Subastas r¨¦cord en 2021: los nuevos ricos revolucionan el mercado del arte

Una subasta es una funci¨®n de teatro. Una tramoya. Todo resulta posible. Hasta que las fr¨ªas estrellas caigan del cielo. Imaginen la escena. Nueva York. En las sesiones de la noche, las grandes casas de puja ¡ªsobre todo Christie¡¯s y Sotheby¡¯s¡ª presentan sus mejores obras. Esas solo al alcance de menos del 1% de la poblaci¨®n del mundo. Suelen estar llenas (ahora, siguiendo los tiempos, guiadas por m¨¢s subastadoras) y el p¨²blico aclama, enfervorecido, cuando un precio atraviesa la estratosfera. No aplauden la calidad del trabajo: solo el dinero. Es como si en tiempos de Maria Callas, los espectadores ovacionaran su cach¨¦ e ignoraran su extraordinaria interpretaci¨®n del aria Vissi d¡¯Arte (Viv¨ª de arte) de Tosca.

Este es el mercado del arte del siglo XXI. Una representaci¨®n donde Sotheby¡¯s vendi¨® 7.300 millones de d¨®lares (6.450 millones de euros) durante 2021, la cifra m¨¢s alta en sus 277 a?os de historia. Con estos n¨²meros, su propietario, el multimillonario franco-israelita Patrick Drahi, estar¨ªa estudiando ¡ªacorde con Bloomberg¡ª volver a sacar la compa?¨ªa a Bolsa. ?Quiz¨¢ necesite liquidez? La revista Forbes le estima un patrimonio de 7.600 millones. Su gran rival, Christie¡¯s, tambi¨¦n llen¨® la platea de estrellas. Ingres¨® 7.100 millones de d¨®lares (unos 6.270 millones). El mejor resultado en cinco a?os. Imposible sin los 1.700 millones que levant¨® en ventas privadas. Un 12% m¨¢s que en 2020 y el 108% superior a 2019.

Mozart, de fondo, compone una obertura al capital del siglo XXI. El libreto es de Piketty. Otra casa, Phillips, tambi¨¦n bati¨® su r¨¦cord al rematar 1.200 millones de d¨®lares (1.060 millones) en bienes de lujo, un 32% m¨¢s que durante 2019. Jam¨¢s hab¨ªa superado los 1.000 millones. Y Bonhams celebr¨® 343 sesiones. ¡°Un aumento impresionante respecto a las 310 de 2020¡å, comenta Patrick Masson, director general de la casa de subastas en el Reino Unido y Europa. Porque ese a?o nunca existi¨®. El mercado del arte lo ha borrado de su memoria, como una goma de nata sobre un carboncillo. Pronto se han olvidado de los desplomes de las ventas de Sotheby¡¯s (16%, hasta unos 5.000 millones de d¨®lares) y Christie¡¯s (25%, unos 4.400 millones) durante 2020. ?La famosa resiliencia? No. La vergonzosa inequidad. ¡°Los coleccionistas de elevado poder adquisitivo est¨¢n gastando m¨¢s que nunca y esto se debe, en parte, a que los efectos de la acumulaci¨®n de la riqueza en los dos ¨²ltimos a?os han sido muy diferente al de otras crisis¡±, analiza Clare McAndrew, economista especializada en arte. ¡°Una de las secuelas del crash financiero de 2009 fue la ca¨ªda del 30% en el n¨²mero de multimillonarios y su patrimonio descendi¨® el 45%. Pero en 2020, los millonarios aumentaron un 7% y la riqueza el 32%¡±. Le bastaron ¨²nicamente 365 d¨ªas. Solo Christie¡¯s, Sotheby¡¯s y Phillips vendieron el a?o pasado 15.600 millones de d¨®lares (unos 13.800 millones de euros) en arte. ¡°Todos bailamos al son de los oligarcas¡±, lamenta el coleccionista Paco Cantos.

