La victoria socialista que cambi¨® el mapa econ¨®mico hace 40 a?os
El Gobierno del PSOE liderado por Felipe Gonz¨¢lez aplic¨® un plan de choque a ultranza para modernizar el pa¨ªs y entrar en la UE
La mortecina marcha de nuestra econom¨ªa a lo largo de 1981 y la mediocre gesti¨®n gubernamental en esa ¨¢rea, in¨²tilmente disfrazada con triunfalismos verbales que a nadie convencen y que no resisten el menor an¨¢lisis, obliga a desplazar cualquier tentaci¨®n optimista hacia el futuro¡±. As¨ª comenzaba el editorial de EL PA?S del 31 de diciembre de 1981, que, no obstante, encontraba ¡°argumentos para la esperanza¡±. ¡°Bastar¨ªa, probablemente, con un m¨ªnimo de racionalidad y decisi¨®n en la pol¨ªtica econ¨®mica para conseguir que 1982 marcara el comienzo de nuestra recuperaci¨®n econ¨®mica¡±, a?ad¨ªa.
Se acababan de aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 1982 despu¨¦s de un a?o convulso, que casi a las primeras de cambio se encontr¨® con el intento de golpe de Estado el 23 de febrero y que se precipitaba hacia un cambio de Gobierno de izquierdas. Ante esas perspectivas, el Ejecutivo de Leopoldo Calvo Sotelo dej¨® correr los d¨ªas hasta que convoc¨® elecciones para el 28 de octubre. La ¨²nica duda era por cu¨¢ntos diputados superar¨ªa el PSOE la mayor¨ªa absoluta de 175. Sac¨® 202. Han pasado 40 a?os, la UE estaba en construcci¨®n y Espa?a ven¨ªa de un proceso de transici¨®n que acab¨®, precisamente, con la victoria de los socialistas en aquellos comicios.
Hab¨ªan pasado siete a?os de la muerte de Franco y cuatro de los Pactos de la Moncloa. Le toc¨® al socialista Felipe Gonz¨¢lez formar Gobierno y enfocar la recuperaci¨®n de una econom¨ªa maltrecha, muy dependiente del turismo y los servicios. El cuadro macroecon¨®mico ofrec¨ªa un PIB de casi 200.000 millones de euros (el a?o pasado fue de 1,2 billones) y un crecimiento en 1982 del 1,2%, una balanza comercial negativa, una inflaci¨®n que cabalgaba en dobles d¨ªgitos y una tasa de paro del 16,6%. La debilidad de la actividad productiva no consegu¨ªa estimular la inversi¨®n, lo que imposibilitaba la creaci¨®n de empleo. Adem¨¢s, se hab¨ªa aumentado la presi¨®n fiscal con el fin de atajar la recesi¨®n, pero no bastaron para frenar el d¨¦ficit galopante.
Gonz¨¢lez se rode¨® de un equipo econ¨®mico con tendencias claramente socialdem¨®cratas. Estaba encabezado por Miguel Boyer, como superministro de Econom¨ªa, y formado tambi¨¦n por Carlos Solchaga (Industria), Joaqu¨ªn Almunia (Trabajo), Juli¨¢n Campo (Obras P¨²blicas), Carlos Romero (Agricultura), Enrique Bar¨®n (Transportes y Comunicaciones) y Ernest Lluch, aunque ocupara la cartera de Sanidad. En sus departamentos se reunieron, adem¨¢s, j¨®venes (y no tan j¨®venes) profesionales que formaron un potente grupo que dirigi¨® la pol¨ªtica econ¨®mica que sac¨® a Espa?a del marasmo y logr¨® cumplir con los mandamientos de Bruselas para entrar en la entonces Comunidad Econ¨®mica Europea en 1986.
Esa meta oblig¨® al nuevo Gabinete a aplicar un plan de choque a ultranza en todos los frentes, especialmente en el plano industrial, en el que dictamin¨® el par¨®n nuclear y puso en marcha una traum¨¢tica reconversi¨®n que no le granje¨® precisamente muchos apoyos entre los sindicatos y los votantes. El plan llev¨® al cierre de muchas industrias de sectores obsoletos como la siderurgia, la miner¨ªa, el carb¨®n y el naval, entre otros, y provoc¨® sonadas protestas en las zonas afectadas.
Con el objetivo de entrar en la CEE se aceler¨® el impulso econ¨®mico hacia la modernidad. El pa¨ªs tuvo que abrir la econom¨ªa. Se produjo un fuerte incremento de la inversi¨®n extranjera y permiti¨® que la empresa espa?ola saliera al exterior. Se comenzaron a aplicar pol¨ªticas de integraci¨®n, como la colaboraci¨®n p¨²blico-privada, sobre todo en sectores de futuro basados en la innovaci¨®n y el conocimiento. Tambi¨¦n se puso en marcha un proceso de privatizaci¨®n de empresas p¨²blicas, que fue una de las causas del bum burs¨¢til de aquellos a?os, y se cre¨® un caldo de cultivo que dio lugar a la fusi¨®n de empresas y bancos, con el fin principal de alcanzar un tama?o apropiado para competir en Europa y en el mundo.
La entrada en la CEE supuso, adem¨¢s, la llegada de Fondos de Cohesi¨®n. Se lleg¨® a 1992, el a?o elegido para fastos como la Expo de Sevilla y los Juegos de Barcelona, que supusieron fuertes inversiones en infraestructuras. Se produjo un tir¨®n del consumo motivado por el enriquecimiento por la subida de la Bolsa y los inmuebles. Con esto, Espa?a aceler¨® el crecimiento de su PIB, redujo la deuda p¨²blica, redujo la tasa de desempleo del 24,4% al 15% en tres a?os y situ¨® la inflaci¨®n por debajo del 3%. Por primera vez se pod¨ªa hablar de un Estado del bienestar en Espa?a.
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