Vivir de la Bolsa sin salir de casa: as¨ª es el d¨ªa a d¨ªa de los jornaleros del parqu¨¦
Los ¡®traders¡¯ lanzan la ca?a cada d¨ªa con la intenci¨®n de pescar buenas rentabilidades a muy corto plazo. Necesitan volatilidad, conocer el mercado y, sobre todo, controlar su ego. Se puede ganar dinero pero, cuidado, no es un camino de rosas
Mientras los despertadores interrumpen el sue?o y un ej¨¦rcito de trabajadores se pone en marcha con su rutina de ducha, atasco, y llegada a la oficina, un grupo de personas, mayoritariamente hombres, alarga el descanso y, llegado el momento, se sienta pacientemente frente al port¨¢til. No est¨¢n teletrabajando, porque no hay lugar alguno al que acudir. Ni siquiera hay jefes esper¨¢ndolos. Tampoco una n¨®mina a fin de mes. Son traders profesionales, ciudadanos comunes que un d¨ªa dejaron sus empleos y ahora se dedican a comprar y vender desde casa acciones, ¨ªndices, materias primas o divisas, en operaciones que duran segundos, minutos u horas, pero que rara vez mantienen cuando se van a dormir.
El arte de la especulaci¨®n financiera, inmortalizada en numerosas pel¨ªculas, est¨¢ rodeada de fascinaci¨®n, mitolog¨ªa, y medias verdades. Hay adrenalina, monta?as rusas emocionales y a?os de aprendizaje entre gr¨¢ficos y pantallas. Pero no todos son millonarios, ni su estilo de vida se asemeja en la mayor¨ªa de los casos al de los derrochadores caprichosos de El lobo de Wall Street. Lidian a diario con la frustraci¨®n de las p¨¦rdidas y la euforia de las ganancias, emociones igual de tramposas, porque si la primera reclama resarcimiento r¨¢pido con una nueva transacci¨®n para recuperar el dinero cuanto antes, empujando a la precipitaci¨®n, la segunda puede volverlos peligrosamente seguros de s¨ª mismos. Ajenos al riesgo hasta el punto de tornarlos temerarios. Negocios ha hablado con media docena de ellos para saber c¨®mo es su d¨ªa a d¨ªa.
¡°Mucha gente me dice: vives de puta madre, trabajas poco y ganas mucho. Yo les respondo: mira, trabajo un huevo y encima hay d¨ªas que palmo dinero¡±, afirma sin tapujos por videollamada Jordi Mart¨ª, de 51 a?os. Est¨¢ en su despacho de Terrasa (Barcelona). La crisis del Silicon Valley Bank ha zarandeado el mercado ese d¨ªa, pero a ¨¦l no parece importarle lo m¨¢s m¨ªnimo. Su operativa es ajena a las malas y buenas noticias. Todo sucede a altas velocidades: entre que pulsa la tecla para entrar al mercado y vuelve a apretarla para salir no pasan m¨¢s de unos minutos. A veces segundos. Y puede ganar dinero tanto si la Bolsa sube como si baja, siempre que se monte en la ola correcta. Mart¨ª es el ¨²nico de los consultados que alquila una oficina para separar familia y trabajo. Busca as¨ª aislarse e imponerse una r¨ªgida autodisciplina: se encierra en ella de 10 de la ma?ana a siete de la tarde para invertir en el mercado estadounidense. ¡°Algunos piensan que es un hobby y que gano pasta con el m¨®vil mientras me tomo una cerveza. No es as¨ª. Requiere sus horas de concentraci¨®n¡±, defiende.
La carrera de este ingeniero el¨¦ctrico y MBA en Esade ganaba altura en la multinacional farmac¨¦utica Novartis y otras grandes empresas hasta que, en 2012, tras a?os compaginando trabajo e inversi¨®n, decidi¨® estudiar a fondo los mercados y fiarlo todo a su capacidad para moverse en sus aguas turbulentas. Le sali¨® bien, pero los comienzos fueron complicados. ¡°Hab¨ªa d¨ªas en los que pensaba que me observaban por un agujerito. En cuanto met¨ªa la orden, el mercado se daba la vuelta y empezaba a perder. Es una profesi¨®n que no le recomiendo a nadie. Psicol¨®gicamente, es dur¨ªsima: noches sin dormir y frustraci¨®n a tope. Hasta lloras. Pensaba, ?he sido jefe de compras de Novartis y no puedo con esto? Es un trabajo de emociones, no t¨¦cnico. La t¨¦cnica te la explico en tres meses, pero a amueblar la cabeza aprendes t¨². Cuando todo parece que se va al infierno es cuando hay oportunidades de compra, pero nuestra mentalidad nos hace creer que todo va a seguir cayendo¡±.
