Rusia enturbia el fundido a verde de BP
Bernard Looney, consejero delegado del segundo mayor grupo energ¨¦tico europeo, pilota un plan para reducir el peso de los combustibles f¨®siles y adaptarse a un entorno crecientemente renovable
La carrera de las petroleras europeas por dejar atr¨¢s ese apellido y pasar a ser simplemente energ¨¦ticas lleva a?os lanzada. La paradoja es que, con los precios del crudo por las nubes y uno de los mayores exportadores mundiales Rusia- fuera de juego, la oportunidad que les ha abierto en los ¨²ltimos meses es de ¨¦poca. Y nadie est¨¢ dispuesto a desaprovecharla. Tampoco BP. El futuro, sin embargo, apunta en otra direcci¨®n. As¨ª lo cree, al menos, el consejero delegado del gigante petrolero y gasista brit¨¢nico, Bernard Looney (Condado de Kerry, 52 a?os).
El Ejecutivo irland¨¦s atiende a Negocios en la sede de la empresa en Madrid, en la primera visita a la capital de Espa?a de un m¨¢ximo responsable de BP en casi dos d¨¦cadas. No es azar. ¡°Es un pa¨ªs central en nuestra estrategia de futuro: hasta ahora era un negocio del que est¨¢bamos muy orgullosos pero que no ten¨ªa potencial de crecimiento. La transici¨®n energ¨¦tica ha cambiado eso por completo y Espa?a est¨¢ ante el principio de un nuevo cap¨ªtulo energ¨¦tico que le sit¨²a de nuevo en el mapa¡±, reconoce mientras apura un caf¨¦ solo. ¡°Tiene un papel central en la transici¨®n energ¨¦tica, no solo para nosotros como empresa sino para Europa y el mundo: su sistema energ¨¦tico sigue dependiendo del petr¨®leo importado, pero la abundancia de sol y viento es una inmensa oportunidad en varios frentes: para el desarrollo del coche el¨¦ctrico, para producir y vender hidr¨®geno verde al centro y el norte de Europa¡¡±.
El eje vertebrador de su discurso es la promesa de cambio verde. Con uno de los historiales m¨¢s contaminantes del panorama empresarial brit¨¢nico, BP quiere dejar atr¨¢s ese pasado para embarcarse en una gran vuelta de tuerca sobre su negocio. ¡°Estamos transformando la empresa de arriba abajo. Hemos dedicado 112 a?os a la producci¨®n de gas y petr¨®leo, pero ahora vamos a bajar [la dependencia de ambos combustibles] hasta el 40%. As¨ª que no se puede decir que estemos haciendo lo de siempre: es lo que nos piden nuestros empleados y la sociedad. Y es, tambi¨¦n, una enorme oportunidad de negocio¡±, apunta en una conversaci¨®n de algo m¨¢s de media hora. Looney sabe bien lo que es romper moldes: nacido en el seno de una familia de granjeros dedicada a la venta de leche y l¨¢cteos en el oeste de Irlanda, fue el primero de ellos en ir a la universidad, donde se gradu¨® hace tres d¨¦cadas como ingeniero.
Algunos l¨ªmites
El giro radical en su modelo, sin embargo, tiene l¨ªmites: los que impone un sistema energ¨¦tico global que sigue descansando en un 80% en los combustibles f¨®siles. ¡°El petr¨®leo y el gas seguir¨¢n presentes [en la matriz energ¨¦tica] durante muchas d¨¦cadas. ?Cu¨¢ntas? No lo s¨¦: el escenario de cero neto de emisiones de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa a¨²n contempla una producci¨®n de 20 millones de barriles diarios en 2050¡å. Hoy son algo m¨¢s de 100 millones.
