La paradoja del consumo
Aunque los tipos de inter¨¦s se encuentran en su mayor nivel desde 2006, el coste agregado de la deuda de las familias ha disminuido
La vuelta de las vacaciones es ya una realidad, pero, un fin de semana m¨¢s, conseguir mesa en nuestros restaurantes favoritos contin¨²a siendo una dif¨ªcil tarea que requiere anticipaci¨®n y mucha fortuna. ?C¨®mo es posible que se mantenga la fortaleza del consumo con una crisis energ¨¦tica, la alta inflaci¨®n y la escalada de los costes de financiaci¨®n?
La clave de esta discrepancia entre la fuerte ca¨ªda de la renta disponible de los hogares y un mayor consumo se explica fundamentalmente por el comportamiento del ahorro de las familias que, hasta el momento, han utilizado los excedentes acumulados durante la pandemia para continuar manteniendo sus niveles de gasto.
En Estados Unidos, donde sus hogares son los mayores consumidores del mundo ¡ªresponsables del 30% del total mundial¡ª, el colch¨®n de sobreahorro ha sido un factor determinante en esta fortaleza del consumo. Hace ahora dos a?os, en su punto m¨¢ximo, el exceso de ahorro lleg¨® a representar el 10% del PIB, algo que ya se ha reducido hasta niveles cercanos al 2%. Aunque siguen siendo niveles importantes, tambi¨¦n es cierto que su efecto ser¨¢ cada vez menor al estar ya muy concentrado en las rentas m¨¢s altas y con menor propensi¨®n a consumir.
De todas formas, otros factores pasar¨¢n a ser m¨¢s favorables y compensar¨¢n esta menor disponibilidad de ahorro: la inflaci¨®n est¨¢ remitiendo, el desempleo sigue cerca de m¨ªnimos y los salarios crecen al 4,4%, situ¨¢ndose por primera vez desde el comienzo de 2021 por encima del IPC, lo que permitir¨¢ una recuperaci¨®n del poder adquisitivo de los hogares y un impulso al consumo.
El otro aspecto relevante es que, aunque los tipos de inter¨¦s se encuentran en su mayor nivel desde 2006, el coste agregado de la deuda de las familias ha disminuido. Actualmente representa el 9,6% de la renta disponible frente al 12,9% que supon¨ªa en 2006. Esta menor sensibilidad a la subida de los tipos de inter¨¦s se debe, por un lado, a que la gran mayor¨ªa de las hipotecas en Estados Unidos se conceden a tipos fijos, pero, sobre todo, a que los hogares estadounidenses han reducido su endeudamiento que ahora se sit¨²a en el 72% del PIB frente al 94% de 2006. Tendencia similar en Espa?a, donde el endeudamiento de los hogares ha bajado hasta 51% del PIB, el menor desde 2002.
El consumo privado ha sido uno de los pilares del crecimiento y seguir¨¢ mostrando resiliencia en la parte final del a?o, evitando que se produzca un par¨®n en seco. Sin embargo, el grueso del exceso de ahorro ya se ha utilizado, y a medida que el incremento de los costes de financiaci¨®n se vaya traspasando a la econom¨ªa real y se frene la creaci¨®n de empleo, dif¨ªcilmente se podr¨¢ evitar un enfriamiento. Dado que los niveles de endeudamiento de los hogares son ahora menores que en el anterior ciclo de subidas de tipos, la desaceleraci¨®n econ¨®mica proseguir¨¢, aunque con riesgos contenidos.
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