Tom¨¢s Cobo: ¡°La poblaci¨®n no se siente bien atendida, sobre todo en Atenci¨®n Primaria¡±
El presidente del Consejo General de Colegios de M¨¦dicos reflexiona acerca de los desaf¨ªos y carencias del Sistema Nacional de Salud cuando se cumplen dos a?os desde el inicio de la pandemia
La cara visible es la de una sanidad p¨²blica en condiciones precarias, superada por las exigencias de una pandemia que tuvo que reemplazar de un plumazo la atenci¨®n presencial por la telef¨®nica y que alarg¨® sustancialmente las listas de espera. La invisible es la de un sistema que, a pesar de todo, ha demostrado su flexibilidad y resiliencia y la de unos profesionales sometidos a circunstancias excepcionales y con condiciones laborales que distan mucho de ser ideales. Listas de espera, contratos precarios, sueldos bajos, carencia de profesionales, burnout laboral... Superados ya los dos a?os de lucha contra la covid-19, el Gobierno acaba de aprobar una nueva estrategia que elimina los aislamientos (salvo en los casos m¨¢s graves) y marca un cambio radical en la relaci¨®n de la sociedad con el coronavirus. Tom¨¢s Cobo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de M¨¦dicos, explica en esta entrevista las lecciones aprendidas con la covid y habla de los retos, desaf¨ªos y principales reivindicaciones del sistema p¨²blico de salud en Espa?a.
Pregunta. Cumplidos los dos a?os de lucha contra la pandemia, ?cu¨¢les son los mayores desaf¨ªos que afronta la sanidad p¨²blica?
Respuesta. Aqu¨ª hay dos cosas: una es el modelo sanitario universal, p¨²blico y gratuito, un logro extraordinario que es el pilar del bienestar social, y luego est¨¢ el sistema, con el que se mantiene este modelo (es decir, el dinero que uno ponga para mantenerlo). En Espa?a ha habido una evoluci¨®n divergente, con 17 servicios auton¨®micos de salud y carteras b¨¢sicas comunes, pero con una brecha salarial muy grande. Ser¨ªa necesario que, entre todos, tuvi¨¦ramos el sentido com¨²n de crear un pacto de Estado para defender este modelo como clave de nuestro eje de bienestar social; que se aporte el dinero que se tenga que aportar y se haga lo m¨¢s eficaz posible a la hora de compartir determinados recursos humanos.
?C¨®mo est¨¢ ahora este modelo? Mal, porque los profesionales que est¨¢n dentro, tanto los m¨¦dicos como el sector de la enfermer¨ªa, no est¨¢n contentos, y son ellos los que, al final, mantienen la atenci¨®n. Y hay tres problemas. Por un lado, la precariedad profesional: tenemos al 50 % de nuestros compa?eros y compa?eras con trabajo precario. Los salarios son francamente inferiores a los de nuestros compa?eros en Europa, y el tiempo que tenemos para la formaci¨®n m¨¦dica continuada es tremendamente escaso en lo estructural, porque disponemos de cinco d¨ªas al a?o. Pretender que con eso un cirujano o un anestesi¨®logo, por ejemplo, est¨¦n actualizados... es un sue?o. Y todas estas cosas generan desasosiego, abatimiento y aburrimiento.
Seg¨²n el ¨²ltimo estudio que hicimos junto con Mutual M¨¦dica sobre la situaci¨®n de los profesionales sanitarios en Espa?a, el 33 % de ellos se jubilar¨ªa si tuviera recursos, y un 50 % presenta s¨ªntomas de burnout laboral [est¨¢n quemados]. Esto ha sido despu¨¦s de la quinta ola de la pandemia. Y a esto s¨²male las agresiones. Porque hubo muchos aplausos, pero las agresiones a los profesionales sanitarios siguen aumentando: no solo f¨ªsicas, sino verbales, por desconsideraciones e impertinencias por parte de los usuarios; y la mayor parte de los agredidos son mujeres. La poblaci¨®n no se siente lo suficientemente bien atendida, sobre todo en el entorno de la atenci¨®n primaria.
