El Partido Republicano se vuelve extremista en toda regla
Mike Johnson defiende pol¨ªticas sobre jubilaci¨®n, sanidad y otros ¨¢mbitos que acabar¨ªan b¨¢sicamente con la sociedad estadounidense tal y como la conocemos
No hay republicanos moderados en la C¨¢mara de Representantes. Claro, en privado, algunos miembros se muestran horrorizados por las opiniones de Mike Johnson, el nuevo presidente. Pero lo que piensen en la intimidad de sus mentes no es importante. Lo que importa es lo que hacen, y todos y cada uno de ellos han apoyado la elecci¨®n de un extremista radical.
De hecho, la mayor¨ªa de las personas ¨Ccreo que incluso los periodistas pol¨ªticos¨Cno son plenamente conscientes de que Johnson es m¨¢s extremista de lo que imaginan.
Gran parte de la informaci¨®n sobre el republicano se ha centrado, comprensiblemente, en su papel en los esfuerzos para anular las elecciones de 2020. Perm¨ªtanme se?alar, por cierto, que la expresi¨®n ¡°negaci¨®n de las elecciones¡±, ampliamente utilizada, es un eufemismo que suaviza y difumina el tema del que estamos hablando. Tratar de mantener a tu partido en el poder despu¨¦s de haber perdido unas elecciones libres y justas, sin la m¨¢s m¨ªnima prueba de fraude significativo, no es solo negaci¨®n; es una traici¨®n a la democracia.
Tambi¨¦n se ha informado abundantemente de las opiniones conservadoras de Johnson sobre la sociedad, pero no estoy seguro de cu¨¢nta gente comprende la magnitud de su intolerancia. Johnson no es solo alguien que quiere legalizar la discriminaci¨®n contra los estadounidenses LGBTQ y prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo; se tiene constancia de que defiende la criminalizaci¨®n del sexo gay.
Pero el extremismo de Johnson, y del partido que lo eligi¨®, va m¨¢s all¨¢ del rechazo a la democracia y el intento de dar marcha atr¨¢s a d¨¦cadas de progreso social. El nuevo presidente de la C¨¢mara de Representantes tambi¨¦n ha defendido un programa econ¨®mico incre¨ªblemente reaccionario.
Hasta su repentino ascenso a presidente, Johnson era un personaje relativamente desconocido. Pero durante un tiempo ejerci¨® la presidencia del Comit¨¦ de Estudios Republicanos, un grupo que elabora propuestas pol¨ªticas. Y ahora que Johnson se ha convertido en el rostro de su partido, la gente deber¨ªa realmente echar un vistazo a la propuesta presupuestaria que el Comit¨¦ public¨® para 2020 durante su presidencia.
Si se leen la propuesta con atenci¨®n, dejando de lado el lenguaje a menudo evasivo, se dar¨¢n cuenta de que llama a la supresi¨®n de la red de seguridad social estadounidense, no solo de los programas para los pobres, sino tambi¨¦n de las pol¨ªticas que forman la base de la estabilidad financiera de la clase media estadounidense.
Empecemos por la Seguridad Social, para la que el presupuesto insta a aumentar la edad de jubilaci¨®n, ahora establecida en 67 a?os, a 69 o 70, con posibles incrementos adicionales conforme vaya aumentando la esperanza de vida.
A primera vista, esto podr¨ªa parecer plausible. Hasta el enorme descenso provocado por la covid, la esperanza media de vida en Estados Unidos hab¨ªa aumentado de forma constante a lo largo del tiempo. Pero existe una enorme y creciente brecha entre el n¨²mero de a?os que los estadounidenses acomodados pueden esperar vivir y la esperanza de vida de los grupos con ingresos m¨¢s bajos, incluidos no solo los pobres sino tambi¨¦n gran parte de la clase trabajadora. As¨ª que elevar la edad de jubilaci¨®n penalizar¨ªa duramente a los estadounidenses menos afortunados, que son precisamente las personas que m¨¢s dependen de la Seguridad Social.
Luego est¨¢ Medicare, para el que el presupuesto propone aumentar la edad de elegibilidad ¡°de modo que coincida con la edad normal de jubilaci¨®n para la Seguridad Social y luego indexar esta edad a la esperanza de vida¡±. Traducci¨®n: aumentar la edad de Medicare de los 65 a los 70 a?os, y luego seguir aument¨¢ndola.
Pero esperen, hay m¨¢s. La mayor¨ªa de los estadounidenses no mayores obtienen un seguro m¨¦dico a trav¨¦s de sus empresas. Pero este sistema depende en gran medida de pol¨ªticas que el comit¨¦ de estudio propon¨ªa eliminar. Ver¨¢n, las prestaciones no cuentan como ingresos imponibles, pero para mantener esta ventaja fiscal, las empresas (en general) deben asegurar a todos sus empleados, en lugar de ofrecer prestaciones solo a las personas con una remuneraci¨®n elevada.
El presupuesto de la comisi¨®n eliminar¨ªa este incentivo para una cobertura amplia, reduciendo las deducciones fiscales en las cotizaciones de las empresas y ofreciendo la misma deducci¨®n para los seguros adquiridos por particulares. Como consecuencia de ello, algunas empresas se limitar¨ªan seguramente a dar dinero en met¨¢lico a sus trabajadores mejor remunerados, que podr¨ªan utilizarlo para adquirir planes individuales caros, y dejar¨ªan de ofrecer cobertura al resto de sus trabajadores.
Y ni que decir tiene que el presupuesto impondr¨ªa recortes salvajes ¡ªtres billones de d¨®lares en una d¨¦cada¡ª a Medicaid, la cobertura sanitaria infantil y los subsidios que ayudan a los estadounidenses con rentas m¨¢s bajas a costearse un seguro conforme a la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible.
?Cu¨¢ntos estadounidenses perder¨ªan el seguro de salud con estas propuestas? En 2017, la Oficina Presupuestaria del Congreso calculaba que el intento de Donald Trump de derogar el Obamacare dejar¨ªa sin seguro a 23 millones de estadounidenses. Las propuestas del Comit¨¦ de Estudios Republicanos son mucho m¨¢s draconianas y de mayor calado, por lo que las p¨¦rdidas ser¨ªan presumiblemente mucho mayores.
De modo que Mike Johnson defiende pol¨ªticas sobre jubilaci¨®n, sanidad y otros ¨¢mbitos en los que no puedo entrar por falta de espacio, incluidos los cupones de alimentos, que acabar¨ªan b¨¢sicamente con la sociedad estadounidense tal y como la conocemos. Nos convertir¨ªamos en un pa¨ªs mucho m¨¢s cruel y menos seguro, con mucha m¨¢s miseria.
Creo que podemos decir que estas propuestas ser¨ªan enormemente impopulares, si los votantes las conocieran. ?Pero llegar¨¢n a conocerlas?
En realidad, me gustar¨ªa ver a alg¨²n grupo de enfoque preguntar qu¨¦ piensan los estadounidenses acerca de las posiciones pol¨ªticas de Johnson. Esta es mi suposici¨®n, bas¨¢ndome en experiencias anteriores: muchos votantes simplemente se negar¨¢n a creer que republicanos prominentes, por no hablar ya del presidente de la C¨¢mara de Representantes, defiendan realmente cosas tan terribles.
Pero las defienden ellos y las defiende ¨¦l. El Partido Republicano se ha vuelto extremista en toda regla, en lo que ata?e tanto a las cuestiones econ¨®micas como a las sociales. La inc¨®gnita ahora es si la opini¨®n p¨²blica estadounidense se percatar¨¢ de ello.
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