Los saboteadores se hacen con el Partido Republicano
Amenazan con cerrarlo todo a?no ser que Biden abandone sus iniciativas para combatir el coronavirus
Con todo lo que est¨¢ pasando ¡ªla probable cancelaci¨®n inminente del derecho al aborto y la revelaci¨®n de que Donald Trump sab¨ªa que hab¨ªa dado positivo por coronavirus antes de su debate con Joe Biden, entre otras muchas cosas¡ª, no s¨¦ cu¨¢ntos lectores ser¨¢n conscientes de que la Administraci¨®n de Estados Unidos estuvo a punto de verse obligada a cerrar este fin de semana. Un acuerdo de ¨²ltima hora evit¨® esa crisis, pero ya hay otra a la vista para dentro de un par de semanas: se prev¨¦ que el Ejecutivo alcance su techo de deuda a mediados de mes, y si no consigue elevarlo, las consecuencias no solo para la gobernanza, sino tambi¨¦n para la reputaci¨®n financiera de Estados Unidos, ser¨¢n catastr¨®ficas.
La cuesti¨®n es que el Gobierno federal no tiene ning¨²n problema para conseguir dinero. De hecho, puede pedir prestado a tipos muy inferiores a la tasa de inflaci¨®n, de manera que el coste real del servicio de la deuda federal adicional en realidad es negativo. Todo esto tiene que ver m¨¢s bien con la pol¨ªtica. Tanto el seguir financiando al Gobierno como aumentar el l¨ªmite de endeudamiento est¨¢n sujetos al filibusterismo, y muchos senadores republicanos no apoyar¨¢n ninguna de las dos cosas a no ser que los dem¨®cratas satisfagan sus demandas.
?Y qu¨¦ es lo que tiene tan preocupados a los republicanos como para estar dispuestos a poner en peligro la operatividad de nuestro Gobierno y la estabilidad financiera del pa¨ªs? Digan lo que digan, no act¨²an por principios, o por lo menos por ning¨²n principio que no sea la proposici¨®n de que ni siquiera los dem¨®cratas elegidos como es debido tienen derecho leg¨ªtimo a gobernar.
En cierto modo, ya hemos visto esta pel¨ªcula. Los republicanos liderados por Newt Gingrich cerraron parcialmente el Gobierno en 1995-1996 en un intento de obtener concesiones del presidente Bill Clinton. Los legisladores del Partido Republicano provocaron una serie de crisis de financiaci¨®n durante el mandado del presidente Barack Obama, tambi¨¦n en un intento (en parte fruct¨ªfero) de lograr concesiones pol¨ªticas. Provocar crisis presupuestarias cada vez que un dem¨®crata ocupa la Casa Blanca se ha convertido en el procedimiento operativo normal de los republicanos.
Sin embargo, los actuales intentos de extorsi¨®n del Partido Republicano son m¨¢s manifiestos y menos racionales que los que tuvieron lugar en la ¨¦poca de Obama. Con Obama, la c¨²pula republicana afirmaba que sus maniobras fiscales estaban motivadas por la preocupaci¨®n por el d¨¦ficit presupuestario. Algunos sostuvimos, ya entonces, que los autoproclamados halcones del d¨¦ficit eran unos farsantes a los que en realidad no preocupaba la deuda p¨²blica ¡ªuna opini¨®n que qued¨® verificada por el silencio de los susodichos cuando el Gobierno de Trump dispar¨® el d¨¦ficit¡ª y que lo que quer¨ªan era ver sufrir la econom¨ªa durante el mandato de Obama. Pero mantuvieron un barniz de responsabilidad suficiente para enga?ar a muchos analistas.
En esta ocasi¨®n, los obstruccionistas republicanos ni siquiera fingen que les inquieten los n¨²meros rojos. Antes bien, amenazan con cerrarlo todo a no ser que el Gobierno de Biden abandone sus iniciativas para combatir el coronavirus con la vacunaci¨®n obligatoria.
?De qu¨¦ va todo eso? Como muchos observadores han se?alado, las proclamas de que la postura contraria a la vacunaci¨®n obligatoria (al igual que la similar oposici¨®n al uso obligatorio de la mascarilla) tiene que ver con preservar la libertad individual no resiste ninguna clase de escrutinio. No hay definici¨®n razonable de libertad que incluya el derecho a poner en peligro la salud y la vida de otras personas porque a uno no le apetece tomar las precauciones b¨¢sicas.
Es m¨¢s, las medidas de los gobiernos de los Estados controlados por los republicanos, como Florida y Texas, dejan ver un partido no tanto a favor de la libertad como de la covid. ?C¨®mo explicar si no los intentos de evitar que las empresas privadas ¡ªcuya libertad de decisi¨®n se supon¨ªa sacrosanta¡ª exijan que sus trabajadores se vacunen, o las ofertas de prestaciones especiales de desempleo para los no vacunados?
En otras palabras, no parece que el Republicano sea un partido que intente defender la libertad; parece un partido que intenta obstaculizar cualquier respuesta eficaz a una enfermedad mortal. ?Por qu¨¦ lo hace? En cierta medida, su actitud seguramente es el reflejo de un c¨¢lculo pol¨ªtico fr¨ªo y c¨ªnico. Los votantes suelen culpar al partido que ocupa la Casa Blanca de todo lo malo que ocurre mientras est¨¢ al tim¨®n, lo cual proporciona un incentivo para que una formaci¨®n pol¨ªtica lo suficientemente despiadada se dedique al sabotaje descarado. Y c¨®mo no, los republicanos que se opusieron a todos los esfuerzos por contener el coronavirus atacan ahora al Gobierno de Biden por no haber sido capaz de acabar con la pandemia.
Pero intentar cerrar la Administraci¨®n para obstaculizar la vacunaci¨®n es pasarse de la raya, incluso trat¨¢ndose de c¨ªnicos empedernidos. Llama la atenci¨®n que Mitch McConnell, a quien nadie podr¨ªa tachar de benefactor, no forme parte de la camarilla antivacunas. No obstante, lo que parece que est¨¢ ocurriendo va m¨¢s all¨¢ del fr¨ªo c¨¢lculo. Como ya se?al¨¦ tiempo atr¨¢s, actualmente los pol¨ªticos republicanos se comportan como funcionarios de un partido en un r¨¦gimen autoritario, que compiten por adoptar las posturas m¨¢s extremistas como una manera de demostrar su lealtad a la causa y al l¨ªder. Alimentar la histeria antivacunas y hacer todo lo posible por que la pandemia no acabe se ha convertido en una pr¨¢ctica republicana para conservar la buena reputaci¨®n en el partido. La consecuencia es que una de las dos principales formaciones pol¨ªticas de Estados Unidos no solo se est¨¢ negando a ayudar al pa¨ªs a hacer frente a sus problemas, sino que est¨¢ contribuyendo activamente a hacerlo ingobernable.
Espero que los dem¨¢s no hayamos perdido la capacidad de horrorizarnos como corresponde ante este espect¨¢culo.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2021. Traducci¨®n de News Clips.
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