TCI, el gran incordio en los consejos de administraci¨®n del Ibex
El fondo brit¨¢nico ha forzado giros impensables en compa?¨ªas espa?olas, fiel a una estrategia que huye de la diplomacia corporativa
La pesca del curric¨¢n es una modalidad que consiste en lanzar el cebo y arrastrarlo para simular que se trata de un peque?o pez en movimiento. Eso atrae el inter¨¦s de los verdaderos peces, que acaban mordiendo el anzuelo. Quiz¨¢ no sea una analog¨ªa perfecta, pero vale para describir la estrategia del empresario Chris Hohn, fundador del fondo The Children¡¯s Investment Fund (TCI), en sus inversiones en Espa?a, donde cosecha enormes beneficios tras forzar virajes casi impensables en muchas compa?¨ªas de las que despu¨¦s, poco a poco, va retrocediendo para materializar las ganancias.
El episodio m¨¢s reciente es el impulso al conocido traslado de Ferrovial a Pa¨ªses Bajos, desde donde la constructora espa?ola espera sacar un mejor partido a su presencia en Estados Unidos consiguiendo una cotizaci¨®n m¨¢s directa en la Bolsa norteamericana. Esta semana, presumiblemente, TCI tambi¨¦n dar¨¢ un paso m¨¢s en Cellnex, donde el fondo es el primer accionista con un 9,38%. ¡°Creemos que Cellnex es una gran empresa, pero en nuestra opini¨®n no puede alcanzar todo su potencial porque se ve frenado por un gobierno corporativo deficiente¡±, as¨ª empezaba la carta que el 23 de marzo enviaba Chris Hohn a la empresa de infraestructuras de telecomunicaci¨®n catalana.
Exig¨ªa entonces destituir al presidente, Bertrand Kan, cosa que poco despu¨¦s sucedi¨®, y puede que ahora coloque como consejero dominical a Johathan Amouyal, uno de los socios del fondo, lo que despejar¨ªa el camino para lograr que Cellnex tenga un nuevo consejero delegado cuando se materialice, en junio, la salida del actual, Tob¨ªas Mart¨ªnez (el italiano Marco Patuano suena como su favorito). Tras este volantazo, el fondo brit¨¢nico buscar¨ªa frenar el apalancamiento de la empresa, que en los ¨²ltimos siete a?os ha invertido en compras 35.000 millones, con 15.000 millones en ampliaciones de capital. Ahora que los tipos de inter¨¦s aprietan, TCI pide todo lo contrario: reducir deuda, lograr el grado de inversi¨®n (la empresa lo perdi¨® por su gran pasivo), mejorar el dividendo y crecer de forma org¨¢nica.
Detr¨¢s de esta y otras acciones est¨¢, seg¨²n ha reconocido el propio Hohn en varias entrevistas, la necesidad de meter algo de miedo en las empresas que no hacen sus deberes. Un activismo precedido, seg¨²n la informaci¨®n p¨²blica de TCI, de ¡°una investigaci¨®n fundamental profunda, tras la que se involucra constructivamente y adopta un horizonte a largo plazo¡±. El propio Hohn, que el a?o pasado recibi¨® dividendos r¨¦cord por las ganancias de la empresa, ha insistido en foros empresariales en que los inversores activistas como ¨¦l tienen un arma poderosa votando y compartiendo las resoluciones que van tomando. Por ejemplo las relativas al cumplimiento de objetivos clim¨¢ticos.
¡°Hablar no es suficiente, necesitamos acciones, tenemos que mandar el mensaje de que tenemos objetivos claros, necesitamos que se vean las consecuencias de no cumplir con lo pactado, las empresas tienen que saber que perder¨¢n su negocio si no hacen nada¡±, mencion¨® hace dos a?os en un debate organizado por Follow This, un lobby que presiona a la industria petrolera europea y norteamericana desde las juntas de accionistas para que adopten enfoques sostenibles. En ese mismo foro habl¨® de la hipocres¨ªa corporativa y mand¨® al infierno a los consejeros delegados que hacen ese lavado de cara verde llamado greenwhashing.