Revalorizaci¨®n

La creaci¨®n de Miguel ?ngel pinta la versi¨®n extrema de la desigualdad del planeta. ?C¨®mo leer¨¢n estas frases los miles de familias que aguardan recibir el Ingreso M¨ªnimo Vital en Espa?a? ?Qu¨¦ pinta el arte en la realidad? ?Es la alabanza sin fin al Becerro de Oro? Yahv¨¦ dijo a Mois¨¦s: ¡°No os hag¨¢is dioses de plata ni de oro para ponerlos junto a m¨ª¡±. Es el ?xodo. El brillo esmeralda del d¨®lar. Jos¨¦ Mar¨ªa Cano, antiguo componente del grupo musical Mecano, coleccionista y pintor, vendi¨® ¡ªseg¨²n la consultora Artnet¡ª en noviembre pasado en Christie¡¯s un basquiat (The Guilt of Gold Teeth, 1982) por 40 millones de d¨®lares. En 1998 desembols¨® solo 387.500 d¨®lares para llevarse la pintura. La culpa de los dientes de oro es un ¨®leo de grandes dimensiones de un artista que coloc¨® obra por valor de 303,5 millones de d¨®lares en el primer semestre de 2021. Solo lo supera Picasso.

¡°Nunca he visto el mercado del arte tan fuerte. Las casas de subasta venden todo a precios mucho m¨¢s altos de los estimados, especialmente arte figurativo africano y de su di¨¢spora [creadores que viven en Londres, Nueva York, Berl¨ªn, Brasil]¡±, reflexiona por tel¨¦fono Jorge P¨¦rez, uno de los latinos m¨¢s ricos del mundo, megacoleccionista y mecenas. Ha donado al Reina Sof¨ªa 12 obras de 11 artistas latinoamericanos de su colecci¨®n y unos 662.000 euros para la adquisici¨®n de piezas de creadores iberoamericanos (por ahora, se han comprado cinco).

Sin embargo, el dinero persigue el arte, o viceversa. Y tiene su particular geopol¨ªtica. La nueva geograf¨ªa huye del calor de las arenas de los Emiratos ?rabes o Arabia Saud¨ª y se instala en la turbulencia pol¨ªtica de Hong Kong. Phillips, por ejemplo, est¨¢ buscando un nuevo espacio. La casa de subastas vendi¨® el a?o pasado 270 millones de d¨®lares en la excolonia inglesa y Asia es la regi¨®n que m¨¢s prospera. Aqu¨ª cerca, Par¨ªs quiere derrotar a Londres aprovechado la zozobra financiera, fiscal y legal que ha provocado el Brexit. Y el mercado crece superponiendo capas de veladura de negocio. La imprimaci¨®n b¨¢sica son los artistas negros y las mujeres extraviadas por la historia. ¡°La mayor¨ªa de los precios elevados se dan en los mercados secundarios que, por su naturaleza, son impredecibles. Sin embargo, el impacto en las ventas en la galer¨ªa primaria resulta considerable y provoca que algunos aprovechen [produciendo en exceso] esa tendencia al alza¡±, analiza, por correo electr¨®nico, Kerry James Marshall, 66 a?os, el pintor vivo afroamericano m¨¢s caro (se pag¨® 21,1 millones de d¨®lares por su tela Past Times en 2018) del mundo.

Son nombres que cualquier coleccionista recuerda de memoria, al igual que una batalla perdida. Amoako Boafo (1984), Toyin Ojih Odutola (1985), Adam Pendleton (1984), Jordan Casteel (1989), Kudzanai-Violet Hwami (1993), Aboudia (1983). Son los artistas de las ¡°excusas¡±. ¡°Hay lista de espera de m¨¢s de un a?o¡±; ¡°van primero los museos y las fundaciones p¨²blicas¡±; ¡°los clientes de la galer¨ªa tienen prioridad¡±. Y todas las a?agazas que emplean algunos galeristas en su teatro con los coleccionistas. Aunque sean creadores de seis cifras. Porque la liquidez llueve para bastantes privilegiados como l¨¢grimas de san Lorenzo y sobran los compradores. ¡°El mercado es un ser vivo y reacciona a las tendencias de cada momento¡±, defiende Alexandra Kindermann, directora de Comunicaci¨®n de Christie¡¯s Europa.

De ese fr¨ªo cosmos tambi¨¦n caen atra¨ªdas por la fuerza de la gravedad del capital las estrellas femeninas. Sobre todo mujeres mayores: Irma Blank (87 a?os), Martha Jungwirth (81), Ida Applebroog (92) o Carmen Herrera, la artista cubana, de 106 a?os, que supera el mill¨®n de d¨®lares en el mercado primario. ?Demasiada presi¨®n? ¡°No existe, a menos que se considere presi¨®n el ¨¦xito que busca todo el mundo. Cuando ganas el premio gordo, como le ha tocado a un pu?ado de mujeres artistas, s¨²bete a la ola y disfruta. Muchas no subir¨¢n nunca¡±, aconseja Stefan Simchowitz, galerista y ¡°polemista¡± ¡ªpalabra con la que se define¡ª afincado en Los ?ngeles. Las mujeres lideraron las ventas de Phillips en Nueva York, en su sesi¨®n de la noche de noviembre pasado de arte del siglo XX y contempor¨¢neo. Se remataron obras por un total de 139,2 millones de d¨®lares, el 96% de los lotes. El mejor resultado que ha conseguido la casa durante su historia en una ¨²nica venta.