Emociones. Esa es la palabra m¨¢s repetida. M¨¢s que dinero, intuici¨®n o inteligencia. Y la capacidad de controlarlas, la virtud m¨¢s elogiada por los consultados. ¡°Te das cuenta de que las mismas euforias, avaricias y miedos que mov¨ªan el mercado en los a?os ochenta lo mueven hoy. Somos gestores de las emociones de la gente¡±, a?ade. ?Por qu¨¦ es un mundo tan masculino? Mart¨ª no encuentra una explicaci¨®n clara. ¡°Hay muy pocas mujeres, y es muy raro porque las operadoras que conozco son muy buenas. Son muy esquem¨¢ticas y tienen menos ego¡±.
El vigu¨¦s Germ¨¢n Mart¨ªnez, de 42 a?os, est¨¢ convencido de que la forma de operar es un reflejo de la forma de ser. ¡°Si eres desordenado con tus horarios y tu ritmo de vida no es lo mismo que si haces deporte o tienes un di¨¢logo interior positivo¡±, sostiene. Trabajaba en una empresa de suministros industriales cuando, hace cinco a?os, tom¨® la decisi¨®n de dedicarse a invertir a tiempo completo desde casa. Describe as¨ª el v¨¦rtigo del salto al vac¨ªo de los comienzos. ¡°Pasas de tener la seguridad de una n¨®mina a no tener ninguna seguridad, porque, claro, no tienes un sueldo fijo como tal. Hay meses buenos y otros peores. Empiezas a vivir en esa incertidumbre que te hace dudar de si el cambio que has hecho ha sido lo ideal¡±.
Entre los sinsabores que m¨¢s huella le dejaron, recuerda una operaci¨®n contra el oro. ¡°Estaba en 1.400 d¨®lares la onza, con una resistencia muy dura. Me puse corto [apostando a que caer¨ªa] y en ese momento peg¨® una explosi¨®n al alza y perd¨ª 6.000 d¨®lares. Pas¨¦ unos d¨ªas fastidiado. Fue un golpe de realidad. Me dije: ¡®cuidado, que esto no es tan f¨¢cil como parece¡¯. A la que te despistas, el mercado te sacude¡±. En el lado opuesto, una de sus mejores sesiones fue hace tres a?os, con los futuros del Nasdaq. Casi 5.000 d¨®lares ganados en dos horas. ¡°Es de esos d¨ªas que parece que todo se alinea y le des las veces que le des al bot¨®n, todo sale bien¡±.
Es f¨¢cil envidiar su horario. Ahora solo opera en la apertura del mercado estadounidense. Se conecta de tres a cinco de la tarde. En la media hora inicial analiza lo ocurrido en las sesiones asi¨¢tica y europea. Luego invierte en los futuros del Nasdaq tecnol¨®gico. ¡°A las cinco, cierro el port¨¢til. Da igual c¨®mo haya ido. Si han saltado los stops [¨®rdenes de venta autom¨¢ticas colocadas por los traders para cortar p¨¦rdidas si el precio baja] y he perdido, no hay problema. Y esa disciplina es tal vez lo m¨¢s complicado de conseguir. Hay un sentimiento de venganza si est¨¢s en negativo, y el querer recuperar te lleva a sobreoperar y entrar en un bucle de p¨¦rdidas¡±.
