Los fondos soberanos ante los retos globales
Las inversiones de estos veh¨ªculos en los pa¨ªses emergentes no acaban de consolidarse
Nunca en la historia los meses de junio, julio y agosto hab¨ªan sido tan calurosos como los que acabamos de vivir. Un dato aterrador, como lo es la letan¨ªa de cat¨¢strofes naturales que estamos presenciando en todo el mundo: sequ¨ªas, inundaciones e incendios forestales in¨¦ditos. Ya no cabe duda de que la cuesti¨®n clim¨¢tica es una emergencia existencial. Esta es s¨®lo una dimensi¨®n de las m¨²ltiples crisis que sacuden al mundo. Las crisis sanitarias, el aumento de las desigualdades, los desplazamientos involuntarios de poblaci¨®n y la inestabilidad geopol¨ªtica nos afectan a todos, pero son los pa¨ªses emergentes, donde se concentran las poblaciones m¨¢s vulnerables, los que m¨¢s est¨¢n sufriendo.
Despu¨¦s de tres a?os marcados por la pandemia y el endeudamiento del sector p¨²blico, la mayor¨ªa de las econom¨ªas emergentes han tenido que recortar sus inversiones para financiar la transici¨®n energ¨¦tica y las pol¨ªticas necesarias para que sus sociedades sean m¨¢s equitativas y resilientes. Seg¨²n un informe reciente de la ONU, m¨¢s de 30 pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo no han registrado ni una sola inversi¨®n internacional para proyectos de energ¨ªa renovable desde que se adopt¨® el Acuerdo de Par¨ªs sobre el clima en 2015. El 75% de los 95 pa¨ªses en desarrollo analizados han aumentado sus emisiones de carbono desde 2019 y solo uno de cada cinco ha logrado reducir los niveles de pobreza. Los pa¨ªses de ingresos medios y bajos se enfrentan a un d¨¦ficit estimado de cuatro billones de d¨®lares anuales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030. As¨ª pues, los retos son enormes y la magnitud de las inversiones requeridas para afrontarlos es tal que necesitamos movilizar recursos financieros de todos los rincones de la econom¨ªa global: p¨²blicos, privados, bilaterales, multilaterales y tambi¨¦n de los inversores institucionales. Es urgente que los fondos soberanos, que atesoran enormes recursos financieros, desempe?en un papel mayor en este esfuerzo. En dos d¨¦cadas, han transformado el mundo de las finanzas multiplicando sus activos por 11 hasta alcanzar los 11,3 billones de d¨®lares, una cifra que confirma su relevancia global y, como corolario, tambi¨¦n sus responsabilidades. Su tama?o es 7,5 veces el PIB espa?ol, el 80% del de la zona euro y la mitad del estadounidense.
A pesar de que los primeros fondos soberanos estaban principalmente vinculados a la gesti¨®n de recursos excedentarios en econom¨ªas con grandes reservas naturales o super¨¢vits comerciales, en la actualidad tanto su origen como alcance geogr¨¢fico, mandatos y estrategias inversoras son m¨¢s heterog¨¦neos. Adem¨¢s del habitual objetivo de rentabilidad financiera de los fondos petroleros, otras categor¨ªas de fondos se orientan a la estabilizaci¨®n macroecon¨®mica o a objetivos de desarrollo como el fomento de la internacionalizaci¨®n o la atracci¨®n de inversiones extranjeras.
Los fondos de pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo desempe?an un papel destacado por su elevada capacidad inversora, pero resulta err¨®neo asociar a los fondos soberanos exclusivamente a esta regi¨®n geogr¨¢fica. En Asia, por ejemplo, adquieren gran importancia GIC y Temasek (Singapur), CIC (China) y KIC (Corea del Sur). En Estados Unidos existen varios fondos estatales como el de Alaska. En Latinoam¨¦rica y ?frica se aprecia un inter¨¦s creciente de los gobiernos por estas instituciones con la reciente creaci¨®n de fondos en Senegal, Uganda, Marruecos o Ruanda para impulsar sectores estrat¨¦gicos que favorezcan el desarrollo nacional. A nivel europeo, destacan por volumen de activos bajo gesti¨®n el Norges Bank noruego y BPI France. Tambi¨¦n desempe?an un papel de fondo soberano CDP Equity en Italia y Cofides en Espa?a.