El pensamiento es igual que mover grandes ba¨²les secretos y resulta dif¨ªcil averiguar qu¨¦ piensan los coleccionistas de lo que est¨¢ pasando en el mercado. El 35% de la generaci¨®n del milenio, acorde con Clare McAndrew, gast¨® m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares en arte el primer semestre de 2021. Quiz¨¢ su Becerro es ¡°ahora¡±. Esa palabra (Now) es la que llevaba escrita en su pitillera el escritor Raymond Carver (1938-1988) cuando el c¨¢ncer le anunci¨® su comienzo y su fin. Todo arte son fragmentos de tiempo. Entre finales de junio de 2020 y el mismo mes de 2021 ¡ªen el segmento contempor¨¢neo¡ª cambiaron de manos obras valoradas en 2.700 millones de d¨®lares. M¨¢s de 100.000 piezas de unos 34.600 artistas. N¨²meros ¡ªseg¨²n artprice.com¡ª jam¨¢s vistos. ¡°El mercado del arte refleja unas diferencias sociales exorbitantes (pens¨¢bamos que el virus iba a reducir la grieta), pero ocurri¨® lo contrario, y esto lleva a que est¨¦ muy lejos de mostrar la calidad o la importancia que otras obras [alejadas de las modas] tendr¨¢n en un recorrido lineal de la historia art¨ªstica¡±, avisa el coleccionista argentino An¨ªbal Jozami.

Cambio generacional

?Quiz¨¢ vemos un espejismo? Estos dos a?os de pandemia han acelerado las compras virtuales, la incorporaci¨®n de nuevos mercados, un cambio generacional y tendencias inesperadas. ¡°Hay m¨¢s demanda de obra figurativa joven que no interesaba hasta hace poco. Hilary Pecis, Flora Yukhnovich, Jordan Casteel, Javier Calleja; y solo tienen treinta y pocos a?os¡±, desgrana el coleccionista Juan Bonet. Una veladura primeriza sobre una tela muy cara. Amy Sherald (1973) ¡ªla artista que pint¨® el retrato oficial de la ex primera dama Michelle Obama¡ª vendi¨® en diciembre en Phillips The Bathers (2015) por 4,26 millones de d¨®lares. Super¨® 21 veces su estimaci¨®n m¨¢s alta (200.000 d¨®lares). Vaya arranque.

Dinos c¨®mo sobrevivir a nuestra locura. Es el t¨ªtulo de un libro de relatos del Nobel Kenzaburo O¨¦. No existe esa enfermedad. Porque los coleccionistas son los grandes creyentes. ¡°Resulta muy positivo que el mundo del arte se expanda y diversifique¡±, observa por e-mail Patricia Phelps de Cisneros, una de las principales coleccionistas del planeta y mecenas. Solo al Reina Sof¨ªa le ha donado 85 obras de 45 artistas y tiene 31 piezas en dep¨®sito. Y a?ade: ¡°Me alegra mucho ver m¨¢s creadores de nuevos lugares participando en el sistema. A veces, el sector privado responde con mayor rapidez que las instituciones; y los coleccionistas, en este sentido, pueden ser fundamentales para reunir y apreciar obras que el sistema p¨²blico a¨²n no valora. As¨ª sucedi¨® con el arte de Am¨¦rica Latina hace unos a?os, y ahora pasa, tambi¨¦n, con otras producciones¡±. Sin la generosidad de Jorge P¨¦rez (la foto de una donaci¨®n suya, Amor a primera vista, de la argentina Marta Minuj¨ªn, anuncia sobre las luces del paseo del Prado de Madrid la exposici¨®n) o de Patricia Phelps de Cisneros, por ejemplo, hubiera sido imposible la nueva reordenaci¨®n del Museo Reina Sof¨ªa.

