Forjar directivos para la era de la crisis permanente

El mundo corporativo necesita peri¨®dicamente savia nueva, nuevos directivos y ejecutivos que sepan analizar los cambios y adaptarse a las necesidades de los consumidores. Cuando les falta alguien con este perfil, las empresas que configuran la oferta de productos y servicios que dibujan nuestro paisaje tienen claro donde ir a buscarlo: a las escuelas de negocios, el lugar donde se forma la ¨¦lite empresarial. Estos centros surgieron en el siglo XIX, cuando en plena revoluci¨®n industrial hab¨ªa que encontrar profesionales que supieran dirigir empresas y gobernar el capitalismo que se iba construyendo en paralelo a las democracias. Harvard Business School no fue la primera, pero s¨ª cuenta con una larga historia: se fund¨® en 1908. En Espa?a, una de las primeras escuelas de negocios y la primera que cre¨® un programa de dos a?os de m¨¢ster en Administraci¨®n de Empresas (MBA, por sus siglas en ingl¨¦s), fue la escuela de IESE en Barcelona, y para hacerlo se inspir¨® y se apoy¨® en la escuela de Harvard. EL PA?S mantuvo una charla con el decano del centro americano, Srikant Datar, y con el director general del centro barcelon¨¦s, Franz Heukamp, en el marco de la celebraci¨®n del 60? aniversario de esta alianza.

La colaboraci¨®n entre la escuela de Harvard y la de IESE empez¨® en 1963, cinco a?os despu¨¦s de que el centro barcelon¨¦s se fundara de la mano del Opus Dei. El primer director de IESE, Antonio Valero, se inspir¨® en el m¨¦todo del an¨¢lisis de casos reales de empresas que hab¨ªa creado Harvard, y lo aplic¨® con el apoyo y el material docente de la escuela americana. Actualmente, IESE cuenta con unos 10.000 alumnos que participan en alguno de los programas de m¨¢ster y de los programas para ejecutivos. Harvard Business School, su hermana mayor, cuenta con unos 1.800 participantes en su MBA, m¨¢s de 10.000 en los programas para ejecutivos y 40.000 alumnos en los programas en l¨ªnea.

El mundo ha cambiado mucho desde que hace seis d¨¦cadas empez¨® esta colaboraci¨®n, y tambi¨¦n han cambiado tanto las corporaciones como el perfil de los estudiantes que acuden a estas escuelas de negocios. Periodos de crecimiento, guerras y crisis como la financiera de 2008 o la sanitaria de 2020 han tenido un importante impacto, as¨ª como la transformaci¨®n digital y la conciencia cada vez mayor en asuntos como la emergencia clim¨¢tica o la responsabilidad social. Ahora, con la guerra en Ucrania y la inflaci¨®n, se abre uno de esos periodos de incertidumbre que inquietan a las compa?¨ªas, aunque tambi¨¦n representan oportunidades de negocio.

¡°Es interesante, porque la mayor¨ªa de los directivos hace mucho tiempo que no tienen experiencia en gestionar la inflaci¨®n. La incertidumbre seguir¨¢ y habr¨¢ que ver si se consigue un aterrizaje suave, pero creo que las compa?¨ªas han reaccionado bien¡±, apunta Datar, y extiende esta valoraci¨®n tambi¨¦n al sector tecnol¨®gico: ¡°Hasta en las compa?¨ªas que proyectaron un gran crecimiento que no tuvieron, como el sector tecnol¨®gico, donde se han hecho muchos recortes de personal, la gesti¨®n ha sido excepcional, y creo que es porque la tecnolog¨ªa en s¨ª misma est¨¢ ayudando mucho. Por ejemplo, a analizar mejor c¨®mo son las cadenas de suministro y a ser m¨¢s flexibles¡±. Heukamp invoca uno de los vocablos m¨¢s usados en los ¨²ltimos meses: permacrisis, la crisis permanente: ¡°Creo que con la covid muchos directivos se enfrentaron a la mayor crisis de su vida, y ahora estamos en una permacrisis. Los altos directivos no es que se est¨¦n acostumbrando, pero s¨ª que se adaptan y van ganando experiencia. La presi¨®n de la incertidumbre la siente m¨¢s la poblaci¨®n en general, que no ve perspectivas muy buenas¡±.

Ante esta situaci¨®n, ?c¨®mo deben ser los directivos y ejecutivos? Heukamp cree que en tiempos de incertidumbre lo m¨¢s necesario es la comunicaci¨®n: ¡°Comunicar y empatizar con la gente que se est¨¢ esforzando en la empresa, o con los accionistas. Uno de los mayores retos del liderazgo es precisamente crear un ambiente en el que se perciba que hay una direcci¨®n clara¡±. ¡°Como hay incertidumbre, tienes que reaccionar r¨¢pido, pero a la vez infundir calma, para que la gente conf¨ªe en que lo que explicas de la compa?¨ªa es lo que realmente est¨¢ pasando¡±, dice Datar, quien no cree que se deban confiar las decisiones o los an¨¢lisis solo a la tecnolog¨ªa: ¡°Hay que mantener un balance entre el aspecto humano y el tecnol¨®gico¡±.

El aspecto humano y ¨¦tico en las corporaciones es algo que, afirman ambos, cada vez tiene m¨¢s importancia, y lo ven en los estudiantes de sus programas. ¡°Los participantes entienden que los negocios tienen una gran fuerza, y que tienen que llevarse a cabo de la manera correcta, est¨¢n preocupados por el impacto de su trabajo en el mundo, ciertamente m¨¢s que en tiempos pasados¡±, explica Heukamp, que recuerda a alumnos que han rechazado buenas ofertas porque no les encajaban con estos valores. ¡°El mundo de los negocios tiene una enorme fuerza para hacer el bien, para enfrentar los mayores problemas de la sociedad, lo hemos visto con la pandemia y las vacunas, por ejemplo. Nuestra misi¨®n es educar l¨ªderes que puedan marcar la diferencia¡±, apunta Datar.

Precios y becas

Pero estos l¨ªderes, ?de d¨®nde salen? Con los precios de los programas de las escuelas de negocios ¡ª99.500 euros para el MBA de dos a?os a tiempo completo en IESE, o unos 75.000 d¨®lares por curso para su equivalente en Harvard¡ª, ?no se corre el riesgo de que la ¨¦lite se nutra solo de personas con recursos? ¡°No siempre lo conseguimos, pero dedicamos mucho presupuesto a becas, porque queremos que los mejores estudiantes y los m¨¢s brillantes vengan independientemente de sus recursos econ¨®micos¡±, apunta Heukamp. Datar, cuya instituci¨®n otorga becas de diferentes tipos a la mitad de su alumnado, afirma que tener en clase a estudiantes que vienen de otras realidades mejora al grupo, y a la formaci¨®n de los directivos: ¡°Tienen que entender el mundo, porque es el mundo quien dir¨¢ si quiere o no el producto que querr¨¢n vender¡±.

El decano de la Harvard Business School concluye que todos los esfuerzos por dar oportunidades son pocos: ¡°El talento est¨¢ mucho mejor repartido en el mundo que las oportunidades. En mi propio caso, podr¨ªa haber nacido a 20 kil¨®metros de donde nac¨ª en la India, y no hubiese sabido ni que exist¨ªa la escuela de Harvard, tuve esa oportunidad. Luego hay que trabajar duro, nada sustituye esto, pero s¨ª que debemos crear oportunidades para quien sea y donde sea, es lo correcto y da ventaja a nuestro aprendizaje¡±.

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