Las inversiones de los fondos soberanos en los pa¨ªses emergentes no acaban de consolidarse. En 2022 s¨®lo atrajeron el 14% de las nuevas inversiones. Y sin embargo, el avance en la soluci¨®n de los retos globales, tales como la lucha contra el cambio clim¨¢tico, las transiciones verde y digital, la seguridad alimentaria, la salud global y la protecci¨®n de los bosques y la biodiversidad, necesita la confluencia de los recursos y capacidades de muchos actores y financiadores para desarrollar proyectos en los pa¨ªses emergentes, que son frecuentemente percibidos con perfiles de riesgo inc¨®modos para los inversores globales, que aspiran a niveles de rentabilidad apropiados a los riesgos asumidos.
Los fondos soberanos muestran un creciente inter¨¦s en ser parte de la soluci¨®n de los retos globales: est¨¢n alineados con las buenas pr¨¢cticas en asuntos medioambientales, sociales y de gobernanza, destacando su adhesi¨®n mayoritaria a los Principios de Santiago, pilar del Foro Internacional de Fondos Soberanos (IFSWF). Por otro lado, seg¨²n datos recientes de la UNCTAD, los fondos soberanos est¨¢n aumentando progresivamente sus inversiones verdes en detrimento de los combustibles f¨®siles.
Una regi¨®n que sirve de ejemplo en materia de convergencia de intereses entre los retos globales, las necesidades de desarrollo sostenible y la existencia de un espacio para que los inversores obtengan rentabilidades apropiadas es Am¨¦rica Latina y el Caribe, territorio familiar para las empresas espa?olas. La regi¨®n cuenta con activos extraordinarios para proyectos vinculados a la transici¨®n verde ¡ªenerg¨ªas geot¨¦rmica, hidroel¨¦ctrica, solar y e¨®lica, y la producci¨®n del llamado ¡°hidr¨®geno verde¡±¡ª que son, a la vez, rentables. Este gran potencial se extiende a muchos otros sectores, como la tecnolog¨ªa, el transporte y las infraestructuras.
Si bien en los mercados emergentes la contrapartida del mayor riesgo suele venir ligada a mayores rendimientos, los fondos soberanos e institucionales tienden a retraer sus inversiones en los mismos al sobredimensionar la percepci¨®n de los riesgos por motivos como la falta de conocimiento relevante sobre los mercados, el coste para evaluar y supervisar los proyectos, y la debilidad de los marcos normativos y regulatorios. Es en este punto donde las instituciones financieras de desarrollo multilaterales y bilaterales, como por ejemplo la IFC y Cofides, adem¨¢s de proporcionar financiaci¨®n, pueden jugar un papel relevante con su contrastada adicionalidad en materia de definici¨®n de marcos regulatorios apropiados, programas de asistencia t¨¦cnica, o mejoras en la capacitaci¨®n de los recursos humanos.
Las emergencias vinculadas a cuestiones estructurales como el cambio clim¨¢tico o la coyuntura geopol¨ªtica ya no son crisis puntuales, sino que forman parte de nuestra vida cotidiana y, como problemas globales que son, requieren tambi¨¦n de soluciones globales. En este contexto, los fondos soberanos, con el concurso de otros actores multilaterales y bilaterales, pueden compatibilizar el cumplimiento de sus mandatos con la puesta en marcha de inversiones prometedoras en los mercados emergentes. Con ello podr¨¢n no s¨®lo cumplir sus objetivos de rentabilidad, sino ayudar a lograr una prosperidad compartida.
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