Efecto latino

¡°Hay hambre de arte, de (re) descubrir y de poseer¡±, resume la galerista parisiense Chantal Crousel. ¡°Adem¨¢s, la reciente llegada del coleccionismo de Am¨¦rica Latina le ha dado ox¨ªgeno al sistema espa?ol, y eso es bueno¡±, admite el comisario Gabriel P¨¦rez-Barreiro. Pero arte y mercado a veces mantienen una relaci¨®n compleja, al igual que una ecuaci¨®n de Max Planck; y otras, en cambio, tan intuitiva como un beso entre amantes. ¡°Aunque vendas no significa que te vaya bien, si no muestras pintura ni eres negro ni mujer lo tienes m¨¢s dif¨ªcil; esto hay que decirlo¡±, advierte Silvia Dauder, directora de la galer¨ªa barcelonesa ProjecteSD.

Pero con virus o sin ¨¦l, con nuevas variantes o sin ellas, con ventas a trav¨¦s de la web, o con los NFT (tokens no fungibles) zarandeando el statu quo, el mercado del arte exhala fatiga. Tras d¨¦cadas de liderazgo, Malthus y Cop¨¦rnico claudican. Adi¨®s a la infinita proliferaci¨®n de ferias. Adi¨®s a ser el centro de las ventas. ¡°Las ferias de arte seguir¨¢n existiendo como eventos sociales, de intercambio, de comunicaci¨®n social entre coleccionistas, de entretenimiento. Hubs para ver y ser visto. Para encontrarse con nuevos protagonistas que, constantemente, est¨¢n surgiendo en el c¨ªrculo art¨ªstico internacional¡±, prev¨¦ Elena Foster, editora, coleccionista y fundadora de Ivorypress. ¡°Pero las ventas importantes ¡ªen la mayor¨ªa de las obras expuestas en ferias clave¡ª ya han sido cerradas con anterioridad. V¨ªa e-mail o Zoom¡±. Y zanja: ¡°Tambi¨¦n est¨¢ ocurriendo con las bibliotecas¡±.

Eso s¨ª, el casino seguir¨¢ abierto, la ruleta girar¨¢ y los coleccionistas apostar¨¢n rojo o negro, falta o pasa contra artistas j¨®venes emergentes en una competici¨®n planetaria. ¡°Algunos ser¨¢n una buena inversi¨®n, otros no¡±, pronostica el todopoderoso galerista Larry Gagosian en la revista Artnet. ¡°Para mucha gente es casi un juego de especulaci¨®n. Entrar pronto. Conseguirlo barato. Resulta igual que adquirir un billete de loter¨ªa. No me gusta vender arte de esta manera. Si pagas un mill¨®n de d¨®lares, est¨¢s comprando consenso¡±. Pero existe prisa. El Becerro de Oro f¨ªsico o digital refulge con toda la iridiscencia del final de una ¨¦poca. En el a?o 2020 el mercado del arte gener¨® 50.065 millones de d¨®lares. Durante 2021 ¡ªlos expertos¡ª apuntan a un crecimiento de dos d¨ªgitos replicando los resultados de las casas de subasta. Sin embargo, la especulaci¨®n se queda. ¡°Que el sistema del arte parezca que juega al casino al ver c¨®mo las modas se suceden es un problema de los medios de comunicaci¨®n tradicionales, no del sistema. Las cosas cambian r¨¢pido y con ello, las preocupaciones de creadores e intelectuales, antes llamados cr¨ªticos de arte. Somos muchos los profesionales que ignoramos esas modas¡±, observa el comisario Bartomeu Mar¨ª. Sin embargo, que un desconocido Beeple consiga en marzo pasado durante una subasta en Christie¡¯s 69 millones de d¨®lares por un NFT (collage digital) titulado Everydays: The First 5.000 Days o que las casas acepten criptomonedas a la hora de realizar los pagos anuncian la posibilidad de un cambio.

El peor enemigo del romanticismo es el tiempo y da igual el aspecto que tenga el dinero. Inasible o papel. Los coleccionistas de todo el mundo quieren pintura y escultura (el 31% de las ventas en el primer semestre de 2021). Las mascarillas y la distancia social impuestas por la pandemia les han vuelto conservadores. Y rara es la galer¨ªa de primer nivel que no promocione pintoras negras j¨®venes o artistas mayores. ¡°En el mercado siempre ha habido mucho ruido y no compramos artistas de moda. Somos muy cautos y vamos con mucho cuidado a la hora de adquirir obra¡±, admite Nimfa Bisbe, directora de la Colecci¨®n de Arte Contempor¨¢neo de la Fundaci¨®n La Caixa. En mi fin est¨¢ mi comienzo. Gran parte de todo esto empez¨® en el siglo XVI, cuando Lorenzo de M¨¦dici apreciaba por igual a Leonardo y a su palafrenero espa?ol, capaz de parar con la mano un caballo al galope.

