El cr¨¦dito corporativo a¨²n resiste
Las empresas se enfrentan a la desaceleraci¨®n con unos balances m¨¢s saneados que en la anterior crisis
En las ¨²ltimas semanas, el mercado ha empezado a atisbar un nivel de llegada, un techo, para los tipos de intervenci¨®n de los bancos centrales. La desaceleraci¨®n, inducida por las notables y veloces subidas que ya han llevado a cabo, empezar¨¢n a notarse de manera palmaria en pr¨®ximos trimestres. Adem¨¢s de por las incertidumbres geopol¨ªticas que a¨²n se ciernen sobre la econom¨ªa mundial, no es f¨¢cil anticipar la intensidad con la que la medicina de restricci¨®n monetaria aplicada impactar¨¢ en la econom¨ªa real y en los precios. Los antecedentes y el marco general en el que est¨¢n operando los agentes econ¨®micos, familias y empresas, difieren sensiblemente de episodios pasados de contracci¨®n c¨ªclica.
A modo de ejemplo, los altos niveles de ahorro de los estadounidenses, en una econom¨ªa donde m¨¢s de la mitad del PIB responde al consumo privado, podr¨ªan mitigar el efecto de las subidas de tipos y significar la necesidad de niveles m¨¢s altos durante mayor tiempo para frenar el gasto. Los ingentes paquetes de ayuda que se siguen desplegando en los pa¨ªses europeos operan realmente en la misma direcci¨®n. Nos encontrar¨ªamos as¨ª en una situaci¨®n en la que el impacto en el consumo de las familias est¨¢ contenido y/o retardado. En el ¨¢mbito empresarial se constata un fen¨®meno similar en lo que se refiere al cr¨¦dito corporativo. Si bien los mercados burs¨¢tiles han acusado las fuertes subidas de tipos de inter¨¦s con ca¨ªdas sustanciales del valor de las compa?¨ªas, no se ha producido a¨²n un deterioro ¡°homologable¡± en la calidad crediticia de estas y tampoco un repunte significativo de sus tasas de default. Dicho de otro modo, las perspectivas sombr¨ªas sobre el crecimiento en los pr¨®ximos trimestres no se han sustanciado todav¨ªa, salvo por la constataci¨®n de una cierta ampliaci¨®n de los spreads crediticios en los mercados.
Son varios los factores que pueden explicarlo. Las empresas est¨¢n enfrentando esta crisis con unos balances mucho m¨¢s saneados; no solo con ratios de endeudamiento m¨¢s reducidos, sino, en el contexto de enorme provisi¨®n de liquidez de estos ¨²ltimos a?os, con tipos hist¨®ricamente bajos y una estructura de plazos m¨¢s largos. Esa mayor liquidez, menor coste y m¨¢s elevada vida media de su deuda han coincidido, adem¨¢s, con un periodo de mayor volatilidad en el que han postergado sus decisiones de inversi¨®n (y en consecuencia sus necesidades de financiaci¨®n) hasta tener una mayor claridad en el horizonte. Todo ello ha evitado que las m¨¦tricas cl¨¢sicas de la calidad crediticia de las empresas se hayan deteriorado significativamente, a pesar de la mencionada fuerte ca¨ªda de sus valoraciones. Es de esperar, sin embargo que, aunque con m¨¢s retraso que en crisis previas, el ciclo de cr¨¦dito se acabe manifestando. Lejos, en todo caso, a como lo hizo en la anterior crisis.
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