P. ?Qu¨¦ consecuencias puede tener este estado de ¨¢nimo entre los profesionales de la salud?
R. Esta situaci¨®n genera una deriva progresiva de los profesionales hacia el entorno de la privada, porque all¨ª al menos se sienten mejor pagados, y posiblemente el r¨¦gimen de contrato tambi¨¦n sea mejor. Pero este flujo no se da ¨²nicamente entre los profesionales; tambi¨¦n entre la poblaci¨®n con capacidad econ¨®mica suficiente, que se mueve hacia la privada para evitar listas de espera y conseguir acceso directo al especialista o al m¨¦dico de atenci¨®n primaria.
P. ?Es posible fortalecer la Atenci¨®n Primaria?
R. S¨ª, es posible. Por ejemplo, las nuevas medidas aprobadas para la gesti¨®n de la covid van a permitir, sobre todo, que en los centros de atenci¨®n primaria haya una liberalizaci¨®n de todos los procesos burocr¨¢ticos que generaban las bajas, los aislamientos y todas estas pruebas diagn¨®sticas para atender a los pacientes que realmente necesitan atenci¨®n. Ahora bien, seguimos necesitando contratos m¨¢s estables, sobre todo en una especialidad que tiene el nombre de medicina de familia y comunitaria. Pero si resulta que no tienes tiempo para estar con la familia y conocerla, ni a la comunidad, porque los contratos que te hacen son de 24 o de 48 horas, pues olv¨ªdalo.
P. ?Llega a haber contratos de 24 y de 48 horas?
R. Y tanto... Y de 17. S¨ª, s¨ª, de 17, cuando son de 3 de la tarde a las 8 de la ma?ana. Esto est¨¢ generalizado. Hay comunidades que lo gestionan mejor, comunidades que se han dado cuenta de que esto era un desastre y, como consecuencia de la dispersi¨®n geogr¨¢fica, se han puesto m¨¢s enmienda a la hora de hacer contratos m¨¢s largos... Pero estos contratos se siguen dando. Ojo, no solo con respecto a Atenci¨®n Primaria, tambi¨¦n en hospitales. Y gente con una plaza de interino desde hace 14, 15 y 16 a?os.
P. Entiendo que tambi¨¦n es un tema de n¨²meros.
R. S¨ª, tambi¨¦n. Hay un d¨¦ficit en determinadas especialidades, como pediatr¨ªa, anestesiolog¨ªa y primaria, adem¨¢s de una serie de especialidades que est¨¢n surgiendo, como las de Infecciosas, Gen¨¦tica o Urgencias y Emergencias. Pero tambi¨¦n hay fuga cada vez mayor de especialistas a otros pa¨ªses, porque est¨¢n mejor pagados, tienen mejores contratos y mejor formaci¨®n. Y claro, el idioma ya no es el problema que era para la generaci¨®n pasada.
Otro problema grave es el de la creaci¨®n de m¨¢s plazas MIR. Pero, para ello, necesitamos m¨¢s unidades docentes. Y para tener m¨¢s unidades docentes necesitamos a m¨¢s personas que puedan trabajar en esas unidades, con lo cual tiene que separarse un poco de la pura actividad asistencial, y esto genera complicaciones que hay que ver en un futuro pr¨®ximo. En los pr¨®ximos 10 a?os nos vamos a jubilar m¨¢s de 10.000 m¨¦dicos en Espa?a. ?Qu¨¦ vamos a hacer? No nos va a quedar m¨¢s remedio que importar m¨¦dicos del entorno m¨¢s similar al nuestro (sobre todo por el tema del idioma), el hispanohablante.
P. ?Qu¨¦ lecciones nos ha ense?ado la pandemia?
R. Si hay algo bueno que hemos podido sacar de la pandemia, dentro de toda la tragedia, ha sido la capacidad de aguante que ha tenido el Sistema Nacional de Salud. C¨®mo se han movido los recursos, c¨®mo hemos visto a traumat¨®logos entrar en unidades de cuidados intensivos, a cirujanos pasar planta con internistas, a todos nosotros en urgencias cuando ven¨ªan las avalanchas... Los profesionales han salido muy cansados, pero hemos sacado varias lecciones sobre la importancia de la multidisciplinariedad a la hora de atender al paciente; lo necesaria que es la medicina familiar y comunitaria en la prevenci¨®n de infecciones; la importancia de los m¨¦dicos preventivistas y de los epidemi¨®logos; y de que el ¨¢mbito de lo social se vincule al de lo sanitario. Y me refiero en concreto a las residencias de mayores, que sufrieron mortalidades abrumadoras y donde se produjo una desvinculaci¨®n progresiva de esa atenci¨®n social, con una p¨¦rdida de enlace con el sistema sanitario p¨²blico.