Ecos de la historia

La diferencia entre precio y valor ha perseguido al arte durante su historia. Lleg¨® mucho tiempo antes que los NFT. El lujo m¨¢s mundano costaba m¨¢s que el mejor cuadro. En 1613, por ejemplo, se lee en El triunfo de la pintura (Editorial Nerea), de Jonathan Brown, la princesa Isabel, hija de Jacobo I y Ana de Dinamarca, luci¨® un vestido adornado con encajes de oro y plata. Solo los encajes se tasaron en 1.700 libras, m¨¢s que el mejor cuadro de la extraordinaria colecci¨®n de su hermano Carlos I. Y los tapices (quien lo dir¨ªa hoy) costaban m¨¢s que las pinturas. La Corona espa?ola adquiri¨® en 1633 una serie de seis pa?os con la historia de Diana por 4.400 ducados. Un trabajador manual ganaba 100 al a?o y un ¡°Grande¡±, con extensas propiedades, pod¨ªa recibir 100.000 anuales. Pero una pintura importante no pasaba de los 1.500. Una obra de Durero se compraba por 75 libras y Murillo era m¨¢s caro que Vel¨¢zquez. El paso del tiempo es como la muerte, simplemente dejas de esperar. La simplicidad de existir. Los Maestros Antiguos aguardaron con su legado de obras el ta?er de las d¨¦cadas. El Estado pag¨® en noviembre 1,5 millones de euros por un peque?o (67,5¡Á42 cent¨ªmetros) Cristo crucificado de El Greco que Sotheby¡¯s quer¨ªa vender.

¡°Los Grandes Maestros siguen en forma. Se ve cada vez que aparece una obra importante en subasta. Ah¨ª est¨¢n los 81 millones de euros pagados en enero por un botticelli [con dudas de atribuci¨®n]. El reto es que estas piezas son muy apreciadas y nadie las quiere soltar¡±, apunta Jordi Coll, el anticuario que gestiona el posible caravaggio madrile?o. Quiz¨¢ no todo sea un problema de oferta. Quiz¨¢ los viejos pintores salen desenfocados en las fotograf¨ªas actuales. ¡°El arte antiguo no se puede vender, como pasa con el contempor¨¢neo, por internet¡±, aclara Nicol¨¢s Cort¨¦s, director de la galer¨ªa del mismo nombre. Y precisa: ¡°Los clientes quieren ver el cuadro y al marchante¡±. Porque es una confianza que cuesta toda la vida ganarse. ¡°C¨ªrculos¡±, ¡°talleres¡±, ¡°escuelas¡±, ¡°copias de ¨¦poca¡±, ¡°a la manera de¡±, ¡°falsos¡±. Atribuir una obra supone d¨¦cadas de aprendizaje.

Pero imaginemos otra funci¨®n. En 2019, el Parlamento Europeo public¨® un informe de 48 p¨¢ginas en el que lleg¨® a la conclusi¨®n (el Reino Unido se opuso) de la necesidad de abolir los puertos francos. Lugares opacos, prisiones para el arte ¡ªdonde no se pagan impuestos si no se retira la obra¡ª y propensos al lavado de dinero. So?emos que se expropian. Y se crea un gran museo a cargo de la Unesco. Seguro que con esos fondos de miles de obras el ser humano estar¨ªa m¨¢s cerca de responder a dos preguntas esenciales: ?qui¨¦nes somos? y ?de d¨®nde venimos? La otra cuesti¨®n: ?ad¨®nde vamos?, pinta mal.

Espa?a sigue sin explotar su tesoro

El mercado del arte espa?ol orbita en el andrajoso borde del universo. Apenas alcanza el 1% total del dinero que se mueve en el mundo. En el tiempo del polvo sucio de la estela de los sue?os (2020) sum¨® 308 millones de euros y durante los d¨ªas (2007) que precedieron al crash financiero centelle¨® con el r¨¦cord de 427 millones. Son los datos del trabajo El mercado espa?ol del arte en 2021. Poco para un pa¨ªs que tiene algunos de los museos y las colecciones m¨¢s importantes del planeta. Nada para una tierra donde puede aparecer un Ecce homo pr¨®ximo a Caravaggio de 250 millones de euros. Algo que ocurre una vez en un siglo. Espa?a deber¨ªa ser una naci¨®n de coleccionistas. Tiene riqueza (muy mal repartida). Tiene industria cultural. Tiene ese gris pedernal de El Greco.

