La reforma el¨¦ctrica de L¨®pez Obrador tiene un precio
El presidente de M¨¦xico quiere fortalecer el sector p¨²blico con un cambio de gran alcance. Los expertos alertan de una posible subida del coste de generaci¨®n
M¨¦xico, una de las econom¨ªas m¨¢s integradas del mundo, quiere echarle la llave a un sector clave. El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador se ha propuesto cambiar el modelo energ¨¦tico con una reforma constitucional que recorta la participaci¨®n privada, cancela contratos y concentra el poder en el Gobierno. Expertos y empresarios advierten de que el cambio saldr¨¢ caro y ahuyentar¨¢ inversiones millonarias, pero el debate va m¨¢s all¨¢ del coste y ha abierto una encendida discusi¨®n sobre el tipo de desarrollo que requiere el pa¨ªs para salir de su estancamiento.
¡°La electricidad era tuya. Te la vamos a devolver¡±. El nuevo lema de la Comisi¨®n Federal de Electricidad (CFE), pintado en el caracter¨ªstico color verde de la empresa estatal, da una pista sobre las razones detr¨¢s de la reforma que el Congreso mexicano tiene previsto votar en primavera. Para L¨®pez Obrador, ¨¢vido lector de historia, la nacionalizaci¨®n del sector el¨¦ctrico en 1960 es un cap¨ªtulo favorito. Pero es pasar unas p¨¢ginas, llegar a lo que ¨¦l llama ¡°el periodo neoliberal¡± y el buen sabor se trunca.
La electricidad, da a entender el lema mencionado, dej¨® de ser de los mexicanos cuando el sector se empez¨® a liberalizar en los a?os noventa. En v¨ªsperas de la firma del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLCAN) con EE UU y Canad¨¢, M¨¦xico necesitaba energ¨ªa barata para atraer maquilas (empresas manufactureras). Se abri¨® entonces la primera ventana a la inversi¨®n privada en generaci¨®n. La apertura recibir¨ªa su sello definitivo en 2013 con la reforma constitucional de Enrique Pe?a Nieto.
Esa iniciativa, que L¨®pez Obrador ahora quiere desmantelar, cre¨® un mercado basado en el principio de despacho econ¨®mico: el generador m¨¢s barato era el primero en subir su producci¨®n a la red. Un segundo mecanismo novedoso, las subastas de largo plazo, permit¨ªan a la CFE comprar electricidad a centrales privadas. En 2017 la italiana Enel ofreci¨® los menores precios de generaci¨®n del mundo en ese momento.
El sector ha atra¨ªdo 50.000 millones de d¨®lares en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, seg¨²n el Consejo Coordinador Empresarial, la mayor patronal del pa¨ªs. La e¨®lica y la solar, con una inversi¨®n de alrededor de 19.000 millones, han pasado de representar el 6% de la capacidad instalada en 2017 al 16% en 2021. ¡°M¨¦xico se hab¨ªa convertido en uno de los pa¨ªses m¨¢s atractivos para invertir en renovables¡±, dice Nelson Delgado, director general de Asolmex, la asociaci¨®n de energ¨ªa solar. Iberdrola, Enel, Engie: los grandes nombres del sector tienen un pie en el pa¨ªs.
Plantas viejas y caras
El ¨¦xito renovable de los privados ha dejado a la CFE rezagada. Su inversi¨®n en energ¨ªa limpia ha sido hasta ahora testimonial y sus plantas son m¨¢s viejas y caras: un promedio de 1.413 pesos por MWh frente a los 401 de las privadas que ganaron una subasta, seg¨²n cifras oficiales citadas por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), un centro de an¨¢lisis independiente. En los ¨²ltimos tres a?os, la CFE tampoco ha inaugurado nuevas centrales que pudieran volverla m¨¢s competitiva. As¨ª, su participaci¨®n en la generaci¨®n ha ca¨ªdo del 100% antes de la liberalizaci¨®n al 54% en 2018 y al 38% ahora.
L¨®pez Obrador ve en este retroceso una afrenta al orgullo patrio, depositado en la firma estatal. ¡°Quer¨ªan hacer desaparecer a la CFE para favorecer a empresas particulares, sobre todo extranjeras¡±, ha dicho. Tener centrales p¨²blicas sin funcionar a pleno rendimiento le parece un desperdicio. El Gobierno calcula que le cuesta 215.000 millones de pesos anuales, unos 10.000 millones de d¨®lares.
