La fina l¨ªnea entre inflaci¨®n y recesi¨®n
Se estrecha el margen de acci¨®n para combatir el alza del IPC sin comprometer el crecimiento
Las expectativas est¨¢n dando un vuelco preocupante que incrementa la probabilidad de un frenazo de la econom¨ªa tras el calent¨®n del verano. De momento, el turismo apunta al optimismo, con indicadores que se aproximan a la normalidad prepandemia: tras el fuerte repunte de mayo, las pernoctaciones de turistas extranjeros se sit¨²an todav¨ªa un 14% por debajo de los niveles registrados en 2019, pero las reservas hoteleras prometen un r¨¦cord para los pr¨®ximos meses. El mercado laboral tambi¨¦n da buenas sensaciones, con mejoras generalizadas en todos los sectores. Las exportaciones tambi¨¦n aguantan la ralentizaci¨®n global y se benefician del acortamiento de las cadenas de suministro, mientras que el despliegue de los fondos europeos parece acelerarse. Con todo, la econom¨ªa podr¨ªa estar creciendo al menos un 1% en el segundo trimestre, una expansi¨®n que podr¨ªa prolongarse durante el verano gracias al turismo.
Pero las incertidumbres se acumulan en el horizonte. El anuncio de interrupciones de suministro de gas ruso a Europa por motivos de ¡°mantenimiento¡± ha desatado las alertas en Alemania, una econom¨ªa ya en riesgo de recesi¨®n: el principal indicador de coyuntura apunta a un descenso de la actividad industrial en junio. Una perspectiva nada halag¨¹e?a para nuestras ventas en el exterior.
Los tambores de recesi¨®n tambi¨¦n suenan al otro lado del Atl¨¢ntico. Ante la cronificaci¨®n de la espiral de precios y de salarios, la Reserva Federal se est¨¢ viendo abocada a incrementos de tipos de inter¨¦s a¨²n m¨¢s agresivos de lo previsto para frenar una demanda desbocada y as¨ª incidir en la inflaci¨®n.
En cuanto a nuestro pa¨ªs, la inflaci¨®n es la clave por su efecto cada vez m¨¢s perceptible en la capacidad de compra. Los salarios suben un 2,4% (con datos de convenios colectivos hasta mayo), cuando el IPC lo hace un 8,7%. El crecimiento del empleo solo compensa una peque?a parte de la p¨¦rdida de poder adquisitivo, que emerge como la principal preocupaci¨®n de los espa?oles. El consumo se resiente, pero no tanto como se podr¨ªa temer: las familias tiran del ahorro para amortiguar el shock, pero esta situaci¨®n no puede durar, sin contar con que la liquidez pierde valor como consecuencia de la inflaci¨®n. De ah¨ª el fuerte deterioro de la confianza del consumidor registrado desde marzo. La subida abrupta del eur¨ªbor a?ade todav¨ªa m¨¢s incertidumbre para los hogares y las empresas que se han endeudado a tipo variable.
La vuelta del verano, cuando el efecto bals¨¢mico del turismo se disipe, ser¨¢ por tanto complicada. Pero una nueva recesi¨®n, augurada por algunos analistas, no es lo m¨¢s probable. Las amenazas que se ciernen sobre la industria alemana deber¨ªan atemperar a los halcones que hab¨ªan ganado influencia en el BCE. As¨ª lo han entendido los mercados que han rebajado sus anticipaciones de tipos de inter¨¦s. La rentabilidad exigida por los compradores de bonos p¨²blicos a 10 a?os ha retrocedido medio punto en una semana. La inc¨®gnita reside ahora en c¨®mo se concrete el mecanismo para combatir la fragmentaci¨®n financiera prometido por el banco central. Confiemos en que este dispositivo, crucial para econom¨ªas endeudadas como la espa?ola, est¨¦ a la altura de la situaci¨®n.
En cuanto a la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola, su papel en el reparto de los costes de la inflaci¨®n importada es central. Un primer paso es aceptar que no existe panacea contra la espiral de precios ¡ª?prueba de ello es que todos los socios europeos se enfrentan al mismo escollo¡ª. Una cierta decepci¨®n acerca del efecto de las medidas es por tanto inevitable, como estamos viendo con el tope del gas. Pero s¨ª se pueden evitar medidas poco efectivas y caras como la subvenci¨®n generalizada a los carburantes. Otro eje importante es un pacto de rentas que incorpore alg¨²n tipo de compensaci¨®n por la p¨¦rdida de poder adquisitivo, pero sin indiciaci¨®n. El verano nos da todav¨ªa un respiro, m¨¢s all¨¢ se vislumbran nubarrones.
PIB
La revisión del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el primer trimestre confirma el impacto negativo de la inflación en la demanda interna. Destaca la caída en el consumo de las familias (un contundente -1,9%, si bien menos severo de lo inicialmente estimado). La inversión y el consumo público todavía se expanden, pero no lo suficiente para contrarrestar el desplome del consumo privado. La atonía de la demanda interna contrasta con el comportamiento positivo de las exportaciones. Con todo, el crecimiento se queda en un escaso 0,2%, dos puntos menos que en el cierre de 2021.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_
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