Mart¨ªnez es consciente de que en cierto modo es un privilegiado. ¡°Cuando los resultados acompa?an es verdad que te da calidad de vida. Dispones de tiempo, decides cu¨¢ndo trabajas, puedes hacerlo desde casa o si viajas. Solo necesitas conexi¨®n a internet. Te permite una libertad so?ada por mucha gente¡±. Eso puede crear una impresi¨®n err¨®nea que suena a eslogan publicitario: la de que cualquiera puede vivir de la Bolsa. As¨ª lo explica Mart¨ªnez. ¡°El trading es una profesi¨®n complicada. No vas a ganar dinero de hoy para ma?ana. Necesitas un proceso. Ha hecho mucho da?o a la industria la imagen del millonario. Hacer trading no significa ser rico. Vivo de ello, cubre mis gastos de alimentaci¨®n y mi hipoteca, pero no me ha hecho millonario. Me ha dado calidad de vida y tiempo libre¡±, dice al tel¨¦fono.
En una ventana de la aplicaci¨®n Zoom aparece unos minutos despu¨¦s el canario Carlos Mart¨ªn (conocido en redes como Cmrbolsa), de 52 a?os, con un aviso a navegantes. ¡°Quien diga que gana siempre, miente¡±. Su situaci¨®n le permite operar algo m¨¢s relajado: la mayor parte de sus ingresos proviene de sus empresas de control de plagas y hosteler¨ªa. La inversi¨®n es un complemento del que disfruta desde hace 18 a?os. Elige la paciencia activa como la cualidad m¨¢s importante. Mirar, esperar, volver a mirar y esperar de nuevo. As¨ª, hasta que aparece la oportunidad. Clic. ¡°Cuando est¨¢s tradeando tienes que estar al 120% concentrado. ?Cu¨¢nto tiempo duras con tanta concentraci¨®n? Yo calculo que una hora y pico. Ya puede estar la chiquilla gritando a mi lado, que me abstraigo¡±, dice el grancanario, padre de cinco hijos.
El tiempo ha sido su aliado. Admite que no era tan sosegado en sus inicios. ¡°En 2005 le pon¨ªa pasi¨®n y pensaba que invertir era un chollo. Me dec¨ªa: ¡®aqu¨ª sin hacer nada me gano 5.000 pavos en tres semanas. Esto es mi vida¡¯. Mentira. Lo vas a perder en dos d¨ªas porque no tienes ni idea de gesti¨®n monetaria y emocional¡±.
Perder el respeto al mercado suele ser sin¨®nimo de batacazo. Como el corredor que tras acabar varios maratones infravalora la distancia y sale demasiado r¨¢pido en el siguiente al creer que la domina, la cura de humildad llega m¨¢s pronto que tarde para quienes bajan la guardia. En el libro Los magos del mercado (Valor editions), obra del analista estadounidense Jack Schwager, uno de los traders entrevistados lo resume as¨ª. ¡°Siempre he tenido mis mayores p¨¦rdidas despu¨¦s de mis mayores ganancias. Fui negligente¡±.
Probablemente, nadie en ese universo est¨¢ libre de un pecado as¨ª. Mart¨ª, que ahora est¨¢ dado de alta en la CNMV como gestor, lo vivi¨® en carne propia. ¡°Empec¨¦ a ser rentable en intrad¨ªa de una manera que no era normal. Le dije a mi mujer: ¡®Esto no puede ser legal, me estoy llevando entre dos y tres mil pavos cada puto d¨ªa¡¯. Esto pas¨® antes de las Navidades. Me fui de vacaciones con mis hijas y mi mujer, y estaba todo el rato pensando: ¡®Que se acaben las vacaciones, que quiero ganar dinero¡¯. Al volver, en 15 d¨ªas perd¨ª lo que hab¨ªa ganado en dos meses¡±.
El momento dulce se volvi¨® amargo al imponerse la soberbia a la prudencia. Y as¨ª fueron naciendo varias reglas para manejar mejor las emociones: si suma dos d¨ªas seguidos en rojo, se pasa los siguientes dos o tres sin operar. Y tras ganar mucho dinero, al d¨ªa siguiente no enciende el ordenador para evitar devolv¨¦rselo al mercado al sentirse omnipotente y tomar riesgos adicionales. Sobrado. En verano desconecta tres meses, sin apenas consultar lo que sucede en los mercados. Una parte de lo que gana lo reinvierte y otra va a inmobiliario para diversificar y generar rentas fijas m¨¢s estables.