La gran pregunta, dice, es c¨®mo minimizar la liberaci¨®n de gases de efecto invernadero asociada a su extracci¨®n y, sobre todo, a su quema. ¡°Hay una raz¨®n para hablar de cero neto y no de emisiones cero [a secas]: neto quiere decir que tendremos que lidiar de alguna forma con ese carbono: plantando ¨¢rboles, evitando la deforestaci¨®n o captur¨¢ndolo... El mundo necesita de las tecnolog¨ªas de captura y almacenamiento de este gas¡±, reclama. ¡°Para lograr el objetivo de 1,5 grados [que el aumento de la temperatura respecto a los niveles preindustriales no supere esa cifra] vamos a necesitar todas las herramientas disponibles: no podemos partir de la posici¨®n ideol¨®gica seg¨²n la cual esta t¨¦cnica es solo una v¨ªa de la industria [petrolera y gasista] para seguir haciendo lo mismo¡±.
La promesa de la segunda mayor petrolera de Europa por ventas tras Total ¡ªy una de las m¨¢s grandes del mundo¡ª pasa por que el 20% y el 40% de sus inversiones ser¨¢n en sectores completamente ajenos a los hidrocarburos en 2025 y 2030, respectivamente, frente al 3% de 2019. Ese es el futuro. En el presente, la dependencia de su cuenta de resultados de la energ¨ªa sucia sigue siendo importante: ¡°Seguimos proporcionando lo que el mundo necesita: fundamentalmente, hidrocarburos, pero tambi¨¦n los productos que los consumidores quieren y necesitan para reemplazarlos. Y el dinero que obtenemos lo estamos invirtiendo a gran escala para acelerada la transici¨®n energ¨¦tica. No es una cosa o la otra: estamos haciendo las dos cosas a la vez. Eso es lo que se espera de una energ¨¦tica integrada¡±, apostilla.
-Veamos las cifras a la inversa: incluso en 2030, el petr¨®leo y el gas seguir¨¢n suponiendo una fracci¨®n mayoritaria de sus inversiones y de su negocio.
-Si me dice el precio del petr¨®leo que tendremos, le podr¨¦ responder. Lo importante es que estamos construyendo una fuente de ingresos sostenible, en crecimiento e independiente de la cotizaci¨®n del crudo. Y eso es un atractivo para los inversores.
-?Ha tocado techo el Brent?
-Quien piense que puede adivinarlo se estar¨¢ enga?ando a s¨ª mismo. Hay demasiadas variables en juego: ?qui¨¦n habr¨ªa predicho una guerra en Europa? ?Qu¨¦ va a pasar en Libia? ?Y con las sanciones en Ir¨¢n? ?Se recuperar¨¢ y regresar¨¢ [al mercado] la producci¨®n venezolana? ?Seguir¨¢ creciendo el fracking en Estados Unidos? ?Despegar¨¢ la electrificaci¨®n? ?Nos encaminamos a una recesi¨®n? Con tantas preguntas abiertas, es muy dif¨ªcil aventurar nada.
-?Est¨¢n ante la ¨²ltima oportunidad para hacer dinero con los combustibles f¨®siles?
-No lo s¨¦, pero a veces la gente olvida que m¨¢s del 50% de las necesidades energ¨¦ticas actuales todav¨ªa se cubren con petr¨®leo y gas. Y eso es algo que no podemos cambiar de la noche a la ma?ana. Las inversiones actuales en hidrocarburos son coherentes con el objetivo [clim¨¢tico] que queremos todos, pero la demanda no lo es.
La repentina apuesta de las petroleras por la ecolog¨ªa y la sostenibilidad, a medida que ve¨ªan que su negocio tradicional ten¨ªa fecha de caducidad y que el dinero del futuro vendr¨¢ en las renovables, escama los sectores ambientalistas, que les acusan de buscar solo un lavado de cara verde. ¡°Entiendo que haya gente que pueda decir eso, pero no estoy de acuerdo: hemos recortado a la mitad nuestro dividendo, en parte para poder acometer esta transici¨®n; hemos dado de baja activos valorados en 20.000 millones de d¨®lares (19.200 millones de euros) porque consideramos que ya no son productivos; y hemos emprendido la mayor reestructuraci¨®n de la historia de la empresa¡¡±, replica.
