Su pareja le puede llevar a la c¨¢rcel por el Gordo de la Loter¨ªa de Navidad

Afortunado en el juego, desgraciado en amores. Podr¨ªa decirse que este dicho ha adquirido fuerza de ley en algunos juzgados, que coincidiendo con el sorteo de la Loter¨ªa de Navidad han visto c¨®mo lo que deber¨ªa ser un motivo de alegr¨ªa, se convierte en un conflicto jur¨ªdico. Aunque la casu¨ªstica es variada, casi siempre se llega a juicio debido a la falta de acuerdo sobre la forma de repartir los premios.

Una de las sentencias m¨¢s reveladoras fue dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, que en 2015 ya lament¨® que ¡°una vez m¨¢s deb¨ªan pronunciarse los tribunales sobre asuntos relacionados con los sorteos de la loter¨ªa¡±. El caso juzgado le puso punto final a la que hab¨ªa sido una relaci¨®n de pareja. De hecho, el hombre fue condenado a abonarle a su exnovia casi 149.000 euros. A pesar de que ambos hab¨ªan ido al banco a cobrar el primer premio, cuando las cosas se torcieron, ¨¦l quiso quedarse con toda la suma satisfecha en su cuenta. Como no hab¨ªa acuerdo por escrito, para que el tribunal le diera la raz¨®n a la demandante fue fundamental la documentaci¨®n entregada al empleado de la entidad para gestionar el cobro, donde figuraban ambos como beneficiarios, sus respectivas firmas y DNI.

Es por ello que, cuando una persona se ocupa de comprar el d¨¦cimo que despu¨¦s comparte con los miembros de un grupo, resulta vital dejar constancia de la voluntad de dividir los posibles premios. ¡°No hace falta ir a un notario, pero hay que identificar el d¨¦cimo, las personas que participan con nombre, apellidos y DNI y lo que aporta cada una¡±, explica la doctora en Derecho ?ngeles P¨¦rez, abogada del bufete Montero Aramburu. Una forma habitual de hacerlo es fotocopiando el boleto y plasmando sobre el papel, adem¨¢s, la firma de quienes intervienen en el sorteo. As¨ª, por ejemplo, si tres personas jugasen a un n¨²mero a partes iguales, cada una recibir¨ªa el 33% del premio. Se trata de cautelas que tambi¨¦n se pueden adoptar por medios electr¨®nicos, como WhatsApp o correo electr¨®nico. En estos casos, es recomendable seguir los mismos pasos y hacerle una foto al d¨¦cimo, adjunt¨¢ndola al grupo de la aplicaci¨®n o a los correos.

Ahora bien, si el comprador del boleto est¨¢ casado bajo el r¨¦gimen econ¨®mico matrimonial de la sociedad de gananciales, en el que los beneficios obtenidos indistintamente por cualquiera de los c¨®nyuges son comunes a ambos, el premio ingresar¨ªa en la sociedad y al disolverse se le atribuir¨ªa la mitad del dinero a cada uno. Se trata de una situaci¨®n que regula el art¨ªculo 1.351 del C¨®digo Civil y a la que tambi¨¦n ha dado respuesta el Tribunal Supremo. Sin embargo, como ha dicho en una sentencia dictada el pasado mes de octubre, si en la ¡°liquidaci¨®n total de la sociedad¡± se omite incluir el dinero de la loter¨ªa, siempre que su existencia fuera conocida por el otro miembro de la pareja, no se podr¨ªa pedir despu¨¦s una liquidaci¨®n adicional. ¡°En tal caso cabe apreciar una renuncia¡±.

Requisitos m¨ªnimos

No obstante, como en derecho no todo es blanco o negro, las dudas surgen cuando la pareja est¨¢ separada de hecho, es decir, sin papeles de por medio. En estos casos, la jurisprudencia ha entendido que se rompe la sociedad de gananciales, de forma que no habr¨ªa obligaci¨®n de compartir el premio. Para ello, deben cumplirse unos requisitos m¨ªnimos, como que se trate de una situaci¨®n prolongada, no pudiendo darse una simple interrupci¨®n de la convivencia. Por el contrario, si el r¨¦gimen econ¨®mico fuera el de separaci¨®n de bienes, en el que cada c¨®nyuge conserva la propiedad de todos los bienes obtenidos antes y durante el matrimonio, la regla general es que ¡°el premio ser¨ªa para el c¨®nyuge que compr¨® el d¨¦cimo¡±, a?ade la abogada de Montero Aramburu. Y si lo hubieran hecho ambos, le pertenecer¨ªa a los dos en funci¨®n de lo que hubiesen aportado.

En el caso de las parejas de hecho suceder¨ªa algo parecido, es decir, si se rigiesen por un r¨¦gimen econ¨®mico an¨¢logo al de la sociedad de gananciales, habr¨ªa que compartir el premio. En caso contrario, ser¨ªa para quien compr¨® el boleto, salvo que se acreditase que la voluntad de ambos era compartir las ganancias y las p¨¦rdidas, por ejemplo, mediante la existencia de una cuenta com¨²n.

Con este tipo de conflictos hay que tener cuidado, pues pueden acabar en c¨¢rcel, advierte Jos¨¦-Alberto Molina, de Proluco Abogados y Economistas. El delito m¨¢s frecuente por el que han condenado los tribunales es el de apropiaci¨®n indebida, tipificado en el art¨ªculo 253 del C¨®digo Penal. ¡°Si el afectado puede probar que era copropietario del d¨¦cimo, quien no quiera compartir el premio cometer¨ªa este il¨ªcito¡±, explica. En esta l¨ªnea destaca una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que conden¨® a un hombre que, al ganar el Gordo, urdi¨® una trama para dejar a su exnovia sin la mitad del premio derivado del d¨¦cimo que hab¨ªan comprado con dinero com¨²n. En concreto, se invent¨® que antes del sorteo hab¨ªa formado un fondo con otros miembros de su familia, de forma que cada uno hab¨ªa aportado un boleto, por lo que a ella solo le correspond¨ªa una sexta parte del premio total.

Aunque los jueces est¨¢n curados de espanto, para evitar problemas el Tribunal Supremo insiste en la importancia de fijar por medios fehacientes c¨®mo se har¨ªa el reparto. Como ha dicho Loter¨ªas y Apuestas del Estado, en estos casos ¡°el mayor premio es compartirlo¡±.