El duelo de las p¨¦rdidas
El dinero es aqu¨ª la materia prima para producir m¨¢s dinero. Y desvincularse de su poder trat¨¢ndolo con desapego, como simples n¨²meros, un modo de controlar las pulsaciones y actuar con frialdad. Miguel ?ngel Ram¨ªrez, cordob¨¦s de 41 a?os hoy afincado en Granada, que abandon¨® la arquitectura por el trading en 2016, reflexiona sobre ello. ¡°Nuestra herramienta de trabajo es el dinero, como la del frutero es la fruta. E igual que hay d¨ªas que tiene que tirar un kilo de tomates, nosotros tiramos dinero. Y no estamos acostumbrados a asimilarlo, pero mentalmente debes ser capaz de ver cada operaci¨®n como un c¨¢lculo matem¨¢tico que te puede salir bien o mal¡±.
Como otros traders que usan un recuerdo negativo para no caer en la arrogancia de creerse invulnerables, Ram¨ªrez, que solo opera de tres y media a cinco y media de la tarde, no olvida su d¨ªa m¨¢s negro, aquel en que todo sali¨® mal. Acababa de abrir su primera cuenta con capital suficiente para salir adelante. Enero hab¨ªa sido un mes magn¨ªfico. Entonces, el primer viernes de febrero se public¨® el dato de n¨®minas no agr¨ªcolas de EE UU, una de esas estad¨ªsticas que generan algo de volatilidad con la que surfear. ¡°Me hab¨ªa planteado no operar. Pero cuando sali¨® la noticia me habl¨® una vocecita en la cabeza y dije ¡®mira qu¨¦ entrada m¨¢s perfecta te va a salir¡¯¡±.
Un rato despu¨¦s, hab¨ªa perdido todo lo ganado en enero y el capital inicial. ¡°No me llev¨® a la ruina, pero el orgullo herido de cargarme en dos horas esa primera cuenta, en un d¨ªa que ni siquiera deb¨ªa haber abierto el ordenador, fue casi como perder a una persona querida. Un duelo. No te lo crees. Te fustigas. Te desahogas. Todo en unas horas. Esa noche y los d¨ªas siguientes hubo abatimiento, reflexi¨®n y toma de decisiones. ?Sirvo o lo dejo? Pero soy muy perseverante. Un cabez¨®n andaluz¡±.
La decisi¨®n de no entrar es tan importante como la de hacerlo en el momento correcto. Con la experiencia, Ram¨ªrez fue capaz de acallar la vocecita. Pero otros, atra¨ªdos por ese deseo tan tentador de ver crecer la cuenta corriente con solo pulsar las teclas adecuadas, no consiguen silenciarla nunca. Mart¨ª ha sido testigo. ¡°Te das cuenta de que un operador ha cruzado la l¨ªnea de la ludopat¨ªa cuando no es capaz de estar una tarde sin entrar en intrad¨ªa. O no es capaz de esperar dos o tres d¨ªas a que se confirme una tendencia y se mete antes de tiempo¡±.
David ?lvarez de la O no encaja en esa categor¨ªa. Naci¨® en Ciudad Real hace 41 a?os, pero vive en Murcia con su esposa y dos hijos. Desde all¨ª, prepara poco a poco su salto hacia el profesionalismo: ahora compagina la inversi¨®n con una empresa familiar de telefon¨ªa y energ¨ªa, pero su plan cuando gane experiencia y ahorre lo suficiente es vivir del mercado, en su caso acciones de EE UU y materias primas. ¡°El trading profesional requiere de cualidades similares a las de otras ocupaciones de alto rendimiento como deportistas, m¨²sicos, maestros de ajedrez o cirujanos. La confianza, la paciencia, la disciplina, la constancia y el pensamiento probabil¨ªstico son las cualidades m¨¢s importantes¡±, enumera.
El desembarco ¡®influencer¡¯
Un prefijo 376 aparece en el m¨®vil. Devuelve la llamada Enrique Moris, un joven sevillano que se march¨® a Andorra para pagar menos impuestos por lo que ganaba con sus inversiones. Es uno de los traders espa?oles con m¨¢s seguidores en redes sociales: 313.000 en Instagram, 64.000 en Twitter, 54.000 en YouTube. Pero a la vez, esa faceta de influencer, en la que a veces hace exhibici¨®n de lujo al fotografiarse junto a coches de alta gama o yates en Ibiza, despierta recelos en muchos de los que operan en el mercado, pero prefieren la discreci¨®n. ¡°He trabajado mucho como para tener que esconderlo de la gente¡±, afirma desde el Principado. Preguntado sobre si utiliza esa imagen de riqueza para captar alumnos para sus cursos de formaci¨®n, responde as¨ª. ¡°La gente no quiere aprender del que tiene un Seat Ibiza¡±. El creciente poder de los influencers financieros inquieta a la CNMV: llegan a un p¨²blico muy amplio y no todos est¨¢n preparados para emitir recomendaciones financieras.
