?Est¨¢ frenando demasiado la Reserva Federal?
Instar¨ªa al organismo a que se?fijara bien en lo que pasa y se lo pensara dos veces antes de subir m¨¢s los tipos
Si alguna vez se han visto en un atasco de tr¨¢fico, sabr¨¢n que la tentaci¨®n de reaccionar exageradamente a los cambios en la circulaci¨®n es fuerte. Cuando los coches que est¨¢n delante por fin empiezan a moverse, pisamos a fondo el acelerador, y cuando el tr¨¢fico se ralentiza de nuevo, frenamos en seco. Y si uno es un ser humano normal, lo m¨¢s probable es que repita estas acciones una y otra vez. Reaccionar de forma exagerada a las condiciones del tr¨¢fico suponen un gasto de combustible y una molestia para los pasajeros. Y lo que es m¨¢s importante, crea peligros reales. Si se acelera demasiado, se puede chocar con el coche de delante, y si se da un frenazo, el coche de detr¨¢s puede darle un golpe a uno.
Pues bien, establecer una pol¨ªtica econ¨®mica en tiempos dif¨ªciles puede parecerse mucho a conducir por una carretera congestionada. Cada vez escucho m¨¢s comentarios, tanto de economistas como de empresarios, acerca de que la Reserva Federal ¡ªque est¨¢ claro que el a?o pasado mantuvo el pie en el acelerador demasiado tiempo¡ª est¨¢ frenando en exceso para compensar. Y los riesgos de accidente van en aumento.
Esto es lo que ha pasado hasta ahora: el a?o pasado, cuando la inflaci¨®n empez¨® a acelerarse, muchas personas ¡ªyo incluido¡ª nos equivocamos al infravalorar los riesgos, y afirmamos que, en buena medida, el alza de los precios era transitoria, producto de contratiempos pasajeros (como la interrupci¨®n de las cadenas de suministro) a medida que sal¨ªamos de una econom¨ªa de pandemia. Por desgracia, con el tiempo, la inflaci¨®n no solo aument¨®, sino que se extendi¨®, propag¨¢ndose de un conjunto relativamente limitado de bienes a gran parte de la econom¨ªa. Era dif¨ªcil no llegar a la conclusi¨®n de que la econom¨ªa de Estados Unidos se hab¨ªa recalentado.
De modo que la Reserva pis¨® el freno. Hasta marzo no empez¨® a subir los tipos de inter¨¦s que controla, pero los tipos a largo plazo ¡ªque son los que importan para la econom¨ªa real y reflejan no solo las medidas actuales de la instituci¨®n, sino tambi¨¦n las que se prev¨¦ que tomar¨¢¡ª llevaban subiendo desde enero. Ahora han aumentado alrededor de 2,5 puntos porcentuales, lo cual es mucho comparado con el registro hist¨®rico, y se encuentran muy por encima de los niveles normales en v¨ªsperas de la pandemia. Los tipos hipotecarios son los m¨¢s altos desde la crisis financiera de 2008.
Estas subidas de tipos seguramente provocar¨¢n una importante desaceleraci¨®n econ¨®mica y, con bastante probabilidad, una recesi¨®n. Es verdad que, por el momento, en el mercado laboral estado?unidense la demanda sigue superando a la oferta, hay poco desempleo, y los niveles de abandono y de puestos sin cubrir son altos. Pero, como es bien sabido, los efectos de la pol¨ªtica monetaria tardan en notarse. Para que los tipos de inter¨¦s m¨¢s altos hagan que disminuya la inversi¨®n, y para que esta desaceleraci¨®n de la inversi¨®n se propague y se traduzca en un declive del gasto de los consumidores, hace falta tiempo. Y no olvidemos que el gasto p¨²blico ya no impulsa la econom¨ªa. Si miramos hacia atr¨¢s, vemos que los desembolsos del Plan de Rescate Estadounidense promulgado a principios del a?o pasado quedan cada vez m¨¢s lejos.
Ahora bien, la econom¨ªa de Estados Unidos necesita enfriarse, por lo que la desaceleraci¨®n que se avecina no tiene por qu¨¦ significar que la Reserva Federal se est¨¦ excediendo. Sin embargo, como he dicho, crecen los rumores de que est¨¢ frenando demasiado. Hasta donde yo s¨¦, estos comentarios responden a tres observaciones principales. La primera es que la urgencia de la instituci¨®n por endurecer su pol¨ªtica refleja la preocupaci¨®n de que la inflaci¨®n pueda afianzarse, que la gente empiece a prever que el encarecimiento de la vida va a durar a?os y sus expectativas influyan en la fijaci¨®n de los precios y los salarios. Eso fue lo que ocurri¨® en la d¨¦cada de 1970, y eliminar esas expectativas fue extremadamente doloroso. Pero todos los indicadores muestran que la inflaci¨®n prevista est¨¢ bajando; el riesgo de una reposici¨®n de aquellos maravillosos setenta parece ahora lejano.
?Y qu¨¦ pasa con la inflaci¨®n real? Numerosos indicadores del sector privado sobre la evoluci¨®n de los precios revelan a menudo rupturas de las tendencias mucho antes de que se reflejen en las estad¨ªsticas oficiales. Y una buena parte de ellos, desde los costes de env¨ªo hasta los precios de los pisos alquilados recientemente, parecen mostrar que la inflaci¨®n est¨¢ retrocediendo. En un ir¨®nico cambio de papeles, muchas personas que el a?o pasado advert¨ªan del riesgo de una subida de precios insisten ahora en que las buenas noticias recientes son transitorias, y algunas seguramente lo sean. Pero un descenso r¨¢pido de la inflaci¨®n parece m¨¢s probable que hace unos meses.
Por ¨²ltimo, existe el peligro creciente de que el endurecimiento monetario provoque no solo una desaceleraci¨®n, sino una crisis econ¨®mica que tendr¨ªa una fuerte dimensi¨®n internacional. Por ejemplo, el hecho de que los bancos centrales est¨¦n subiendo los tipos de inter¨¦s en casi todas partes crea el peligro de una sinergia destructiva. Adem¨¢s, el endurecimiento por parte de la Reserva ha provocado un significativo ascenso del valor del d¨®lar, una divisa que sigue desempe?ando un papel especial en la econom¨ªa mundial. Y debido a ese papel, un d¨®lar al alza suele causar a otros pa¨ªses problemas financieros que podr¨ªan acabar volvi¨¦ndose contra Estados Unidos.
?Sabemos con certeza que la Reserva Federal est¨¢ frenando demasiado? No. La actual situaci¨®n econ¨®mica est¨¢ llena de incertidumbre, y cualquier decisi¨®n pol¨ªtica implica encontrar un equilibrio entre diferentes riesgos. Lo que s¨ª podemos afirmar es que el riesgo de que la Reserva act¨²e demasiado despacio para contener la inflaci¨®n ha disminuido, mientras que el peligro de que los elevados tipos de inter¨¦s causen graves da?os econ¨®micos ha aumentado, y mucho. En este momento, la Reserva Federal parece dispuesta a seguir subiendo los tipos en los pr¨®ximos meses. Yo la instar¨ªa a que se fijara bien en lo que est¨¢ pasando y se lo pensara dos veces.
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