Los malos augurios y los hechos
La econom¨ªa espa?ola podr¨ªa resistir mejor la sacudida que otras de su entorno
Una tormenta perfecta se cierne sobre la econom¨ªa mundial. A la persistente crisis energ¨¦tica y geopol¨ªtica se a?ade un entorno monetario cada vez menos amable, especialmente para los pa¨ªses m¨¢s endeudados: el repunte de la prima de riesgo de Italia en un contexto pol¨ªtico incierto acabar¨¢ poniendo a prueba el escudo anticrisis del BCE. Y, por si fuera poco, las tres principales econom¨ªas del planeta que son EE UU, China y sobre todo Alemania, est¨¢n amenazadas por la recesi¨®n.
Debemos por tanto prepararnos para una fuerte sacudida. Pero sin descuidar los puntos de resistencia. En primer lugar, el retorno del turismo est¨¢ aportando un bal¨®n de ox¨ªgeno providencial, de modo que la econom¨ªa espa?ola podr¨ªa ser una de los pocas en Europa que est¨¦ todav¨ªa registrando un crecimiento honorable. Los europeos gastan en viajes y ocio buena parte de la liquidez acumulada en los ¨²ltimos dos a?os ¡ªuna tendencia que se mantendr¨¢ todav¨ªa un cierto tiempo, como ya se refleja en las perspectivas del sector para el oto?o¡ª.
Por otra parte, la reconfiguraci¨®n de las cadenas de suministro ofrece oportunidades a nuestro aparato productivo, como lo evidencia el dinamismo de las exportaciones. Falta apuntalar el resultado con un despliegue transformador de los fondos europeos. De momento la balanza externa aguanta el encarecimiento de la factura energ¨¦tica, cuando la de Francia acent¨²a su deterioro, Italia entra en d¨¦ficit y Alemania asiste a una contracci¨®n de su excedente.
Incluso la inflaci¨®n, principal enemigo, podr¨ªa haber tocado techo. Algunos de los cuellos de botella que han presionado los precios se est¨¢n diluyendo: el coste del transporte mar¨ªtimo ha ca¨ªdo un 45% desde el m¨¢ximo alcanzado tras la invasi¨®n de Ucrania, y la cotizaci¨®n de la mayor¨ªa de materias primas se aleja de los m¨¢ximos observados a inicios de a?o. Todo ello redunda en una moderaci¨®n de los incrementos mensuales del IPC, tras los registros desorbitados de la primavera.
La energ¨ªa es el principal escollo. Pese al ligero alivio de los ¨²ltimos d¨ªas, el gas cuesta un 60% m¨¢s que antes del verano, algo que junto con el par¨®n de las centrales hidroel¨¦ctricas como consecuencia de la sequ¨ªa, ha incendiado la factura de la luz. El tope al precio del gas que entra en la generaci¨®n de electricidad est¨¢ funcionando, tanto en t¨¦rminos de tarifas, m¨¢s baratas que en el resto de Europa, como de volatilidad. Pero el mecanismo no es suficiente para neutralizar el shock. Ahora la clave est¨¢ en las medidas de ahorro energ¨¦tico, de diversificaci¨®n de los suministros y de elevaci¨®n de las reservas puestas en marcha a trav¨¦s de todo el continente. Veremos si ayudan a reducir la vulnerabilidad ante las amenazas proferidas desde Rusia y, por tanto, contribuye a contener los costes energ¨¦ticos. En un mercado marginalista en que el precio depende de las ¨²ltimas unidades que entran en la generaci¨®n de energ¨ªa, es crucial suavizar los picos de demanda con medidas de ahorro.
Finalmente, la psicolog¨ªa tambi¨¦n desempe?a un papel central en la din¨¢mica de la inflaci¨®n y por tanto en las perspectivas econ¨®micas. A partir de un cierto umbral, el incremento de los precios se percibe como un fen¨®meno global, lo que incita a una espiral de reivindicaciones en aras a recuperar la p¨¦rdida de poder adquisitivo. Nadie sabe con seguridad d¨®nde se sit¨²a ese umbral, pero es probable que cuanto m¨¢s se prolongue el episodio de IPC a doble d¨ªgito, mayor la probabilidad de que se desencadene una espiral inflacionaria. La tendencia actual no es buena: m¨¢s de la mitad de los componentes del IPC crecen a un ritmo superior al 6%, un porcentaje que no cesa de incrementarse desde el inicio del a?o. Solo cuando esa trayectoria cambie podremos hablar de una verdadera desescalada de la inflaci¨®n subyacente, condici¨®n sine qua non para un rebote del consumo.
Con todo, una fuerte desaceleraci¨®n de nuestra econom¨ªa ¡ªy no una recesi¨®n¡ª es todav¨ªa el escenario m¨¢s probable.
Balanza externa
Durante el primer semestre el déficit energético se incrementó en cerca de 17.000 millones de euros como consecuencia del encarecimiento de los hidrocarburos importados. A la inversa, la balanza de servicios y bienes no energéticos mejoró significativamente, de modo que la balanza corriente total (energética y no energética) se ha mantenido en valores próximos al equilibrio. Este resultado, unido a las entradas ligadas al programa europeo Next Generation, explica la que posición con el exterior siga siendo netamente superavitaria (3.200 millones en el primer semestre, frente a 5.100 un año antes).
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