El propio TCI logr¨® un cambio fundamental en Aena, a la que forz¨® a adoptar un ambicioso Plan de Acci¨®n Clim¨¢tica que incluye el objetivo de generar toda su energ¨ªa a partir de fuentes renovables para 2026. ¡°Fue un hito, nadie esperaba un plan de ese calado porque no era obligatorio¡±, recuerda Juan Prieto, fundador de Corporance, el primer asesor nacional de voto (proxy advisor). En 2019, un diario brit¨¢nico destap¨® que Hohn era uno de los financiadores de Extinction Rebellion, que hab¨ªa llevado a cabo varias acciones en protesta por la contaminaci¨®n de compa?¨ªas a¨¦reas en el Reino Unido. Actualmente financia Say On Climate, una ONG que exige a las empresas planes cre¨ªbles a cinco a?os vista para llegar a reducir a cero las emisiones.
Destruir valor
Borja Miranda, responsable de fusiones, adquisiciones y activismo en Morrow Sodali, describe que los inversores activistas ya no responden tanto a la imagen de unos actores despiadados en busca de rentabilidad inmediata. Y cree que TCI sustancia ese cambio de tendencia, de un enfoque que busca llevar el activismo hacia posiciones m¨¢s sostenibles. ¡°En EE UU el principal argumento de las compa?¨ªas contra los accionistas activistas era que buscaban destruir valor. Pero se ha demostrado que estas acciones producen evoluciones positivas, esa creencia de que van a obtener valor a corto y destruirlo a largo ha perdido argumentos¡±. Incluso por pura supervivencia: los activistas que entran para desguazar compa?¨ªas y llevarse los dividendos nunca ser¨¢n apoyados por los propietarios que tengan vocaci¨®n de permanencia. En Aena, despu¨¦s de ese cambio, TCI redujo posiciones desde m¨¢s del 9% al actual 6,3%.
Pero sus presiones no siempre buscan loables objetivos universales. En Airbus ha protagonizado una de las ¨²ltimas peleas, intentando disuadirla de que tome una participaci¨®n minoritaria en la firma de big data Evidian: ¡°Es una empresa de baja calidad y muy apalancada, con 60.000 empleados, que opera en un entorno extremadamente mercado competitivo. Ser¨ªa un activo il¨ªquido y en dificultades, un capital varado y supondr¨ªa un uso extremadamente ineficiente de los fondos de los accionistas¡±, protest¨® TCI en una comunicaci¨®n al gigante aeron¨¢utico hace un par de meses. La operaci¨®n fue desestimada. En Alphabet (Google) afe¨® que el plan para echar a la calle a 12.000 personas era poco ambicioso: ¡°El equipo gestor necesita ir m¨¢s all¨¢¡±, sentenci¨® el fondo con la intenci¨®n de que, al menos, la matriz del famoso buscador recorte los 30.000 empleos que lleg¨® a ganar en los nueve primeros meses de 2022.
Hitos sonados de sus presiones han sido la dimisi¨®n del consejero delegado de Deutsche B?rse por negarse a abandonar el plan de fusi¨®n con London Stock Exchage o el desguace del banco holand¨¦s ABN Amro. En Volkswagen batall¨® contra los salarios de los directivos en 2016. En la mayor¨ªa de los casos, eso s¨ª, la empresa que gestiona 44.000 millones de euros en activos sale ganando. En Espa?a sus participaciones valen 1.000 millones m¨¢s que hace tres meses. El activismo, como la t¨¦cnica del curric¨¢n, tiene premio.
Acci¨®n ben¨¦fica desde las Islas Caim¨¢n
TCI, que opera desde 2003, extrae sus siglas de la fundación filantrópica a la que van a parar parte de sus beneficios y que ayuda a los niños en situación de pobreza en países de vías de desarrollo.
La empresa con sede en Londres donde el actual primer ministro, Rishi Sunak, trabajó hasta el 2009, se declara “un inversor oportunista que invierte de vez en cuando en transformaciones corporativas y situaciones especiales”. Con sede en el exclusivo barrio de Mayfair, es en última instancia propiedad de una matriz domicilada en Islas Caimán. Además de invertir en grandes compañías con ingresos recurrentes, TCI tiene una potente rama de negocio inmobiliario desde 2014. Sus inversiones se centran en otorgar primeras hipotecas y préstamos garantizados sobre activos de alta calidad en ubicaciones privilegiadas de grandes ciudades de EE UU y Europa.
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