El impacto del alza de los tipos de inter¨¦s
La econom¨ªa aguanta, pero los indicadores abogan por una acci¨®n atemperada del BCE
Una de las principales inc¨®gnitas de la coyuntura ata?e al impacto de la subida de tipos de inter¨¦s pilotada por el BCE en respuesta a la inflaci¨®n. Si bien los riesgos generados por los mercados energ¨¦ticos y la guerra en Ucrania han retrocedido, persisten importantes divergencias de opini¨®n acerca del proceso de restricci¨®n de la pol¨ªtica monetaria y sus derivadas en la econom¨ªa.
De momento, los hechos tienden a avalar la visi¨®n de relativo optimismo manifestada por Christine Lagarde: la eurozona (y, por ende, Espa?a, por su diferencial favorable tanto de inflaci¨®n como de crecimiento) evitar¨ªa una recesi¨®n prolongada. Es cierto que el ajuste abrupto de tipos de intervenci¨®n directamente controlados por el banco central se ha trasladado a los costes financieros que soportan familias y empresas, como no pod¨ªa ser de otra manera. El eur¨ªbor ha pasado del -0,5% a principios de 2022 al 3,3% actual, mientras que el tipo de inter¨¦s para los pr¨¦stamos a empresas se ha duplicado hasta superar el 3% (con datos hasta noviembre, que hacen presagiar un ascenso adicional en el cierre del a?o).
Sin embargo, el cr¨¦dito parece aguantar. La concesi¨®n de nuevos pr¨¦stamos al sector privado se ha reducido de manera cuasi imperceptible en el periodo reciente. Recordemos que en 2008 las turbulencias financieras provocaron una contracci¨®n del cr¨¦dito a empresas del 6% y del 30% en el caso de los hogares, preludio de la Gran Recesi¨®n. Tambi¨¦n se esperaba un deterioro del factor confianza ¡ªclave en decisiones de consumo e inversi¨®n¡ª como consecuencia del giro monetario. Pero la encuesta de la Comisi¨®n Europea para Espa?a apunta a un ligero repunte ¡ªsi bien situ¨¢ndose todav¨ªa en terreno contractivo¡ª, dejando atr¨¢s los m¨ªnimos alcanzados tras la invasi¨®n de Ucrania. Por otra parte, en contra de los peores vaticinios, la prima de riesgo que soporta la deuda p¨²blica espa?ola apenas se ha resentido de la subida de tipos ni del fin del programa de compra de bonos del BCE.
Con todo, y pese a que el impacto de la pol¨ªtica monetaria se suele diluir durante un periodo relativamente largo que todav¨ªa no se ha agotado, la econom¨ªa parece estar asimilando el alza de costes financieros sin demasiados sobresaltos. Otra cosa es hasta d¨®nde podr¨¢ aguantar el nuevo ciclo de subidas de tipos que se ha anunciado, en aras a una inflaci¨®n subyacente que no da respiro ¡ªse ha acelerado en todos los grandes pa¨ªses de la eurozona hasta niveles que dan alas a los partidarios de una acci¨®n antiinflaci¨®n mucho m¨¢s agresiva¡ª.
Si el eur¨ªbor escalara hasta el 3,75% de aqu¨ª a la primavera ¡ªen consonancia con una facilidad de dep¨®sitos del BCE del 3,25%, frente al 2% actual¡ª y se mantuviera en ese nivel hasta finales de a?o, los hogares todav¨ªa podr¨ªan evitar una erosi¨®n de su renta disponible en t¨¦rminos reales, es decir, descontando la inflaci¨®n y el incremento de cargas de intereses (con estimaciones de Funcas). Esto ser¨ªa, por tanto, todav¨ªa asumible para la econom¨ªa espa?ola. Pero por encima de ese umbral, la vuelta de tuerca monetaria generar¨¢ una p¨¦rdida preocupante de poder adquisitivo.
La liquidez del sector financiero no bancario es otro frente a vigilar, seg¨²n la encuesta del BCE de condiciones financieras en el ¨²ltimo trimestre del pasado ejercicio. Destaca el riesgo al que se enfrentan los fondos de inversi¨®n que m¨¢s se hab¨ªan apalancado durante la ¨¦poca de tipos de inter¨¦s negativos. Y ojo, porque la encuesta apunta a un deterioro adicional de las condiciones financieras para esos fondos durante el primer trimestre de este a?o.
En suma, bajo supuestos razonables, la econom¨ªa espa?ola deber¨ªa poder superar el efecto contractivo de la pol¨ªtica monetaria y as¨ª crecer por encima del 1% en el conjunto del a?o a la vez que se aplaca la inflaci¨®n, seg¨²n el consenso. En este escenario, la clave est¨¢ en el buen temple del BCE.
IPC subyacente
España es el miembro de la eurozona con mejor resultado en términos de IPC general, a tenor de los datos de diciembre. Sin embargo, descontando la energía y los alimentos frescos, el IPC subyacente se incrementó un 6,7%, superando a otros seis países. La media de la eurozona se sitúa en el 6,9%, y entre los grandes socios comunitarios, Francia e Italia obtienen mejores registros (5,4% y 6,5%, respectivamente), a la inversa de Alemania (7,3%) y Países Bajos (8,4%). La inflación subyacente se mantiene en el doble dígito en los países bálticos.
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