Hace dos a?os, contin¨²a Looney, BP no ten¨ªa ninguna presencia en e¨®lica marina e hidr¨®geno verde, ¨²nicamente contaba con cinco gigavatios de tecnolog¨ªas verdes en cartera y con apenas 7.000 puntos de recarga de coches el¨¦ctricos. ¡°Ahora tenemos cinco gigas de e¨®lica offshore, m¨¢s de 25 gigas de renovables, varios proyectos de hidr¨®geno y 13.000 puntos de recarga. Eso no es un lavado de cara, son negocios que ayudan al mundo a descarbonizarse y que, a la vez, generan buenos retornos y valor para nuestros accionistas¡±.
En los ¨²ltimos meses, dos pol¨¦micas han situado al directivo irland¨¦s en el ojo del hurac¨¢n en el Reino Unido. Con los ciudadanos sufriendo precios inusualmente altos y poco antes de que el Gobierno del conservador Boris Johnson lanzase un impuesto extraordinario para que las empresas energ¨¦ticas aporten al fisco parte de sus ganancias extraordinarias derivadas de la crisis de precios, Looney dej¨® caer que su compa?¨ªa era una ¡°m¨¢quina de hacer dinero¡±. ¡°Lo que realmente quer¨ªa decir es algo obvio: que con precios altos del crudo, la empresa gana m¨¢s dinero que con precios bajos¡±, justifica al tiempo que recuerda que en 2020 ¡ªel a?o de la pandemia¡ª, BP se anot¨® ¡°las mayores p¨¦rdidas de su historia¡±.
Salida de Rosneft
La segunda polvareda tiene que ver con la huida expr¨¦s de la petrolera brit¨¢nica del capital de su par rusa Rosneft poco despu¨¦s del inicio de la guerra, que se ha saldado con unas minusval¨ªas superiores a 25.000 millones de euros. ¡°No voy a entrar a comentar si ha sido la mejor o la peor inversi¨®n. Tomamos una decisi¨®n y 96 horas despu¨¦s de la invasi¨®n fuimos una de las primeras empresas del mundo, si no la primera, en salir [de Rusia]. Consideramos que era lo responsable y lo mejor para el inter¨¦s a largo plazo de nuestros accionistas¡±, argumenta Looney, por aquel entonces miembro del consejo de administraci¨®n de Rosneft.
Casi cuatro meses despu¨¦s, el consejero delegado de BP aplaude el veto petrolero reci¨¦n aprobado por los Veintisiete. ¡°Est¨¢ encontrando su propio camino. Nosotros mismos [las petroleras] estamos desconectando los contratos anteriores y no firmando ninguno nuevo. El continente ser¨¢ capaz de encontrar una salida a la situaci¨®n¡±, desliza al tiempo que ve garantizado el suministro de gasolina y di¨¦sel a las estaciones de servicio europeas y brit¨¢nicas: ¡°No tengo ninguna evidencia que sugiera que tengamos que estar preocupados por esta cuesti¨®n. El suministro est¨¢ funcionando bien y las reservas tambi¨¦n est¨¢n en niveles relativamente buenos¡±.
El gas natural es otra pel¨ªcula completamente diferente. Un embargo a Rusia a la imagen y semejanza de lo ocurrido con el crudo es ¡°m¨¢s complicado: por eso no se han tomado medidas hasta ahora. Es posible hacerlo, s¨ª, pero hace falta m¨¢s tiempo¡±. ?Cu¨¢nto? ?Uno o dos a?os? ?Quiz¨¢ m¨¢s? ¡°M¨¢s de uno, eso con seguridad. Esa es la realidad: si se quiere hacer de manera que no se destruya la econom¨ªa, se necesitar¨¢n varios a?os¡±. En el ¨²ltimo medio a?o, BP ha llevado a las costas europeas 34 metaneros cargados con gas natural licuado (GNL, las tres siglas que est¨¢n cambiando el mapa energ¨¦tico mundial). Una cifra a la que hay que sumar otros ¡°diez o doce¡± que han llegado al Reino Unido.
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