P. El problema de las listas de espera para acceder a los especialistas no surgi¨® a ra¨ªz de la pandemia, pero sin duda se ha deteriorado. ?C¨®mo puede solucionarse?
R. Pues mira, la covid ha pegado duro porque los centros de atenci¨®n primaria se saturaron a base de trabajo burocr¨¢tico, del aislamiento, las bajas de la familia y del enfermo... con lo cual se han dejado de atender un poco las patolog¨ªas m¨¢s esenciales o m¨¢s graves, en el entorno de la primaria. Y en la hospitalaria, se han generado listas de espera tremendas debido a los pacientes que han vuelto a entrar al circuito tras quedar paralizados por el cierre de quir¨®fanos y ¨¢mbitos de atenci¨®n asistencial a causa de la covid.
?Qu¨¦ sucede? Que si tienes los recursos econ¨®micos adecuados, pues vas y te haces de la privada. Pero adem¨¢s tambi¨¦n se genera un uso inadecuado de las urgencias hospitalarias. Y esto solo se soluciona con m¨¢s profesionales trabajando en el entorno; profesionales a los que se les pague bien, sin contratos precarios y a los que se les favorezca la formaci¨®n m¨¦dica continuada. Y sigo echando de menos un plan de comunicaci¨®n social importante. Las medidas para la covid que implementaron esta semana, y que suponen un cambio radical, posiblemente sean adecuadas, pero hace falta comunicarlas mejor, porque estamos trasladando la responsabilidad a la sociedad, al individuo, y eso est¨¢ bien. Esto es un ejercicio de solidaridad clave. Hay que apelar a la responsabilidad individual de manera muy fuerte, como en los mensajes de tr¨¢fico en la tele. Esto no significa que usted si tiene catarro pueda ir por ah¨ª estornudando. L¨¢vese las manos, p¨®ngase la mascarilla, procure el distanciamiento social, vigile su fiebre. He echado de menos el tema de la comunicaci¨®n social, planes m¨¢s concretos en las residencias de mayores y que nos expliquen qu¨¦ medidas de vigilancia epidemiol¨®gica van a tener.
P. ?Es sostenible un sistema de salud p¨²blico con una Atenci¨®n Primaria fuerte?
R. Bueno, yo comprendo que los Presupuestos Generales del Estado no son un saco sin fondo y lo que hay que hacer es generar eficiencia. Ese es el pacto de Estado. Por ejemplo: hace a?os ten¨ªa sentido que hubiera m¨¦dicos en pueblecitos de 50 o de 300 habitantes, porque las comunicaciones eran muy malas o porque el tiempo que tardaba en bajar un vecino hasta el centro de salud en algunas zonas pod¨ªa ser excesivo, pero ya no. Y luego hay que priorizar. Si no tenemos m¨¢s dinero, ?qu¨¦ vamos a hacer? ?Queremos tener m¨¢s aves, o vamos a priorizar nuestro modelo sanitario, porque creemos que es el pilar de la justicia social? Porque lo es, como la educaci¨®n y la justicia. Yo creo que educaci¨®n y sanidad son una parte esencial de la acci¨®n del Gobierno, y deben ser en gran parte p¨²blicas, pero lo que destinamos en Espa?a sigue siendo insuficiente. El gasto p¨²blico sanitario en Espa?a se sit¨²a en el 6,6 % del PIB [datos de 2019, incluyendo la actividad privada concertada], en l¨ªnea con la media europea pero muy lejos del 9,9 % de Alemania, el 9,3 de Francia o el 9,2 de Suecia. Y sin duda, se deben establecer estrategias de colaboraci¨®n con la sanidad privada dirigidas a optimizar al m¨¢ximo todos los recursos.