Con la reforma, el Gobierno quiere topar la participaci¨®n privada a un 46% ¡ªahora tiene el 62%¡ª y asegurarle a la empresa p¨²blica un 54% de la generaci¨®n, como m¨ªnimo. Se propone adem¨¢s cancelar todos los permisos vigentes firmados por centrales privadas y sustituirlos por otros bajo condiciones todav¨ªa por definir, un punto que ha provocado la alarma de los empresarios.
El principio de despacho econ¨®mico desaparece y las centrales del grupo estatal tendr¨¢n prioridad sobre las privadas, aunque sean m¨¢s caras o contaminantes. Por ejemplo, una t¨¦rmica p¨²blica subir¨¢ su electricidad antes que una e¨®lica privada. Pero privilegiar a las centrales de la CFE amenaza con salir caro. El Laboratorio Nacional de Energ¨ªas Renovables de EE UU puso cifras al impacto de la reforma: la generaci¨®n costar¨ªa entre un 31% y un 53% m¨¢s. La raz¨®n es sencilla. El principal coste de producci¨®n es el combustible. E¨®licas y solares no lo necesitan, pero se estar¨ªa privilegiando a aquellas que s¨ª. Las emisiones de CO2 aumentar¨ªan, como resultado, entre un 26% y un 65%.
El incremento de costes puede derivar en una subida de las tarifas o de los subsidios por parte de la Secretar¨ªa de Hacienda, apunta el analista ?scar Ocampo, del IMCO. ¡°Si hacemos caso a la promesa presidencial de no subir tarifas de los hogares m¨¢s all¨¢ de la inflaci¨®n, quedan dos opciones: subir tarifas industriales y de comercios o aumentar las aportaciones de capital a la CFE¡±. La perspectiva de contar con energ¨ªa m¨¢s cara y contaminante ha llevado a General Motors a advertir de que ¡°si no existen las condiciones, M¨¦xico no va a ser destino de inversi¨®n¡±.
Ante las advertencias, el ente del Estado se queja de una ¡°campa?a de desprestigio¡±. Su director, Manuel Bartlett, critica a las centrales privadas por no pagar lo suficiente por la transmisi¨®n de la electricidad, una actividad sobre la que la CFE tiene el monopolio. ¡°Los reguladores no reconocen todos los costes de la CFE para determinar las tarifas¡±, afirm¨®. Pese a la escasa inversi¨®n en los ¨²ltimos a?os, la firma p¨²blica promete ahora construir el mayor parque solar de Am¨¦rica Latina. El mensaje es que la CFE tiene los recursos y no est¨¢ en contra de las renovables.
Sin embargo, la reforma ha abierto una brecha con el sector privado. Las empresas energ¨¦ticas temen que centrales ya construidas bajo ciertas reglas no puedan despachar. ¡°?Qui¨¦n va a invertir cuando no se tiene la seguridad de que la planta va a trabajar y no se sabe el precio al que la CFE va a comprar?¡±, se pregunta el empresario R¨¦gulo Salinas, representante de la Concamin, la c¨¢mara industrial.
Recurrir a tribunales de arbitraje internacional est¨¢ sobre la mesa. M¨¦xico tiene unos 40 tratados con cl¨¢usulas de protecci¨®n de inversiones, incluido el TMEC con EE UU y Canad¨¢, y la Concamin cifra en una horquilla de entre 60.000 y 120.000 millones de d¨®lares las reclamaciones potenciales. ¡°Destruyes el modelo que sustenta a los proyectos. Las empresas deber¨¢n proteger esas inversiones y seguramente implicar¨¢ terminar en paneles internacionales¡±, apunta Nelson Delgado. El Gobierno conf¨ªa en que las empresas terminen por aceptar el cambio de contratos y no demanden.
Con la reforma todav¨ªa pendiente de una votaci¨®n incierta en el Congreso, el apetito privado por nuevos proyectos de energ¨ªa se ha frenado en seco. La inversi¨®n extranjera en el sector en 2020 fue un 91% menor a 2018, el m¨¢ximo hist¨®rico. La CFE cree que tampoco lo requiere. ¡°No necesitamos al sector extranjero¡±, le espet¨® Bartlett a un empresario preocupado por posibles apagones durante un debate la semana pasada. ¡°S¨ª va a haber electricidad, no te preocupes. ?Ten confianza en la CFE!¡±. El empresario se qued¨® callado.
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