªa, al estar asociado a la toma de decisiones cl¨ªnicas¡±, explica Ruiz. Pero, adem¨¢s, ¡°porque presenta el valor a?adido de ir m¨¢s all¨¢ de la parte biol¨®gica, con un enfoque humanista que es ideal para esta asignatura [Cuidados enfermeros en el adulto, de segundo curso]¡±. Tras haber utilizado el cine y la pintura en una materia de primer curso relacionada con la anatom¨ªa y la fisiolog¨ªa, decidieron dar un paso m¨¢s e incorporarlo a los cuidados de enfermer¨ªa, ¡°y en concreto a una parte muy importante del trabajo de las enfermeras, que es la valoraci¨®n, para detectar las necesidades de una persona¡±, a?ade la doctora Fern¨¢ndez.
Ambas docentes escogieron una serie de obras de arte y plantearon a sus estudiantes el reto de detenerse ante ellas, observarlas e intentar detectar aquellos aspectos susceptibles de ser tratados, siempre utilizando la terminolog¨ªa cl¨ªnica y el m¨¦todo enfermero: ¡°Nosotras les planteamos una serie de preguntas abiertas para que, en grupos, pudieran pensar en voz alta, participar, debatir y comprometerse¡±, ilustra Ruiz. ¡°Lo planteamos como si fuera una entrevista enfermera, el ingreso de un paciente al que has de valorar con una visi¨®n cefalocaudal (de la cabeza a los pies) y una perspectiva biopsicosocial, sin quedarse solamente en la parte f¨ªsica del protagonista de la obra de arte, sino yendo m¨¢s all¨¢¡±, a?ade Fern¨¢ndez. Por ejemplo, el cuadro Cristo en casa de Marta y Mar¨ªa, de Vel¨¢zquez, suscita una situaci¨®n de sometimiento y estr¨¦s por parte del personaje m¨¢s joven, con el que los alumnos empatizaron mucho. Una obra en la que los alumnos reconocieron tambi¨¦n un eritema en una mano, una alteraci¨®n de la piel com¨²n en las cocineras.
¡°En el retrato Fernando II de Medici, de Joost Sustermans, vemos que fue pintado con los signos de la viruela. Presenta una serie de lesiones que pedimos a los alumnos que identifiquen: pueden ser m¨¢culas, p¨¢pulas, acn¨¦, p¨²stulas... Y, de ah¨ª, que realicen un diagn¨®stico enfermero e identifiquen los cuidados necesarios. Se hace la exploraci¨®n f¨ªsica del paciente, pero tambi¨¦n les pedimos que nos digan qu¨¦ preguntas les har¨ªan, si pudieran, para saber m¨¢s¡±, explica Ruiz. Y es que las afecciones dermatol¨®gicas diagnosticadas son abundantes en las obras de arte: en Las viejas, de Goya, se ve la senectud, el paso del tiempo y c¨®mo afecta a la piel, con la cara demacrada; mientras que La mujer barbuda, de Jos¨¦ de Ribera, El Espa?oleto, es ¡°una mujer con un aspecto completamente andr¨®gino, con barba y alopecia, que est¨¢ dando de mamar a una criatura. Se ve hirsutismo facial (pelo en la cara), que no es propio en una mujer; por lo que seguro que hay una alteraci¨®n hormonal, y nosotros nos preguntamos sobre las consecuencias de esos trastornos en la persona, y sobre c¨®mo puede influir el aspecto emocional en su recuperaci¨®n¡±, apunta Fern¨¢ndez.
¡°Y luego hay una pintora actual que a m¨ª me gusta mucho, Alyssa Monks, que tiene una t¨¦cnica hiperrealista cuando representa la piel bajo los efectos del agua y el vapor¡±, cuenta Ruiz. ¡°Y yo les preguntaba a los alumnos: ¡°?Qu¨¦ veis?¡±. ¡°Que tiene la piel mojada¡±. ¡°?Y por qu¨¦ no entra el agua en la piel? ?Qu¨¦ caracter¨ªsticas tiene?¡± Es impermeable, lleva queratina, un sellador entre las c¨¦lulas... ¡°?Qu¨¦ piel veis?¡±. ¡°Una piel muy clara¡±. ¡°?Y qu¨¦ pigmentos tiene?¡± Por ah¨ª lo vas sacando, y mientras tanto est¨¢n viendo arte y una forma diferente de aprender.