Tras unos a?os al frente de empresas de comercio electr¨®nico, Moris se centr¨® en el trading desde la pandemia. ¡°Ten¨ªa capital, y operando en los mercados no tengo que lidiar con clientes, log¨ªstica, pedidos ni proveedores. Si tienes una estrategia y un ordenador, puedes ganarte la vida¡±. Comodidad. Durante un tiempo, public¨® en tiempo real a trav¨¦s de Twitter sus entradas y salidas del fabricante de coches el¨¦ctricos Tesla. Uno de sus mejores d¨ªas, asegura, lleg¨® cuando la firma entr¨® en el S&P 500 y la subida de la acci¨®n le report¨® 150.000 d¨®lares en una ¨²nica jornada. Antes hab¨ªa pasado por otros peores al comienzo de la pandemia, cuando todo eran desbandadas y n¨²meros rojos, y se convenci¨® de que era m¨¢s seguro operar intrad¨ªa. ¡°?Por qu¨¦ estar expuesto a que una frase de Trump, una pandemia o una guerra haga que se caiga todo y te pille dentro?¡±.
Irracionales y arbitrarios, plagados de trampas para el novato, manipulados por grandes fondos que tratan de moverlos a su antojo, y casi siempre sorprendentes, los mercados son una selva donde los mapas quedan r¨¢pidamente obsoletos. El paisaje cambia cada d¨ªa. Y orientarse requiere de m¨¦todo y astucia para poner orden en el caos hasta seguir la pista correcta. ¡°?Cu¨¢l es la mayor falacia de los mercados?¡±, pregunta Schwager a un trader en su libro. ¡°Suponer que tienen sentido¡±, le contesta.
El entorno: entre el apoyo y la incomprensi¨®n
Los entrevistados coinciden en que el apoyo del entorno m¨¢s cercano es clave. Mart¨ª siempre se sinti¨® arropado en los momentos dif¨ªciles. ¡°Si tu pareja no aprueba tu profesi¨®n olv¨ªdate. Los primeros a?os son un drama. Pasas de la euforia a la depresi¨®n hasta que lo estabilizas¡±. Miguel ?ngel Ram¨ªrez piensa lo mismo. ¡°Mi pareja es de mentalidad muy conservadora, de funcionaria. A final de mes va a tener un sueldo y a partir de ah¨ª calentarse la cabeza lo justo y necesario, que el dinero no sea una preocupaci¨®n. Me dijo: si t¨² crees que puedes, tira. Un viernes de fuertes p¨¦rdidas no fui capaz de cont¨¢rselo. Se lo dije el s¨¢bado. Me respondi¨®: esta noche salimos a cenar al restaurante¡±.
No siempre es as¨ª. Tambi¨¦n sufren incomprensi¨®n en sus relaciones sociales: no falta el amigo o familiar que les pide consejo sobre si invertir en Repsol o Telef¨®nica, acerca de las que no tienen opini¨®n porque la Bolsa espa?ola no es su terreno, y la consulta tiene poco que ver con sus fugaces sprints de comprar y vender en lo que dura una canci¨®n. Tambi¨¦n hay quien tiende a despreciar su actividad compar¨¢ndola con un casino o les critican que corran un riesgo excesivo, un problema si sucede en su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo. ¡°Le ha pasado a gente que conozco. No s¨®lo es triste, sino que puede llegar a afectar negativamente a la operativa, pues va minando la confianza¡±, dice David ?lvarez de la O. Sobre el apelativo peyorativo de especuladores, se defienden: con su dinero entra liquidez al mercado, y en el fondo dicen buscar lo mismo que el inversor a largo plazo o el que compra una casa para venderla m¨¢s tarde: rentabilidad.
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