Presupuestos en tiempos de inflaci¨®n
La crisis energ¨¦tica y la fuerte subida de tipos de inter¨¦s no dejan margen para desmanes
En un entorno plagado de incertidumbres y con un banco central centrado en la lucha contra la inflaci¨®n, la orientaci¨®n de nuestra pol¨ªtica fiscal reviste una importancia transcendental que no deja lugar para el error. Prueba de ello, el conato de crisis financiera desatado por el reci¨¦n estrenado Gobierno brit¨¢nico y su plan de est¨ªmulos basado en recortes generalizados de impuestos. La reacci¨®n de los mercados ha sido virulenta, ante la perspectiva de una explosi¨®n de deuda y de subidas adicionales de tipos de inter¨¦s para aplacar las presiones inflacionistas anticipadas como consecuencia del propio plan.
Bien es cierto que el margen de maniobra se ha estrechado en todas las econom¨ªas, por la escalada de los costes de abastecimiento que constri?en el aparato productivo, especialmente la industria. Este es un contexto que aminora el efecto tractor de los est¨ªmulos presupuestarios (el llamado multiplicador fiscal). Por otra parte, la financiaci¨®n del d¨¦ficit se ha encarecido tras varias vueltas de tuerca monetarias. Se acab¨® el periodo dulce en que pod¨ªamos endeudarnos y a la vez reducir las cargas financieras.
Para 2023, incluso bajo el supuesto de una pausa en las subidas de tipos a partir de la pr¨®xima primavera (algo que dejar¨ªa el bono a 10 a?os en el 3,5%), se prev¨¦ un incremento del pago de intereses de nuestra deuda superior a 4.000 millones de euros. Todo ello aboga por una contenci¨®n del d¨¦ficit recurrente, es decir descontando las cargas financieras y los efectos del ciclo.
No obstante, tal y como recuerda la OCDE en sus ¨²ltimas perspectivas, el contexto tambi¨¦n exige un doble esfuerzo. Uno, el de apoyar la transici¨®n productiva y el ahorro energ¨¦tico para ir reduciendo la dependencia de las energ¨ªas f¨®siles. Y dos, aliviar el impacto del shock inflacionista en los colectivos m¨¢s vulnerables y en las empresas m¨¢s expuestas a la crisis energ¨¦tica, so pena de exacerbar el malestar social y agudizar el riesgo de recesi¨®n y de subida del paro. Una p¨¦rdida masiva de puestos de trabajo, como ocurri¨® en todas las recesiones a que se enfrent¨® nuestro pa¨ªs antes de la pandemia, ser¨ªa especialmente perjudicial para las familias y las empresas que se han endeudado a tipo variable. Tendremos por tanto que estar atentos al buen funcionamiento de los dispositivos de empleo previstos en la reforma laboral.
Con todo, la pol¨ªtica presupuestaria se enfrenta a la tarea de contener las presiones recesivas y a la vez colocar las cuentas en una senda de correcci¨®n de los d¨¦ficits, para que no se disparen los costes de financiaci¨®n. Una ecuaci¨®n de dif¨ªcil soluci¨®n, sobre todo habida cuenta del nivel de partida del endeudamiento, y de nuestra incapacidad para reducirlo durante la etapa de expansi¨®n anterior a la pandemia. Adem¨¢s, con un IPC en el 10% en la eurozona y casi el 11% en Alemania, no cabe ya ninguna duda que el BCE ajustar¨¢ de nuevo sus tipos de inter¨¦s fuertemente al alza, pese a la recesi¨®n europea que se avecina (esperemos que no decida tambi¨¦n vender bonos en cartera).
Sin embargo, tambi¨¦n disponemos de oportunidades como la menor dependencia del gas ruso. Y la abundancia de fondos europeos, si bien su potencial propulsor depende de la focalizaci¨®n en inversiones que disuelvan los cuellos de botella y transformen el modelo energ¨¦tico. De lo contrario los fondos solo agudizar¨ªan las presiones inflacionistas. Otro factor es la moderaci¨®n del IPC registrada el mes pasado: de afianzarse una desescalada frenar¨ªa la p¨¦rdida de poder adquisitivo y ayudar¨ªa a desatascar el consumo embalsado (los datos revisados del INE apuntan a un colch¨®n de sobreahorro muy superior a la estimaci¨®n inicial). En suma, ojo con no perder tiempo en distracciones. El camino pasa por unos presupuestos focalizados en las necesidades surgidas a ra¨ªz de la crisis energ¨¦tica y de suministros, y un esfuerzo de contenci¨®n de los desequilibrios estructurales compartido por todas las administraciones.
Ahorro
Según los datos revisados del INE, el ahorro generado por las familias durante la pandemia se elevó a 134.000 millones de euros, es decir 40.000 más de lo inicialmente estimado. Esta importante revisión muestra que el colchón de que disponen los hogares para afrontar la pérdida de capacidad adquisitiva derivada de la inflación es mayor de lo que se creía. La revisión no ha sido el resultado de un nivel de consumo inferior al previamente estimado, sino de un volumen de renta disponible superior a las cifras inicialmente calculadas para 2020 y 2021.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_.
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