Fotograf¨ªa para cambiar la mirada de la sociedad
Una de las disciplinas art¨ªsticas que m¨¢s efectivas pueden resultar como motor de cambio y transformaci¨®n social es, sin duda, la fotograf¨ªa, que ha sido y es testigo de todo tipo de conflictos, injusticias y movimientos sociales, entre muchos otros aspectos que van de las revueltas raciales en Estados Unidos a los efectos visibles e invisibles de la pandemia. ¡°La fotograf¨ªa ha sido una herramienta que, de alguna manera, ha contribuido a conformar la realidad, y que tambi¨¦n ha reforzado los prejuicios en relaci¨®n al g¨¦nero, a la raza y determinadas vivencias que tenemos, por ejemplo, respecto a la representaci¨®n de las personas con discapacidad, al parto o al sexo¡±, esgrime la fot¨®grafa Ana ?lvarez-Errecalde (Bah¨ªa Blanca, Buenos Aires, 1973).
A trav¨¦s de su obra, la artista reclama el derecho a usar la c¨¢mara para revertir la mirada a trav¨¦s de su propia historia. Como hizo, por ejemplo, con un autorretrato durante el parto de su segunda hija, en su casa; una maternidad alejada de las representaciones limpias y as¨¦pticas que se ven en el cine e incluso en el arte, y que tambi¨¦n hab¨ªa practicado en el nacimiento de Neuqu¨¦n, su hijo mayor: ¡°Fue una experiencia realmente transformadora, pero de la que no pod¨ªa hablar porque mi beb¨¦ hab¨ªa nacido con una malformaci¨®n cerebral cong¨¦nita, un problema neurol¨®gico que no hab¨ªa sido causado por el parto, sino por una situaci¨®n producida durante la gestaci¨®n. A ra¨ªz de esto sent¨ª que no pod¨ªa contar mi experiencia porque, para esta sociedad, si el beb¨¦ est¨¢ mal, si el producto est¨¢ fallido, la mujer no tiene qu¨¦ celebrar¡±, recuerda. Una experiencia que volvi¨® a vivir con C¨¦sarea m¨¢s all¨¢ de la vida, un proyecto que le invit¨® a realizar la asociaci¨®n El Parto es Nuestro.
¡°Cuando entrevist¨¦ a las mujeres, muchas me dec¨ªan que lo primero que les hab¨ªan dicho, aun cuando hab¨ªan sufrido maltrato o vivido situaciones muy dif¨ªciles, era que como el beb¨¦ estaba bien, no ten¨ªan de qu¨¦ quejarse. Contar estas historias que se acallan es para m¨ª muy importante, porque no solo cuentan las historias de ¨¦xito. Como seres humanos estamos conformados por todo, tanto por los momentos felices como por los otros¡±, reivindica la fot¨®grafa bonaerense, asentada en Barcelona. Es lo que Sarah Elizabeth Lewis, profesora de Harvard, llam¨® la justicia de la representaci¨®n, y que ?lvarez-Errecalde trabaj¨® sobre todo en CARE ¨C Cuidar importa, un proyecto en el que quiso destacar, entre otras cosas, qu¨¦ se vive y cu¨¢n atravesado por las cuestiones de g¨¦nero est¨¢ el cuidado: ¡°La OIT tiene un estudio en el que dice que 647 millones de mujeres, que representan casi el 22 % de la poblaci¨®n en edad de trabajar, son cuidadoras no remuneradas, mientras que solo hay 41 millones de hombres en la misma situaci¨®n. ?Hablamos de una brecha de 600 millones m¨¢s! Es un trabajo que no tiene precio, porque lo haces desde el amor; pero eso tambi¨¦n te est¨¢, de alguna forma, remitiendo a la precariedad. Hay que conocer toda la historia, e incorporar otros datos a la fotograf¨ªa de un prejuicio; qu¨¦ m¨¢s hay y cu¨¢nto valor estas personas aportan a la sociedad¡±.