P. Antes habl¨¢bamos de la fuga de talento, un tema recurrente tambi¨¦n en otros ¨¢mbitos. ?Se hace lo suficiente para fomentar y proteger la actividad investigadora?
R. Otra vez es negro sobre blanco. Lo que hace falta es dinero, porque gran parte de la investigaci¨®n est¨¢ en manos de las industrias farmac¨¦uticas. Ya ves la respuesta abrumadora que han tenido en esta crisis de la covid; el esfuerzo que han hecho de inversi¨®n y de trabajo. Si hubi¨¦ramos dependido de la p¨²blica, pues francamente las cosas hubieran ido de otra manera. La investigaci¨®n es algo a muy largo plazo, y aqu¨ª lo que se buscan son beneficios a muy corto plazo. No puedes destinar mucho dinero a la investigaci¨®n cuando tu plazo pol¨ªtico va a terminar en tres o cuatro a?os, y cuando tienes unos presupuestos escasos en los que lo que realmente te interesa es agilizar unas listas de espera. Barbacid me dec¨ªa hace poco que, de cada 10 proyectos de investigaci¨®n, sale medio que realmente tenga un feedback positivo. Claro, esto implica grand¨ªsimas inversiones, y este es un terreno en el que debemos de jugar tambi¨¦n. Hay que ser creativo y no demonizar a la industria farmac¨¦utica. S¨ª buscar al m¨¢ximo un c¨®digo de buenas pr¨¢cticas y la m¨¢xima sinton¨ªa con ellos a la hora de la investigaci¨®n.
P. ?Es necesario repensar la formaci¨®n m¨¦dica?
R. Mira, en formaci¨®n hay tres partes que tenemos que revisar: el grado, el posgrado y la formaci¨®n m¨¦dica especializada. El acceso al grado se hace a trav¨¦s de la nota de corte, en funci¨®n del expediente que hayan sacado durante el bachiller. Esto no est¨¢ del todo bien, porque estamos perdiendo muchas vocaciones de gente que la tiene, mientras cogemos a muchos chavales con notas extraordinarias que carecen de esa vocaci¨®n. Hay quienes hacen Medicina solo por no desperdiciar su nota. Se podr¨ªa medir, en los a?os de bachiller, si el chaval ha dedicado su acci¨®n a trabajar en un entorno social determinado o est¨¢ m¨¢s dispuesto a trabajos sociales, por ejemplo.
En la formaci¨®n de grado, se est¨¢n cometiendo una serie de errores gruesos. ?C¨®mo puede ser que tengamos un 28 % del profesorado de las asignaturas b¨¢sicas, que son las que se imparten en los tres primeros a?os, que no son m¨¦dicos? Tenemos a veterinarios dando clases de anatom¨ªa humana, y no puede ser. Y, por otro lado, cuarto, quinto y sexto de carrera se est¨¢n mirificando, porque los chavales se dedican a estudiar una metodolog¨ªa de examen para poder aprobar el MIR y hacer la formaci¨®n m¨¦dica especializada.
Y luego, con respecto a esta ¨²ltima, tambi¨¦n nos miramos al ombligo. Pensamos que el MIR es extraordinario, pero la realidad es que depende mucho del hospital en que lo hagas, de cu¨¢ntos pacientes vayas a ver, de qui¨¦n y c¨®mo te lo eval¨²e... Hay una queja constante de los tutores de hospitales, de los residentes, porque no se les concede tiempo. Yo lo he dicho en muchas ocasiones: no debemos mantener la formaci¨®n m¨¦dica especializada exclusivamente en un hospital; hay que internacionalizarla, mandarles a unidades de otros hospitales en Europa, exactamente igual a como se hace con el Erasmus, e interregionalizarla, para que pasen un a?o o a?o y medio de su especialidad en otro entorno hospitalario. Porque si no generamos una endogamia, que lo que va a conseguir es que no sea el mejor MIR el que termine qued¨¢ndose en un hospital, sino el que mejor ha llevado el malet¨ªn al jefe durante el tiempo que ha estado all¨ª.
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