Algunos lo justifican mezclando legislaci¨®n y fiscalidad. ¡°Los pa¨ªses con normativas de importaci¨®n m¨¢s restrictivas siempre ser¨¢n mercados m¨¢s peque?os y centrados en lo interno¡±, explica Clare McAndrew, economista especializada en arte. Y a?ade: ¡°El impuesto de IVA a la importaci¨®n es casi el doble que el franc¨¦s [6% del mercado mundial] y los grav¨¢menes a la exportaci¨®n es una forma segura de que los coleccionistas internacionales eviten comprar en Espa?a¡±. El eximente de la tributaci¨®n del arte puede aplicarse a las obras contempor¨¢neas. Pero la historia del arte es la historia de un robo. Y en este sentido, Espa?a ha sido uno de los m¨¢s expoliados de Europa. Solo la Interpol busca (como relat¨® este peri¨®dico) 723 piezas robadas. ¡°Si supiera la cantidad de arte que sali¨® con la crisis de 2008, sobre todo de palacetes y casas solariegas andaluzas¡­ No lo creer¨ªa¡±, sostiene, bajo el anonimato, un trabajador de una empresa de transporte. Y luego est¨¢ la Iglesia. ¡°Con ella hemos topado, amigo Sancho¡±, avis¨® Cervantes. Posee miles de obras sin inventariar. D¨®nde est¨¢n, c¨®mo est¨¢n, cu¨¢les son. Lleva a?os eludiendo su obligaci¨®n. ¡°Son bienes culturales que deben estar sometidos a la protecci¨®n del Estado¡±, alerta Laura Gaona, abogada experta en arte. Porque desaparecen o se replican. La tecnolog¨ªa (creada con fines culturales, por ejemplo, de la Fundaci¨®n Factum) roza el verismo absoluto.

Del otro lado, prosiguen quejas hist¨®ricas. ¡°La Junta de Calificaci¨®n, Valoraci¨®n y Exportaci¨®n de Bienes del Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol hace un gran trabajo. No obstante, ser¨ªa bueno que publicara los informes en base a los que deniega o autoriza la salida de una obra. Adem¨¢s, las sanciones por tr¨¢fico il¨ªcito resultan muy elevadas: incluyen penas de c¨¢rcel, la p¨¦rdida del bien y hasta una multa que cuadriplica el valor de la pieza decomisada¡±, desgrana Agust¨ªn Gonz¨¢lez, experto del bufete Ur¨ªa Men¨¦ndez¡±. Suena a los 91,7 millones de euros que Jaime Bot¨ªn (primer accionista de Bankinter con el 23% del capital) pag¨® de multa por el contrabando del picasso (Cabeza de mujer joven) de G¨®sol. Eso s¨ª, debido a una enfermedad grave no cumplir¨¢ los tres a?os de prisi¨®n, aunque el cuadro pasa al Museo Reina Sof¨ªa.

Ni Justicia ni Cultura van a bajar el list¨®n y menos si al final se confirma la autor¨ªa de Caravaggio. En meses, el Estado podr¨ªa sumar al patrimonio un picasso ¨²nico y una obra del genio lombardo. Impensable. Madrid es un lugar hechizado para el arte. Un cometa; el paso de una premonici¨®n. ¡°La galer¨ªa no es una tienda pensada para producir dinero, sino un espacio donde aportar creatividad¡±, reflexiona Ulrich Gebauer, uno de los principales galeristas alemanes, quien ha abierto un local en la capital espa?ola. ¡°Va a ser como Colonia en los noventa¡±, aventura.

Escena final. El Prado. Frente a La Gioconda del taller de Leonardo da Vinci expuesta en una de las salas dedicadas al Renacimiento italiano.

¡ªHay m¨¢s del genio renacentista en esta tabla que en el Salvator Mundi [el cuadro m¨¢s caro de la historia, 450 millones de d¨®lares]¡ª, sostiene en un paseo por la pinacoteca una prestigiosa historiadora de arte espa?ola.

En ese momento, un cometa deja caer sobre la ciudad el polvo claro de una estela de sue?os.