El d¨¦ficit p¨²blico ante el cambio de era monetaria
El agujero se reduce m¨¢s de lo anticipado, pero su financiaci¨®n se encarece y depende s¨®lo de los mercados
Pese al nivel elevado de los desequilibrios heredados del periodo de expansi¨®n anterior a la pandemia, la pol¨ªtica presupuestaria ha podido jugar un papel crucial de amortiguaci¨®n de las diferentes crisis que han asolado nuestro pa¨ªs estos ¨²ltimos tres a?os. Esto ha sido posible por la confluencia de factores favorables ¡ªen particular la compra de deuda p¨²blica por parte del BCE y suspensi¨®n de las reglas europeas de contenci¨®n de los desv¨ªos¡ª cuya vigencia toca a su fin, abocando a un replanteamiento de la estrategia fiscal.
En breve el BCE empezar¨¢ a desprenderse de los activos que hab¨ªa adquirido durante la fase de ¡°relajaci¨®n cuantitativa¡± justificada en su inicio por la ausencia de presiones inflacionistas y posteriormente la necesidad de apoyar la acci¨®n de los Estados durante la crisis sanitaria. En principio, el banco central deber¨ªa limitarse a no renovar los t¨ªtulos de deuda que ir¨¢n venciendo a partir de la primavera, de modo que los gobiernos deber¨¢n financiarse enteramente en los mercados. Por otra parte, habida cuenta de la persistencia de la inflaci¨®n, tambi¨¦n se vaticinan varias rondas de subidas de tipos de inter¨¦s, aupando la principal referencia del BCE (la facilidad de dep¨®sitos), hasta al menos el 4%, es decir, un punto y medio m¨¢s que en la actualidad.
Ante este escenario de ¡°restricci¨®n cuantitativa¡±, un fuerte encarecimiento de los costes de financiaci¨®n de la hacienda p¨²blica es ineludible. Otro factor desfavorable es la desaceleraci¨®n de la econom¨ªa, un contexto de por s¨ª adverso a la reducci¨®n del agujero fiscal. Las previsiones de crecimiento del PIB se sit¨²an entre el 1% y el 2% para este a?o, frente al 5,5% de los dos ¨²ltimos ejercicios, debilitando las bases tributarias. Por otra parte, no parece probable un nuevo plus recaudatorio de afloramiento de econom¨ªa sumergida.
Adem¨¢s, el giro coyuntural sucede en pleno debate sobre la reactivaci¨®n de las reglas fiscales europeas. A la espera de una decisi¨®n final, todo apunta a que dichas reglas se aplicar¨¢n de nuevo a partir del pr¨®ximo a?o. Sin duda ser¨¢n distintas a las que marcaron el periodo de austeridad. Una mayor flexibilidad, bajo la estricta vigilancia de Bruselas, es probable, de modo que al menos se corregir¨¢ el error de funcionamiento que obligaba a medidas restrictivas en plena recesi¨®n, sin apenas incidir en la reducci¨®n de los desequilibrios en momentos expansivos. Este avance, sin embargo, no nos exime de la necesidad de corregir el agujero estructural de nuestras cuentas.
La sorpresa es que el nivel de partida es mejor de lo previsto, con un d¨¦ficit que podr¨ªa alcanzar el 4% del PIB en 2022, por debajo de la previsi¨®n oficial, y mejorando tambi¨¦n las estimaciones para grandes pa¨ªses de la zona euro como Francia (-5%) y sobre todo Italia (-8,8%). Asimismo, la prima de riesgo se mantiene en cotas reducidas. Pero el nivel de deuda junto con la senda de subida de tipos de inter¨¦s ¡ªy el riesgo de escalada de costes financieros¡ªnos aboca a un cambio de pol¨ªtica fiscal.
No ser¨¢ f¨¢cil, ya que el encarecimiento de la cesta de la compra entra?a un coste desproporcionado para los sectores m¨¢s vulnerables, algo que solo puede corregirse adecuadamente con los presupuestos. Sin embargo, existe un margen para convertir algunas de las medidas ya adoptadas, como los recortes generalizados de IVA, en transferencias monetarias en funci¨®n del nivel de renta. En todo caso los est¨ªmulos no pueden venir principalmente del impulso a la demanda de los presupuestos corrientes, sino de iniciativas financiadas con fondos europeos, a condici¨®n de cumplir el papel transformador del modelo productivo (algo que podr¨ªa requerir una pr¨®rroga en su ejecuci¨®n). Sobre todo, el cambio de contexto macroecon¨®mico requiere visibilizar la senda fiscal a medio plazo. Un acuerdo en materia de financiaci¨®n de las pensiones ser¨ªa una etapa necesaria, pero no suficiente, en esa direcci¨®n.
D¨¦ficit
La información disponible apunta a un importante descenso del desequilibrio en 2022. El déficit de las administraciones (sin incluir las locales) acumulado hasta noviembre alcanzó el 1,9% del PIB, frente al 5,1% en el mismo periodo un año antes. La mejora proviene de la recaudación, con un alza del 11,4%, superior al crecimiento de la economía en términos nominales. Y de la moderación del gasto, con un incremento del 2,7%, inferior al de la economía. Ello, junto con la evolución previsible en el cierre del ejercicio, hace presagiar un desvío del 4% para el conjunto del año.
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