La pandemia, soledad y duelo
En su pr¨®ximo proyecto, la fot¨®grafa examinar¨¢ los efectos psicol¨®gicos que la pandemia ha tenido en la salud de las personas. ¡°A nivel de salud mental, las familias cuidadoras ya est¨¢bamos confinadas desde mucho antes del confinamiento¡±, se?ala. ¡°Lo que pasa es que esa soledad, en un contexto en el que todos trabajan, de alguna forma se entiende, porque todos est¨¢n ocupados. Pero mientras est¨¢bamos en casa, estas familias tampoco recibieron m¨¢s apoyo de Servicios Sociales¡±. Soledad y tambi¨¦n duelo, durante un confinamiento que impidi¨® que las familias que perdieron un hijo, como la propia artista, recibieran el apoyo de sus familiares y pudieran despedirse adecuadamente. El objetivo es siempre el de favorecer, a trav¨¦s de la fotograf¨ªa, una mayor empat¨ªa, un cambio de mirada respecto a las personas que padecen una enfermedad, ya sea f¨ªsica (visible) o mental (muchas veces invisible): ¡°Cuando el arte habla de eso, nos conecta con la humanidad, que en esta ¨¦poca es lo que necesitamos¡±.
¡°La informaci¨®n que recib¨ªamos de los medios hablaba solo de cu¨¢ntos muertos e infectados se detectaban cada d¨ªa; pero lo verdaderamente importante son las historias que hay detr¨¢s de cada n¨²mero; hay muchas realidades que est¨¢n quedando acalladas¡±, sostiene ?lvarez-Errecalde. Se trata, apunta, de visibilizar las vivencias de esas personas: historias como la de Giuseppa, una mujer con alzh¨¦imer cuyos hijos han migrado, por lo que est¨¢ sola, y cuya casa est¨¢ plagada de objetos que parecen no querer dejar espacio a la soledad. O la de ?scar, un chico de veintitantos a?os con dificultades de comunicaci¨®n, y que a veces tiene brotes de agresividad por la frustraci¨®n que le genera no poder hacerse entender en algunas situaciones. Sus padres tienen instalada una caravana en la puerta de casa, que es donde pasan una hora a la semana, cuando viene la cuidadora a quedarse con ?scar.
¡°?l ahora s¨ª que tiene un centro de d¨ªa, pero una de las cosas que cuento es que existe tambi¨¦n una discriminaci¨®n dentro de la discapacidad, que las personas que son m¨¢s dif¨ªciles de gestionar, por estos brotes de agresividad, o que necesitan m¨¢s cuidados a nivel m¨¦dico, a veces son las ¨²ltimas en acceder a un centro de d¨ªa¡±, denuncia. ¡°Son realidades tremendas: el que una pareja tenga una sola hora a la semana para poder tomarse un caf¨¦, sin estar pendiente de los cuidados... Y, durante el confinamiento, ni siquiera tuvieron esa hora semanal¡±. Sin olvidar el que, para poder cuidar a quien cuida, a?ade la artista, primero hay que dar valor a la persona a la que se est¨¢ cuidando.
El arte, en definitiva, puede ser una herramienta pedag¨®gica, no solo en Enfermer¨ªa, sino en muchos otros contextos, como en el trabajo con ni?os y personas autistas; puede servir como m¨¦todo terap¨¦utico o contra la violencia de g¨¦nero; o convertirse en un veh¨ªculo de inclusi¨®n social y diversidad, como hicieron, el pasado mes de diciembre y con motivo del D¨ªa Mundial de la Infancia, los j¨®venes con discapacidad intelectual y adolescentes en riesgo de exclusi¨®n de la Fundaci¨® Per Amor a l¡¯Art, de Valencia. Estos j¨®venes participaron en un taller en torno al juego, la conducta corporal y c¨®mo el gesto y el movimiento cambian seg¨²n el contexto espacial, a trav¨¦s de la obra de fot¨®grafos como Gary Winogrand, Mike Mandel o Helen Levitt, que luego trasladaron a un grupo de alumnos de Primaria a los que dirigieron en un taller.
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